Arriésgate conmigo, no muerdo, o tal vez sí. No retengas lo que sientes por mí, porque son como balazos, tanto para ti, como para mí.
Soy el mejor pecado que puedes cometer, Y tú el más hermoso y atractivo. Te deseo con la mirada, con mis labios, y entre más tenga de ti, más plácido estaré, que nadie te admire, como cualquiera que ama el ocaso permanece a observarlo, porque me enojaré y de celos me armaré.
No mires con los ojos. Déjate cegar por la oscuridad, entre los dos podemos apoyar nuestros pasos, es un terreno desconocido para los dos, contigo no siento miedo.
Temerosa tu alma está, tranquilo, lo peligroso a veces es divertido.
Yo te llenaré de placer, seré la razón de tus sonrisas, como un muñeco de porcelana te tomaré, un cuidado que tan solo se le da a lo más preciado del universo, no te dejaré caer.
Ven y muerde mis labios, desinhíbete, como si el sabor de mi boca fuese un trago de alcohol.
Quiero que toques cada parte de mi cuerpo, y que en la oscuridad puedas reconocerme, mi misión siempre será la misma enamorarte y protegerte, así que no me tengas miedo, que aun en la penumbra no te heriré.