como cada mañana al despertar,
despertar por querer existir,
y el café,
marrón y tal vez oscuro,
el periodico con su apatía,
apatía del miserable trabajo,
trabajo resumido en rutina,
la misma que nos caracteriza,
caracteristicas que no son,
las mismas de años atrás,
soñando lo que no deben,
para terminar haciendo lo que no se sabe querer,
el querer es apatía,
como el tener que despertar cada mañana,
sin ningún proposito,
la apatía de amar a quien creemos amar,
conjugando las almas,
como amantes que juegan a ser fieles,
fidelidad a existir,
fidelidad a cumplir,
fidelidad a encerrarse en una miseria,
sin forma alguna de vivir,
de un lado a otro sib dirección,
sin amor
amantes de la rutina
muriendo entre sí
acabando con todo
y el todo ya es,
nada.