Milenka.
Observo a mi esposo acostado boca abajo en la cama, duerme como un tronco y ronca demasiado, el sexo con él es simple, aburrido y precoz.
Estaba ebrio y era torpe, me lastimo y no fue agradable, pero fingi todo lo que pude para que estuviera feliz, luego durmió y ahí sigue.
Estuve analizando el tema de sus hijos, ambos son de diferentes madres, Changkyun el más chico es el único legitimo de su anterior esposa, Doyun es un bastardo de las putas con las que se mete.
Ayer me Doyun me prometió qué no duraría siendo una Kang, se molesto al decirle que él ni siquiera lo era.
Parece que mi coreano ya es más fluido porque me entendió al hilo y fue cuando me bofeteo.
No pense qué sus hijos fueran hacer un problema, pero notaron rápidamente como su padre se volvió conmigo.
—¿Qué haces fuera de la cama?
Mi esposo se sentó en la cama extendiendo su mano, camine para sentarme sobre él.
—Fui por un bocadillo tenía hambre.
Me beso el cuello, mientras movía mi ropa interior para meter su erección.
—Quiero follarte todo el día, pero tengo trabajo.
Sus gruñidos mientras se movía eran extraños como si le faltara el aire. Comencé a gemir lo que lo puso más duro.
—Hueles tan bien —aspiraba en mi cabello.
—¿Cariño? —tarareo — quiero un guardaespaldas personal.
—Si.
—A Jungkook.
Se detuvo —El no es un guardaespaldas es mi asesino.
Me gire para acomodarme y montarlo, cuando empecé a mover las caderas, abrió la boca para jadear, lo bese y moviéndome más rápido.
—Por favor — me moví hacia adelante mordiendo su cuello — No planeo interferir en su trabajo, después de todo siempre esta en casa.
—Milenka.
—Por favor.
Se aferro a mis caderas eyaculando mientras se recostaba en mi pecho jadeando —Esta bien.
Sonreí y tome su rostro para besarlo —También quiero un bebe…