Capítulo 3: Escuchando a Peyton
Mi domingo fue tranquilo, me la pasé viendo películas en casa y Nike fue a visitarme, jugamos un rato Mortal Kombat y luego se fue.
Ahora, lunes, camino por los pasillos tratando de averiguar una manera para tener los apuntes del viernes, porque pasé todo el día en detención.
Iba con mi mochila de crossbody, esas que son de una sola cuerda y cruza entre tus pechos. No pude evitar compararme con las demás chicas que tenían mochilas así… sus pechos se les dividían pero a mí no. Tal pareciera que tengo el pecho de un hombre. Hacía muecas y unas chicas, para ser más específica “Las populares” o también conocidas como las 4 chicas que han sido novias de Joseph en algún momento. Ellas se dieron cuenta que las vi por mucho rato mientras caminaba, así que hice un puchero avergonzada y aceleré el paso para que dejaran de asesinarme con la mirada.
- ¿Será lesbiana? – preguntó la líder.
Pude haberme detenido a decirles algo, pero vi al director caminar a mi lado que no pude hacer nada más que oídos sordos.
El director me rebasó y dio vuelta en uno de los pasillos y yo me sentí más tranquila.
Escuché unas risas tan particulares que sabía a la perfección que se trataba de Joseph y sus otros amigos gorilas… pero otras risas destacaban, tenía que girarme para comprobarlo. Suponía que se trataba de Logan y Freddy, pero antes de que yo me girara para ver si era cierta mi hipótesis, mi mochila se desganchó. Bueno, se rompió y cayó al suelo tirándome todos los libros por el pasillo.
Todo mundo se echó a reír y tuve que respirar hondo para tranquilizarme y no hacer una rabieta infantil. Entonces me agaché a recoger mis libros y alguien me empujó por la espalda haciendo que me desparramara por el suelo. Apreté mis puños enojada y fijé mi vista en mi mochila… ¿Cómo se rompió? No se veía descosida ni nada. Entonces observé que se veía cortado con algún cuchillo o navaja.
Alguien se hincó frente a mí y esos zapatos perfectamente lustrados no podían ser de nadie más que de Joseph. Alcé la vista y sí, era él, mirándome con una sonrisa. En su mano llevaba una navaja entonces me di cuenta que fue él quien rompió mi mochila.
- Si no vas a ayudar no estorbes – le dije enojada mientras me ponía de rodillas y acomodaba mis libros ya pisoteados en una montañita.
- Mira quién habla, tú eres quién esta tirada en el pasillo – contraatacó él poniéndome su dedo índice en mi pecho y luego me empujó para atrás, el pecho me dolía, sí me apretó algo fuerte.
- ¡Ay! – me quejé de dolor.
- ¡Ya déjala! – escuché un grito detrás de mí.
Pelé los ojos, estoy segura de que es Nike. Entonces giré mi cabeza y lo vi a él. Con su cara tensa defendiéndome.
Sonreí. Por primera vez en el día había sonreído. Todo gracias a Nike.
Él se acercó a mí y me ayudó a ponerme de pie. Después se puso frente a Joseph y típico de chicos pegaron sus caras a pocos centímetros, como si se fueran a besar pero no… o al menos eso no me gustaría que pasara.
- Tú y yo en la terraza de la escuela, pendejo – le gruñó Nike.
- ¿Pelearás sus batallas? – preguntó Joseph riendo.
- ¿Te parece justo pelear con una chica?
- Ella no es una chica – sonrió Joseph.
- Tú no eres un hombre y nadie te dice nada – le sonrió Nike.
Todos comenzaron a murmurar cosas y muy dentro de mí me sentía especial, querida, amada. Me encantaba que Nike me estuviera defendiendo de Joseph.
- En la terraza, al finalizar las clases… ñoño – empujó Joseph a Nike.
La muchedumbre se comenzó a desvanecer y yo corrí hacía Nike.
- ¡Nike, ¿Qué acabas de hacer?! – le pregunté preocupada.
- Nada – sonrió él de manera tierna.
- ¿Cómo que “nada”? – le pregunté de manera incrédula - ¿Por qué hiciste eso?
- Porque tú nunca te defiendes, Taylor – dijo enojado y yo puse ojos de plato – aparentas ser una chica fuerte y ruda, pero no lo eres, me duele decirte esto pero eres débil y ya me cansé de verte sin hacer nada – decía cada vez alzando más la voz - ¡No permitiré que ése pendejo siga molestándote cuando claramente no le has hecho nada! además… también tengo un asunto que arreglar con él.
- ¿Cuál? – le pregunté curiosa.
- No puedo decirte – agachó la mirada.
- ¿Se trata de mí? – le pregunté y él asintió - ¿Se trata de mí y no me vas a decir? ¿Qué clase de persona eres? – le pregunté molesta.
- ¡La persona que va a hacer algo al respecto para que estés en paz! – gritó y yo me asusté –. Perdón – se disculpó –, no volveré a gritarte.
- Escucha… es lindo que quieras ayudarme, pero si te hace algo no me lo perdonaré nunca… cancelaré todo – le dije tomándolo del brazo.
- ¡Me voy a clases! – dijo zafándose de manera brusca de mí.
Observé cómo se retiraba y sólo algo invadió mi cabeza… ¿Qué era eso que Nike y Joseph tienen un asunto pendiente? Ellos ni se hablan.
- Déjalo, así son los chicos – dijo Peyton que apareció detrás de mí.
Me giré y la vi a ella agachada recogiendo mis libros.
- Ten – dijo ella extendiéndome una porción de libros –, vámonos al salón, Taylor – tomé los libros que me ofreció y asentí.
- Peyton… ¿Por qué crees que Joseph me moleste tanto? – le pregunté caminando a su lado.
- Porque le gustas – contestó rápido.
- ¿Y… por qué crees que Nike tenga asuntos con Joseph?
- Porque le gustas a Nike – respondió igual de veloz.
- Eso no es verdad… ya lo comprobé… con ambos, de hecho – hice memoria.
- Te engañaron – paró ella y me miró –, Taylor, Nike es un chico nerd que no se atreve a confesarte lo que siente por ti y Joseph es demasiado rudo como para hacer lo mismo ¿Entiendes?
- ¿Me estas tratando de decir que van a pelear por mí? – le pregunté confundida.
- No, - dijo con sarcasmo – se pelearán por Nora Ramírez.
- ¿Por quién? – pregunté confundida.
- Nadie importante – dijo desesperada –, el punto es que es más que obvio que pelearán por ti. Y como son hombres nunca lo dirán ni aceptarán. Ah… no se te vaya a ocurrir detenerlos – dijo continuando el paso y yo la seguí – son cosas de chicos, no debemos de meternos.
- Tú lo haces – le protesté.
- Porque… porque yo soy yo – titubeo ella – el punto es que debes dejar que ellos se resuelvan solos, si te involucras podías confundirlos más.
Llegamos al salón de clases y como siempre Peyton se sentó frente a mí mientras yo pensaba. A los pocos minutos llegó Joseph y se sentó a 3 asientos de mí… Nike no está en el mismo salón de clases que yo.
Entonces una pregunta más me surgió y sólo Peyton podría responderla.
- Peyton… - le hablé y ella se giró – al final de cuentas… ¿Con quién me quedaré?
Ella me sonrió con una cálida sonrisa y respondió:
- Con ninguno de ellos.
- ¿Qué? – le pregunté sin aliento y algo adolorida, quería estar con Nike.
- Ambos ya la cagaron… un día llegará un chico que sabrá lo que vales y no hará de tu vida una mierda.
- Pero… no, quiero decir – titubeé – yo… yo sé lo que quiero. Quiero un chico de cabello negro, ojos azules, el típico nerd, alguien que me conozca de toda la vida – comencé a hablar algo histérica.
- ¡Taylor! – me calló Peyton alzando la voz – quítate esas ideas de la cabeza. Deja de planear a un estúpido Ken porque tú no eres una Barbie – habló enojada y ése comentario me dolió –; no digo que no llegará un chico especial. Es verdad, Nike es muy especial, supongo que Joseph muy en el fondo también lo es, sin embargo sé que tendrás a un chico y seguramente será un tonto, rubio o pelirrojo de ojos cafés o verdes que diga pendejadas y alegre tu aburrida vida.
- ¿Por qué dices eso? – le pregunté algo molesta.
- Porque eso es lo que necesitas en tu vida – me explicó –. Mírame a mí, soy una rebelde y terminaré con un aburrido ejecutivo porque un aburrido ejecutivo necesita de alguien que le enseñe a romper las reglas. Seguramente al chico indicado ya lo conociste y ni cuenta te has dado porque estás distraída pensando en personas que no valen la pena.
- ¡Nike sí vale la pena! – lo defendí enojada.
- ¡¿Crees que ése estúpido ñoño que no tiene lo huevos para decir lo que siente por ti valga la pena?! – golpeó mi pupitre con el puño cerrado.
- ¡Es que él no siente nada por mí! – le dije desesperada.
- ¡Carajo, Taylor, eres demasiado estúpida! – gritó enojada y se salió del salón.
Todas las miradas se posaron en mí y yo sólo me hundí entre mis hombros… ¿Tendrá Peyton razón? ¿Y si al final no termino con ninguno de los dos? ¿Qué sucede si en realidad ya conocí al chico indicado y no le he prestado la suficiente atención?
Peyton se saltó las clases, pues no la vi en todo el día. Sabía que Joseph y Nike se pelearían en la terraza de la escuela a la salida, pero seguí el consejo de Peyton de no presentarme, después de todo era obvio que iban a grabar la pelea y yo terminaría sabiendo quién ganó. Aunque… Joseph será quién ganará, es algo lógico, él es mucho más grande y fuerte.
Me tumbé en mi cama y comencé a marcarle a Peyton para disculparme, porque sabía a la perfección que ella no se disculparía, además de que ella cree que tiene la razón… y tal vez así sea, pero por el momento no quiero admitirlo. Ella no me respondía, seguramente es porque está enojada conmigo, quizá deba esperar a que se me pase.
Ahora que lo pienso sólo cuento con Peyton y Nike como únicos amigos, porque me enteré que Logan y Freddy son amigos de Joseph, entonces muchas cosas cobraron sentido, principalmente que ya sabía cómo Joseph se enteraba de cuales eran mis cosas favoritas y me las robaba mientras yo salía al descanso, porque ellos se lo decían.
Con Nike no podía hablar, lo mismo con Peyton… entonces me sentí sola. No contaba con nadie más, los de mi clase no quieren hablarme por temor a que Joseph los moleste también, además de que prefieren quedarse a reírse de mis desgracias.
La puerta de mi cuarto se abrió con brusquedad y me espanté, era mi mamá, se veía asustada.
- ¡Ponte tenis ya! – exclamó alarmada.
- ¿Por qué? – pregunté mientras tomaba mis converse
- Nike está en el hospital, tuvo una pelea con el hijo de los Evans – explicó rápido.
Sentí como si me sacaran todo el aire que tenía dentro de mis pulmones con un tremendo golpe en el abdomen. Para que Nike esté en el hospital debió ser algo grave.
Cuando llegamos al hospital, nos dijeron la habitación en la que él se encontraba y yo salí disparada a buscar ésa habitación.
Entré sin tocar y lo vi a él recostado en la cama, 5 chicos con los que Nike suele juntarse mucho de su clase, 4 chicas más de su clase y a Peyton que estaba en una esquina recargada.
Él no notó mi presencia, seguía hablando con sus compañeros de cómo fue la pelea y yo me acerqué a Peyton.
- ¿Qué pasó? – le pregunté.
Ella me miró con indiferencia y luego soltó una risa.
- ¿A quién engaño? No puedo enojarme contigo, Taylor – sonrió y yo le devolví la sonrisa – acá, el ñoño sin huevos se ha quedado sin huevos – río en manera silenciosa.
- ¡¿Cómo?! – exclamé sorprendida en susurros.
- Estaban peleando y Joseph dio un golpe bajo. Después comenzó a sangrar como una chica de 13 años viniéndole la regla por primera vez. Luego llegó el director a detener todo y Nike tomó un palo y golpeó al directo por error. Ahora lo expulsaron.
- ¿A quién? ¿A Nike?
- Sí, a Nike, Joseph sólo está suspendido y yo también por 3 días.
- ¿Tú, por qué? – le pregunté.
- Por gritar “¡Quítese director gordo, no me deja grabar bien!” – dijo alzando los hombros.
Yo sólo volqué los ojos y esperé a que los amigos de Nike se retiraran para poder hablar en privado con él.
Cuando eso pasó, Peyton también se fue y cerró la puerta detrás de ella.
Me senté en la silla que estaba al lado de la cama y miré a Nike. Ambos nos mirábamos directo a los ojos sin decir nada, por un largo rato.
- ¿Y bien…? ¿Me dirás por qué se pelearon? –le pregunté.
- No… - negó él y yo suspiré.
- Nike… ¿Qué sientes por mí? – me atreví a preguntarle.
- Eres mi amiga, es todo lo que puedes ser… yo ya sé lo que quiero, Taylor. Quiero a una chica femenina, seria… no… no quiero a alguien como tú… y Joseph opina lo mismo.
- ¡Váyanse a la mierda de una puta vez, bola de pendejos retrasados! – exclamé enojada y salí de la habitación corriendo.
De nuevo me volví a encerrar en un baño. Nike es un idiota, Peyton tenía razón. No me importa si me quiere o no, pero ¡¿Quién carajos se cree para decirme esas cosas?! ¡No puedes decirle ése tipo de cosas a las chicas! Decirme que no soy femenina, que ni a Joseph le gusto, que no soy el tipo de chica que los chicos quieren; que no tenga las agallas de decirme cosas lindas pero sí para decirme cosas que me destruyan.
Vi cómo una gotita de agua cayó al suelo… sólo que no era agua normal, era una lágrima mía… felicidades, Nike… me eres el primer chico que me hace llorar.
Tú, Nike, tú, el único chico que nunca creí que me haría llorar acaba de hacer que el sentimiento me entrara. El único chico que me motiva es el mismo que me destroza.
Equivocarse es de humanos, pero hacer llorar a una mujer es de imbéciles… Nike es un imbécil… ¡Joseph también! Ya quiero que deje de molestarme, no gana nada al hacerlo.