Tanto los pequeños como la madre descansan en la habitación de la clínica privada.
- ¿Se puede?- Kate sonríe al escuchar esa voz, está algo oxidada por los años pero no le importa.- ¡Papá!
Jim entra con globos, los ata en la silla para poder abrazar a su hija ya recuperada.
- Déjame adivinar, Rick te llamó en cuanto nacieron los pequeños.
- ¡Por supuesto! Y me alegro de que lo hiciese. ¿Dónde están?- Kate le señala las cunas que hay situadas al otro lado de la cama.
Su padre se asoma para ver a los nietos que ahora duermen plácidamente.
- Son preciosos Katie, ¿cómo se llaman?
- James e Irina.- Jim se estremece al escuchar el nombre de la nena, vuelve a sentarse junto a su hija.- ¿lo has hecho por tu madre?
- Sí y a Rick le gusta. ¿Quieres cogerla?
- Están durmiendo.- responde Jim inseguro.- no pasa nada, ve y coge a tu nieta.
Jim, de nuevo, vuelve a levantarse. Con mucha delicadeza y colocando una mano en el cuello de la pequeña la posa en sus brazos.
- Sé que tiene tan sólo unos días pero los rasgos faciales...son los de tu madre.- Kate deja caer alguna lágrima ante la imagen.
- Os voy a hacer una foto.- su padre observa con ternura a Irina mientras Kate hace la foto con él móvil.
Unos pasos se acercan hasta la habitación, Richard aparece con Alexis.
- ¡Jim! Iba a llamarte para saber si querías que te recogiese.
- Tranquilo, vine en taxi. Quería aprovechar todo el tiempo posible.- éste todavía tiene a su nieta en brazos la cual no se despierta con nada.
- Es muy dormilona por lo que veo.
- Lo ha heredado de su padre.- responde Kate mirando ahora a su marido.- ¡Qué le vamos a hacer! Por cierto Kate, te he traído ropa limpia.
- Muchas gracias, quiero darme una buena ducha. Alexis, ¿puedes ayudarme?
- Por supuesto.- las mujeres entran al baño mientras que Rick y Jim permanecen en la habitación.
James se despierta y al verse solo, rompe a llorar.Rick lo coge enseguida, comienza a hacerle tonterías al pequeño.
- Rick, tengo que darte las gracias.
- ¿Por qué?- Jim se queda hipnotizado al ver el rostro de su nieta que acaba de abrir los ojos.
- Por todo, por hacer feliz a mi Katie, por ayudarla a resolver el asesinato de Johanna. Y...por mis tres nietos.
- No tienes por qué agradecerme nada, en serio. Conocer a Kate fue lo mejor que me pudo pasar, aparte de tener cuatro hijos.
- Hablando de hijos...¿Y Alexander?
- No había forma de levantarlo así que mi madre se quedó con él pero no tardarán en llegar.
En efecto, no transcurren ni veinte minutos cuando Alex y Martha llegan al hospital.
- ¡Abuelo!- El hermano mayor llega para abrazar a Jim el cual lo colma de besos.
- ¡Madre mía Alexander! Cada día te veo más grande. Te he traído un regalo.- Jim coge una bolsa que contiene un paquete envuelto en papel de regalo.
- Papi, ¿me ayudas?- Rick, al ver que James se ha calmado, lo deja en la cuna para ayudar a Alex.
- Hola Jim.
- Hola Martha.- dos besos y sonrisas.- somos los abuelos más afortunados de la ciudad, ¿no te parece?
- Coincido, esta familia aumenta por momentos. Ojalá Johanna estuviese aquí para verlo.
- Seguro que ahora mismo nos observa y se sentirá muy orgullosa de ver que habéis continuado vuestros caminos.
- ¡Mira abuela, mira!- Alex corre hacia Martha con una caja.- ¡Es un coche de policía!
- ¡Es muy bonito! Se parece al de la mami.- Kate y Alexis salen del baño encontrándose con una agradable sorpresa.
- ¡Alex!- Éste se gira con el coche en la mano, Kate se agacha para abrazar a su hijo.- ¿Qué llevas ahí?
- ¡Es un coche de policía mami! Como el tuyo.
- ¿Y quién te lo ha regalado?
- El abuelo, ¿puedo jugar con él?
- Claro pero lleva cuidado.- Alex asiente y vuelve a irse a una parte de la habitación para seguir jugando.
- Querida, ¿cómo te encuentras?
- Ahora mejor, Alexis me ha ayudado a limpiarme; lo necesitaba.- los llantos de Irina interrumpen las conversaciones.
- Creo que alguien quiere comer.- Rick coge a su hija pequeña y se la da a Kate.
- ¿Puedo coger a James?- Pregunta Alexis con entusiasmo.- no hace falta ni que lo preguntes Lex. Es tu hermano.
La joven coloca a su hermano de forma que pueda disfrutar de su carita.
La familia Castle/Beckett no puede sentirse más afortunada por el momento que están viviendo. Pero no todo acaba ahí.
- ¡Hola a todos!- Los amigos entran a la vez en la habitación.
- ¡Que empiece la fiesta!- Exclama Espo con las manos repletas de peluches y más cosas.