Beethoven (au // h.s)

By insidemyheaven

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"Caótico y turbio es su corazón pero el más grande y cálido que pudo hallar" Todos los derechos reservados. 2... More

Sinopsis
Prólogo
Playlist
No.1
No. 2
No. 3
No. 4
No. 5
No. 6
No. 7
No. 8
No. 9
No. 10
No. 11
No. 12
No. 13
No. 14
No. 15
No. 16
No. 17
No. 19
No. 20
No. 21
No. 22
No. 23
No. 24
No. 25
No. 26
No. 27
No. 28
No. 29
No. 30
No. 31
No. 32
No. 33
No. 34
The Night Before by Carolina O.K
No. 35
No. 36
No. 37
No. 38
No. 39
Aviso
No. 40
No. 41
No. 42
No. 43
No. 44
Epílogo
Vidas Cruzadas
Especial de Navidad
ROYAL BLOOD
Beethoven (Edición 2018)

No. 18

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By insidemyheaven

"Tengo la teoría de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, si no por todas las cosas por las que no lloró en su debido momento" —Mario Benedetti

Han pasado cuatro días desde que vi a Carter y a Virginia. Virginia se veía feliz como si estuviese viviendo el sueño de su vida y ahora mientras estoy tomando una ducha me doy cuenta que siempre le gustó Carter... Siempre me preguntaba por él y siempre se reía de sus chistes los cuales yo encontraba aburridos y sin sentido. Son estos hechos que me hacen preguntarme si acaso yo tuve la culpa de todo... Siempre me he preguntado si yo fui la culpable de que me dejara por mi mejor amiga. Yo aún recuerdo que jamás sospeché salvo aquel día en que le mandé un mensaje a Virginia preguntándole si nos podíamos juntar. Como mi amiga no estaba disponible llamé a Carter, quien dijo que estaba ocupado y que iba a casa de uno de nuestros amigos en común que teníamos. Como no le creí fui a su casa y me encontré con la escenita que cada vez que me acuerdo trae angustia a mi alma.

Harry me ha estado mandando mensajes estos días. No es que anduviese evitándolo en el conservatorio estos días, es solo que no coincidimos y cada vez que recibo un mensaje de él estoy muy ocupada o se me olvida contestarle. Luego de haberme marchado de su departamento, sentí que había cometido un error. Le estaba dando la espalda al único chico que se preocupaba por mí y que ha estado para mí todo este tiempo.

Cuando salgo de la ducha tomo el celular y veo que tengo un mensaje de un número desconocido.

«Hola, quería saber cómo estabas :) »

«Quién habla? Lo siento creo que tienes el número equivocado.»

Dejo el celular en la cama al ver que no recibo mensaje de respuesta. Que raro, pienso. Luego me dirijo hacia mi cómoda para elegir mi ropa para esta noche. En una hora ya estoy vestida, peinada y maquillada esperando en el primer piso a Nancy y Phillipe

Cuando escucho el timbre les grito a mis padres que yo abriré. Me congelo en el lugar que estoy al ver a Harry con ojos rojos, una botella de vodka en su mano derecha y una sonrisa lobuna en el rostro. De inmediato sé que está borracho. Lo arrastro hacia la escalera antes de que mis padres vean que he dejado pasar a un hombre borracho a casa.

Le arrebato la botella de su mano y gracias al cielo que no rechista. Es un borracho tranquilo y eso facilita la situación tensa que estamos pasando.

—Que linda te ves. —su voz grave resuena en las paredes de mi pieza y lo siento en el borde de mi cama.

Me sonríe y el corazón se me hincha al ver aquella sonrisa tan bonita.

—Quédate aquí Harry... Iré a hacerte café.

—¿Qué?

Me arrodillo frente a él y le tomo el mentón con mis dedos. Me mira la boca mientras hablo.

—Que iré a hacerte café.

—No me gusta el café. —frunce el ceño.

—Eso es mentira. Amas el café.

—Pues he decidido que no me gusta el café.

Doy una carcajada y enseguida me incorporo para ir al piso de abajo.

—¿Te puedo acompañar?

Harry es como un grano en el culo en este preciso momento.

—No. Debes quedarte aquí.

Escucha en silencio y luego asiente.

Cuando estoy segura que no saldrá de la pieza para seguirme, bajo los escalones dos en dos hasta llegar al primer piso. Mi madre está en la sala de estar y mi padre se está preparando una taza de té. Hago una pequeña nota mental para comprar té de almendra.

—¿Quién era? —lo miro con el ceño fruncido— ¿Quién ha tocado la puerta?

—Ah, ya sabes gente pidiendo ropa de segunda mano.

Siempre se me ha dado bien decir mentiras piadosas. No es mi intención mentir cada vez que Harry me visita pero ahora mismo no tengo ganas de discutir y mi padre detestaría a Harry tan solo por ver su aspecto. Mi padre asiente y se vuelve a concentrar en el libro que tiene en sus manos.

Vierto el agua caliente en la taza y preparo el café con doble de azúcar. Aprovecho de sacar unas magdalenas y rápidamente me dirijo hacia las escaleras. Cuando abro la puerta veo que Harry se encuentra rebuscando en mi cajón donde guardo mi ropa interior. Parece inspeccionar mis tangas con mucha atención y eso me hace gracia.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunto mientras dejo la taza de café con la magdalena en mi escritorio.

Suspirando vuelve a dejar la tanga azul rey que tenía en sus manos en el mueble, y se gira para mirarme. Está borracho de verdad.

—¿Algún día usarás una de esas tangas para mí?

Si no estuviese borracho me enfadaría y le diría que se calle pero como ese no es el caso solo asiento y me río.

—¿Qué es esto? —pregunta tomando un cuadernillo donde suelo anotar las citas que me gustan.

—Un cuaderno —asiente y se gira para mirarme.

—¿Has pensado alguna vez lo bueno que seriamos el uno para el otro?

—Harry estás borracho y no sé qué estás haciendo en mi casa.

—No me has contestado.

Ya ha vuelvo el Harry demandante y que quiere dominar todo tipo de situación.

—Nunca lo he pensado además... —sonrío y lo pincho diciendo—: No sería tu novia porque sigo enojada contigo.

Se acerca a mí y estirando su mano a mi rostro deja un mechón de pelo suelto detrás de mi oreja.

—No pareces enojada.

—No estoy enojada. —susurro cerrando los ojos al sentir sus labios en mi frente, su mano aún en mi mejilla.

—No me gusta cuando me dejas. Siento... Siento un sentimiento de soledad cuando lo haces. —dice mirándome a los ojos con intensidad, con solo aquella mirada siento como llega a mi corazón— Lo siento si he sido un imbécil, Grace. Eres buena amiga y no mereces que te traten como yo lo he hecho.

Tomo su mano y lo guio hasta mi cama para que siente.

—Debes beber esto.

Asiente y comienza a beber el café cuando se lo entrego.

—Gracias. —sonríe y enseguida se toma otro sorbo. En un par de minutos se lo termina y le acerco la magdalena.

Comienza a bostezar y lo recuesto en la cama. Cuando recibo la llamada de Nancy, Harry ya está dormido. No creo que se despierte en toda la noche así que no le digo nada a Marie.

Nancy me saluda con un abrazo y a Phillipe quien está conduciendo le doy un beso en la mejilla. No puedo dejar de sentirme culpable al saber que he dejado solo a Harry. Mis padres lo pueden encontrar si deciden entrar a mi habitación. Solo espero que no. Le mando un mensaje rápido a mi hermana explicándole lo que ha ocurrido para que le ponga un ojo al chico de ojos verdes.

Cuando llegamos a la fiesta Phillipe se niega a beber ya que está conduciendo y es su deber que lleguemos sanas y salvas a nuestros hogares. Yo tampoco bebo mucho, en comparación con otras veces claro. Me gustaría volver sobria a casa para cuidar de Harry. Bailamos durante casi toda la noche. Nancy y Phillipe se besan en un momento. No puedo creerlo cuando los veo y ambos se ríen. Al parecer llevaban un par de semanas jugando al tira y afloja.

—¡Lo sabía! —grito cuando vamos en el auto camino a mi casa.

—No es para tanto —ambos ríen y yo estoy demasiado feliz— Lo bueno es que solo tú lo sabes.

—No puedo creer que no me hayan dicho. —les reprocho.

Nancy se da vuelta para mirarme y sonríe avergonzada. Hablamos del chico que se acercó a mí para sacarme a bailar, y de cómo Nancy se resbaló cuando iba caminando hacia la pista de baile. Y es así hasta que llegamos a mi casa. Me despido de ambos y saco las llaves de la casa. No quiero admitirlo pero al fin y al cabo lo hago y está claro que moría por volver.

Subo con cuidado las escaleras y entro a mi habitación. Entro al baño para quitarme el maquillaje, lavarme los dientes y colocarme mi pijama. Harry se encuentra debajo del cubrecama y de las sabanas y está en la misma posición con el que lo deje, aunque la luz lunar que se refleja en sus ojos brillosos me dice que está completamente despierto. Quizás lleva un buen rato así o solo se ha despertado cuando he abierto la puerta de mi habitación.

Sin dudarlo abro el cubrecama y me recuesto a su lado. Estoy muerta de frio y paso mi brazo por su cintura y entrelazo mis pies con los suyos.

—Hola —susurro apoyando mi mentón en su hombro.

—¿Me he emborrachado?

—¿Te acuerdas de algo? —entrelaza su mano con la mía y se gira para quedar frente a mí.

—Sí. No estaba tan borracho. Gracias por dejarme acá. Marie ha venido y me ha traído paracetamol.

Sonrío y le peino el cabello hacia atrás.

—¿Quieres hablarlo? —susurro dejando la mano con que acariciaba su pelo en su mejilla.

—¿El qué?

—Por qué te has emborrachado.

Niega con su cabeza y entonces me abraza por la cintura y me aferra hacia él recostándome sobre él, pecho con pecho. Su nariz roza la mía y mientras nuestras respiraciones se mezclan lleva una mano a mi mejilla para sostenerme el rostro.

—Te quiero, Grace. —susurra por lo bajo atravesándome los ojos con la mirada.

—Yo también te quiero, Harry.

Levanta el rostro y me da un casto beso en los labios. Me quedo perpleja, casi sin aliento donde estoy. No esperaba que me diera un beso. Pensé que cuando volviéramos a besarnos sería nada parecido a esto, sino más bien un beso como cuando estábamos en su departamento y terminaríamos debajo de las sabanas. Los labios de Harry eran blandos y carnosos, y sus labios sabían mucho mejor de lo que recordaba. Pero Harry, este Harry era el ser más romántico y cursi que había conocido en la tierra. Poco a poco se ha estado adentrando debajo de mi piel y en mis venas y estoy segura que cuando menos lo espere estaré locamente y perdidamente enamorada de él ¿o ya lo estaba? No. Solo me gustaba tener la atención de otra persona que no fuesen mis amigos o mi familia, me gustaba sentirme protegida por él y así también me encantaba sentirme cómoda a su lado. Sigo metida en mis cavilaciones cuando Harry se ha quedado profundamente dormido.

Despierto con dolor de brazo y de muslos. Es como si me hubiese corrido una maratón. Cuando abro los ojos Harry se encuentra mirándome con una sonrisa.

—Hola. —susurra con voz abrazadora.

—Hola —sonrío desperezándome tocando sin querer sus piernas con mis muslos. Me separo de él avergonzada y él me devuelve la sonrisa.

—Gracias por lo de anoche —me encojo de hombros y me incorporo. Harry me sigue los pasos mientras me dirijo hacia mi cómoda para sacar la ropa del día de hoy.

—Ha sido entretenido tener que cuidarte. —digo de espaldas a él — No me esperaba que fueras tan agradable... —siento su mano acariciarme el cabello de la espalda — ¿Quieres hablarlo, ahora?

Me giro y me sorprendo de la cercanía de su rostro así que retrocedo pegando mi espalda en el mueble. Le miro el rostro como si tuviera que pintarlo sobre un telar o como si quisiera que quedase grabado en mi memoria aquellas facciones tan amables que pocas veces tenía la oportunidad de ver.

—Si quisiera hablar del tema ya lo hubiera hecho ¿no crees? —responde de manera borde y yo pongo los ojos en blanco.

—Me gustas más borracho.

—Te gusto de todas formas. Borde, borracho, tierno, sexy y rebelde.

—Jo —me burlo con una sonrisa— Si que tienes la autoestima alta.

Se encoje de hombros y me toma el rostro con sus manos haciendo que me encoja en el lugar que estoy.

—Por cierto... Tienes el maquillaje corrido.

—Como no. —la voz me suena con un toque de ironía.

Cierro los ojos mientras Harry quita el delineador bajo mis ojos y luego sin esperarlo siento sus labios, tan suaves como anoche pero la caricia se siente más vivida y más delicada que nunca, enseguida siento sus caderas presionar contra las mías y gimo entreabriendo mi boca para él. Puedo sentir su sonrisa de triunfo bajo mi piel y yo sin querer también sonrío porque no puedo dejar de pensar que somos tan buenos en esto. En esto se refiere a los besos, a las palabras, a la comunicación y a ser un completo desastre, juntos. Harry de alguna manera inexplicable, me volvía loca pero al mismo tiempo me hacía sentir enamorada del amor. Tener esperanzas a lo que respecta esto. Enredo mis dedos en su cabello y sigo besándolo porque aunque no quiera admitirlo no podía saciar mi deseo hacía él. Me muerde el labio inferior y con una última presión de su boca sobre la mía se separa de mí.

—Guau... —digo sin aliento mirándole los ojos.

—Sí. —sonríe con suficiencia—guau.

—Tienes razón. —sentencio luego de unos segundos recuperando la respiración, con nuestras frentes pegadas una con la otra.

—¿Sobre qué precisamente, Grace?

—Sobre nosotros... Lo bueno que seriamos el uno para el otro.

Al ver que no responde y su ceño se le frunce comienzo a retractarme de inmediato.

—Quiero decir... No... Olvídalo.

Me aparto de él y me dirijo hacia el cuarto de baño. Dentro de la ducha comienzo a llorar y ni siquiera sé por qué. Soy un manojo de nervios y de emociones. Harry logra sacar lo mejor y al mismo tiempo lo peor de mí. Cuando salgo de la ducha y entro a mi habitación, él ya no se encuentra y todas las altas esperanzas de encontrar alguien que realmente me quiera se esfuman. Me coloco el pijama y voy a la habitación de Marie para pedirle el secador. Tengo que despertarla y tenderle el aparato para que me mime por un momento. Me pregunta enseguida por Harry y yo le cuento que se ha marchado y sin razón me coloco a llorar. Que va, claro que tengo una buena razón para llorar. Nos hemos besado por una vez sobrios, y ha sido exquisita e incomparable la sensación de su boca junto a la mía. Luego le he dicho lo bueno que seriamos el uno para el otro repitiendo sus mismas palabras de anoche pero él se ha mostrado confuso y en desacuerdo y luego de forma torpe le he dicho que olvide lo que he dicho y luego mientras yo estaba metida en la ducha se ha marchado.

Le cuento todo a mi hermana a quien no se le despega la sonrisa de la cara, algo que me hace poner los ojos en blanco.

—No puedo creer que aún no te lo diga.

—¿Qué cosa?

—Que le gustas.

—Me lo ha dicho desde que comenzamos a ser amigos.

—¿Y? ¿Qué esperas? ¿Qué el pobre chico te traiga flores y chocolates de fina selección para aceptar su amor?

—No. No —frunzo el ceño—. Nada de eso. Solo siento que aún piensa en su ex y que se está aprovechando de mí para olvidarla.

—¿Y no crees que tú también lo has estado utilizando...?

Me quedo en silencio porque ha dado en el blanco. También me sentía así y nuestra relación solo sería para sentirnos mejor y menos solitarios.

—Es diferente.... —me excuso aunque es una vil mentira— Yo aún no creo que pueda estar con él.

—Pero le acabas de dar alas, Grace.

—No quiero seguir hablando del tema. ¿Puedes continuar secándome el pelo?

Siento alivio en el pecho cuando oigo el ruido sordo que hace el aparato electrónico y me dejo distraer por mi hermana cuando acaba y me comienza a hablar de ella y de Aaron. Al parecer para la víspera del día de Acción de Gracias se irán a vivir juntos.

El lunes estoy ensayando nuevamente con la señorita Ivanov. No veo a Harry tampoco y sospecho que ha cambiado su horario para evitarme. Harry era mono pero también lo quería muchísimo y no me había dado cuenta de mis sentimientos por él hasta el sábado por la mañana cuando nos besamos. El beso no había sido solo un beso lleno de deseo, sino habái sido cargado de sentimiento y emociones Teníamos que hablarlo. Debíamos hablarlo. Y sinceramente yo quería hablar con él aunque Harry no quisiera.

El martes me esguinzo el tobillo por lo que tengo que hacer reposo por unas dos semanas. El tobillo no se me recuperará completamente hasta dentro de seis semanas así que no podré ensayar para el cascanueces y buscan un reemplazante esa misma semana. Me coloco a llorar cuando Nancy me lo explica por teléfono y me consuela porque sabe lo mucho que he hablado de la presentación estas dos semanas.

Cuando cuelgo vuelvo a colocar la bolsa con hielo sobre el tobillo vendado y mamá toca la puerta le grito que pase y entra con una bandeja. Sobre la bandeja hay té de almendra y mi curiosidad de saber cómo se lo ha conseguido es enorme pero no le pregunto nada. Además de té, en la bandeja hay un sándwich de pan pampita con tomate, quesillo y lechuga. Me moría de hambre así que se lo agradezco con una sonrisa.

—Me he enterado que no actuarás en el cascanueces. —niego con la cabeza— Lo siento mucho, mi niña.

—Para otra ocasión será. —trato de sonreír evitando su mirada— Ha sido mi culpa, he estado estos días con la cabeza en las nubes y la verdad para bailar uno necesita concentración.

—¿Y en qué has estado pensando si se puede saber? —da una jadeo y se lleva la mano al pecho— No creo que sea por Carter ¿o si?

Niego con la cabeza y sonrío.

—¿Puedes creer que ya no pienso en Carter?

—Bien. Me alegro...

—¿Por qué?

—Bueno... Pues....

—Ve al grano mamá, por favor.

—Bueno, mañana jueves estamos invitados a una cena en The Palace. Chloe y Arthur nos han invitado y estarán ahí... —suspira y se apresura en decir— Pero claro no es necesario que vayas. Si no quieres ir no vayas, aunque puedes invitar a ese amiguito tuyo que es bastante guapo.

Me río cuando ella da unas palmaditas amistosas en mi rodilla.

—Mamá.... Estás hablando muchas cosas en muy poco tempo.

—Es que me alegra saber que ya has superado a Carter.

En un acto impulsivo me estrecha en sus brazos y se coloca a llorar. Abro la boca sorprendida porque no me lo esperaba y también la abrazo con fuerza. Pienso que estará todo lo que queda de la mañana llorando pero se separa de mí y se enjuga las lágrimas con sus manos.

—Debes disculpar a esta vieja sentimental que con los años se pone cada vez peor.

—No debes por qué disculparte. Ahora —digo dubitativa—. Ahora me doy cuenta que todos en esta familia han sufrido por mí y yo no me daba cuenta. He sido lo demasiado egoísta para no darme cuenta y lo siento.

La honestidad me hace ser sensible y vuelvo a llorar en los brazos de mamá por mí, por un chico de ojos verdes y por nuestra relación que es un desastre. 

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