Detention »Raura«

By HappyxUnicorn

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Dos jóvenes: »Maleducados » rebeldes » independientes. Jóvenes. »Todos los derechos reservados« More

Detention. |Raura| |Fanfic|
Prólogo
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OMFG TRAILEEEEEEEER!!!
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Tributo, Austin & Ally...
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COPIA DE FACEBOOK, ALERTA COPIA.
WE DID IT!
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Detention Version Ingles
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IG, help
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Notas.
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By HappyxUnicorn


–– ¿Entonces vas a tocar en la fiesta de playa el próximo sábado?

Enarcó una ceja mientras dejaba el vaso que estaba bebiendo sobre la mesilla de luz. Sonrió un poco y asintió.

–– ¿Vendrás?

Encogí los hombros al pecho y ladeé la boca, fingiendo pensármelo.

––Tal vez ––le sonreí.

––Hm ––se sentó a mi lado y me robó un casto beso de los labios ––, te extrañaba horrores.

Presioné mis labios, juntándolos.

––Eso no te da el derecho de besarme cuando quieras, Lynch ––le recordé, colocándome de pie, causando que por haberse recostado sobre mí, se derrumbara en la cama.

––Buh ––se quejó.

Caminé por la habitación, observando poster por poster. Deslicé mi mano por encima del papel brillante y finalmente me detuve en una de las tantas guitarras que tenía colgadas a un lado de la ventana.

De repente me volteé, pillándolo viéndome, a lo que respondió con una amplia sonrisa de inocencia.

–– ¿Has pensado que canciones cantarás? ––le pregunté, curiosa.

Mi pregunta lo cogió desprevenido, por lo que su ceño se frunció un poco mientras pensaba su respuesta.

––Creo que sólo covers por ahora, hasta que consiga finalizar alguna canción propia.

Arqueé ambas cejas y me crucé de brazos.

–– ¿Ah? ¿Canciones propias?

Se rió cortamente y negó con la cabeza.

––No, engañitos, no te las mostraré.

–– ¿No? ––inquirí, acercándome a él provocativamente a lo que él sonrió ampliamente ––. ¿Estás seguro?

Se relamió los labios y mantuvo una sonrisa cerrada permanente en su rostro. Apoyó su codo sobre la almohada mientras que yo hincaba una rodilla sobre el colchón, fingiendo ser por primera vez en mi vida, sensual.

––Esto no me está funcionando ––dije, quedándome en mi posición.

–– ¿Qué es lo que pretendías exactamente, bombón? ––puse cara seria a su apodo ––. Ya eres sexy siendo como eres.

Solté un pausado bufido.

––No pretendía nada, sólo escuchar tus canciones ––admití con aire inocente.

Frunció los labios.

––Uhm...no ––pausó ––, eso no va a pasar.

Me crucé de brazos.

––Si no vas a tocar, entonces mejor me voy ––fingí molestia, mientras amagaba a salir de mi posición.

Me tomó de la camiseta, tirando de ella para atraerme hacia él. Me atajó entre sus brazos con firmeza.

––No te me vas de nuevo, preciosa ––susurró cerca de mi oído.

Enterré mi nariz en su cuello, olfateando su perfume que aumentaba mis expectativas.

––Ross.

––Engañitos ––murmuró al igual que yo, con dulzura en su voz.

Reprimí una sonrisa y me alejé un poco de su cuello, para verlo a los ojos.

––Cántame ––pedí.

Apretó sus labios contra mi frente y me miró fijo, mientras me peinaba el cabello hacia atrás y me acariciaba la mejilla lentamente, haciéndome estremecer con su toque.

Se mantuvo en silencio por unos segundos que parecieron eternos, mientras me contemplaba con una mirada llena de amor. Finalmente suspiró y tomó coraje para abrir los labios y dejar escapar un sonido placentero de ellos.

––Now nothin' can take you away from me, we've been down that road before, but that's over now ––susurró, con su voz aterciopelada acariciándome la cara ––. You keep me comin' back for more.

Le sonreí, mientras sentía que se me calentaban las mejillas.

––Baby you're all that I want, when you're lyin' here in my arms. I'm findin' it hard to believe, we're in heaven ––ladeó la cabeza y el corazón me dio un vuelco cuando comprendí que la canción era precisa para la situación.

–– And love is all that I need, and I found it there in your heart, it isn't too hard to see ––me sonrió, casi con verguenza, y le imité ––.We're in heaven

La habitación se quedó en silencio mientras que nuestras miradas estaban más que unidas.

–– ¿Cantarás esa canción? ––inquirí, con un hilo de voz.

Sonrió fugazmente.

––Tal vez, depende de si estás o no.

––Pues ––alargué ––, probablemente un terrible castigo me espere ansioso para este sábado, veré que puedo hacer.

Se peinó el cabello hacia atrás y me besó la mejilla para separarse de mí y así colocarse de pie. Me pasé ambas manos por los ojos.

–– ¿A dónde vas? ––le pregunté, cuando ahogué un bostezo con mi mano.

Abrió la puerta del baño y se quitó la camiseta, dejándola en el suelo, apoyando su mano en el umbral de la puerta. Los pantalones los tenía un poco más debajo de dónde debían estar, lo cual dejaba entrever el bóxer que utilizaba de ropa interior de color gris.

––La noche es joven, y no pienso quedarme quieto contigo a mi lado.

Fruncí un poco el ceño.

–– ¿O sea...?

––Alístate, preciosa, hoy vamos a salir.

Le puse mala cara.

––Dime que no piensas llevarme a una discoteca.

Frunció la boca y terminó por lanzarme un beso aéreo, para cerrar la puerta sin esperar respuesta mía. Me dejé caer entre las almohadas y atrapé una entre mis brazos, hundiendo mi rostro en ella.

Todo mi yo estaba cansado.

Más que nada mi rebeldía, ya que por un día se había excedido más de lo que debía, y parecía que a Ross jamás se le acababa la energía.

Al cabo de unos minutos luego, oí la puerta abrirse y cerrarse, por lo que le permití a mi ojo izquierdo contemplar al cuerpo semidesnudo que salía del cuarto de baño, con una toalla amarrada a sus caderas y el cabello goteándole el pecho descubierto.

Ahogué un suspiro en la almohada y con él una sonrisa por el semblante de Ross al verme.

––Preciosa, ¿estás durmiendo? ––inquirió, acercándose a mí y sentándose a mi lado, cerré mis ojos rápidamente.

Sentí el colchón hundirse a mi lado y una mano sobre mi espalda.

––No me engañas, dulzura, sé que estas despierta ––reprimí un bufido ––. Y tienes tres segundos para verme o me tiraré encima de ti.

Recordé que sólo traía encima una toalla y me senté, alarmada, a lo que él rió.

––Uhg, arruinas el momento entre la almohada y yo.

Dejé mis piernas colgando en la cama.

–– ¿Me eres infiel con mi propia almohada?

Coloqué los ojos en blanco y cuando lo vi colocarse de pie, le imité, estirando los brazos hacia arriba.

––Iré a ducharme, molesto ser ––avisé.

–– ¿Me das un beso antes?

Estiró sus labios, caminando hacia mí.

––Sabes que no puedo escaparme por la ducha, ¿verdad? Y no, ew ––lo frené con una mano en su pecho ––, estas mojado y sin ropa.

Sonrió de lado.

––No estoy sin ropa completamente. Pero si insistes ––dejó la mano sobre el nudo de su toalla.

–– ¡No! ––exclamé y me cubrí los ojos.

––Estoy jugando ––se carcajeó y caminé hacia el baño sin mirar, cerrando de un portazo ––. ¡Te quiero engañitos!

...

––No, no y no ––quise girar al lado contrario pero los brazos de Ross me atraparon.

––Anda, preciosa, será divertido.

–– ¡Las fiestas de la fraternidad jamás son divertidas! Y quítame las manos de encima ––me sacudí.

–– ¿Hoy es el día de rechazar a Ross en todo?

Corrí mi cabello hacia atrás.

––Te dije que...

–– ¡Ross! ––escuché algo bajo por la música.

No.

No, no.

¡No!

––Chicos ––sonrió levemente y abrió sus brazos, inclinándose hacia atrás por el abrazo de la cabeza naranja.

Y no, no era Calum, lamentablemente.

––Laura ––sonrió ahora, el pelirrojo.

––Hey, Cal.

–– ¡Creí que no vendrías! ––exclamó la pecosa, mientras le estampaba un beso en la mejilla a Ross.

–– ¿Quieres beber algo? ––carraspeó el chico a mi lado.

Le sonreí con todos los dientes y lo tomé del brazo para que me guiara. Nos alejamos sin decir palabra y caminamos hacia la cocina, evitando a un par de cuerpos sudorosos bailando y conversando.

–– ¿Cerveza o agua? ––preguntó, mientras abría la nevera.

Corrí las botellas y vasos vacíos para plantar ambas manos sobre la isla del centro de la cocina, la cual apestaba a alcohol, y me impulsé para sentarme sobre esta.

––Cerveza.

Rió alegremente mientras me abría la lata de aluminio y me la dejaba en la mano.

––Sabía que no eras tan santa.

Arqueé una ceja, observándolo.

––De hecho no lo soy.

––Brindo por eso.

Chocó su refresco contra el mío, a lo que yo le sonreí y bebimos al mismo tiempo un sorbo. Me relamí los labios, quitando cualquier resto de cerveza que tuviese en estos y observé lo aburrida que estaba la fiesta, exceptuando a un par de personas que bailaban por la mala música.

El resto conversaba.

–– ¿Quién dejó a Ryan a cargo de la música? ––inquirió el pelirrojo, recargado sobre la encimera a un lado de la nevera, mientras observaba exactamente lo mismo que yo.

Sonreí por la idea que se me había pasado por la mente.

–– ¿Lo conoces?

Se encogió de hombros, mirándome mientras bebía de a poco.

––Por supuesto, es mi compañero en física.

––Gracias por llevarte a mi chica, Cal ––dijo, Ross, acercándose hacia nosotros y propinándole un pequeño puñetazo en el hombro a mi compañero.

––Espero que estés siendo sincero y no sarcástico ––gruñó, sobándose el hombro.

El rubio abrió la nevera y tomó una cerveza, abriéndola para beber un largo trago y finalizar con un suspiro, casi como si le hiciese falta.

––Vamos a bailar ––sonrió, guiñándome un ojo mientras me tendía la mano.

Miré a Calum y luego a él, bebiendo de mi bebida.

––No ––respondí, mirando hacia otro lado.

–– ¡Uf! ––se burló el pelirrojo ––. La cagaste.

Reprimí las ganas de reírme por el comentario y moví los pies con tranquilidad, que colgaban en el aire.

––No es lo que...

––No me interesa, Ross ––lo miré.

––Joda, yo me retiro, y rezaré por ti...Ross ––bromeó, haciéndome una reverencia antes de retirarse.

––Pero si me dejaras explicar...

–– ¿Qué? ¿Qué siempre me dejas de lado en las fiestas por estar con tus amigas? ––bebí y lo miré con mi peor cara de inexpresiva ––. No es novedad, no eres ninguna novedad.

–– ¿Estás celosa?

Solté una carcajada.

––No me digas, ¿acaso no debería?

––No ––se sentó a mi lado, saltando y volviendo a coger la lata para beber de ella.

Asentí, cínica.

––Tienes razón, porque Ross Lynch siempre tiene la razón y todos nos equivocamos.

Descansó su mano sobre la mía, enviándome miles de sentimientos a través de ese simple toque.

Y nada que me molestara más que ese efecto que tenía sobre mí.

––No deberías estarlo, Laura. Vine contigo, y al final de la noche, me iré contigo.

––Adivina quién no quiere irse contigo al final de la noche.

Entrecerró un poco sus ojos.

––Vale, esto ya se está pareciendo a una discusión de pareja.

––Prácticamente eso somos, ¿cuál es tu excusa? ––arqueó las cejas, esperando una respuesta.

––Lo que menos somos es eso, créeme.

––Nunca has respondido, ¿por qué no quieres salir conmigo?

Aparté la mirada.

––Estoy contigo ahora.

––Sabes a lo que me refiero ––dijo, con la voz ronca.

Golpeé mis pies juntos, mientras bebía otro sorbo y dejaba la lata media vacía sobre la isla.

––Nunca te basta, Ross.

Mis ojos se encontraron con los de él, los cuales se encontraban confundidos.

–– ¿Qué no me basta?

––Siempre quieres más. Y esto es todo lo que yo puedo darte, si no te es suficiente, entonces lo lamento pero no soy lo que buscas.

Brinqué fuera de mi asiento mientras que él me miraba, fijamente. Imitó mi acción y se acercó a mí, haciéndome retroceder casi por inercia, y así chocar contra la encimera en la que anteriormente Calum se había recargado.

––Sólo te quiero a ti, y el resto no me importa.

––No es lo que demuestras.

Extendió ambos brazos.

–– ¡Es exactamente lo que demuestro, preciosa! ¿Debo repetir lo que siento por ti?

––No ––me negué rápidamente, sin querer escucharlo nuevamente.

Crucé los brazos sobre mi pecho.

––No peleemos esta noche, por favor...

––Yo no comencé ––me justifiqué.

––Acabo de recuperarte, lo último que quiero es perderte de nuevo.

Nunca me perdiste, pensé.

Suspiró profundamente, y tiró de mi brazo, aflojando mi agarre.

––Te quiero, ¿vale? ––acunó mi rostro entre sus manos ––. Ven, vamos a cambiar esa música.

Entrelazó sus dedos con los míos y reprimí un suspiro, siguiéndolo sin quejas.

––Espérame aquí ––me besó la frente y se acercó al rubio que estaba distraído hablando con una mujer de ropa ajustada.

Ross interrumpió la charla y se recargó sobre la consola de música.

–– ¿Todo solucionado? ––preguntó, Calum, deteniéndose a mi lado.

––Algo así. ¿Dónde está Rebecca?

––Con su cita.

Fruncí el ceño ante su respuesta y lo miré, encogiéndose de hombros.

–– ¿Tiene una cita y no me lo dijiste?

––Tú no preguntaste ––sonrió.

Meneé la cabeza y lo empujé con la cadera.

––No hacía falta.

La música comenzó a sonar movida por los parlantes, y vi a Ross unir manos y chocar hombros con el Dj, quien se colocó los auriculares y encendía las luces multicolor. Todos ingresaron a la pista, pero nadie bailaba aún.

Comenzó a aplaudir al compás de la música, mirándome y observé rápidamente a Calum, quien negaba con la cabeza.

––Estás en problemas ––canturreó.

Ross se acercó y me tomó de la mano, arrastrándome a la pista mientras yo me quejaba e intentaba frenar su paso, causando que mis pies rechinaran contra el suelo.

No, joder, no quería ser el centro de atención.

Me acercó hacia él, colocando su mano sobre mi cintura.

––You got to touch your eyes and crush your tears ––canto, moviendo mis brazos ––.You gotta let go, come with me...

Intenté frenar el movimiento, pero en cuanto los tambores se oyeron a través de los parlantes, me alejó, con las manos entrelazadas junto a mí, y volvió a acercarme, para luego darme una vuelta.

––You say you want it, but you can't get it in ––me dejó de espaldas a sup echo y me besó la mejilla, para luego susurrarme ––You got yourself a bad habit.

Solté una carcajada y sin darme cuenta, varias personas se habían unido al baile, que luego se llenó de burbujas por las maquinas que tenía el que reproducía la música, quien ahora parecía estar muy entretenido con la consola.

Ross me alzó un poco, causando que mis pies no tocaran el suelo, mientras giraba, haciéndome reír.

––Baby got our head down ––fingió tocar la guitarra ––. Baby tryna stand down in the crowd.

Negué con la cabeza, mientras me giraba entre sus brazos y me aventaba a su pecho. Las luces de colores iluminaban más su hermosa sonrisa y sus gestos al cantar.

Durante toda la canción, se dedicó a darme vueltas en el lugar, y a tirar de mí para acercarme nuevamente, siguiendo el ritmo de la música mientras cantaba o articulaba la letra de la canción que ahora parecía haberse convertido en mi favorita.

La fiesta parecía haberse reanimado porque la gente dentro de la sala ya no cabía, y nadie dejaba de bailar.

Tokio Hotel ahora sonaba de fondo.

––Has hecho bailar a todo el mundo ––le dije, sin aliento.

Recargué mis manos sobre su pecho, intentando regular mi respiración y quitar la sonrisa de oreja a oreja que traía impresa en el rostro.

Me corrió el cabello hacia atrás.

What's underneath the moon and stars, what's underneath air clothes we are

––He cumplido con mi misión.

–– ¿Ah sí? ––inquirí, arqueando una ceja ––. ¿Hacer bailar al resto de las personas aquí?

Meneó la cabeza.

––Hacerte reír.

Take my hand I'll take you there

Presioné mis labios juntos, intentando descifrar si el calor en mi cara era por lo que irradiaban las luces o por sus palabras.

Lo miré a los ojos, y sin pensarlo dos veces, llevé mi mano derecha a su nuca, atrayéndolo hacia mí mientras me colocaba de puntillas para estampar mi boca sobre la suya.

En cuanto sentí sus manos en mi cuerpo, uní mis manos en su cabello y abrí la boca, sin poder tener suficiente de él.

Me empujó, causando que caminara en reversa sin separar su boca de la mía, la cual estaba más que entrelazada. Cuando sentí que mi espalda tocó una estructura sólida y fría, me alivié por el calor que estaba subiendo hacia mi nuca.

Lo atraje con fuerza hacia mí, sintiendo como sus labios abandonaban los míos para descender en un camino de besos que comenzó en mandíbula y se encaminó a mi cuello.

Love who loves you back

De repente, mi cerebro pareció haberse reiniciado, por lo que comprendí que seguía luego de eso, al oír nuestras jadeantes respiraciones.

Ahora comenzaba a entrarme el pánico encima, y de inmediato, me sentí sucia de pies a cabeza. Y recordé todo.

Me golpeó una ola de recuerdos que creí haber olvidado.

––Ross ––dije, con un hilo de voz.

Él se separó sólo unos escasos centímetros de mi rostro, con los labios entreabiertos por su dificultosa respiración.

Al verme a los ojos, su mirada cambió inmediatamente y se llevó ambas manos al cabello.

––Joder, engañitos, dios.

Se frotó el rostro y me quitó las manos de encima, cómo si le quemara.

Tragué grueso.

––Lo siento, mi amor ––colocó ambas manos en mis hombros, intentando atrapar mi mirada ––. Lo siento, te prometo que no volverá a ocurrir, yo..., se me fue de las manos...

Meneé la cabeza, negando.

Acunó mi rostro entre sus grandes manos y acarició mis mejillas con sus pulgares, rogando mi perdón con su mirada.

––Preciosa, lo lamento ––se disculpó, farfullando ––, joder, te quiero, te quiero tanto, es todo mi culpa...

Coloqué mis manos sobre las suyas y las aparté lentamente de mi rostro.

––Llévame a casa ––pausé, tragando el nudo ––, por favor.

Su ceño fruncido me mostró lo molesto que estaba.

Pero al observarlo, comprendí que no era por mí, sino que estaba molesto consigo mismo.

Y la realidad es que no era su culpa, sino la mía. No podía quitarme esa carga de encima, no podía avanzar de ninguna forma así.

Asintió, y apretó mi mano, arrastrándome con él hacia la salida, dónde tuvimos que escabullirnos debido a la cantidad de gente que se había apretujado para ingresar a toda costa.

Nos montamos sobre la motocicleta sin decir ninguna palabra, e incluso me costaba poder aferrarme a su cuerpo como antes, por lo que sólo sujeté sus bíceps, sin ir más allá con el asunto.

Estuvimos por lo que pareció muy poco tiempo en la carretera, no quería concentrarme en nada más que las luces que dejábamos atrás, y en lo tieso que se encontraba Ross conduciendo. Finalmente, se detuvo en la acera de mi casa. Me bajé primero, apresurando el paso.

Era increíble cómo podíamos distanciarnos en menos de un segundo.

Ahogué un suspiro y subí los escalones de mi casa con él, tomando las llaves de mi chaqueta para abrir la puerta.

Volteé sobre mis talones, ahora bajo el umbral de mi puerta, mientras veía cómo Ross recargaba su mano, apoyándose sobre el marco de la puerta a unos centímetros de mí.

Tenía el ceño fruncido y la mirada hacia abajo, incluyendo la mandíbula que apretaba y se veía el movimiento por la luz que iluminaba su rostro.

Parpadeé, inquieta.

––Conduce con cuidado ––me limité a decir.

Las repulsivas ganas de llorar me volvían a dominar.

Coloqué mi mano sobre la puerta, para voltear y caminar hacia adentro, sin embargo su mano disponible se cerró en mi muñeca, captando mi atención.

Lo miré.

––Yo...

––No debes decir nada, Ross.

Apreté mis labios.

––Pero quiero ––afirmó, finalmente mirándome.

Me negué, no podía soportar la humillación. Menos verlo a él humillarse por mi culpa.

––No lo hagas...

––No quiero que las cosas cambien, Laura ––comenzó a decir ––. No quiero que malpienses lo que hice, no quiero presionarte a nada, me siento una mierda por haberte causado esto, por haberte alejado así...

––No me alejaste, estoy aquí.

Miró hacia otro lado.

––Me vuelves loco ––ladeó la cabeza y apretó los ojos ––, de todas las maneras en que se pueda interpretar la oración.

Fruncí los labios.

––Nada de esto es tu culpa ––aseguré, con apenas un aire de voz ––. Es la mía.

Y ahora, logré captar su atención, y lo interrumpí antes de que me dijera que me equivocaba.

––Porque no puedo, Ross. Simplemente no puedo dejarlo ir, no puedo avanzar más.

Mi voz se tornó distinta, y la mirada de Ross se vio repentinamente preocupada por eso.

––Preciosa...

––No ––negué, apretando la madera entre mis uñas ––. Siempre hablas tú, ¿vale? No puedes culparte por todo, simplemente ya no puedo dejar que lo hagas. Esto es algo que ya no puedo seguir sosteniendo, Ross, simplemente ya no puedo.

–– ¿A qué te refieres? ––preguntó, algo tembloroso, y su semblante cambió.

Apreté los dientes, obligándome a no llorar.

––No soy lo que tú quieres que sea y eso es algo que no puedo solucionar. Esto es disfuncional, ¿acaso no lo ves? Vamos a terminar mal ambos, y no puedo permitirme verte así por mí.

––Tú eres todo lo que quiero.

Aparté la mirada, ya no podía verlo a los ojos.

––Laura, sólo mírame ––tomó mi mentón entre sus dedos ––. Nosotros es todo lo que quiero.

––No puedo darte eso que quieres, Ross, no puedo. No puedo ser alguien normal que tiene momentos como los de hace unos minutos y dejarse llevar ––dije, histérica.

Pero no estaba molesta con él.

––Engañitos ––sonrió levemente ––. No me importa verte de esa manera, sólo quiero que estés conmigo, de cualquier forma en la que yo pueda hacerte feliz.

––Lárgate ya.

Se rió, alivianando mi tensión.

––Oblígame.

Rodé los ojos, respirando profundo.

––Quizás ya sea la hora de que te ganes un golpe ––bromeé.

––Sólo quiero un beso tuyo.

Lo miré, con el rostro serio y él enarcó ambas cejas.

––Supongo que eso significa que tendré que robártelo yo.

Se inclinó lentamente hacia mí y me besó la punta de la nariz, dibujando una sonrisa instantánea en mi rostro.

Y se agachó para levantarme entre sus brazos, por lo que solté un pequeño grito y me aferré a sus hombros, rodeando sus caderas con mis piernas.

––He dicho que te largues ––fingí un tono de molestia.

Frunció el entrecejo, con falsa preocupación.

––Mi besito.

Y estiró los labios.

Tapé su boca y le di un beso a mi mano.

––Listo ––sonreí, con inocencia.

Arqueó una ceja, y sus ojos miel me observaron con incredulidad.

––Lo quiero en la boca.

––Uhm, ¿y si no?

Sonrió en grande.

––Te como la boca yo ––atrapó su labio inferior con sus dientes.

Me reí levemente y le di un pico.

–– ¡Eh! ––se quejó, moviendo sus brazos, causando que brincara ––. No estaba listo aún.

–– ¡Bájame y largo, Lynch!

Le fruncí el ceño, intentando mantener la risa.

Y ahora él me robó un casto beso de los labios, bajándome de sus brazos.

––Nos vemos mañana, dulzura.

––Laura ––carraspeé.

Colocó los ojos en blanco y tomó mi mentón con una sola mano, depositando un lento beso en mis labios, que finalizó con una sonrisa de su parte.

Lo empujé un poco, para que bajara los escalones y no me tentara a volver a él para estar entre sus brazos. Me aferré a la puerta.

–– ¡Ya! ¡Vete! ––reí.

Se montó sobre la motocicleta y encendió el motor. Comencé a cerrar la puerta, sin apartar mi mirada de su persona, cuyos labios me largaron un beso aéreo.

––Te amo, engañitos ––dijo.

––Vete ––le dije, medio bromista, medio avergonzada.

Me guiñó un ojo y a duras penas, avanzó con su motocicleta, alejándose por la carretera que hace tiempo le había visto tomar.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Estoy, oficialmente, enamorada de este capítulo.

Porque me estresé, me emocioné, me enojé, me enamoré, y así pues.

HOLI

¿me extrañaron? ¿a que sí? Daniela no respondas eso.

Bueeeeeeeeeeee ratitas, aquí ya llegué yo, con 4000 palabras, milagro del señor y los santos. No sé de donde chorizo me salió esta idea de cap pero me salió, lo positivo es que no terminaron como Daniela tenía pensado, o sea que los separaría y ya.

A ver no soy tan cruel...por ahora.

¿Ya se pasaron por mi nuevo one shot raura, Behind? ¡Pásense ya! Son 12 capítulos en total y publico diariamente, sólo nos quedan 6 y ya acabamos con tanto misterio.

¡Chicas vi los 500 tantos comentarios en el anterior capítulo y casi lloro de nuevo! ¡Gracias, gracias, gracias! Siento que esta historia como libro, tendrá mucho más éxito por ustedes. Las amo, realmente.

Quiero dedicarle este capi a mi gemelis, porque está aquí hablando conmigo para apoyarme con una pequeña depresión por la que estoy pasando y porque llegó a los 600 seguidores, lo cual me enorgullece demasiado, ya que antes recuerdo que casi no había comentarios en Odisea, y ahora hay tantas personas que ay no sé, me quiero morir.

Les cuento que la he pasado maravilloso en Chile, es un hermoso país con hermosa gente, me traje la guitarra que quería, y realmente me enamoré de ese lugar, quizás me pase algunos meses para vivir allí, es hermoso todo, más que nada la gente, y ay no sé, amé todo.

¡Y que soy castaña again! So, la vieja Ariana ha vuelto, beibis.

Aunque no tiene importancia. Eliminé Cadenas e Influenciados, ya que quiero acabar con las historias que tengo así luego me concentro en esas y no tienen que esperar por las actualizaciones tardes.

Ya, uf, esta nota es too much.

Saluditos a Majo<3

¡No olviden votar y comentar que quiero saber todo lo que sintieron leyendo este nuevo capítulo! Créanme, si aún no han llorado de melancolía y de lo dramática que se vino detention, ya es tiempo, esto recién está comenzando.

Las canciones de hoy fueron:

Heaven, Bryan Adams.

Bad Habit, The Kooks.

Love Who Loves You Back, Tokio Hotel. Les dejo esta en multimedia.

Todas las canciones son elegidas específicamente por sus letras, si quieren buscarlas para saber el significado, bienvenidas sean.

¡Las amo mucho!

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