Desde un principio Kagura ya sospecho de su nueva vida con ese profesor inútil y el enano gafotas. Pero aun así le supo mal dejar a su familia, a todos sus compañeros y a su hermano.
Y a pesar de que nunca le importo el nuevo ambiente en su día a día, le hacía feliz.
Gintoki y Shinpachi. Sus nuevos amigos y familia.
Su razón para sonreír y esperar el mañana.
Y ahora que había entrado en ese colegio todo cambiaría, se divertiría mas, gastaría bromas y estaría con sus dos únicos amigos. Era especial para ella.
-Cierto
-¿Eh? ¿Que decías Kagura?- Pregunto Shinpachi mientras entraba al salón con el desayuno de esos pobres hambrientos.
-¿Arroz otra vez?
-Bueno, si quieres llamarlo así... -Dijo el joven con una mirada depresiva –Lo ha preparado mi hermana
El chico abrió el paquete y saco un plato de lo que cualquier persona en su sano juicio consideraría... basura.
-¡Ecs! ¿Qué es esta cosa? ¿Habrán calentado el vomito de Gin y después maldecido?- Soltó Kagura con una tremenda grima hacia lo que llevaba su amigo.
-No hay más opción, soy estudiante y no me pagáis. Encima que os invito no vengáis ahora de señoritos
-No digas tonterías- Dijo Gintoki mientras se sentaba en la mesa –Puede ser porquería pero no tenemos nada mejor, cerrad los ojos y imaginad que estáis comiendo la mierda de Sadaharu
-¡¡Eso no serviría de nada!! Prefiero comer eso a probar algo salido del culo de esa bestia- Grito Shinpachi histérico.
-Pues entones que problema hay, cometelo y punto- Dijo el mayor, seguidamente agarro un trozo y se lo llevo a la boca intentando saborear lo menos posible -¡¡Gheck!!
No pudo llegar ni al segundo bocado. El cuerpo de Gintoki yacía inconsciente en el suelo sacando toda materia sospechosa que su boca generaba.
-¡¡Gin-san!!
-Esto es una tontería, me voy a la tienda a ver si compro un poco de sukonbu. Os encerrarían si dejarais a una menor sin comer- Dijo Kagura mientras cogía del bolsillo del ahora inconsciente Gintoki dinero –Ahora vuelvo
-¡¡Espera Kagura!! ¡¡No me dejes con esto así!!- Soltó el pobre chico a gritos ''Siempre me deja todo el lio'' pensó mosqueado. ''Encima parece que quiere armarla en clase, ¿Qué voy a hacer si me obliga a participar? Hermana se enfadara conmigo''
...
El distrito Kabuki siempre fue desde sus principios, un lugar que desde luego no visitarías por turismo. Repleto de gente peligrosa y vándalos hacía pensar como una pequeña como Kagura caminaba tan tranquilamente por la calle. Se había sorprendido por sus compañeros desde un principio, pero después de todo, si no hay un reto no hay diversión.
-Oh mierda, tengo que ir corriendo, después hay clase con Gin-san. Aunque algo me dice que estará fuera de combate durante unas horas, jeje esa basura le había dejado K.O
Se recordó súbitamente de que se trataba de lo que la hermana de Shinpachi había preparado, desde luego no se parecía en lo absoluto al idiota de las lentes. Ella era algo más como...
-Gorileitor
-¡¡Pffff!! Jajajajaja, si desde luego ese nombre le queda mejor, pobre Shinpachi hasta me da pena y todo- Dijo Kagura riendo en medio de la calle y espantando a todo aquel que osase cruzársele. Pero paro cuando cayó en la cuenta de que parecía gilipollas.
-Ah, ahora que lo pienso, hace tiempo que no llevo la sombrilla. Esto está mal, me voy a quemar y Gin se enfadara
Tampoco es que la hubiera llevado a clase pero consideraba más seguro estar cuanto menos tiempo al sol mejor. Por el momento opto por ir entre las sombras de los edificios para llegar a su destino. Total solo era para comprar un mísero paquete de su preciado sukonbu. No pasaría nada.
El camino se le hizo más largo de lo normal debido a su intento de ir solo por las sombras pero por fin llego a la tienda, compro todo lo que pudo y salió para volver a enfrentarse a su enemigo solar.
-Este sol da más asco que la ropa interior de Shinpachi
Decidió que lo mejor sería ir corriendo pero antes de que eso ocurriera se fijo en algo o más bien alguien que le llamo la atención.
-¿Eh? Ese chico de ahí lleva el uniforme de la escuela
Se le quedo mirando fijamente, iba acompañado de una hermosa joven y este le sonreía dulcemente.
Kagura vio algo raro. Dulzura y alegría no iban de la mano con ese uniforme. Además, no parecía estar dispuesto a ir al centro escolar, estaba ahí hablando mientras iban hacia el sentido contrario del colegio.
-¡Perdona!- Grito Kagura mientras se acercaba apresuradamente. Esta era otra buena oportunidad, sin duda lo conseguiría – ¿Tu eres de la escuela de aquí cerca?
El chico se giro sorprendido ante la llamada de Kagura y se apresuro a mirar su uniforme con una mirada que dejaba ver un poco de rabia. Kagura se sorprendió ante eso, a lo mejor ya había escuchado ayer de ella en la escuela, entonces no tendría nada que hacer.
-Si, si lo es- Respondió la acompañante del chaval antes de que este dijera nada –Es mi hermano pequeño y esta vez me ocupare de que no se salte clases
La mirada del chico se suavizo y volvió a dirigirse hacia donde se encontraba esta –Venga hermanita, solo era una pequeña broma, si que iba a ir a la escuela tan solo quería disfrutar más el tiempo contigo –Seguidamente miro a los ojos a Kagura y entorno de nuevo una sonrisa -¿Tu también vas no? Me alegra que vayamos a compartir este año juntos así que esforcémonos al máximo
Wow. Que amabilidad. Kagura no veía tanta alegría desde que jugaba de pequeña con su hermanito, le constaba creer que el chico fuera a esa escuela marginal llena de salvajes.
Desde luego, si así era Kagura tenía claro que dios no era compasivo.
-Vas a compartir clase con mi hermano ¿Cierto? Qué bien, me alegra que ya tengas una amiga –Dijo la chica con un elegante saludo, a Kagura casi le parecía una princesa –Me llamo Mitsuba, espero que nos llevemos muy bien
-Ah, ¡Si! –Dijo felizmente Kagura ante la directa chica. Había hecho una amiga, y aunque no fuera a su colegio le hizo mucha ilusión. Aprovecho y se giro hacia el chico –Yo me nombro Kagura, y aunque parezca pequeña voy a tercero –Dijo mientras le tendía la mano
El chico vacilo un segundo ante ese gesto y miro a su hermana un poco intranquilo pero al final le estrecho la mano a la joven con un suspiro seguido de una estable sonrisa.
-Mucho gusto, me alegra conocer a una chica tan amable y dulce como tú, desde luego no como otras –Dijo mirando a su hermana pícaramente.
Kagura se sonrojo, nunca le habían dicho nada parecido ninguno de sus dos amigos y de pronto, un chico que apenas conocía le soltaba eso tan bonito. No pudo evitar apartar la mirada, su corazón le latía más rápido de lo normal.
¿Había sido cosa de ese increíble chico?
-¡Hmp! No le puedes decir eso a una dama- Dijo Mitsuba molesta –Es mi deber asegurarme de que vayas al colegio y cumplas tus obligaciones
-Vamos, vamos. Solo era una broma, no te lo tomes a mal ¡Oh! Ya sé, cuando vuelva te cocinare algo especial, pero ahora tengo que ir a clase. No te preocupes, esta damita se asegurara por ti de que cumpla con todos mis horarios-Le contesto mientras le acariciaba la cabeza a Kagura con una sonrisa, a lo que esta se sonrojo aun mas.
-Está bien, no importa-Dijo mientras empezaba a alejarse, no sin antes despedirse –Puedes venir a casa a comer siempre que quieras, Kagura. ¡Nos vemos!
Ambos se quedaron observando cómo se iba alejando, a Kagura le había hecho muy feliz esa invitación. ¡Tenia nuevos amigos!
Además de una nueva sensación.
Miro cuidadosamente al chico que se encontraba ahora a su lado aun con una emoción extraña en su cuerpo. Estaba muy feliz, ese chico le había hecho sentirse como nunca antes. Y quería agradecérselo.
'' ¿Eh?''
Curiosamente, el chico seguía mirando donde antes había estado su hermana con mirada complaciente. Pero ya no sonreía, de hecho, parecía otra persona. Ya no era el chico dulce y perfecto tan estereotipado en las típicas historias de amor que sacaban en la tele. Ahora parecía más bien alguien distante y seco.
Y eso entristeció un poco a Kagura.
Se sentía un poco incomoda ahora, miro a su alrededor con un vistazo para intentar relajarse pero cuando se volvió el chico ya no estaba. Se estaba yendo.
Kagura se acerco rápidamente a él.
-Esto...
-Deja que te diga esto antes de que hayas malinterpretado toda la escena anterior- Le soltó con una fría mirada –Me da igual que vayas a mi colegio o todo lo maja que puedas ser, tan solo quería tranquilizar un poco a mi hermana. No quiero estar contigo y mucho menos ser tu amigo, así que ¿Por qué no olvidamos esto y nos vamos cada uno por su lado? Y que conste que lo he dicho de la manera más amable posible, tan solo es que no me importas
-...
Kagura no asimilo con exactitud la frase entera.
Y esta vez no era por sus abundantes desaciertos gramaticales en esa rara lengua, ni por su escasa concentración hacia los comentarios de las otras personas.
Lo había entendido y escuchado.
Y eso no le agrado en lo absoluto.
El chico decidió irse, no sin antes intentar regocijarse ante la reacción de la supuesta cría que había molestado la conversación con su querida hermana.
Pero no fue del todo así. Donde esperaba ver fracciones de sorpresa y humillación en su patético rostro se encontraba con una escena un tanto peculiar.
La chica se acercaba a él con paso apresurado y una mirada de profunda ira.
Le fue tan sorpresivo que apenas pudo evitar el puñetazo que iba directo a su rostro. Pero se trataba de él, no podía dejar que alguien se atreviera a dañarle, ni mucho menos que fuera una cría con la fuerza de un paj...
El suelo vibro antes de desquebrajarse ligeramente, seguidamente la onda de fuerza alcanzo un poco mas de tierra y la redujo a cenizas.
La sorpresa no fue lo único que le llego a la victima si no también la onda que le hizo tambalearse. Tuvo que parpadear varias veces antes de miras a ''la supuesta cría con la fuerza de un pájaro''. Y ante su presencia solo pudo decir una cosa:
-Hostia puta
Pero Kagura seguía furiosa. No podía creer que le hubiera dicho algo así. Al final Kagura se convenció ya de que cualquier persona con el uniforme de su escuela no podía ser más que un capullo de campeonato. Ese cabrón le había hecho daño, no pudo hacer otra cosa que dejar salir toda esa rabia de alguna forma, aunque eso conllevara a la destrucción de parte de la acera y la atención de bastantes miradas de pánico y sorpresa por parte de los espectadores de esa escena. Y encima uno de ellos sería el idiota al que había intentado golpear con intención de matarle.
Desde luego, el chaval ya podía ser nombrado de héroe si tenía las pelotas de levantarse tranquilamente después de la violenta escena. Y aun más si todavía se atrevía a mirarla a los ojos con burla y superioridad.
Ese chico las tenia toditas.
Esto la cabreo aun más. Mucho más.
Pero destruyendo por completo las expectativas del chico sobre volverle a atacar decidió simplemente chasquear la lengua.
Una y otra vez. Pero esto no la tranquilizo.
Con una intensa y azulada mirada de ira se dirigió al chico mientras escupía al suelo en signo de indignación.
-Tu... cabrón de mierda, ¿Quien cojones te crees que eres para burlarte de mí de esta forma? – Dijo seca y gravemente demostrando cuan buena podía ser él en idioma a la hora de insultar.
El chico relajo su cuerpo y miro a la chica a los ojos ignorando los muchos insultos que había recibido. Sonrió ampliamente y con un gesto de superioridad dijo:
-¿Qué quien me creo? Pues Okita Sougo, uno de los líderes del Shinsengumi