Sartos y yo nos fuimos rapidamente hacia el bosque cuando fuimos interrumpidos por unos telmarinos en el camino. Le pedi a Sartos que no se detuviera, que siguiera lo mas rapido que pudiera, asintio y no se detuvo. Cuando llegamos al bosque, los telmarinos nos rodearon. Sartos no sabia que hacer, para donde atacar o escapar para mantenerme a salvo.
-Esto se puso pesado -Dijo
-¡Entreganos a la reina!
-Jamas
-¡Haznos caso narniano! -Dijo apuntandonos con su arco-
-Antes daria mi vida -Dijo levantando su pecho
-Me baje- Por favor, no nos hagan daño, se los ruego
-Ruega no morir, niña estupida
Estaba a punto de lanzar su flecha contra mi pecho cuando escuchamos un rugido fuerte y aterrador. Podiamos sentir como la tierra se movia y se sentian tambien unos pasos veloces que se acercaban mas y mas, y, de la misma nada y sin previo aviso, un enorme leon salto de entre los arbusto atacando rapidamente a todos los telmarinos que nos rodearon. Al terminar, se acerco a Sartos y, muy educado como siempre, le agradecio que me haya defendido de los soldados.
-¡Aslan! -Dije y sali corriendo
Nuestro encuentro fue algo que me lleno el alma de gozo y placer. Aslan es como uno mas de mi familia y lo quiero mucho, si algo le pasara no se que haria, me sentira muy culpable por no haberlo salvado o defendido. Siempre el estuvo para nosotros, siempre estuvo presente cuando mas lo necesite en estos años en Narnia. El largo una pequeña risa y me quedo mirando, sus enormes ojos transmitian una paz increible, esa paz que hacia mucho tiempo no veia en Narnia.
-Que bueno que volviste, te necesitamos
-Nunca me fui, mi niña
-¿Que quieres decir con eso?
-Donde tu estes, donde tus hermanos esten yo estare cuidandolos -Dijo- Ahora sube a mi lomo, tenemos que irnos