Tanner caminaba de un lado al otro esperando la tan ansiada llamada. Al sonar el teléfono, este atiende rápidamente.
—¿Hola?—pregunta esperando oír la voz.
—Tanner, dime que tienes buenas noticias—pide el hombre a través del teléfono.
—Sí señor, estamos dentro—dice esperando una felicitación.
—¡Perfecto!—exclama—. Dime, ¿cómo es todo por ahí?—pregunta inquiere.
—Aburrido señor, pero seguir a la chica lo hace todo un poco más divertido—ríe—. Lo mejor es que nunca se da cuenta.
—No festejes tanto—detiene su alegría—. Nunca sabes si ésta va a ser mas astuta que las anteriores o si el chico ya empieza a aconsejarla.
—Es imposible eso señor—exclama con una sonrisa petulante—. Todavía no se conocen. Lo que me preocupa son su familia y amiga. Son muy protectores y además, muy observadores, ellos podrían arruinar todo.
—No—exclama frío—. Nadie va a arruinar nada si tú haces bien tu trabajo. Ya sabes lo que sucede si no lo haces.
—Si señor—le contesta Tanner seriamente.
—Mejor así—declara—. Entonces, ¿estás seguro que todo está en orden?—pregunta impacientemente.
—Sí, la fase dos está en proceso.