See dije todo el día, pero resulta que mis días son entre 12 a 6 am
Miércoles, oficialmente desde hoy soy algo así como amigo de Jack, el plan es saludarnos en el pasillo siempre que nos vemos, él dijo que posiblemente iría a molestarme a mi salón y si se le daba en gana almorzaríamos juntos. No nos esperaba encontrarme con él de camino a la escuela y menos que fuera necesario llegar juntos. Por Odín, fue tan vergonzoso, no hablamos nada en todo el camino hasta que estábamos a una calle de la escuela, ahí de la nada Jack comenzó una amena conversación de no sé qué, era muy difícil contestarle, pero mis tontas respuestas parecían detonar algo en su loco cerebro, tuvimos unos siete temas de conversación diferentes en ese pequeño tramo, luego nos despedimos y cada uno por su lado.
Hubiera deseado que nadie me viera con él, pero obvio no fue así, Jack era muy popular, todos nos quedaron mirando cuando llegamos y el rumor de que mágicamente nos habíamos vuelto cercanos se esparció como la peste.
Mis amigas llegaron corriendo a mí apenas se enteraron, preguntaron cosas extrañas, primero pensaron que quizás le debía algo a Jack o me había amenazado por lo de la carta, no estaban tan equivocadas, pero no podía decirles del acuerdo. Invente cosas que posiblemente tendría en común con Jack y fueron muy pocas, luego concluí que sin Pitch a su alrededor era un sujeto divertido y eso no era una mentira. Todos lo notaron, Jack era muy abierto al dialogo y los juegos sin su sombra alejando a todos, las chicas que lo amaban se acercaban mucho más y era molesto, pero él no las trataba mal, le sonreía y hablaba muy tranquilo.
El día paso como esta predicho, nos saludamos de vez en cuando y él se acercaba hablar como si tuviéramos algo además del fraude, la mayoría de las veces se quejaba del acoso y agradecía alguien como yo que le importa un comino lo que Jack hiciera, decía que era refrescante.
Todo estaba saliendo según lo acordado y vagamente planeado, para el almuerzo se apareció en la mesa en la que siempre me sentaba con las chicas, se aseguró de no dejar más espacios, solo éramos cuatro hasta que grito. Llamó a Astrid, a Astrid! Y ella vino, Jack le acerco otra silla y se sentó con nosotros, de la nada y como por arte de magia todos estábamos teniendo una charla muy divertida. Ni a Merida, ni a Rapunzel les pareció raro lo que pasaba, fue como si los cinco fuéramos amigos de toda la vida, fue genial!
Fue oficialmente un exitoso primer día, hasta tuve una charla con Astrid antes de salir de clase y se despidió de mí con una sonrisa. El mejor día.
Al llegar a casa mi padre notó inmediatamente mi felicidad, esperaba que me interrogara, pero solo sonrió y fue una sonrisa contagiosa.
Tenía que admitir que todo esa genial, quizás demasiado bueno para ser verdad y ese poder que tenía Jack para hacer que el mundo se acercara y fuera feliz era sospechoso, mi felicidad se fue al caño y pensé que quizás todo una trampa.
Jueves, Astrid falto a clases y Jack paso todo el día a mi siga. No decía nada, solo me acompañaba a donde quiera que fuera con un aire melancólico, no fue hasta el final del día que me comento sobre Astrid.
- Ayer hable de ti a la rubia, le pareces lindo- Lo dijo con tanta monotonía que no parecía real.
- Tienes algún problema con eso?
- No
- Entonces, por qué tan amargado?
- Mi hermana está en el hospital, tú también lo estarías en mi lugar- Sentí su enojo y no pude decir nada antes de que se fuera apresurado.
Me sentí molesto después de eso, no era mi culpa que su hermana estuviera enferma, ni siquiera sabía que tenía una hermana, no tenía motivos para sentirme preocupado, pero simplemente no pude evitarlo.
Llame a Astrid para ver si existía otro número para comunicarme con el albino. La chica de mis sueños me dio el número de su casa y me atreví a preguntar porque eran tan cercanos, nunca hubiera imaginado que eran primos, eso explicaba algunas cosas. Resultaba que la madre de Jack se había casado por segunda vez; hace bastante, con el tío de Astrid.
Hable por un rato con la rubia, la conversación nos llevó algunas cosas en común, ella era una chica fuerte y muy ruda, completamente diferente a mí, un pescado parlanchín. Al rato de hablar se me olvido por completo que estaba algo preocupado por Jack y que quizás quería disculparme, él no era del todo un mal tipo y siempre que estábamos a solas yo era muy arisco con él, bueno que va, me olvide por completo de eso y disfrute al máximo mi intercambio de información con Astrid.
Al llegar a casa otra vez me encontraba solo y comencé a pensar en muchas cosas, principalmente en San Valentín, si las cosas seguían así de bien con Astrid, quizás podríamos tener una cita en san Valentín, aunque fuera algo como amigos, estaba siendo muy positivo con eso.
Escribí una tercera versión de mi carta final, algo más normal, tranquilo y menos formal, el resultado fue una declararon muy sincera y madura, se la daría personalmente a Astrid y en parte era gracias a Jack que podía hacer eso. Antes de que todo se volviera medio loco yo tenía a Astrid en una especie de pedestal, me gustaba pero no sabía porque, ahora la conocía un poco más y estaba seguro de que había muchas cosas que me gustaban de verdad en ella y si lo pienso, nada de esto hubiera pasado si no me hubiera equivocado de casillero, gracias torpeza y...Jack.
Viernes, todos se mueven emocionados por la escuela, la mayoría ansiosos porque es su última oportunidad fácil de asegurar una cita con alguien para san Valentín y yo por primera vez, me siento muy tranquilo con eso.
Las chicas están felices, Rapunzel ama la fecha porque es una excusa para regalar dulces y puede pasarla con su novio, todo el día estuvo muy feliz porque el domingo tendría una cita en el parte y que no hay nada más romántico que el lago de noche y sus linternas, parecía un buen panorama para ir con Astrid, pero si alguien me veía en la calle y no con Jack todo se iba a la basura. Merida estaba ansiosa, estaría todo el día sin sus padre y lo mejor, sin sus hermanos, ellos estarían el fin de semana con sus abuelos, era lo mejor que podía pasarle, se quedaría todo el fin de semana sola en casa, podría comer lo que se le antojara y ver películas todo el día. No les diría que tenía otro planea y Jack, por ningún lado, al final quizás ni siquiera tendría que hacerle el favor.