Paso un mes desde que le dije a Blake que necesitaba tiempo. No sabía si había hecho bien pero de no haber sido así me acabaría volviendo loca.
No puedo negar que le echaba de menos, que sentía un enorme vacío en mi interior y que necesita sus besos, sus manos recorriendo mi cuerpo, sus abrazos donde me sentía segura, sus besos en mi frente, su risa cuando hago alguna tontería, esa mirada como si pudiera ver a través de mí o saber lo que pienso. Su sonrisa torcida, perderme en sus ojos... Echaba de menos hasta las peleas, los piques, su mal humor, sus celos... Echaba de menos a mi chico malo. Le echaba de menos en todas sus facetas.
–¡Hey! ¿te encuentras bien?–Me pregunta Kate.
Estábamos sentados en una mesa de la cafetería y la pregunta de mi amiga llamó la atención de Ryan y Jack que se me quedaron mirando.
–Sí tranquila. Solo ya sabes, me embobé mirando a la nada.–Le contesto fingiendo desinterés.
No me sentía bien, solo tenía ganas de llorar todo el tiempo.
–Bo ¿vas a venir a la fiesta que se hace el viernes?– Jack me mira con una sonrisa.
–Uh... yo no creo. No me van las fiestas, ya lo sabes.
–¡Vamos! ¡Tienes que salir y divertirte!–Kate me riñe como una niña pequeña e insistente mientras agarra mi mano y me da un apretón.–No puedes seguir encerrada en casa.
–Me lo pensaré.–Hago el intento de sonreír pero solo me sale una mueca.
Se oye como se abren las puertas de la cafetería. Jack y Kate abren los ojos al estar frente a la puerta de entrada. El rostro de Ryan se pone demasiado serio al girarse a observar y siento que algo muy malo va a ocurrir. Me giro para mirar que ocurre y... Ojalá no lo hubiera hecho, siento como algo dentro de mi se rompe. Blake camina junto a Elena, ella va colgada de su brazo mientras se ríe sobre algo pero Blake no muestra ningún tipo de interés. Se ve serio, demacrado y mal.
He oído rumores sobre sus últimas peleas. Que no es el mismo, ya no pelea como antes. Que ha perdido y él nunca pierde. He querido intentar hablar con él, decirle que le echo de menos. Nunca me atendió al movil, ni a los mensajes. Nunca estaba en casa, y Ryan me dijo que dejara de intentarlo. Fui a casa de su tía para hablar con ella y me dijo que venía a ver a sus hermanos, no decía nada mas y se iba.
Hoy es la primera vez que le veo desde hace un mes, un mes lleno de preocupación para luego llevarme una desilusión al verle con Elena. Aunque me lo merecía. Tampoco podía reclamarle nada, fui yo lo que le pedí tiempo. Puedo entender que esté cabreado conmigo por no atender sus llamadas los primeros días que nos separamos o cuando venía a buscarme a casa y mamá decía que no estaba. En ese momento no podía verle tenía que aclarar mis ideas porque sabía que si lo veía volvería a caer y no quería eso. Él llegó y puso mi mundo patas arriba. Me enamoré loca y rápidamente. Hasta el punto de perderme a mí misma. Tenía miedo, sabía una pequeña parte de él y yo necesitaba saber más, mucho más.
Había tocado el timbre para irnos a casa, en mi caso para irme a trabajar. Empezaba mi turno después de clases para poder irme más temprano y tener la tarde libre para estudiar.
Mi último mes se había resumido en clases, trabajo y casa. Y los findes me quedaba encerrada viendo pelis o series comiendo porquerías junto a Kate. Ella me acompañaba algunas veces, ya se le notaba la tripita, no mucho pero sí un poco. Se lo había dicho a sus padres y bueno.. La noticia no fue muy bien recibida, la echaron de casa y ahora está viviendo con Ryan al lado. Lo único bueno es que la tengo cerca.
–Hola ¿te acuerdas de mí?–Me pregunta un chico rubio, me suena bastante su cara.
–Uh no, lo siento.
–Ya lo veo, tranquila.–Ríe.–Soy Max, hablamos cuando llegaste a la ciudad.
–Ha pasado un tiempo. Lo lamento tengo muy mala memoria.
No lo recordaba en realidad.
–Ya no estás con Blake ¿cierto?
Su pregunta me pilla por sorpresa y siento una punzada en el corazón. No se porque mierda le importa.
–Ah oye, me tengo que ir. Llego tarde a trabajar.–Recojo rápido y torpemente mis cuadernos para irme lo antes posible.
–Está bien ¿quieres que te lleve?
Que fuera tan directo e insistente me ponía de los nervios. No podía negar que era guapo pero ahora mismo no estaba interesada.
–No hace falta.–Le vuelvo a rechazar con una sonrisa forzada.
–No es ningún problema en llevarte, dejame hacerlo.– Sigue insistiendo.
Se que estaba tratando de ser amable conmigo y no tenía fuerzas para luchar. Solamente me acercaría al trabajo y ya está. No tenía porque sentirme mal ya no tenía un novio.
Max posa su mano sobre mi espalda y siento escalofrios. Me intento apartar pero este chico es demasiado corpulento. Al llegar al aparcamiento veo a Blake esta sentado encima del capo de su coche. Tiene sus gafas ray ban puestas pero aun así siento su mirada fija en mi y en Max, su mandíbula está tensa, con los brazos cruzados a su alrededor. Va vestido de negro, como siempre. Está esperando a alguien y no es a mi a quien lo hace. Ella sale del coche, se acerca mientras lo sujeta de la nuca y lo besa. Siento las lágrimas en mis ojos, pero me niego a llorar. Max me abre la puerta de su coche, me acomodo en el asiento y suspiro. Tengo el corazón acelerado y dolido. Cada respiración me quema. Max arranca y veo por el espejo como Blake todavía sigue mirándonos hasta alejarnos del estacionamiento.