Al día siguiente era viernes, y nos pasamos mirando el reloj cada dos minutos, esperando a que por fin terminase la semana en el infierno y así irnos a comprar ropa para la fiesta a la que Blake nos había invitado ese mismo sábado.
Cuando las clases terminaron mis amigas y yo salimos disparadas.
Estábamos muy entusiasmadas y echamos a correr por los pasillos.
Lo que vi cuando llegamos al pasillo central me dejó en shock.
Toda la pared estaba repleta de carteles con mi cara impresa y un eslogan que decía: "¿Deseas ser virgen hasta el matrimonio? Llámame" y tenía mi maldito teléfono escrito debajo. ¿Quién coño le había dado mi puñetero número? Me lo iba a cargar.
Mi primera reacción fue soltar una carcajada.
-Qué original, de verdad. ¿Lo has pensado tú sola o te ha ayudado tu ejército? - solté a la rubia plástica.
-La verdad es que he sido yo sola, y como me hables una sola vez más haré de tu reputación una basura- amenazó.
-Tranquila, si aquí la más reputa eres tú. Deberías haberme llamado antes de desvirgarte.- contesté.
Daaaaaamn.
-Ya, pero a mi nunca me ha intentado desvirgar un señor mayor- dijo.
¿Qué? ¿Como cojones sabía eso?
Las lágrimas empañaron mi visión, pero eso no me impidió que le pegara una torta.
La rabia me estaba volviendo loca y eso no estaba bien, había ido a clases de autodefensa y no quería descontrolarme.
-¿Qué, pensabas que nadie lo sabría jamás? - se rió.
-Eres una cerda. ¿Piensas que por tener sexo con alguien eres importante? Para eso es para lo único que te quiere la gente, para ser popular y pasar un buen rato. Nunca serás feliz, y tampoco lo mereces, nunca amarás a nadie y jamás sabrás lo que es el querer. Eres una mierda de persona.- finalicé, con la respiración entrecortada y las lágrimas a punto de desbordarse.
Eché a correr. No podía permitir que me vieran llorar. No podía mostrarme débil. No podía derrumbarme.
Y sin embargo, lo hice.
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Espero que os guste.
Gracias por leer.
Kaya en multimedia.
Me voy a ver Leal ¡wiiii!♡
#BYENOTBYE