Adriana y Noah © (J #1.5)

By JoannaSmiith

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Adriana es una chica muy inteligente, sabe cómo manipular a la gente a la hora de hacer negocios, es toda una... More

Adriana y Noah ©
01 | Una Ayuda
02 | Ella Lo Ama
03 | Interesante
04 | Investigar
05 | Amigos
06 | Distracción
07 | Enamorada
08 | Confundido
09 | Enferma de Amor
10 | Intentar
11 | Un Lindo Novio
13 | Estoy Bien
14 | Te Necesito
15 | Te Amo
16 | Te Amo Más
17 | Juntos...
18 | Epílogo: ...Para Siempre
Soundtrack
Nota Especial

12 | Un Problema

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By JoannaSmiith

Noah

Estaciono en la dirección que Odette me envió. Es el gimnasio en el que ella se entrena. Hago mi camino hacia allí y entonces la veo.

Tan linda cómo siempre cuando entrena con su maillot y leotardos.

—¡Noah! —exclama corriendo hacia mí.

—¡Patito! —digo mientras le doy un fuerte abrazo.

—Me alegra que estés aquí —dice tomando mi mano.

Me guía hasta donde están esos aparatos en los que ella practica su deporte.

—Te preguntarás... —empieza a caminar hacia donde está la barra de equilibrio—, ¿por qué te llamé?

—Por supuesto —respondo un poco desconcertado.

—Como bien sabes —empieza a hablar—, ya no voy a practicar gimnasia artística.

Puedo escuchar un leve atisbo de tristeza en su voz. Tomó esa decisión dos semanas después de poder caminar bien.

—Ahora sólo voy a poder practicar gimnasia rítmica —dice aún pasando su mano por la barra de equilibrio—. Así que, he decidido subirme una vez más.

Ella quiere subirse a la barra.

—Necesito tu ayuda —dice entre pucheros—. Por favor, será la última.

Como voy a negarme a hacer lo que ella quiere.

—¿Seguro que tu entrenador aprobará esto? —pregunto seriamente.

—Tal vez —dice paseándose frente a mí.

Entonces ella se detiene frente a mí, quiere que la ayude a subirse, así que la tomo de la cintura y siento sobre la barra.

Aún se apoya en mi hombro, con su mano derecha.

—Sabes... —empieza a decir sonriente—, él no tuvo la culpa.

La veo confundido, no tengo la menor idea de lo que ha querido decir.

—No entiendo —declaro aún confundido.

—Vi las noticias está mañana —dice aún apoyándose en mis hombros—. Paolo y yo estuvimos en el mismo accidente, pero él no tuvo la culpa.

Me quedo atónito. No tenía idea. Adriana me habría dicho algo.

—¿Eso cambia las cosas? —pregunto ya que deseo saber qué opina de perdonar a Paolo.

—No lo sé —dice sentada sobre la barra—. No he sabido nada de él.

Ella se sienta bien sobre la barra y veo como con una enorme sonrisa se impulsa para ponerse de pie y lo logra. Se tambalea un poco pero usa mi cabeza para su equilibrio, así que le doy mi mano.

—Pero ya lo perdone... —dice aún de pie sobre la barra—, por todo. Supongo que siempre lo voy a amar.

Odette empieza a caminar por la barra, paso a paso, está sonriendo.

Sonriendo de verdad.

Entonces decido ignorar este fuerte pesar en mi pecho, esta tristeza de saber que ella jamás me va amar y de repente me asaltan los recuerdos.

Recuerdos de cuando éramos niños y yo la ayudaba a entrenar.
Inmediatamente siento mi corazón acelerarse, es algo que no debería sentir, bajo la mirada al suelo, pero aún la tomo de su mano pero con más delicadeza.

—Creo que es suficiente —declara al llegar al final de la barra.

Veo la sonrisa en su rostro, lo cual me hace sonreír.

—¿Listo para atraparme? —pregunta preparándose para lanzarse a mis brazos.

Asiento con la cabeza.

Entonces ella cae en mis brazos. Escucho su singular risa llenar el gimnasio.

Amo esa risa.

—Gracias por atraparme —declara envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello—. Y gracias por ser como eres.

Ella se acerca hacia mi y va a besarme en la mejilla, entonces yo muevo mi rostro un poco y sus labios terminan sobre la comisura de los míos.

Sonríe como si nada hubiera sucedido, pero yo sé bien lo que pasó.

Casi me besa.

—¿Lista, cariño? —pregunta una voz interrumpiendo.

—Seguro —responde ella poniéndose de nuevo en el suelo, después se vuelve a mí—. Eres un buen amigo.

Se estira y deposita un tierno beso en mi mejilla.

Su entrenador empieza a indicarle los ejercicios de estiramiento que debe hacer, pero yo aún estoy impactado por lo que acaba de suceder.

—Debo irme —declaro saliendo del gimnasio.

Esto está muy mal, muy mal.

Siento una fuerte punzada en el corazón.

Entro a mi auto y empiezo a sentir que acabo de hacer algo malo.

Creo...
Sé...

Creer y Saber son dos cosas diferentes.

Creo que aún siento algo por Odette, pero sé que me estoy enamorando de Adriana.

Odette es importante para mí, por supuesto que lo es, pero ahora tengo a Adriana y ella no se merece esto. Ella merece a alguien que la quiera de verdad.

Alguien que no sea un problema.

~~~~~~~

—¿Noah?

Alguien llama mi nombre pero aún estoy pensativo y un poco confundido.

—¿Noah? —pregunta esa voz.

Es Adriana.

—¿Te encuentras bien? —pregunta preocupada.

Niego con la cabeza.

No puedo decirle, no puedo.

Eso le rompería el corazón. Aunque también me lo rompería a mí.

Ella es tan especial para mí, durante el último mes me he dado cuenta de lo mucho que la quiero, pero también me he dado cuenta...

...que me estoy enamorando de ella.

No quiero perderla, por eso es que no entiendo lo que sucede conmigo.

Creo que es mejor que no diga nada.

—Debo irme —digo poniéndome de pie.

—¡No! —exclama ella tomando mi mano—. Cuéntame, ¿qué sucede?

Vuelvo a tomar mi lugar. Siento tantas ganas de patearme por ser tan estúpido y no tomar una decisión acertada.

—No puedo —manifiesto soltando su mano—. No puedo seguir...

Ni siquiera puedo verla al rostro.

—No puedo seguir saliendo contigo —digo al fin viendo su rostro.

Ella sólo escucha.

—No es correcto —declaro y finalmente decido contarle todo.

—Hoy casi beso a Odette —confieso viéndola a los ojos—, yo creo que aún siento algo por ella.

Su rostro denota un poco de confusión.

—Además ni siquiera he intentado algo con ella. Nunca lo sabré si no lo intento.

Alzo mejor mi vista, ahora sus cejas están juntas, ella me observa molesta, demasiado molesta.

—Necesito ordenar mis sentimientos y pensamientos.

Entonces el silencio se hace presente. Nadie dice nada y eso me mata, porque no sé como disculparme por terminar con ella. Es sólo que no quiero hacerle un daño mayor.

—De verdad, lo lamento...

—Ella jamás va a amarte —expresa hablando por primera vez.

—Eso no lo sabes —digo sin pensarlo.

Ella se echa a reír.

—¡En serio! —exclama poniéndose de pie—. Eres tan patético.

Me quedo en silencio.

—Una oportunidad —expresa mostrando su dedo índice—. La perdiste.

Dicho esto toma su bolso y deja un billete sobre la mesa tomando su chaqueta y me deja sólo.

¡Qué imbécil soy!

Me quedo sólo.

Veo como sale de la cafetería y también como mi corazón se quiebra. Pago la cuenta y me dirijo hacia mi apartamento.

Un corazón roto, no es un sonido nada agradable de escuchar y sentir.

Jamás creí que podría doler tanto. Ni siquiera cuando Odette dijo que no podría amar a alguien que no fuese Paolo.

Yo...

...lo lamento.

De verdad, lo lamento Adriana. Es sólo que no puedo estar con ella, si aún siento algo por Odette.

Yo...

...lo arruine todo.

Lo arruine.

Lo arruine.

Golpeo con fuerza mi almohada, pero no se sintió bien, necesito golpear algo más fuerte. Veo la puerta de mi habitación, suavemente paso mi mano y después le doy un fuerte puñetazo.

Entonces siento como necesito algo, pero no puedo beber de nuevo, no puedo, es realmente desagradable y aún recuerdo la primera vez que lo hice, al día siguiente me sentía peor.

Voy hacia mi cuarto y cambio mi ropa, unos pantalones deportivos, camiseta, tenis y después salgo a la cocina por una botella de agua.

Salgo de mi apartamento y voy hacia las escaleras de emergencia, empiezo a trotar hacia abajo, al llegar a primer nivel, doy la vuelta y comienzo a subir nuevamente.

Sigo así hasta que después de una hora cuando mis piernas están matando del ardor, pero aún sigo, entonces tropiezo y caigo.

Ni siquiera me molesto en levantarme, solamente me quedo viendo hacia el techo.

Escucho mi respiración agitada tratar de normalizarse y cómo mi acelerado corazón también se calma poco a poco.

—La necesito —digo para mí mismo.

Necesito estar con ella.

Ella me hace feliz.

Saber quién te hace más feliz...

Las palabras de Odette vienen a hacer eco en mi mente.

Ella me hace feliz, ella me hace feliz.

~~~~~~~

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