Dex
—Bitácora…Planeta Z—113, sector 10, deshabitado, único organismo desarrollado…plantas extrañas…
—¿Dex ya cumpliste tu tarea?—sono el intercomunicador.
—Esta en eso…solo encontré plantas extrañas…estan para clasificar pero ese no es mi trabajo.—decía mientras caminaba hacía mi nave.
—¿Algún problema con el traje?.—pregunto.
—Estás siguiendo protocolos, sabes que el traje está perfecto…pon tu sello, ya cumplí esta tar…—un gran rugido me puso alerta.
—Dex…dijiste que el planeta estaba deshabitado pero en el radar veo otro objeto aparte de ti…
—Ya me enteré Fred…—solté un pequeño suspiro.
—Dex se acerca a ti…repito se acerca a ti…aborta la misión…¡DEX!¡¿DEX?!
[…]
—Esas cosas no están extintas…—dije saliendo de mi nave despues de estrellarme en el hangar.
—¡Rápido primeros auxilios!
[…]
—¿Que rayos fue lo que pasó Dex?
—Esas cosas no están extintas…—intenté ponerme de pie.
—¿A qué cosas?.—me miró fijamente.
—Los dragones…
—Los golpes deben de haberte afectado la cabeza…los dragones fueron asesinados por el antiguo elegi…—lo callé con la mirada.
—Yo se lo que vi Fred.—me puse de pie.—Clasifica a ese planeta con pegatina roja.
—Pero no hay pruebas…—lo volví a callar con la mirada.
—Revisa el traje, la nave y además el rugido que escuchaste…y tu radar…comunica esto a los ángeles…
—No creo que estén para bromas.—me miró incrédulo.
—Maldita sea Fred…iré yo mismo.—caminé con dificultad.
[…]
—Detengase ahí o dispararemos…—dijo por el intercomunicador.
—Soy Dex…código de acceso uno seis uno uno cuatro uno dos.—dije respondiendo al intercomunicador.
—Identificador de voz…correcto…código…correcto…nombre correcto…nave…incorrecta…
—Rafael soy yo por amor de…
—Son los protocolos a seguir…Dex…sirvete a pasar a la zona número doce.
—Entiendo…—suspire.
[…]
—Gabriel…quiero hablar con Miguel…—dije acercándome a él.
—El consejo de explotadores ya se comunicó con él…si sigues insistiendo tendré que deterne.
—Centellas Grabiel, lo que digo es verdad.—di unos cuantos pasos.
—Detente o no tendré otra opción.—se puso en guardia.
—Rayos Gabriel no me obligues a esto…—seguí caminando.
—Tú no me obligues a esto…—sacó su arco.
—¡No me detendrás!.—corrí hacía él.
—Eso veremos.—disparó tres flechas a una gran velocidad.
—Ufff…veo que tu puntería es pésima.—sonreí confiado.
—Yo nunca fallo…—soplo algunos de sus cabellos que estaban sobre su frente.
—Pues esta ves…—sentí tres cortes y caí al suelo.
—Te lo dije Dex yo te detuve…pero tú no…—se acercó a mí y me apunto a la cabeza.—Será mejor que te retires.
—No cambiaré de opinión…
—Solicito a seguridad en el pasillo "C" de la entrada a la cúpula principal.—dijo a su brazalete, que era un intercomunicador.—Hasta la vista Dex.—me dio la espalda y siguió su camino.
—Ja…creó que te detuve…—sostuve su talón.
—Y por eso perderás la mano.—sacó una de sus flechas.
—¡Ya basta Gabriel! Ya nos mostró su convicción…—habló Miguel, el líder se los ángeles.
—Señor…—se inclinó ante él.
—De pie Gabriel…—se acercó y puso su mano sobre mí.—Ya está…ahora siganme…y Gabriel reune al Consejo.
Miguel estaba más serio de lo normal, se notaba su preocupación…tanto así que convocó al famoso consejo angelical, conformado por los doce…digo once ángeles más fuertes.
Jofiel, Chamuel, Gabriel, Miguel, Uriel, Zadquiel, Rafael, Joshua, Metatron y Raziel
Esperen ahí hay diez, faltaría uno, ¿Dónde está?
—Señores los he llamado aquí por una sola razón.—exclamó Miguel.—Este explorador dice haber topado con un dragón…
—Imposible, está mintiendo, debe de estar loco.—empezaron a vociferar los demás.
—Orden, orden…—los tranquilizó Miguel.
—Presentate muchacho…—me miró de reojo Gabriel.
Di unos pequeños pasós y llegue al medio de la sala…todos me miraban, hice una reverencia a cada uno, después de todo son uno de los seres más poderosos del universo.
—Mi nombre es…—fui interrumpido por una alerta.
—¿Que sucede Rafael?—preguntó Gabriel.
—Se a detectado una pequeña nave en la atmósfera de nuestro planeta…nunca vista…lo sorprendente es que está compuesta por luz pura…—reflejó un holograma hacía el medio de la nave.
—Nunca antes había visto una…—dijo Gabriel.—Manda a tus hombres ha destruirla.
—Es que esta pequeña nave…solo tiene uno punto cero cincuenta y siete por diez a las menos dieciséis años luz.—dijo asombrado Rafael.
—Significa que esa cosa mide un metro…—exclamó Joshua.
—Estas en lo cierto…es la nave más pequeña que he visto en mi vida…—dijo Uriel.
—Tranquilos…dile a tus hombres que traigan esa cosa acá.—dijo fríamente Metatron.
Rafael miró a Miguel y este confirmo con la mirada, pasaron los minutos y llegó un pequeño escuadrón de ángeles. Hicieron reverencia, dejaron la nave en medio se la sala y se retiraron.
—Tiene un sistema muy primitivo.—afirmó Chamuel.
—Estas en lo cierto.—sonrió Uriel.
—Como esa pequeña chatarra recorrió el universo.—decia Zadquiel mientras examina la pequeña nave.
—Que hará este botón…—dijo Raziel y lo presionó.
La pequeña nave empezó a emitir una luz roja, los ángeles se quedaron mirando a Raziel como diciéndole: ¡No toques nada!
—Bueno efectivamente esta compuesto por luz pura.—dijo Gabriel.
—Error…—suspiro Metatron y dio unos pasos hacía mí, tomo mi mano y caminó hacia la nave.—Esta cosa…esta hecha de Pacífix.—puso mi dedo sobre el botón.
Automáticamente la nave emitió una luz verde.
—Hola Dex…bueno supongo que eres Dex, no sé porqué digo esto, si programe a este dron solo para que se abra con tu huella digital, así que eres Dex, es obvio que eres Dex…pero sin la rodeos.—se puso serio.—Un gran batalla se acerca y necesitaré tu ayuda, si no quieres luchar te entiendo, solo quiero que me ayudes a protegerla.—bajo la mirada y supiro.—ya sabes a quien me refiero…esta batalla será contra Samyaza, creó que ya lo conoces, no se si podré ganarle, por eso recurro a ti para que la salves si algo sale mal…estuve investigando un poco y la organización negra piensa atacar en cualquier momento, supongo que aprovechará el momento en donde esté más vulnerable…en esto momentos no estoy a mi cien…mentalmente estoy mal, cada día me vulevo más loco…lo que tengo aquí.—señaló su cabeza.—Es difícil de explicar…me consume cada día, no me deja dormir, no me deja pasar tiempo con ella…a lo que quiero llegar es que si la amenaza soy yo…no te contengas y acaba conmigo…espero recibir una respuesta tuya…Saludos Omar…—su mirada cambio solto una sonrisa macabra y susurró.—Alexander…
—Ya entiendo la A.—dijo Miguel.
—Al parecer la maldición del elegido…sigue vigente.—dijo Metatron.
—Un momento cómo supiste que esto era para mi.
—Por la inscripción….—señaló unas letras raras.— Para el chico del ridículo traje blanco de A.—respondió Miguel.
—Así es, ahora Dex es tu decisión si ayudas o no al elegido…—me miro Metatron.
—Entonces lo que dice es cierto.—exclamó Raziel.
—Estas en lo cierto.—reafirmó Uriel.
—Eso significa problemas…—dijo preocupado Miguel.—Si uno de los tres místicos guardianes a aparecido…significa…
—¿Místicos guardianes?—interrumpi.—Creí que estaban muertos…¿significa?
—Significa que la legendaria batalla final está cerca.—dijeron los diez a la vez.
—Ah se refieren a Omar versus Samyaza, yo creó que Omar le pude ganar.
—Samyaza…uno de los guerreros más fuertes… del gran tirano…—me miró fijamente.
—A que te refieres con eso Miguel.—me quedé sorprendido.
—A que la batalla con Samyaza no será nada, comparado a lo que se viene…esa batalla es como el calentamiento o menos que eso…¡Angeles id a cada sector del universo y pregonad la noticia, decid que se acerca la batalla final!—luego de que Miguel dio la orden todos los ángeles salieron volando menos Gabriel.
—¿Omar versus…?—miré preocupado a Miguel.
—Lucifer…—susurró aterrado.
Escuchar ese nombre hizo que me estremeciera, la última vez que lo vi fue en la batalla en Logic, era Josmar contra él, la batalla se veía pareja, de un momento a otro Lucifer empezó a ganar. Luego vi como Josmar fue destruido con todo el planeta, aunque yo le lancé un ataque de energía antes…ese maldito de Lucifer tiene deudas pendientes conmigo, pero su poder ahora es incomparable, si el elegido no lo pudo vencer…Rayos Omar todo está en tus manos ahora…
[…]
—Si los tres místicos guardianes no estan muertos, ¿eso significa que?
—Josmar no los mató.—me dijo mirando al cielo.
—¿Entonces?
—El los ocultó y hechizo cada lugar para que reaparezacan cuando la batalla final se acerque.
—¿Y tú como sabes eso Gabriel?
—¿Aún culpas a Josmar de lo que le pasó a Emily?
Su pregunta me dejó callado, baje la mirada.
—Pues estás equivocado amigo mío…antes de que Josmar fuera el elegido y Lucifer tenga el poder del mal, eran buenos amigos, escaparon del mismo orfanato, pero Josmar cambió por una chica, ese día se entregó a la corte angelical, fue juzgado y obligado a entrenar con nosotros…así cumplió diecisiete años, y llegó el trágico día para ti, él se acaba de graduar, el dueño del almacén que robaron llamó, la legión salió de inmediato, para Josmar era su primera misión…cuando llegamos rodeamos el lugar, minutos después saliste tú con Emily en brazos…—se detuvo.
—¿Eso que tiene que ver?
—Josmar desobedecio una orden directa, le dije que fuera tras Lucifer, si hubiese seguido tras él, lo hubiese detenido, pero él decidió volver y ayudar a Emily…claro tú no lo viste porqué estabas de camino a la cárcel…Fue ahí donde nos enteramos de que Josmar era el elegido…él uso el poder del Fénix Sagrado de Atem para intentar salvar a Emily, además el disparo de Lucifer era de maldad pura, lo que significa que Emily se había quedado sin reencarnaciones…por eso Josmar tomó la difícil decisión de almacenar su alma en un pequeño frasco para luego entregartelo…ese día Josmar no durmió…así fue por un mes…dio todo de sí para intentar salvar a tu enamorada pero no pudo…Miguel decretó alerta roja…ya que Lucifer había despertado su lado oscuro de nuevo, eso significa que la guerra santa del universo iba a comenzar…Tiempo después cuando Josmar supuestamente nos había traicionado y trabaja con Lucifer habló conmigo, me dijo que Lucifer había mandado a matar a las místicos guardianes, y él hizo lo que te dije, las ocultó y puso ese hechizo para que Lucifer no las detecte, me dijo que guardé el secreto, que él solo hacía esto por amor, y por ti, ya que el frasco del alma de Emily se rompió durante una batalla que tuvo con Lucifer, y el alma de Emily estaba apunto de perderse y la única chica que tenía cerca era…Amy, la persona que amaba, pues Josmar unió sus almas en una…además ya eran parecidas…Lucifer en ese momento amenazo con matar a Amy, por eso Josmar aceptó aliarse a él con la condición que no lastime a Amy, pues era la chica que amaba y ahora tendría la responsabilidad de cuidar más pues en ella residía el alma de la enamorada de su mejor amigo…Dex.
—No…no puede ser cierto…—dije entre lágrimas.—Porqué nunca me lo dijo.
—Porqué nunca se lo permitiste, nunca quisiste hablar con él mientras estabas en la prisión…luego cuando saliste él ya estaba de lado de Lucifer…o eso se decía.
—¿Entonces nunca nos traicionó?
—Pues no…
—¿Por qué Miguel no sabe eso?
—Porqué él me dijo que sólo tu podías saberlo, pero en un determinado momento, y me dijo que yo sabría cuando sería ese momento, dijo que si se lo decía a Miguel ya no habría otra oportunidad de acabar con Lucifer.
—¿Y le creiste?.—pregunté secándome las lágrimas.
—Me habló con el corazón, además pude sentir algo…creó que él sabía su destino.
[…]
—Viniste…—me dijo intentando ponerse de pie.
—No podría decirle no a un viejo amigo.—susurre.—¿Por cierto que te pasó?
—Una batalla…
—¿Contra Samyaza?
—Alguien mucho peor…—sonrió y hizo aparecer un pequeño frasco.—Esto es lo único que lo calma…—sacó una pastilla.
—¿Eso es droga?—lo miré confundido.
—Es medicina me la dio un doctor, sirve para controlar mis ataques de locura.—sonrió y miró al cielo.
—Creo que puedes controlar tu problema con tus poderes…después de todo eres ele elegido.
—Él también lo es, o forma parte de este complejo sistema…
—¿Te refieres a Alexander?
—No tanto así…la oscuridad es el problema…warsox es el problema, pues cuando estalla lo controla, y vuelve su sed de venganza.
—Y la pastilla te ayuda a mantener relajado.
—Exactamente…la meditación no sirve por las malditas visiones…
—¿Visiones?—lo miré asombrado.
—Creó que son visiones…no lo sé…vienen de la nada a mi mente…solo son cosas malas…eso me hace perder la estabilidad mental y warsox se activa.
—La maldición del elegido…—susurre recordando las palabras de Metatron.
—Pues este es mi don…mi maldición…—sonrió.—Alguna vez te has puesto en pensar que es obra del destino.
—Pues podemos cambiarlo no crees.
—Por eso mismo estás aquí.—me miró.—Una de mis visiones fue ver la muerte de…intenté buscar mil explicaciones después de todo ella no iba a viajar conmigo…ella iría en otro vuelo…me aleje de ella para que la organización no la involucre en esto.
—¿Te refieren a Ahmeliha?—noté su preocupación.
—Así es…y no puedo permitir eso…no puedo perderla, no me perdonaría si algo le pasa, por eso te llamé para que me ayudes a protegerla si algo malo sucede.
[…]
—Dex, viajaremos juntos…en el avión…no esta pasando, esto no puede estar pasando.—decía por el intercomunicador.
—Tranquilo Omar, si Samyaza ataca estaré atento, tú solo concentrarte y no pierdas el control.
¿Por qué no le dije que Lucifer era el peligro mayor? Simplemente no pude, tiene demasiados problemas como para darle uno más, ya llegará el momento.
[…]
—Que rayos fue eso…vi un misil pasar por la ventana de mi nave.
Este misil no se dirigía hacía el avión de Omar, se dirigía a otra dirección…esto se puso raro, pero no me dio tiempo a seguirlo porqué el avión de Omar empezó a caer.
—Vaya Gem parece que necesitas mi ayuda.
—¿Nos estás siguiendo?—me miró de reojo.
—Pues nop, pero déjame que te ayudo, ahora regreso.—volví a mi nave y active el imán, luego conduje el avión hasta la isla más cercana.
—Lo tenía bajo control.—dijo acomodando sus cabellos.
—No quiero quitarte crédito, pero tenemos cosas peores.—desvíe un ataque de energía que venía hacía ella.
—¡Samyaza!—gritó ella enojada.
—Me las pagarán.—dijo furioso.
Al parecer Omar lo había lastimado…hablado de Omar…¿Dónde está Omar?…
La batalla comenzó, Gem y yo versus Samyaza, eso parecía justo pero no, Samyaza tenía refuerzos el copiloto y piloto del avión era demonios disfrazados, tres contra dos.
[…]
—Rayos este sujeto si que es despreciable…—dije agotado.
—No es momento para quejas.—me miró cansada.
—¡Mueran!.—lanzó un gran ataque de energía.
—Ese infeliz.—intentó crear un escudo con su energía.
—Esto nos dolerá mañana.—sonreí.
—Espero no interrumpir.—cayó del cielo y detuvo el gran rayo con un escudo de energía.
—¿Viene contigo?—le pregunté con sarcasmo a Gemma.
—Pensé que venía contigo...—me respondió ella.