Angelina se encaminaba a la escuela después de que su padre le recordó, como todos los días, que no debía hablar con absolutamente ningun ente viviente. Y ella debía estar de acuerdo, pero no estaba de acuerdo. Siempre hay excepciones. Y ella tenía la suya, que aplicaría a su debido tiempo. Caminó los 25 minutos a pie que hay desde mi casa hasta la escuela. Y el día transcurrió como todos los anteriores. Evitó a Troy en la mañana. Taylor ahora la evitaba a ella y Tyler prefería estar con Troy, así que tenía a dos fuera del camino. Su verdadero miedo, era lo que podría hacer Troy. Y cuando lo haría. Y como la haría. El porqué lo tenía claro.
Y ella lo esperaba con ansias, aunque no debía hacerlo.
Tomó las todas sus clases. Ya en la última clase del día, esperaba que no tocara el timbre, era lo que más odiaba: el fin de las clases cada día y los fines de semana.
¿Por qué?
Porque debía quedarse en casa.
Prefería un millón de veces estar todos los días sentada en una silla oyendo las monótonas clases que pasar dos minutos en su casa.
Tocó el timbre. Se desperezó y se volvió para recoger su mochila.
Solo que ya no estaba.
Miró por todos lados. Bajo la mesa, en cada esquina del aula, por delante, por detrás. Pero no la hayó por ningún lado. Se pasó una mano por el cabello. Estaba segura de haberla dejado junto a su asiento. Así que alguien se la tuvo que haber llevado sin que se diera cuenta.
¿Quién se sentó detrás de ella?
Salió del aula después de revisarla a fondo. Buscaba por todos los pasillos. Cada esquina, cada aula, la cafetería, el gimnasio, el patio. Por ningún lado. Se rindió y decidió reportarlo a la dirección el día siguiente. Bajaba por la escalera cuando alguien la llamó.
-Angie.-el corazón se le disparó a mil. Miró alrededor y ahí estaba al pie de la escalera, sosteniendo su mochila.
***
Troy sabía que buscaría en toda la escuela, pero que nunca se le iba a ocurrir que hubiera sido él, ni que estuviera aquí, en la escalera. Angelina estaba paralizada, y como no tenía intención de moverse, según observaba, fue él que se movió hacia ella. Y, por primera vez en días, sus miradas coincidieron.
-¿Podrías devolverme mi mochila?-le preguntó tan fríamente que le dolió. No esperaba que esas fueran las primeras palabras en tres meses que le dirigiera, pero había logrado su cometido: Angelina le había hablado primero.
-No.-respondió atravesándola con su mirada.
-Solo dámela, Troy.-dijo entre dientes.
-No hasta que respondas mis preguntas.
-Bien.-bufó.
-¿Por qué lo hice?
-¿No es obvio?
-Pero quisiera verlo desde tu punto de vista.
-Querías hablar conmigo, a solas. No habías tenido oportunidad porque no te la daba. Tomaste mi mochila para que no pudiera marchar sin hablar contigo.
-¿Porqué a solas?
-Porque en horas de clase sabías que huiría y no me perseguirías, porque parecerías un acosador si me perseguías a todos lados.-tal vez no la perseguía como un acosador, pero si la asechaba como uno, Tyler era testigo de ello.
-¿Por qué quiero hablar contigo?
-Para que te explique porqué te he ignorado todo este tiempo.
-Error. Dos de tres correctas.
-¿No quieres que te diga?-preguntó confundida.
-Es obvio que no quieres hablar de ello. Y tambien sabes que me has ignorado ¿Sabes tambien entonces que eso me ha dolido?
Esa pregunta hirió a Angelina.
-Si.-susurró apartando su fría mirada de los suaves ojos de Troy. Lo sabía perfectamente, no valía la pena decir que no, porque el sabría que ella le mentía.
Troy le acarició la mejilla causándole escalofríos por todo el cuerpo. Bajó su mano hasta su mentón para hacer que se volviera para mirarlo.
-Te perdono.-esas dos palabras, hicieron que la frialdad e indiferencia tan bien finjidas de Angelina se desmoronaran. Ella lo abrazó de golpe. Él la envolvió en sus brazos.
-No se porqué lo haces. Fuí mala contigo.-le susurró al oido.
-Eso no me importa. Lo que me importa es que estás aquí, conmigo.-le susurró-No lo vuelvas a hacer, por favor.
-No lo haré de nuevo.-dijo.
Troy rompió el abrazo y la miró a los ojos.
-¿Me lo prometes?-le preguntó levantando su meñique.
-Lo prometo.-dijo Angelina envolviendo su meñique con el de él. Se quedaron así unos segundos, observando el signo de la promesa que habían utilizado durante muchos años, hasta los separaron.-Ahora, dijiste que respondí la tercera pregunta mal ¿Por qué quieres hablar conmigo?-dijo repitiendo la pregunta de Troy.
-Ah, si. Por esto mismo ¿Recuerdas el día que te dije que iba a salir de Grellsville todo el verano?-le recordó.
-Si.-dijo Angelina todavía sin entender.
-Iba a estar todo el verano fuera, así que me prometiste que...
-... saldríamos después de que regresaras para compensar el tiempo perdido.-completó Angelina-Sugeriste ir a la playa. Yo dije que sí... Ya sabes como sigue.
-Si, bien... ¿Crees que podríamos ir este fin de semana?
-¡No! Espera... tengo que decírselo a mis padres.
-Es obvio que dirán que sí.-dijo confundido.
-Eh... Si... Bueno... Quizás... Este fin de semana no podré. Veré un día en que pueda, pero te prometo que iremos. Sabes que no rompería una promesa-dijo casi mezclando las palabras de lo rápido que las dijo-¿Me devolverías mi mochila, que ya llegaré tarde a casa?-y llegar tarde a su casa era más grave de lo que parecía.-Te enviaré un mensaje de que día podríamos ir.
-Bien, de acuerdo-dijo devolviéndole su mochila-Yo tambien llego tarde a casa ¿Te veré mañana?
-Si.
Bajaron juntos la escalera hasta la acera.
-Adiós.-dijo Angelina.
-Adiós.-dijo Troy aunque no quería despedirse de ella.
***
Angelina corrió como en una maratón para llegar a su casa.
Abrió la puerta y su papá estaba en el sofá.
-Lo siento, papá, alguien tomó mi mochila y tuve que buscarla por toda la escuela.
-¿Y ese alguien era...?-preguntó.
-No lo sé.- dijo.
Silencio.
-Cierra la puerta.-le ordenó.
Angelina obedeció.
-Suelta la mochila.
Ella lo hizo.
-Mientes.-dijo mientras se levantaba del sofá y se acercaba a ella.
-¡No te estoy mintiendo!-el miedo crecía en su interior.
-Cállate ¿Crees que me vas a engañar?¡Mi trabajo es identificar una persona que miente! ¡Y eres tan estúpida que crees que puedes burlarme!
Ella se quedó en silencio.
-¿Quién fue?-volvió a preguntar, ya frente a ella.
-N-no lo sé.
Un golpe en el costado. Cayó al suelo. Todo el aire se le salió de los pulmones.
-¿Quién fue?-repitió.
Solo se oían los dolorosos jadeos de Angelina.
-Troy.
Un golpe en el estómago.
-¿Qué fue lo que te dije?-le preguntó escupiendola en la cara.
-Que no... hablara con... él.
Una bofetada.
-¿Qué fue lo que te dije?-le gritó.
-Que... no hablara... con nadie.
La tomó por los cabello y la obligó a levantarse. Luego la empujó hacia la pared donde chocó contra su hombro derecho.
-¿Y qué fue lo que hiciste? Exactamente lo que te dije que no hicieras. Porque eres una imbécil que no sabe hacer nada. Vete a tu jodido cuarto y no salgas hasta mañana.-le lanzó la mochila que la golpeó en el adolorido hombro para luego levantarse y subir las escaleras. Con cada respiración, cada paso, le dolía todo el cuerpo.
Se acostó en su cama, totalmente adolorida. Pero jamás derramó una lágrima.
Eso ya era un paso.
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Holis.
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No me maten.
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Bye