Narrador Omnisciente
Luego de estar dos horas en la casa de los dos mejores amigos y de almorzar, volvieron a la cocina para simplemente hablar y comentar que había pasado en los meses que estaban distanciados. Aunque Leto se demoró un poco más en comer por sus brazos, logró acabar todo, pero las ganas de llorar por lo frustrada que se sentía al no poder hacer muchas cosas por su cuenta no pasaron desapercibidos para Alvize.
A él le dolía ver a su hija sufrir por su culpa.
Pisando la realidad de nuevo, Leto escuchaba a Hades con atención llamado la atención del último, ella lo miraba con suma determinación cada vez que hablaba y no le parecía tan incomoda su presencia como pensaba. Solo que ella se ponía nerviosa cuando Hades la miraba mucho y más porque su mirada era demasiado intensa, para el colmo, Alvize lo había notado y se estaba burlando de ella ya que ella no se sonroja toda la cara, sino sus orejas arden y no es capaz de notarlo, más porque su cabello está bastante corto.
Ella se tuvo que hacer un corte de cabello para los exámenes en su cabeza, así que optó por una combinación entre el Mullet y el Wolf cut, así que sus orejas estaban muy expuestas.
—¡Hola familia, ha llegado la alegría de esta casa! —La voz de un Ares emocionado aparecía en la cocina ganándose una risa de Alvize.
Ares desde que denunció a su padre por avisarlo durante tantos años y confesar que Alvize también fue abusado cuando era un niño, se demostró que su padre biológico no tenía la edad que se aparentaba, se encontraron los documentos reales, su identificación y si acta de nacimiento, además de los documentos falsos que hizo, eso mostraba que sobrepasaba los 60 años. Así que las posibilidades de que haya abusado a Alvize cuando era un niño eran muy altas.
Luego de todos esos tres meses de sufrimiento para Ares al tener que recordar todo lo que sufrió y cómo su madre murió de un infarto al enterarse que su hijo fue violado por el hombre que ella amaba, por fin pudo seguir adelante con su vida, él hizo lo imposible para que Leto lo recordará y logró un poco, que para él, era lo más importante.
—Dijiste que llegabas en 4 minutos y ya pasaron más de dos horas —Erik dejaba los platos a un lado para poder servir bien la comida para darle de comer a Ares.
Leto no se podía estirar por completo para acomodar un plato debido a que a ella le había tocado lavar los platos y secarlos, no era capaz de ponerlo de los cajones de arriba así que Hades se levanta y los toma por ella. El calor corporal de Hades inundaba la espalda de Leto colocándola más nerviosa de lo que ya estaba.
—Lo sé, lo siento, pero mi excusa importante es que estaba en el hospital acompañando a Elías y su futura esposa, resulta que su hijo ya nació —toma asiento al lado de la silla donde estaba Hades, todavía no se da cuenta que él está en la casa.
—¿Hijo?, ¿ya nació tan rápido?
—Nacio algo prematuro ya que la chica casi sufre un aborto espontáneo, resulta que ella no podía tener hijos y aún así salió embarazada, se complicó todo el procedimiento para un parto natural y la única alternativa de salvar al bebé era con una cesaría. Por fortuna ambos están bien, pero el bebé debe estar en la incubadora por un tiempo.
—Que buenas noticias... ¿Y tú qué hacías en el hospital? —Alvize se gira mirando a Ares con algo de confusión.
—Yo estaba en la casa con Agustín, Ian y Elías, cuando fue que llamaron al teléfono de la casa informando eso y Elías no era capaz de conducir. ¡Yo era el único estúpido de los cuatro que sabía conducir y me tocó hacerlo! Y así de fácil terminé en el hospital enterándome de todo.
Alvize negaba con la cabeza, Ares siempre fue una persona que era muy expresiva fácilmente, así que las muecas no pasaron desapercibidos. Leto, momentos después de que Hades volviera a su lugar dejándola con una inquietud enorme, escuchaba con atención la conversación mientras analizaba todo... ¿Un hijo?, ¿qué tanto se perdió cuando estaba en coma?
—Y bueno... ¿Alguien sabe sobre Hades? Hace mucho tiempo no hablo con él, ya no me contesta las tres llamadas del día, que descaro —Ares miraba sus uñas fingiendo estar ofendido.
Los tres se miraron con algo de diversión ante eso. Leto solo escuchaba más no participaba en nada, siempre había sido así con las visitas.
—Tuve que cambiar de número de teléfono ya que vivía en otro país —Hades lo miraba con una ceja levantada.
Ares gira su cabeza y grita emocionado al verlo, terminó abrazándolo como un koala al verlo de nuevo.
—¿Por qué no me dijeron que estaba aquí? —Ares mira a Leto con molestía.
Ella vuelve de sus pensamientos y frunce el ceño con dirección a Ares.
—¿Acaso yo sabía que conocías a este chico? —se señaló a ella misma con ligera incredulidad— Llegó a la casa como socio de mis padres, que culpa tengo yo.
—¡Mucha!
—Claro, como no fuiste tú el que perdió la memoria y no puede recordar con exactitud los 19 años de su vida —gira los ojos molesta por eso y sale de la cocina.
Ares se queda callado mirándola salir de la cocina. Últimamente Leto estaba algo sensible con respecto a lo que le paso... ¿Qué le estará pasando en realidad?
—Es la tercera vez esta semana, Ares —le recuerda Alvize mientras niega con la cabeza.
—En serio, no es mi intención tratarla así, pero siempre se me olvida que no es la misma Leto de siempre que aguanta sacar las verdades en la cara —se pasa sus manos por el rostro varias veces.
A Hades también le dolía, lo había tratado como un desconocido sabiendo que se conocen desde muy niño.
—Olvidemos eso... ¿Han sabido algo de los niños que pertenecían a mi Centro Psiquiátrico?
—Bueno, Hera trabaja conmigo, Aura es pareja de Claire, Dioniso está en la universidad tratando de sacar su carrera de ingeniería adelante, Apolo está trabajando junto a Hefesto en un nuevo restaurante que ellos mismos montaron, y de Hermes no estoy del todo seguro.
Con solo decir ese asqueroso nombre, su estómago se revolvía provocando ascos.
—Hermes está en la cárcel —Ares mira sin ninguna emoción a Alvize.
—¿En la cárcel?, ¿por qué?
—Hera lo demandó por abuso físico, psicológico y verbal, sin contar lo que le hizo a Leto en la casa hogar y en el Orfanato.
—Si, la golpeaba cuando el medicamento la ponía vulnerable, abusaba de ella psicológicamente y ni hablar de lo que le hacía a otras chicas.
—Hermes no era así, él siempre fue muy respetuoso con todos, pero... Desde que Leto entró, se comportaba diferente... —Alvize dejo lo que estaba haciendo para poner toda su atención en ellos dos.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Que tal si... ¿Hermes era manipulado...? Digo, puede ser una posibilidad, yo no estaba en todas mis facultades y por ahora no puedo recordar del todo lo que mi otra identidad hizo cuando yo no estaba consciente en mi propio cuerpo —Alvize los miraba en busca de una justificación.
—No, Hermes siempre fue un desgraciado, hijo de puta, mal nacido que hacía lo que se le daba la gana —Ares sonría ante sus palabras.
—No... Hermes no siempre era malo, él fue mi amigo mucho antes de que yo conociera a los demás, conozco su historia como nadie y soy consciente de que Hermes cambió demasiado desde una visita...
Todos miraban a Hades sorprendidos.
—¿Qué? Sé que detesto a Hermes por todo lo que le hizo a Leto, pero reconozco que él fue un buen amigo en sus tiempos.
—No me sorprendo por eso, sino por lo que dijiste después... Una visita, ¿de quien? Nunca permití que padres que abandonan a sus hijos en el Centro Psiquiátrico conocieron a los otros niños por bienestar y seguridad de ellos.
—Pues lograron hacerlo, fue una pareja que traía a una niña y un niño, pero eran todo lo contrario a los niños que se acostumbraban a llegar al Orfanato, eran alegres y confiados todo el tiempo, en un momento se le acercaron a Hermes y empezaron a hablar de la nada, desde ahí, Hermes se distancia un poco hasta acabar lo que pasa en la actualidad —Hades se cruza de brazos sin dejar de mirarla a sus compañeros de vida.
—Es extraño... No recuerdo a esos niños. Quizás es porque atendía a muchos niños en esa época.
—A los adultos les era más fácil abandonar a los niños en un Orfanato que hacerse responsables de ellos.
—No era solo por eso, Ares, la mayoría de niños que terminaban en los Orfanatos en esa época era porque sus padres morían o sufrían de un accidente irreversible que les impedía cuidarlos, sin contar los trastornos con los que llevaban los pobres niños hasta el punto que trataban de suicidarse por malas influencias de lo que vivían en su casa, también porque eran productos de violaciones sexuales frecuentes.
—¿Y por qué no simplemente abortaban? Se supone que el aborto ya es legal en estas ciudades de pendiendo de la edad y la situación, una violación, etc —Hades negaba con la cabeza con un poco de fastidio por eso.
—En esos años, el aborto seguia siendo ilegal, al igual que en algunas cuidades de este país, y en gran parte es algo bueno si lo piensas de otra forma.
—¿Qué sería bueno no poder abortar si el cuerpo de la mujer es problema de ella misma?
—En eso estoy de acuerdo, la mujer tiene todo el derecho de hacer lo que quiera con su cuerpo y nosotros los hombres no somos nadie para meternos en sus decisiones, pero, habló sobre el aborto debería ser simplemente legal en casos de violaciones sexuales o pedofilia y más casos asquerosos.
—¿Habla específicamente sobre los matrimonios con niños menores de edad y los que se casan a fuerza?
—Así es, si eres una mujer que fuiste violada y quedas embarazada del violador, tienes el derecho de abortar al niño ya que al tener el niño, se puede crear un trauma tanto para la chica como para el niño, pero si eres una mujer, consciente de lo que haces en el momento de tener sexo con tu pareja y solo por un capricho, no quieres tener un niño, podrías haberte cuidado, hay muchos métodos anticonceptivos que actualmente puedes conseguirlos en los hospitales de manera gratis.
Alvize tenía un pensamiento ligeramente diferente a muchos hombres con los que ha convivido toda su vida, también con tipos de mujeres con las que ha tratado durante sus estudios.
—Si... ¿Y Leto?
Todos miran a su alrededor y como había pasado hace rato, Leto no volvió a la cocina, Alvize no se preocupó del todo ya que ella se acostumbra a estar sola todo el tiempo, siempre quería sentirse sola.
En el fondo de todo, Leto no era la misma Leto de siempre y Hades lo sabía, sabía que había algo en ella que no la hacía ser ella misma.
Hades solo suspira, todo lo que estaba procesando en este momentos lo ponía tan tenso y de un mal humor. Estaba cansado de pensar en tantas cosas, Leto le aseguro que después de esto, no se tendría que preocupar con respecto a las cosas de su pasador, sin embargo, no se cumplio... Será porque... ¿Ella está viva?
—Erik, creo que deberíamos ver qué está haciendo Leto, me preocupa que intente algo peligroso.
Mientras tanto, ella estaba en la sala, mirando el techo analizando todo, no le interesaban las conversaciones de los socios de sus padres y siempre se alejaba para tener su tiempo a solas, aunque Ares invadiera su espacio personal casi todo el tiempo.
—Que aburrido... —hablaba para ella misma sin dejar de mirar el techo.
Quería dormir un poco, más no podía dormir en estos momentos, había un desconocido en la casa y no se sentía del todo en confianza o eso quería hacer creer a su mente, lo que realmente la consumía por dentro era no poder recordar casi nada de su vida.
Eso la frustraba demasiado hasta el punto de que su estómago dolía con frecuencia por el coraje que sentía. Sabía que no podía esforzarse por recordar toda su vida, pero ya estaba harta de eso.
De repente, el timbre de su casa suena y ella se levanta lentamente mirando por la ventana, era un repartidor analizando un pequeño sobre en sus manos.
«¿Será algo que pidió mi padre?» pensaba ella con suma curiosidad.
Sin pensarlo mucho, abre la puerta observando al chico con gorra, es de su misma estatura, su tez ligeramente morena y sus rasgos son como una combinación entre un chico de bachillerato y alguien nuevo en la universidad. Levanta su cabeza mirándola directamente a los ojos y se abren un poco al ver algunos moretones en su rostro.
Hades no encino nada, sin embargo, Leto tenía ligeros cortes y moretones en su rostro, algunos ya no se notaban casi por las cremas que le recetaron en el hospital, sin embargo, las manchas no desaparecen tan rápido como parecía.
—¿Puedo ayudarte en algo?
Él vuelve a mirar el sobre con algo de nerviosismo e incomodidad.
—¿Eres Elizabeth Watson? —levanta la cabeza mostrando su nerviosismo a un nivel incrementado.
Si, su segundo nombre no desaparecía por nada en el mundo, todos los papeles estaban a ese nombre y al parecer, se quedaría así por un tiempo razonable según su padre biológico.
—Si... ¿Qué necesita?
Sus dificultades para socializar o siquiera interactuar con alguna persona eran complicadas.
—Tiene esta carta a su nombre, solo necesito que me firme en esta hoja y podré entregarsela.
Ella sigue las indicaciones para recibir una carta, firma y solo se despide del muchacho sin dejar de mirar esa carta. Su nombre estaba escrito en una letra cursiva algo extraña, a duras penas era capaz de entender su falso nombre y para el colmo, el papel utilizado para esta carta era algo grueso y pareciera que se fuera a desmoronar en cualquier momento si llegara a hacer la mínima fuerza posible.
Ella tocaba ese papel una y otra vez, en especial la parte de su nombre falso y un ceño algo curioso. Algo dentro de ella le suplicaba que abriera esa carta lo antes posible, pero el nuevo subconsciente que ella tenía, la hacía analizar todo con exactitud... ¿Qué podría contener esa carta que para su ser este tan inquieto de esa manera?
Quizás era...
—¿Quién era, hija? —La voz de su padre la sacó de ese trance.
Ella entra a la casa de nuevo intentando esconder esa intriga, se gira sobre tus talones y observa a todos los chicos mirándola con determinación, en especial el chico Hades que parecía desconfiado con esa carta en sus manos.
—Llegó esto a mi nombre... Elizabeth Watson...
Lo abre lentamente y lo primero que observa es un collar algo antiguo, lo saca lentamente del sobre y se desenvuelve mostrándose mejor, la cadena era plateada y el dije era de esos que se podía guardar fotos adentro y todo ese cuento. Ella lo toma con delicadeza en sus manos y lo analiza con lentitud.
Ella frunce el ceño analizando el dije... ¿Por qué al tenerlo en sus manos, nacía esa sensación de un poder enorme correr por su piel?
«¿Por qué mi cuerpo no reacciona en contra de esta sensación de poder por parte de este collar?» Pensaba ella con un ligero escalofrío.
—Es un bonito collar... ¿Algún admirador secreto?
—O quizás el enfermero del hospital —Alvize se acercaba para mirar el collar—, es bastante bonito y parece ser de un material especial.
—¿Por qué? —ella evita preguntar el porqué nombran a ese chico.
—No parece ser del todo plata ni mucho menos oro, tampoco hablemos de fantasía, no estoy seguro de que sea —lo deja en las manos de su hija de nuevo.
—Es hermoso... ¿Será seguro usar algo que me envió un desconocido?
—No veo el problema en que lo uses, solo debes desinfectarlo y ya —interviene Erik regresando a su lugar en la cocina.
Hades lo sigue, parecía molesto mejor no quería comentar nada al respecto, al fin de cuentas, Leto no es la Leto que ellos conocen y no estaría bien tratarla como siempre se ha tratado.
Ares también se va sin dejar de gritar y hablar, ellos dejaron que Leto los siguiera a la cocina sin dejar de analizar todo, ella estaba tan desconcertada, si realmente hubiera sido el enfermero tendrá el nombre en la carta de quien lo envió, pero no había nada escrito en esa parte, solo la dirección de la casa y su nombre falso.
¿Qué pasa si en realidad no es un obsequio de ese chico?
Hablando de él, no sabía qué era exactamente de la vida de ese chico, no había terminado de buena manera y era porque ella no lo quiso. Resulta que él se enamoró de ella cuando estaba en coma y de esa manera se ofreció para sus fisioterapias, dentro de ella, en cada momento que ella estaba con ese chico, se sentía incómoda y siempre le llegaban pensamientos de que se alejara de él.
¿Por qué?
Desconoce los verdaderos motivos de eso, el chico era demasiado amable, simpático y alegre, sin embargo, ella desconfiaba de él en todo tiempo por culpa de esos pensamientos y así, terminaron su amistad ya que él quería llevar esa relación profesional y de amistad a una de noviazgo en muy poco tiempo, ella le pidió que esperará más, pero él estaba harto de esperar y discutieron... Bueno, él discutió solo, Leto solo se dispuso a escuchar y luego irse al ver tan alterado.
En esa temporada ella no diferencia del todo las emociones, así que no sabía porqué se sentía de esa forma, hasta la actualidad. Ya se estaba haciendo de noche y todos en la casa no dejaban de hablar sobre el trabajo, cosas nuevas que hayan pasado, etc. En esta ciudad, cuando empezaba a oscurecer era porque ya pasaban las nueve de la noche, eso significa que ya casi erahora de dormir.
—Hades, insistió, quédate a dormir, ya es algo tarde para que te vayas a tu casa, además, mañana tenemos trabajo que hacer, así que te ahorras algo de tiempo.
—Está bien... —por fin acepta la invitación de Alvize.
—Comamos algo y nos acostamos, me ha dado mucho sueño últimamente.
—Eso no es bueno —Erik lo miraba con preocupación—, ¿no será por algo de tu cirugía?
—No estoy seguro, solo quiero descansar, estos meses han sido demasiado difíciles.
Sin más preámbulos, ambos adultos mayore hacen algo de cenar y todos comen en la cocina luego de que Hades ayudará a servir y repartir la comida. Alvize, Ares y Erik observaban a Hades quien no le quitaba la mirada de encima Leto, la nombrada no era capaz de sostener la cuchara para comer bien, no porque le temblara sino porque el pronóstico de los doctores se estaba cumpliendo.
Su sistema nervioso estaba delicado y habrían momentos en que no sería capaz de hacer casi nada por su cuenta y eso la frustraba demasiado. Harta de no poder comer ni siquiera un pequeño bocado deja el plato en el mesón de la cena con mucho coraje haciendo que suene un poco.
—Come un poco, hija...
—No tengo hambre... Buenas noches... —después de pasar sus manos por su rostro frustrada, sale de la cocina sin decir una palabra más.
Alvize deja al plato de comida a un lado tratando de no llorar, Erik solo frota su mano en su espalda porque no era la primera vez que Leto dejaba la comida y se acostaba sin comer porque no podía comer bien.
—Alvize, no es tu culpa...
—Claro que sí lo es... ¿Desde cuando mi hija dejaba la comida servida? Estando hasta enferma se devoraba el plato si era posible y ahora ni levantar la cuchara puede, Erik... ¿Por qué mi hija paga los errores ajenos?
Hades también se percató de lo mismo, Leto nunca deja la comida... Le dolía demasiado verla así y no solo a él, a Ares también, incluso a Erik.
Hades come rápido y toma el plato de Leto, sale de la cocina dejando que Erik y Ares consuelen a Alvize, sube al segundo piso al darse cuenta que Leto ya no estaba en la primera planta, llega y ve varias puertas, en una de ellas sale una luz, Hades sin pensarlo mucho se acerca a la puerta y toca tres veces.
Escucha un «pase» por parte de Leto, él entra lentamente observando a una Leto con un top para hacer ejercicio y una pantaloneta enorme que le llegan hasta las rodillas.
—¿Leto...?
Ella se asusta un poco y se gira tapándose con sus brazos, sin embargo, no había necesidad, Hades agacho la cabeza desde el minuto uno que noto que ella no tenía una camisa puesta. Ella se apresura a ponerse su camisa para dormir y se gira.
—¿Qué necesita, Hades?
El llamado levanta la cabeza y suspira disimuladamente cuando Leto está completamente vestida.
—Solo vine a dejarte tu comida, dejes comer siquiera algo para que no vuelvas a enfermar.
Hades trataba de no sacar temas a la luz con los que ya había hablado antes con ella, así que solo se limitó a decirle eso.
—Había dicho que no tenía hambre y sigo igual, lo comeré mañana.
—Tu padre está preocupado porque no estás comiendo bien y eso tampoco lo ayudará a recuperarse por completo, recuerda que tu padre tiene una cirugía en su cabeza por su tumor...
La intención de Hades era que Leto comiera un poco, pero lo único que consiguió es que ella se sienta más frustrada que hace unos momentos.
—Eso ya lo sé, pero no tengo hambre y si su intención es que coma algo, puede retirarse porque no lo haré —lo dijo de la forma más cordial posible, le molestaba un poco que personas desconocidas se metieran en vidas ajenas.
—Sus vidas me da absolutamente igual —aclara él con un poco de molestia— y si se enferman también, nada de los sentimientos de ustedes me importan, lo que realmente me molesta es que no te esfuerzas en cambiar tu condición física.
—Usted no es nadie para venir a sacarme en cara cosas personales —ella lo mira con mucha molestia, más no lo muestra—, y si es todo lo que quería decirme se puede ir.
—¿Te duele que te diga la verdad?
—No... Duele que esté aquí perdiendo su tiempo con cosas que no le conciernen.
Hades evitaba sonreír para darle la razón a Leto, esa era la Leto de la que se había enamorado. Sin poderlo evitar, sonríe y sale de la habitación de Leto, ella se queda pensando quien era ese tipo para sacarle las cosas en cara. Ella reconoce que su padre hace un esfuerzo para ayudarla, sin embargo, ella estaba cansada de luchar por culpa de su accidente.
Toma asiento en el borde de su cama para sacar el collar que recibió hace poco de uno de los cajones de su mesa de noche. Lo inspecciona mejor por los bordes y se da cuenta que en uno de ellos, hay un pequeño papel sobresaliendo. Sin mucho esfuerzo, logra abrirlo y de él salen varias fotos.
Todas las fotos que salen son de mujeres, reconoce a dos que es la difunta hija de Erik; Betbal, otra que al parecer es su prima; Ofelia, y las demás no es capaz de reconocerlas. Analiza cada foto y en una de ellas hay una chica demasiado joven, tiene un mechon de color casi plateado desde la raíz, sus ojos son de color violeta, algo curiosos para ser verdad y su rostro muestras rasgos finos y elegantes, pero no tantos como los de ella.
En la otra foto había una mujer bastante parecida a que se describió anteriormente, lo que la diferenciaba era el color de cabello y los ojos, sin contar que se ve un poco más madura. En la siguiente hay una mujer con cabello plateado desde la raíz y su rostro muestra arrogancia, sus ojos muestran poder y sus facciones faciales muestran elegancia a gritos, pero siguen sin compararse a Leto.
Ella solo la observaba con curiosidad, pero no se comparaba con ninguna de ella.
Y si lo hiciera perdería su tiempo.
Sin más, deja todo en su lugar y apaga la luz para acostarse a dormir. Su mente necesita descansar, pero su subconsciente no la dejará esta noche. En el momento que cierra los ojos, sus sentidos se activan y se pone nerviosa de la nada.
Ella abre los ojos y encuentra algo parecido a un jardín en un bosque. Lo que hacia resaltar en este jardin eran todas las flores de color blanco, algunas tratando de marchitarse y otras resplandeciendo como nunca. Leto se acerca lentamente a las flores, no las toca todavía, solo quiere observarlas de cerca. Algunas se ven un poco viejas, pero están muy bien conservadas.
Sin embargo, en la mitad de todas esas flores, había una flor negra y una roja, la negra estaba llevando sus pigmentos a la rosa roja velozmente, como si la contaminará y así se empezó en todo el lugar, pero las blancas se contaminaban lentamente, como si se negaran a ser marchitadas por esa aura maligna.
—¿Qué es esto?
—Mi regalo de cumpleaños...
Leto, asustada se giró de inmediato observándose a ella misma, la diferencia es que esa Leto se veía poderosa, todo su cuerpo gritaba triunfo, y su rostro, no mostraba emoción alguna.
—¿Quién eres?
—Eso debería preguntar yo... ¿Qué haces en mi cuerpo?
—¿Tu cuerpo?, ¿de qué hablas?
Ella no le responde nada, se acerca a paso lento hasta quedar a solo un metro de distancia.
—¿Cómo te llamas?
—Soy Leto Ivanov...
—Eso es imposible, yo soy Leto Ivanov, mi padre es Alvize Ivanov... —ella estaba muy confundida.
—Eso te han hecho creer, pero tú no perteneces a mi cuerpo.
—No te entiendo...
—Verás, sufrimos un accidente hace unos meses, de los cuales yo estoy enclaustrada en nuestro cuerpo, y de ese accidente, saliste tu.
Ella abre los ojos asombrada... ¿Cómo era posible eso?
—¿Qué nos pasó...?
—Provenimos de una familia peligrosa, la familia en la que nacimos está atrapada en un legado y mi propósito es romperlo a toda costa. Pero al ejecutar el primer plan, recibimos un fuerte golpe en la cabeza y después de casi morir en este bosque, despertaste tú para reemplazarme en estos momentos...
—¿Reemplazarte?
—No es la primera vez que sales de mi cuerpo, hasta te pusiste un nombre... ¿Lo olvidas?
Ella parpadea incrédula y Leto tenía razón, la mujer que estaba ahora en su cuerpo no era la verdadera Leto... Ella era Elizabeth.
En ese momento, la mente de Elizabeth se inunda de sus recuerdos, la primera vez que vio a Leto, pero fue en un escenario distinto, fue en un hospital, ambas eran unas niñas, hablaban y tenían un trato, ninguna se iba a meter en la vida personal de la otra si llegaban a estar en el exterior... ¿Qué pasó entonces?
—Si, soy Elizabeth... Pero, ¿por qué todos tus documentos están a mi nombre?
—Cuando el Orfanato en el que vivíamos se incendió, llegamos a una casa hogar y la familia Watson nos quería adoptar, pero no podíamos hacerlo con mi nombre ya que mi padre pagó para darme por muerta hace mucho tiempo, el mismo día que nos conocimos para ser específico.
—¿Por qué te quiso dar por muerta...?
—Yo era maltratada en mi familia y todo el mundo pensaba que era por mi padre, pero realmente era mi madre, mi madre era alcohólica y drogadicta, así que yo pagaba sus arrebatos, despues'de que mi madre muriera, todos pensaron que yo corria riesgo estan bajo la justida de mi padre, así que me dio por muerta.
—Vaya... Así que todos los documentos son tuyos...
—Así es... Perdoname por usar tu nombre para todo esto, Elizabeth...
—No te preocupes, entiendo que lo hicieras para sobrevivir.
Elizabeth conocía muy bien la situación en la que vivía Leto, las veces que hablaban, ella estaba algo golpeada o cuando ella despertaba en el cuerpo de Leto, sentía los golpes que recibía.
Elizabeth ya podía recordar con exactitud toda su vida...
—¿Cómo están todos en el exterior?
—¿Por qué no los ves por ti misma? —Elizabeth era como el opuesto de Leto.
Elizabeth era más amable, carismática, simpática, alegre mientras que Leto era... Leto.
—¿Quieres que vuelva a mi cuerpo?
—¿Eh?
—Estás golpeada, te ves más agotada de lo que siempre te veías.
—No te puedo mentir, luchar con todo lo que te está pasando es agotador y no creo resistir sabiendo que ya recuerdo quien soy.
—De acuerdo...
—Pero antes, ¿qué significa este jardín?
—Es mi regalo de cumpleaños cuando estaba en el Orfanato, lo hizo Hades para mi, pero se está pudriendo...—ella observaba algunas de las flores que estaban flotando en algo parecido a un rio o una laguna.
Mejor conocido como una laguna diminuta.
—Es porque no estás en tu cuerpo...
—No... Es porque no he cumplido mi propósito.
NOTA:
Bien, para algunos que me preguntaron: ¿Por qué hay nombres falsos en la historia? Ya se dieron cuenta que no solo es un nombre falso en Leto, es la otra personalidad / identidad de Leto.
En los demás, eran porque fueron manipulados por Leto para que nadie supiera sus orígenes, recordemos que nadie tenía que saber que ese Centro Psiquiátrico estaba en funcionamiento y fingía ser un Orfanato... ¿Por qué? Lo explicaré después.
Por favor, comenten y voten.
Bye.