—¡Eres un imbécil! —le gritó Heechul, empujando fuertemente al chico que tenía a su lado.
—Tranquilízate, si te escuchan nos descubrirán —respondió mientras se acomodaba el traje que segundos antes Hee había arrugado.
—Estamos prácticamente en problemas, ¿te das cuenta? ¿Quién te garantiza que esa reunión se está llevando a cabo? Kyuhyun no está y él no sabe nada de esa reunión, todo esto es demasiado extraño. —Heechul se frotaba las manos intentando mantener la calma, estaba con los nervios de punta.
Hangeng sonrió al ver la barra en 99%, todos los archivos que Bennet había escondido al padre de Kyu estaban ahora guardados en una pequeña USB, aunque no era lo único que había hecho. Tomó la memoria y la metió en la bolsa de su pantalón. El trabajo estaba hecho.
—No tardé demasiado en copiar, tardé en hackear su computadora —se excusó, besó a Heechul en los labios para tranquilizarlo.
—Estúpido, salgamos de aquí antes de que alguien nos vea. No quiero ni imaginar lo que nos haría ese hombre al vernos hurgando en sus cosas.
Los dos abandonaron la oficina de Bennet y entraron al elevador. Hangeng presionó el botón de la primera planta para largarse de una vez por todas de la empresa. Los dos no estarían tranquilos hasta llegar a la casa de los Cho, era el único sitio seguro, o tal vez no.
—¿Por qué viniste aquí tú solo? —le reprochó Hee mientras miraba la puerta del elevador con los brazos cruzados, estaba todavía muy enojado con él, había actuado de manera imprudente.
—Porque no quería que corrieras algún riesgo —la risa de Hee hizo eco en el pequeño espacio.
—Sí, claro —Hangeng tomó su mano.
—Fue un error que vinieras. Tú siempre dices que no somos nada, que no te interesa ser mi novio, pero tú me quieres, y el quererme te ha hecho venir por mí —Heechul lo miró sin saber qué responderle porque sabía que tenía razón. Desde hacía tiempo que amaba a Hangeng, pero era demasiado orgulloso para admitirlo—. Y ahora yo temo no poder defenderte.
La puerta se abrió y fuera de ella los estaban esperando. Hangeng tenía razón, eran demasiados y no podrían contra ellos. Heechul intentó resistirse, pero pudieron detenerlo entre dos hombres, otros tres registraron a Hangeng logrando quitarle la USB de la bolsa de su pantalón.
Un hombre mayor, con algunas canas, ojos de color y piel blanca se hizo presente entre todos ellos. Heechul apretó los dientes, ese era Bennet, el padre de la bruja de Saki. El sujeto vestido con traje gris se paró frente a Hangeng y lo observó de pies a cabeza, el chino era más alto que él, pero ese hombre ganaba en superioridad pues tenía a diez personas a su disposición justo en ese momento.
Uno de sus hombres le entregó a Bennet la USB, la cual movió en sus manos por varios segundos. Heechul tuvo ganas de partirle la cara a ese imbécil, por tantos años había sido amigo de su jefe, y por esos tantos años le había robado. El señor Cho no era la mejor persona del mundo, pero era mil veces mejor que esa escoria.
—Voy a quedarme con esto —dijo Richard mientras sonreía.
—Maldito viejo, sabemos lo que hace, se lo contaremos a Kyuhyun y al Señor Cho para que la policía se encargue de ladrones como usted —habló Hee, sus ojos casi podían soltar chispas.
—Tú te encargas de los trabajos sucios de Cho —dijo el hombre, reconociendo a Hee—. Me temo informarte que no los dejaremos ir. Estuvieron a punto de descubrirme, pero afortunadamente la cámara de seguridad es muy eficiente.
—¡Te estás aprovechando del señor Cho, le estás robando todo! —uno de los hombres golpeó el estómago de Heechul para que se callara, pues estaban en el piso principal de la empresa, desafortunadamente no había mucho movimiento, lo cual era extraño.
—Cho no es precisamente un santo, ¿o ya se te olvidó todo lo que has hecho para él?
—No, no lo he olvidado. Todo lo que he hecho está mal, pero en cierta parte se lo merecían, me encargo de todas esas personas que intentaron o hicieron daño a esta empresa, personas como tú —respondió Heechul sin apartar su mirada, no le daría el gusto a ese viejo de verlo suplicar.
—Si te unes a mí no recibirás ningún castigo, te permitiré vivir, de lo contrario estos hombres te matarán en el mismo basurero donde Cho te recogió —Heechul dejó de forcejear, se acomodó el saco y le sonrió a Richard para después ofrecerle su mano en señal de que tenían un trato.
Richard la aceptó, pero su sonrisa se borró al sentir un dolor insoportable en su muñeca, Heechul había doblado su mano al punto de romperle la muñeca de un solo movimiento. El hombre gritó muy fuerte y esta vez Hee fue calmado por medio de golpes que fueron a parar a todo su cuerpo.
—¡Heechul! —gritó Hangeng, pero también lo golpearon.
—¡Llévenselos y mátenlos! —gritó Bennet como pudo—, que no quede nada de ellos.
***
Sungmin dejó la laptop de Kyuhyun de lado para observar nuevamente el reloj digital que había junto a la cama. Kyu se había ido cuarenta minutos antes y no sabía cuánto tardaría en regresar con su familia, y eso incluía al señor Cho, que lo odiaba a muerte por hacer que su hijo rompiera su compromiso con Saki para irse a Corea con él.
Suspiró, no sabía de qué manera acercarse al papá. No podía ser muy amistoso, pero tampoco muy seco, necesitaba ganarse su confianza de alguna manera, pero ¿cómo? Su corazón dio un brinco al escuchar la puerta abrirse. Debía ser Kyuhyun, su sonrisa se borró al ver parada a Saki en la puerta con una mirada horrible. Parecía imaginar qué tortura comenzar a hacerle.
—Fue tan sencillo entrar —dijo al ver la cara de horror de Min—. Las personas de seguridad son unos inútiles, ¿dónde está Heechul ahora? Da igual, papá no tardará en deshacerse de él.
—¿Qué quieres? –se atrevió a preguntar Minnie, tragó saliva después de mirar su sonrisa torcida.
—¿Todavía lo preguntas? Creo que puedes imaginarlo, Lee Sungmin.
Min vio a otra persona entrar junto a ella, era una de las personas que Bennet regularmente contrataba para su seguridad y la de su hija.
—Duérmelo y llévalo al auto —le ordenó.
Sungmin tomó mucho aire intentando calmarse, dio un paso hacia atrás pero inmediatamente fue sujetado por aquel hombre, el cual puso una especie de pañuelo en su nariz, después no supo nada más, se desmayó debido al cloroformo impregnado en él. Lo cargó en sus brazos y Saki se acercó para verlo.
—Lamento tener que dormirte, pero queremos que vivas hasta tu pequeña tortura, querido Sungmin —Saki pellizcó sus mejillas y después salió de la habitación con el hombre y Min en brazos.
Mientras salían rumbo al auto, uno de los empleados, Leeteuk, vio cómo subían a Sungmin al auto de Saki. Gritó pero no se detuvieron.
—Tengo que avisarle al joven Kyuhyun —se dijo, y corrió adentro para buscar el teléfono.
En ese momento, un chico en bicicleta se detuvo a mirar el carro que salía de la propiedad de los Cho. Reconoció a dos personas en ese auto, así que decidió seguirlo.
***
La policía había llegado a la escena. Todo indicaba que alguien había entrado a la casa mientras la mujer estaba sola y la mataron, era claramente un homicidio. Donghae se había hecho cargo de Henry, lo llevó a casa de sus padres y les pidió que lo cuidaran mientras regresaba con Hyuk. Hae lo observó mientras este hablaba con la policía. Tenía los ojos rojos de tanto llorar, su ropa tenía algunas manchas de sangre y su aspecto era lamentable. Deseaba tanto apartar a todo el mundo y estar ellos dos solos, abrazarlo y decirle que todo iría bien, que no debía culparse ni mucho menos desear terminar con lo que había iniciado la noche anterior. Donghae se acercó un poco para escuchar mejor, Hyukjae se sintió más tranquilo al verlo de vuelta.
—¿Tiene algún sospechoso en mente, señor Lee Hyukjae?
Hyuk tardó en responder. Sabía quién había sido, no necesitaba pruebas para que lo convencieran de ello, pero la policía sí, necesitaba darles el nombre del tío de Sungmin aunque eso significara más preocupaciones para su amigo, pero debía hacerlo, de lo contrario lastimaría más a Minnie.
—Sí, sospecho de alguien —respondió muy serio.
—Bien, vamos a comenzar una investigación. Pasará a declarar, usted, su hermano y su amigo lo más pronto posible —Hyuk asintió—. Se le informará de cualquier avance en la investigación.
Cuando el policía se fue, Hae se acercó para abrazar a Hyuk. No lo dejaría solo a partir de ahora, tenía medo de que pudiera pasarle algo malo a Hyukjae, no podía permitirlo.
—El tío de Sungmin, Hae, él lo hizo. Estoy seguro —dijo intentando calmarse, el pez lo tomó de ambas manos.
—Vamos por Henry a declarar, será duro para él, pero entre más rápido hagamos las cosas, mejor. Los dos se pueden quedar en casa por el momento, ¿Hyuk?
—Voy a contar todo, que Henry es el hijo de ese hombre y que yo lo provoqué el otro día... qué él violó a mamá —dijo mirando a la nada si prestar atención en las palabras del pez—. Él no estaba la noche que me metí en su casa, porque estaba aquí matando a mi madre.
—Hyuk...
—Lo de mamá fue sólo una advertencia —Hyuk apretó las manos de Hae entre las suyas—. No te preocupes, no he olvidado lo que me dijiste, aunque mamá ya no esté, te tengo a ti y a Henry, no cometeré una locura, pero sí haré lo posible porque las leyes juzguen a ese hombre.
—Gracias por escuchar Hyuk, ya verás que todo saldrá bien —Hae se abrazó nuevamente a él hundiendo su rostro en su pecho, haría lo necesario para consolar a Hyukjae ahora que más lo necesitaba.
***
Kyuhyun había estado arreglando los últimos detalles para que su padre se fuera del hospital ese mismo día. Su mamá estaba muy feliz y su papá parecía más tranquilo. Lo subieron en una camilla hasta arriba de la ambulancia y su mamá se fue con él. Kyuhyun escuchó su celular sonar, así que respondió inmediatamente al ver el número de su casa.
—Habla Kyuhyun, ¿qué pasa?
—Joven Kyuhyun, soy Leeteuk —escuchó la voz desesperada.
—Leeteuk, ¿qué sucede? —de pronto tuvo un mal presentimiento.
—Es el joven Sungmin, vi a Saki Bennet llevárselo en un auto con ayuda de un hombre, parecía inconsciente —explicó presuroso. El alma de Kyu se fue de su cuerpo, estaba pálido.
—¡¿Dónde diablos está Heechul?! –gritó desesperado.
—Las empleadas lo están buscando, pero no parece estar en la casa —Kyu subió inmediatamente al auto, necesitaba ir a la empresa a buscar a Hangeng y de paso preguntarle, por las malas, a Richard Bennet sobre el paradero de su loca hija.
—Intentaré contactar a Heechul, si hay alguna novedad, háblame.
No le dio tiempo a Teuk de responder. Manejó a gran velocidad por la autopista. La preocupación iba en aumento, esa loca era capaz de cualquier cosa. Llamó al celular de Heechul desde su auto, pero no respondía, golpeó el volante con desesperación, eso no podía estar pasando, no a Sungmin, le prometió cuidarlo, le había dicho que con él estaría seguro y ahora esto... Tenía que encontrarlo sano y salvo.
Aparcó el auto frente a la empresa, bajó sin cerrar la puerta y corrió subiendo las escaleras hasta llegar a la puerta principal. Una vez dentro comenzó a pedir información sobre Hangeng, el nuevo empleado. La mujer detrás del escritorio bajó la mirada, parecía tener dudas de si hablar o no.
—¡Maldita sea, dígalo ya! La vida de una persona está en juego —le gritó. La joven asintió asustada.
—Hace poco unas personas se llevaron al señor Hangeng y al empleado del señor Cho, no supe a dónde iban, pero parecía que los obligaban a marcharse —explicó completamente asustada, el asunto era serio.
—¿No dejaron algo?, lo que sea —la impotencia podía reflejarse en el rostro de Kyu.
—Bueno, muy temprano el señor Hangeng me pidió que le dijera que le dejaría una información en su correo, que era urgente que la viera.
Se habían llevado a Hangeng y Heechul por una razón, y Kyu creía saber por qué. Sin decir nada más subió hasta la oficina de Richard Bennet interrumpiéndolo, estaba sentado en su oficina con una mueca de dolor en el rostro mientras cuidaba una de sus manos lastimada. Intentó relajar el rostro en el momento de ver a Cho Kyuhyun hecho una fiera.
—¡Tú, me vas a decir ahora mismo dónde está la loca de tu hija!, y también a dónde enviaste a Heechul y Hangeng —exigió quedando a cinco centímetros del escritorio. Richard se levantó de la silla.
—Yo no tengo idea de qué hablas —Kyuhyun lo tomó del saco con ambas manos, estaba tan tentado de lanzarlo por la ventana...
—Dímelo, o juro que voy a encargarme de hacer tu vida miserable tras las rejas —el hombre rio fuertemente, no tomaba a Kyuhyun en serio— ¿Te parece gracioso? Hoy mis dos empleados descubrieron tus asuntos fraudulentos, y para evitar que te descubrieran los desapareciste, pero ellos son más inteligentes que tú y todo tu ejército de matones ¿Creíste que les habías ganado?
—Tu padre confía en mí, no hay ninguna prueba porque yo se las quité, la información ha sido destruida —dijo muy seguro de sí mismo.
—Bienvenido al siglo XXI, anciano —dijo Kyu soltándolo, mirándolo desafiante—. Te explicaría lo que es el internet y sus útiles funciones, pero tengo demasiada prisa —dio algunos pasos rodeando el escritorio hasta tenerlo sin ningún obstáculo y a su completo alcance. Lo tomó del cuello de su camisa con fuerza mientras su mirada se intensificaba—. Ahora, dime dónde diablos está tu lunática hija.
***
Sungmin despertó al escuchar ruidos. Alguien gritaba ¿quién era? Sintió que estaba atado de manos y pies, se levantó hasta sentarse e inspeccionó el lugar. Estaba en lo que parecía ser una bodega vieja y abandonada, con algunas ventanas rotas y sucias; el piso estaba bastante mugriento y olía horrible. Todavía era de día, por lo tanto, tenía una visión clara del espacio. Volteó hacia atrás en dirección a las voces, pudo ver a Heechul y Hangeng atados y en las mismas condiciones que él.
—Heechul hyung —dijo Minnie esperando que lo escucharan, y así fue.
—¡Sungmin! Estamos intentando pensar en algo ¿sí? No te asustes, vamos a pensar en cómo salir de aquí –le dijo, lo cierto era que Min no estuvo tranquilo con eso, pudo leer desesperación en los ojos de Hee.
—¡Hyung! —el grito de Min hizo eco en la habitación.
—Sungmin, vamos a pensar en algo, no te asustes —imitó Saki apareciendo en el lugar, después rio fuertemente. Le había dado una cachetada a Heechul para que se callara— ¡No van a salir de aquí, si lo hacen será muertos! Mi papá me dijo de este sitio, no puedo creer que hayas vivido en este tipo de lugares, pero te queda —miró a Hee.
Min sintió que su corazón no se encontraba bien, el efecto de la pastilla estaba pasando, si no los rescataban rápido, moriría debido a todo lo que estaba viviendo justo ahora.
—Bien —Saki no podía ser más hipócrita, sonreía triunfal mientras observaba a sus presas—. Desearía tanto que Kyuhyun estuviera aquí, me encantaría ver su cara mientras eres tomado por otros en su propia cara.
—¿To... tomados por otros? —preguntó con miedo en su voz.
—Chicos, Sungmin es un joven muy lindo, estoy segura de que no notarán la diferencia.
El rostro de Heechul se desfiguró al entender qué es lo que pretendía esa bruja. Uno de los hombres avanzó hasta quedar a escasos centímetros de la figura en el suelo, Sungmin había comenzado a temblar.
—No está mal —comenzó a desabrocharse el cinto.
—¡No, no!, ¡no lo toques, no lo toques! —gritaba Heechul, retorciéndose en su sitio. Hangeng intentó levantarse, pero lo golpearon varias veces en el rostro— ¡SAKI, DETENLOS!
—No te preocupes Heechul querido, después sigues tú —le dijo con una sonrisa, después centró nuevamente su atención en Sungmin, el cual comenzaba a llorar mientras era desvestido.
---------------------
Hola! Sungmin está en peligro! :(
Espero que les haya gustado, Solo dos capítulos para el final!