La casa de mis padres era lo suficientemente amplia para ellos, mi hermana y yo, 4 recamaras, sala, cocina, comedor y un pequeño jardín, mi habitación era la única con vista hacia el...
-Que es lo que tienes que darme amor?. Pregunto Abdiel mientras se destinaba a tomar asiento en mi cama.
-Me conoces y sabes que no me espero a que sea un día especial para dar detalles. Le decía mientras me cambiaba de camisa. – Ayer fui de compras con Adriana...
-¿Y Luego? Me gire hacia el tras haberme interrumpido.
-¿Eso qué significa?
-¿Qué cosa?. Él se quedó con mirada de que me estás hablando.
-¿Por qué me interrumpes?. Le pregunte algo molesto.
Se levantó de mi cama para ir hacia mí y abrasarme:
-Por eso me gusta hacerte enojar. Decía mientras me daba un beso en la mejilla. –Me gustas más cuando estás enojado.
-Envejeceré más rápido. Acomode mis manos en su cabeza para acariciar su cabello ondulado; -Además hasta ahorita. Me detuve para darle un beso en la boca; -No me has visto realmente molesto.
Sonrió; -¿Y que me puedes hacer molesto?. Arqueo las cejas queriendo saber la respuesta.
-No lo sé, cuando nos enojamos no medimos lo que hacemos o hablamos, la persona se vuelve un poco incontrolable.
-¿Sabes cómo te controlare?. Me pregunto mirándome fijamente.
-Ni idea alguna, dime!. Respondí.
-Te tomare de los brazos, y te agarrare a besos hasta que te quedes quieto. Comenzó a besarme rápido, y después lentamente, como si mis labios fueran de cristal frágil, después de algunos segundos, se alejó lo suficiente para verme a los ojos, sonreír de la forma que lo caracterizaba; levantando levemente su labio superior de lado derecho.
-Entonces me gustaría enojarme todos los días.
-Te amo Sebastián.
Algo que me gustaba de Abdiel era que nunca tenía que ser un momento especial para recordarme que me amaba. –Yo también te amo Abdi. Lo abrase aún más mientras acomodaba mis manos un poco debajo de su espalada. –Y mucho. Le toque sus nalgas.
-¿Por qué nunca avisas cuando harás eso?
-Ya deberías saberlo.
-Soy de pensamiento lento, por eso mejor. Se acercó hacia mi oído; - Tócame lo que quieras.
Me solté a reír mientras me alejaba de él.
-¿Ahora que dije?. Me pregunto encogiéndose de hombros.
Me senté en mi cama cerca del buro que estaba por un lado. –Nada, ven, siéntate. Le dije mientras señalaba a un costado mío, una vez que estaba a mi lado, abrí el segundo cajón para sacar de ahí unos libros envueltos en papel craf, en cuanto los había visto sabía que le encantarían, una de las cosas que comparto con Abdiel es que nos gusta leer mucho...
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-Espera!. Le dije a Adriana, una amiga con quien había ido de compras el día anterior, aunque la verdad la que más compro fue ella.
-¿Qué pasión?. Pregunto mientras acomodaba sus 10 bolsas con ropa.
-Esos serán para Abdiel! Si! Le gustaran!. Le dije emocionado mientras señalaba hacia un mostrador, dentro de él, había sagas de libros empaquetados, cada libro costaba alrededor de $280, comprados en paquete venían un poco más económicos, la saga de Maze Runner, el solo había leído el primer libro, regalarle no solo el primero, sino también los 4 restantes le aseguraban con que entretenerse en las noches antes de dormir por un largo tiempo.
-¿Se los vas a regalar?. Me pregunto Adriana con cara de asombro.
-Sí. Le respondí mientras comenzamos a caminar hacia la entrada del local donde se encontraban los libros. -El me regalo en mi cumpleaños la saga de 50 Sombras de Grey.
-Ah sí es cierto que me comentaste. Agrego Adriana. –Ya cuanto llevas con él?
-Cumpliremos 2 años en unos días.
-A la no mames Sebas! Ya llevan algo de tiempo!. Casi lo grito Adriana frente a la vendedora.
-Sí, me da esos libros por favor. Le dije a la vendedora señalando los que quería.
-Pues que padre la neta, yo llevo 2 años, pero sin novio. Me comento Adriana haciendo pucheros.
-Tú tranquila, ya te llegara el indicado. Pague los libros. –Vamos por un café?
-Sobres, aun me queda dinero. Respondió Adriana mientras reía .
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-Espero te guste. Le dije a Abdiel mientras se los entregaba.
-Amor, no importa lo que sea, lo que importa es la intención, gracias. Me agradeció mientras los tomaba y me daba un beso.
Comenzó a desenvolverlos quitándole el listón para después quitarles de encima el papel craf, los observo fijamente, me miro, después de unos segundos me abraso. –Amor muchas gracias, no tenías que hacerlo eh.
-Los vi, fue algo muy rápido, fue así como de verlos, y verte a ti con ellos. Le comente.
Abdiel no paraba de sonreír, me tomo de la mano. –Creo los terminare como en una semana y media si los leo todas las tardes.
-Después me los prestaras, ¿verdad?
-No.
-¿Es enserio?
Dio una carcajada. –Claro que si menso!. Extendió su brazo izquierdo para abrasarme, recargue mi cabeza levemente sobre su cuello, y así estuvimos unos momentos.
Escuchamos que llego un coche, era mi padre quien venía llegando de su trabajo, frente a él no nos damos muestras de cariño, cuando confesé que era gay, tardo alrededor de 2 meses para que me volviera a hablar, y aunque pareciera que ya lo asimilo, fue decisión mía tratarnos como amigos delante de él.
-Ya llego mi padre, bajemos a la sala. Le dije a Abdiel antes de darle un beso y ponerme de pie.
Bajamos, mi padre apenas iba a subir.
-Señor buenas noches!. Saludo Abdiel a mi padre, se detuvo para mirarnos a ambos.
-Hola, Abdiel, buenas noches. Después de responder el saludo siguió su camino hacia su recamara.
-Holis! No sabía que vendrías!. Era mi hermana Mariana quien ya había vuelto a casa, tenía 17 años y quería mucho a Abdiel.
-Hola Marianita!. Le saludo de beso en la mejilla a mi hermana. –No, de hecho solo vine a dejar a tu hermano pero me pidió que me quedara a cenar.
-Súper! Cenaremos todos! Que padre! ¿y esos libros?. Preguntaba ella mientras observaba los libros que había regalado a mi novio.
-Ah sí! Me los regalo Sebastián!. Respondió muy alegre Abdiel.
-Que culero eh, a mí nunca me ha regalado libros.
-Pero si tu ni siquiera lees ¿o sí?. Le pregunte a mi hermana.
-Buen punto, bueno iré a checar mi face, ahorita los veo. Dio media vuelta camino hacia el sofá ya que ahí estaba su laptop.
Abdiel dejo los libros sobre la mesa que estaba junto a la puerta principal, caminamos hacia la cocina.
-Mamá ¿te ayudamos en algo?. Le pregunte.
-Sí, solo a poner la mesa por favor. Me respondió señalando los platos y cubiertos de la alacena.
El resto fue de cenar el pollo al horno que preparo mi madre, conversar acerca del día de trabajo de papá, y de situaciones de la sociedad en la actualidad.
Una vez acabado el postre de mango que hizo mi hermana, ella retiro los trastes sucios de la mesa para que entre Abdiel y yo los laváramos, así mi madre y mi padre se fueran a ver la televisión juntos.
El reloj de pared marcaba las 10:15 de la noche.
Abdiel agradeció a mi madre por la cena, se despidió de mi hermana y mis padres, tomo los libros que le obsequie y lo acompañe a la entrada:
-Mi suegrita cocina riquísimo, le habrás heredado cocinar igual de rico o no sabes?.
-No lo sé, ya veremos cuando vivamos juntos. Le dije mientras me acercaba hacia él.
-Y si no, pues yo te cocino lo que quieras.
-Si sabes cocinar?. Le pregunte.
-No, pero puedo leer recetas en internet.
-Menso. Lo abrase. –Te amo Abdi, te vas con cuidado y me avisas cuando estés en tu casa si?
-Si bebe, no te preocupes, ahorita tomo un taxi aquí en la esquina, y cuando este ahí en mi cuarto te escribo. –Me dio un leve apretón de manos y me beso antes de irse.
Le observe como se fue caminando, hasta que le perdí de vista por los arbustos del vecino, una sonrisa se dibujó en mi rostro, en unos días cumpliríamos 2 años, 2 años desde que le conocí en la fiesta de XV años de mi hermana...
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Hola! Espero les este gustando esta mi tercera novela y primera de tema gay, estoy un poco atorado con las historias anteriores a esta, pero espero poder subir los siguientes capitulos pronto, por favor, voten y comenten, me gustaria saber sus opiniones!