DROPPED 2 - CLOUDS

By caitlinstories

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Él pensaba que moriría en aquella celda. Ella que nunca más le volvería a ver. Él encerró sus sentimientos en... More

Sinopsis.
CLOUDS
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15.
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Epílogo
DROPPED 3
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¡NOTICIAS!

Capítulo 10

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By caitlinstories

Jared.

Una vez estoy dentro de las calles de Nueva York entro en el hotel más cercano de la estación de metro y reservo una habitación hasta el martes que viene, día que volveré a Heaven. Sí, quiero irme lo antes que pueda, y si pudiera me iría justo el domingo después de mi combate, pero no hay vuelos hasta el martes, así que me conformaré con eso.

Me doy una ducha con el agua fría que me proporciona la ducha, necesito una ducha de estas, de las que me alivian, de las que hacen que mis músculos dejen de sentirse tan tensos.

Necesito que estas frías gotas que acarician mi piel sean el cambio, que el vapor que se apodera de cada centímetro del baño sea la fuerza que me permita avanzar un paso, o mejor dicho, retroceder. Sí, eso es lo que necesito, retroceder al pasado, ser la persona que todos temían, y en parte siguen temiendo por los rumores, pero quiero serlo de verdad. Quiero ser un idiota con las chicas, quiero partir narices, mandíbulas, cualquier hueso, quiero fumar y vender drogas, ganar dinero, guardar cadáveres en mi habitación, no tener que darle explicaciones a nadie de lo que hago... Quiero ser Dropped.

Cierro mis ojos y hago puños con mis manos. Dejo que el agua siga saliendo por la alcachofa y que se deslice por piel. Casi puedo sentir como la ira de cada gota penetra en los poros de mi piel y se mezcla con mi sangre. Las paredes de mi corazón que se habían ablandado con el tiempo empiezan a endurecerse, mi sangre empieza a bajar su temperatura. Sé que es metafórico, pero en realidad lo siento así. Siento el metamorfismo que se produce en mi interior, como mis sentimientos dan un vuelco, como todo va cambiando lentamente.

No puedo seguir siendo el débil enamorado que era, no quiero seguir siéndolo.

Apago el grifo y entonces todo ha terminado. Algunos de los recuerdos se han disuelto con el vapor junto con algunos sentimientos. Tomo una bocanada de aire y después lo expulso todo.

Salgo de la ducha y me seco rápidamente para ponerme el pijama ya que hace un frío que pela. Me seco el pelo por último con la toalla y salgo al pequeño salón para tumbarme en el sofá y ver la televisión.

Poco a poco me voy quedando dormido hasta que finalmente caigo en un profundo sueño. Ha sido un día largo, y mañana tengo por seguro que también lo será. O quizás no.

A la mañana siguiente me despierto a las una de la tarde. Me sorprendo por lo tarde que se ha hecho y me visto para después salir del hotel.

Camino por las ya llenas calles de Nueva York y busco un bar con mi mirada, necesito volver a mis costumbres.

Llego a un bar cutre en el que solo hay viejos, pero no me molesto en buscar otro, las calles están demasiado llenas y me empiezo a sentir atrapado entre ellas, así que entro en este. Me siento en la barra y espero a que la joven camarera que se encuentra tras esta me atienda.

-Un joven, raro. -me dice cuando me ve.- ¿Esperas a tu abuelo?

Le sonrío de lado y niego con la cabeza.

-Ponme una cerveza. -le pido.-

-Está bien, vamos a hacer como si no soy consciente de que no tienes la edad suficiente para beber alcohol. -me dice mientras coge un vaso de cristal y lo llena de cerveza.- Porque la gente joven no viene aquí.

El bar está lleno de viejos borrachos que probablemente están aquí por no sentirse solos en su casa, recordando a su difunta esposa. En parte, me siento identificado con ellos, yo intento hacer lo mismo, aunque yo no soy un viejo.

-¿De dónde eres?

Frunzo el ceño.

-¿Tanto se nota que no soy de aquí? -pregunto.-

-Sí, si conocieras Nueva York hubieras ido al bar de abajo, pero como no lo eres supongo que has estado buscando un bar y has entrado en este, el primero que has visto. No eres al primero que le pasa.

Suelto una carcajada después de darle un sorbo a mi vaso.

-Soy de California.

-California, guau, dicen que es espectacular, sobre todo el clima.

-Lo es. -le digo.-

-¿La gente es tan increíble como el estado? -Me pregunta sonriéndome de lado.-

No sé en qué momento he llegado a esto, pero me encuentro en una cabina de los baños follándome a la camarera, quien gime como una zorra con mis penetraciones.

Pego su espalda contra la pared y acelero mis movimientos, haciendo que su cuerpo empiece a subir y bajar alocadamente.

Minutos después llego al orgasmo con algo de dificultad y muchas más penetraciones. Ahora entiendo por qué nadie viene a este bar.

Me alejo unos centímetros de ella para subirme los vaqueros y abrochármelos para después salir del baño y darle un último sorbo al último vaso de cerveza que pedí y marcharme del bar.

Mucho mejor.

Madison.

-¿Segura de que llevas todo lo necesario? -Me pregunta Jeremy mientras coge mi mochila para guardarla en el maletero.-

-Segura. Solo serán tres días, así que no llevo gran cosa.

Jeremy ha venido a mi casa para recogerme y después prender nuestro viaje a Nueva York. En parte, me emociona el hecho de que vayamos a Nueva York ya que nunca antes he estado allí y siempre ha sido uno de mis destinos donde viajar en un futuro. ¿Quién diría que acabaría yendo para esto?

-Entonces ya podemos irnos. -Cierra el maletero.-

Miro a mi tía, quien me mira apenada. Sé que ella no quiere que me vaya ya que estoy a su cargo y se preocupa de que pueda pasarme algo, pero al final ha accedido, y valoro mucho eso en ella. Sé también que papá nunca me hubiera dejado viajar con un chico, o con alguna amiga, a cualquier otro estado.

-Tened cuidado. -Dice mi tía mientras me envuelve entre sus brazos.- Y envíame un mensaje cuando lleguéis a vuestro motel.-

-Lo haré. -le dedico una sonrisa. -No tienes por qué preocuparte.

Toma una bocanada de aire.

-Vamos, no lo hagamos más largo o acabaré llorando. -me dice.-

Vuelvo a abrazarla y entonces me subo al coche con Jeremy.

-¿Has ido a Nueva York antes? -le pregunto.-

-Nope, será una nueva experiencia para los dos. -Sonríe de lado mientras arranca el coche.- Espero que acabe bien.

-Crucemos los dedos...

Enciende la radio y dejamos que la música se sumerja en la cabina del coche mientras conducimos hasta Nueva York, un viaje que resulta ser más corto de lo que me esperaba.

A las cinco de la tarde ya estamos en el motel que reservamos por internet pidiendo nuestras llaves.

-Esta es la habitación 678, y esta la 679. -Dice entregándonos las tarjetas.- En caso de que las perdáis tendréis que pagar cinco dólares por otra.

No le tomo importancia ya que tengo por seguro que no la perderé. No soy una chica descuidada.

-Cinco malditos dólares por una tarjeta. -Farfulla cuando subimos al ascensor.- ¿Son millonarios aquí o qué?

-Estamos en Nueva York. -Le digo regalándole una sonrisa.-

-Esa no es una excusa.

Salimos del ascensor cuando se detiene en la cuarta planta y nos dirigimos cada uno a nuestra habitación para deshacer las maletas. Las habitaciones no son muy grandes, pero sí lo suficiente como para un motel barato.

Quedamos en descansar y a las 8 salir por las calles neoyorquinas para explorar y quizás, por alguna casualidad, podríamos encontrar a Jared.

¿Habrá cambiado en estos seis meses? Sé que yo sí lo he hecho, y espero que él no, espero que siga siendo el mismo Jared que me quería. Tengo esperanzas en que siga siéndolo. Espero que el dolor de la idea equivocada que tiene de mí y Jeremy no le haya llevado a cometer locuras, tal y como él suele hacer, aunque yo también las he hecho. Estos meses han sido una puta locura en mi vida, un desperdicio. Y sé que en el momento en el que volvamos a estar juntos todo volverá a ser como antes, volveré a recordar lo que realmente era vivir, y quizás pueda volver a vivir con papá y Kate.

Antes de que me dé cuenta ya son las ocho. Me ha dado tiempo a dormir, ducharme, comer un poco y vestirme. Me he puesto unos vaqueros ajustados con un jersey blanco con manchas negras ya que el tiempo aquí parece ser un poco más frío.

Salgo de mi habitación para reunirme con Jeremy y me lo encuentro justo en la puerta de mi habitación.

-Justo a tiempo. -dice sonriendo.-

-Vamos. -le digo.-

Es raro, sí, estar aquí con Jeremy es raro. No solo por lo que pasamos, por la relación que tuvimos y el catastrófico final, ni siquiera por los meses de sufrimiento que me provocó, es raro porque hace unos días fui yo quien se lanzó desesperada a besarle sin saber el por qué. No quiero pensar que fue porque estaba desesperada, porque yo nunca le haría algo así.

-He estado buscando en internet algunos lugares buenos para cenar y he encontrado uno a unos pocos minutos de aquí. -me informa.-

-Genial. Estoy hambrienta.

Salimos del motel y el frío nos perfora. Me abrazo a mí misma intentando no tener tanto frío así, pero no parece funcionar. Jeremy se percata de ello y se acerca un poco a mí rodeándome con sus brazos.

-Hace un frío que pela. -dice.-

-Y que lo digas. -tirito.-

Caminamos unos minutos más hasta llegar a un restaurante italiano con menús bastante baratos. Pedimos una pizza para compartir y dos vasos de coca-cola.

-¿Dónde crees que podríamos encontrarlo? -le pregunto.-

-Eres tú quien debería saberlo. -me dice.- Si está aquí en vez de en Heaven es por algo.

-¿Y si está ya en Heaven?

No, no quiero ni hacerme la idea. Él tiene que estar aquí.

-Miré en internet y el vuelo más reciente era la semana que viene, así que aunque quisiera no podría irse.

-Mañana por la mañana podemos buscar por el centro de la ciudad. -le digo.-

-Como quieras. -Me dice mirándome a los ojos.-

Espero que encontrarle no sea tan difícil como parece, porque entonces todo se habría terminado, a no ser que volviera a California. No, no puedo rendirme tan rápido, él está aquí, y cueste lo que cueste voy a encontrarle, voy a decirle lo que siento de verdad, y entonces e resto será cosa suya. Todo estará en sus manos.


¡Ya están en Nueva York! Chan Chan Chan ¿Sabéis lo que significa eso? ¡Que queda poquísimo para que se encuentren! ¿Lo lograran?

¡Dejad vuestros comentarios y votos?


PD: ¿Os gusta Justin Bieber? *.* ¡Está en España! Oh my god.

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