(EDITADO)
Capítulo 4.
Al despertarme esta mañana, saque lo que me pondría hoy, que consistía en un short, más una blusa blanca y una camisa roja con cuadros, y me fui a duchar.
Al entrar en la cocina, estaban las luces apagadas, pero se veía muy clara puesto que la luz del sol entraba por las ventanas, me puse a prepararle el desayuno a Alex, y cuando coloque su taza de café, apareció con su traje de trabajo puesto, no pude evitar remojarme los labios al escanearlo completamente, mientras él miraba sorprendido la mesa.
—Te serví un Latte Macchiato con un poco de expresó en el fondo —dije mientras me sentaba.
—¿Cómo sabías, que tomó ese café? —dijo algo sorprendido mientras se sentaba.
—Cynthia me lo dijo —dije mientras levantaba los hombros.
—Hace tiempo que tomaba café en máquina, porque Cynthia no llegaba a tiempo —dijo mientras tomaba el Latte.
—Bueno, ahora a vas a ver desayunos así por mucho tiempo —dije sonriéndole.
—Eso espero —me guiño el ojo.
Al terminar mi desayuno, me fui a buscar mi mochila para ir a la universidad, ya que el bus pasaba en diez minutos y si no alcanzaba a llegar, me tendría que ir caminando y sería más de una hora en pie.
Al bajar me encontré a Alex esperándome en la puerta.
—¿Quieres que te lleve?
—De hecho estaba por ir a tomar el bus —dije algo avergonzada.
—Yo te llevo preciosa —dijo mientras ponía su brazo alrededor de mis hombros y nos dirigíamos a su auto.
—¿Seguro que no te molesta? —dije con una sonrisa nerviosa.
—No, digamos que te pago el favor de que me hagas los desayunos —dijo mientras me abría la puerta del copiloto.
Cuando llegamos a mi universidad, me despido de Alex con un beso en la mejilla, y me dirijo a mis clases.
Este mes estábamos viendo la Bioclimatologia, donde estudiamos las relaciones entre el clima y los seres vivos, revise mi celular y vi la hora, eran las una de la tarde con quince minutos.
—Las razones esenciales del empeño son, en primer lugar, llegar a disponer de una tipología bioclimática fácil mente cuantificable que muestre una relación ajustada entre los modelos.... —bostece, faltaba una hora para que suene el timbre de descanso, pero no podía aguantar más o si no me iba a quedar dormida, me pare y salí de la sala, en dirección a la cafetería.
Al entrar vi a varias personas tomando café dentro de este y conversando, afuera también se encontraban varios estudiantes, durmiendo, estudiando, o charlando, busque a Emma y la encontré durmiendo en una mesa alejada, me acerqué en su oído y le grite.
—¡Despierta! —le grite cerca de su oído, causando que varios estudiantes me observarán molestos.
—¡Yo no estaba durmiendo! —dijo asustada.
—De hecho venía a tomar un café para despertarme —dije pasándole uno a ella.
—¿Te tocaba hoy con el calvo del señor Robinson?
—Si —dije mientras tomaba de mi café.
—¿Y como te ha ido con el trabajo?, ¿Tus jefes son simpáticos?, ¿El niño es muy malcriado?
—Hey tranquila, número uno, hoy empiezo a trabajar, dos, solo tengo un jefe y tiene casi la misma edad que yo, y tres el pequeño se llama Adam y es muy inteligente para tener cuatro años.
—Casi de tu misma edad eh–Dijo alzando las cejas, pícaramente.
—No, no te imagines nada —dije tapándole la cara con mis manos.
—Me tienes que llevar a conocer esa casa por dentro.
—Si, pero hoy no.
Al abrir la puerta de la casa, me dirigí a la cocina, y me encontre a Cynthia, lavando la loza.
—Hola, ya llegue —dije saludando a Adam que dibuja en su pequeño cuaderno.
—Hola Nora, tenemos que ir a comprar las cosas que faltan al supermercado —dijo pasándome una lista que estaba pegada al refrigerador.
—Nora, que te hiciste en el pelo está muy bonito —dijo Adam mientras tocaba mi cabello.
—Me lo corte un poco pequeño —le respondí.
Al llegar al supermercado con Adam y Cynthia nos repartimos algunas cosas para ir a buscarlas, Adam se fue con Cynthia a comprarse un libro de dibujos.
Estaba pasando por el pasillo de toallitas higiénicas, cuando veo a un chico bastante confundido viendo pañales para abuelos.
—Hey chico, ¿Necesitas ayuda?
—Mi hermana me pidió que le comprara toallas higiénicas, porque está desangrando como loca, pero nose cuál de todas usa, hay millones, rosada, moradas, verdes, que confusión —respondió frustrado el chico.
—Ya, pero no creo que tu hermana use pañales para abuelo, a mí me acomodan más estas celestes —dije pasándole dos paquetes.
—Gracias, ¿Me llamo Jack y tú? —dijo recibiéndolas.
—Nora, bueno, yo me tengo que ir, fue un gusto hablar contigo Jack.
—También para mí, ojalá nos podamos ver en otra oportunidad.
Al llegar a casa, me dirigí a la cocina a guardar todo lo que habíamos comprado, mientras Adam habría el nuevo libro que se compro y lo empezaba a realizar.
—Pequeño, ¿que te gustaría comer? —le pregunte.
—Quiero galletas, ¿Hay galletas?
—Si, si hay, pero no te puedo dar mucho azúcar, ya que después de comer te vas a ir a dormir.
—Bueno, solo quiero mi leche —dijo algo tímido.
—A sus órdenes mi capitán —dije fingiendo ser marina.
Me puse a prepararle la leche en su biberón, me acuerdo que yo deje de usarla cuando tenía cinco años.
—Toma pequeño, te hice la leche más un sándwich —dije colocando el plato en la mesa y el biberón.
—Yo no tomo en biberón, ya soy grande —dijo cruzándose de brazos, y haciendo un puchero.
—Pero si yo deje de tomar biberón a los cinco años.
—Bueno entonces soy muy pequeño y debo tomar leche —dijo mientras tomaba de su leche.
Cuando terminó lo que le hice, le dije que se fuera a poner el pijama, y que se lavase los dientes, cuando regresó, nos pusimos a ver un documental hasta que dieron las ocho de la noche.
—Vamos pequeño, es muy tarde, vamos a dormir —dije mientras lo tomaba en brazos y lo llevaba a su habitación, lo abrigue con las mantas, y estaba por salir de la habitación.
—Espera Nora, ¿Me puedes contar algún cuento? —dijo tímido.
—Claro pequeño —dije mientras me recostaba a su lado.
—¿Qué cuento quieres escuchar?
—Los tres cerditos —dijo mientras me apuntaba el libro que encontraba en su mueble.
—Había una vez, 3 hermanos cerditos que habian crecido alegres en una cabaña del bosque. Y como ya eran mayores, sus papas decidieron que era hora de que construyeran, cada uno, su propia casa. Los tres cerditos se despidieron de sus papas, y fueron a ver como era el mundo...Así los cerditos pudieron vivir tranquilamente, y tanto el perezoso como el glotón aprendieron que solo con el trabajo se consigue las cosas —al mirar a Adam, me di cuenta de que ya se había quedado dormido, me pare a dejar el libro en su lugar.
Al bajar las escaleras, la puerta de entrada se abrió y apareció un cansado Alex.
—Buenas noches Alex.
—Buenas noches Nora, ¿Adam ya está durmiendo? —dijo mientras entraba —, me atrase en el trabajo, teníamos que cerrar un contrato.
—Si, Adam ya está dormido, está en su habitación, y no te preocupes, te prepararé algo para que comas.
—Gracias, yo me iré a tomar una ducha —me regaló una sonrisa y se fue hacia su habitación.
Le prepare una vaso con leche más un trozo de torta, y se lo puse en la mesa, me puse a lavar lo que ensucio Adam, y justo entra Alex.
—Gracias, estaba muy cansado.
—No importa Alex, sabes que no me molesta, yo me voy a acostar, mañana tengo clases —dije bostezando.
—Hasta mañana Nora —dijo sonriéndome apenado.
Al subir a mi habitación, me tire encima de mi cama y me dormí al instante.
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Holaa, las invito a votar y comentar sobre este capítulo, me despido con mucho amorr hacia todas mis lectoras❤️