Pronto nos unimos al resto de los clarianos, y aunque parecía una fiesta como otra cualquiera, todos echaban de menos al pelirrojo, que de vez en cuando nos recordaba su estado soltando uno de sus horribles gritos. Newt se llevó al verducho a darle una vuelta por el Claro mientras Zart, Fry, Minho, Nate, Winston, los mediqueros y yo disfrutábamos como podíamos de aquella noche, notando la ausencia del pelirrojo.
Al cabo de un par de horas decidí acompañar al verducho y al segundo al mando. Ambos se encontraban apoyados en un tronco, algo alejados de la fiesta. Me acerqué despacio y sin ser vista, ya que estaban de espaldas a mí. No me gustaba demasiado escuchar las conversaciones ajenas, pero cuando escuché mi nombre decidí frenarme y saber de qué estaban hablando.
-¿Y por qué crees que es la única chica aquí?-le preguntó el verducho a Newt.
-No tengo ni la menor idea.
-¿Y por qué dejáis que la única chica del Claro salga al laberinto? Quiero decir, se supone que es muy peligroso, ¿no? ¿Por qué arriesgar su vida?
-Créeme verducho, si por mí fuera no pondría ni un pie allí fuera. Pero es demasiado terca como para escucharme. Y bueno, aunque me pese, es buena en su trabajo. Junto con Minho es la mejor. Rápida, inteligente y con reflejos... En cierto modo entiendo que sería algo así como un desperdicio si no saliese al laberinto, ¿sabes?
-Es un poco bruta, ¿no crees?-no le vi bien, pero supe que Newt había sonreído.
-Un poco a veces, no te voy a engañar.-"gracias Newt", pensé-Pero es muy importante aquí, ¿sabes? El Claro no sería lo mismo sin ella.-sonreí.
-¿A ti te pasa algo con ella? Digo, hoy cuando la sacaste del trullo, Chuck me dijo que no esperara a que hicieras eso por mí. Debe ser porque ella es más especial, ¿no?
-Tommy...-reí al escuchar la forma en la que le llamó-Kate es lo más importante que tengo. Simplemente, si ella no estuviera aquí, yo tampoco. Siempre que se lo digo se lo toma a broma, pero no sabe que es la realidad más verdadera que pueda escuchar.
-Vaya... Pero, ¿ella lo sabe?
-¿Qué si lo sabe?-Newt rio-Mañana hacemos dos años.-Thomas, que estaba de perfil, abrió los ojos completamente.
-¿Cuánto tiempo lleváis aquí?
-Tres años.
-¿Y en tres años no habéis encontrado nada?
-Es más fácil decirlo que hacerlo, verducho. Ese maldito laberinto cambia cada día.-decidí intervenir.
-Así que no se lo cuento yo para que lo hagas tú.-aparecí y me senté entre ambos clarianos.
-Tú no te podrás quejar.-dijo Newt con una sonrisa en el rostro.
-Vale, vale. Pero más te vale que Alby no sepa que lo sabes.-le dije a Thomas.
-Eso mismo me dijo Newt.-respondió el verducho.
-¿Cuánto has escuchado de nuestra conversación?-preguntó Newt.
-¿Yo escuchando conversaciones ajenas? ¿Por quién me tomas?-reí, me levanté y tomé a ambos por sus brazos-Vamos, a la fiesta.
Anduvimos hacia un coro de clarianos que de pronto se rompió, mientras uno de los clarianos caía al suelo y Gally levantaba las manos victorioso. Las luchas. Ese chico nunca paraba. Gally buscó con la mirada hasta que encontró a su presa.
-¡Vamos, verducho! ¡Sé un hombre y atrévete!-gritó Gally dentro del círculo. Thomas miró primero a Newt, y después a mí. Estaba totalmente perdido.
-Venga Tommy, ve.-le alentó Newt.
-Solo tienes que evitar que te eche del círculo, y hacer todo lo posible para echarlo tú a él.-le dije a Thomas.
-¿Y qué pasa si me echa?
-Pierdes.-respondió Gally sonriente-Vamos pingajo.
El verducho y Gally comenzaron la lucha. En algún momento de la batalla, Thomas consiguió tumbar a Gally, cosa que no hizo más que enfadar al constructor. Genial.
-Maldito verducho, ahora verás.-dijo, y no tardó ni medio segundo en arremeter contra Thomas, haciendo que este saliese del círculo y cayese al suelo-Pingajo cara fuco. Vuelve aquí, esto no ha hecho más que empezar.
-No, no. El pingajo ya ha salido del círculo.-dijo uno de los constructores.
-Resulta que no me he saciado aún.-respondió Gally dirigiéndose hacia el verducho y arrastrándole de nuevo hacia el círculo.
Esta vez Thomas hizo el primer movimiento colocando ambas manos en los hombros de su contrincante. Gally imitó su movimiento y ambos comenzaron a ejercer fuerza contra el otro. Cuando de fuerza se trataba todos sabíamos que Gally saldría victorioso de nuevo. Sin embargo el verducho nos sorprendió cuando logró que el constructor saliera del círculo que los clarianos formábamos en el centro del Claro. Los gritos de sorpresa inundaron el lugar.
-¡¡El verducho ha echado del círculo a Gally!!
-Jaja.
-¡Qué fuerte!
-Se me ha caído el mito.
Todos esos comentarios lograron que la furia de Gally llegase a sus límites. El constructor, más malhumorado que nunca, se levantó y entró de nuevo en el círculo. Tomó a Thomas por el cuello de la camiseta y comenzó a zarandearlo. Algunos de los clarianos, entre los cuales pude distinguir a Fry y a Winston se acercaron para separar a Gally del verducho. Viendo que el rubio no hacía caso en absoluto, decidí adelantarme y aparté los brazos de Gally de la camiseta de Thomas.
-Déjalo ya Gally.-el constructor me analizó durante unos segundos y después habló de nuevo.
-Ocupa su lugar, entonces. Lucha por él.
-Ya has luchado con él, ¿no puedes dejarlo y ya está?
-No. ¿Qué pasa? ¿Me tienes miedo?
-Por favor...-respondí irónicamente.
-Entonces lucha.
-Bien.-acepté finalmente.
-¡Despejad el círculo, pingajos!-les gritó Gally a los clarianos que se habían acercado para evitar males mayores entre Gally y Thomas. Todos hicieron lo que el constructor había ordenado excepto Newt, que hizo justo lo contrario y se acercó.
-¿No crees que ya has tenido suficiente pelea por hoy?-susurró Newt.
-Vamos, Newt. No es la primera vez.-sonreí.
-Venga segundo al mando, ya has escuchado a tu noviecita. Fuera.-dijo Gally ganándose una mirada de odio por parte de Newt.
-No te preocupes.-le dije con la intención de que se relajase. Newt y Gally no se llevaban bien en absoluto. El constructor era uno de los pocos clarianos que conseguía sacar al segundo al mando de sus casillas.
Una vez que el círculo se hubo despejado, la pelea comenzó, y Gally no tardó ni un solo segundo en arremeter contra mí. Tal y como había hecho Thomas anteriormente, coloqué ambas manos en sus hombros para retenerle, pero su fuerza era mucho mayor a la mía. Pasados unos segundos y viendo que no tenía sentido que siguiese haciendo fuerza, decidí echarme a un lado. Gally tardó varios segundos en reaccionar, tiempo que usé para colocarme en frente suya. El constructor seguía de espaldas cuando le di una suave patada en el trasero para que se acercase aún más a los clarianos que cerraban el círculo. Una vez se volvió, corrí hacia él y le tomé por los brazos. Estaba a punto de echarle fuera del círculo cuando uno de los más desgarradores gritos de Ben me frenó. Todo el murmullo se disipó en segundos y todos quedamos petrificados.
Los mediqueros corrieron hacia la sala del cambio mientras todo el Claro seguía en silencio, escuchando los gritos de dolor que Ben emitía. Tras varios minutos que me parecieron horas, el pelirrojo se calmó. Aun así, ningún clariano había cambiado de posición, y parecía que habíamos dejado incluso de respirar. Entonces, mientras seguía en mi pequeño estado de shock, Gally cambió nuestras posiciones, colocándose detrás de mí. Sin un segundo que perder me empujó desde atrás haciendo que saliese del círculo y cayese al suelo de boca.
De un momento a otro el círculo comenzó a deshacerse mientras Alby gritaba que la fiesta había llegado a su fin. Yo seguía con la cabeza clavada en la hierba del Claro. Sin duda alguna algo en la transformación del pelirrojo iba mal. Alguien que era pinchado solía gritar de dolor el primer día. El hecho de que Ben continuase en el mismo estado hacía que pensase lo peor.
Algunos clarianos se acercaron para preguntar si me encontraba bien. Me incorporé y levanté del suelo mientras veía a Newt cojear hacia el lugar en el que estaba.
-¿Estás bien?-preguntó una vez me hubo alcanzado, y afirmé con la cabeza tal y como había hecho con el resto de chicos que me preguntaron-Te ayudo.
-Newt solo ha sido una caída. Puedo andar.-ambos comenzamos a andar hacia la Hacienda, mientras yo me debatía entre preguntarle al segundo al mando lo que rondaba por mi cabeza. Finalmente lo hice-No va bien, ¿verdad? La transformación de Ben.-Newt me miró, me tomó de la mano y negó con la cabeza.
No dijimos ni una sola palabra más hasta que nos dimos las buenas noches una vez estábamos ya tapados y acurrucados con las mantas.
El día siguiente empezó justo como el anterior. Cuando me desperté Newt me dijo que llevaba horas despierto. Por suerte no era tan tarde, y tenía el tiempo suficiente para prepararme para un nuevo día en el laberinto.
-¿Por qué le contaste al verducho lo del laberinto ayer?-le pregunté mientras me colocaba la deportiva izquierda.
-No me digas que no te recordó a ti misma. Sobre todo cuando estaba en el suelo sentado y te soltó eso de que si tendría que esperar a que Alby le contase qué ocurría con su vida.
-Después soy yo la que escucha conversaciones ajenas.-dije con una pequeña sonrisa.
-Pasaba por allí.-respondió Newt sonriendo también.
-No me has respondido a mi pregunta de todas formas.
-Lo hice porque me recordó a ti. Está claro.
-¿Y por qué me lo contaste a mí?-Newt vaciló durante varios segundos.
-Creí que debía hacerlo.
-¿Primera vez que te saltabas una regla de tu amado líder?-sonrió.
-Y ayer fue la segunda.
-Estarás que rebosas de adrenalina.
-¿Por qué tienes que ser tan sarcástica?-solté una carcajada mientras me dirigía a la puerta de la habitación con la mochila en la mano.
-Newt,-el chico rubio alzó la vista-te quiero. Mucho.
-Yo también.-sonrió y salí de la habitación.
No quería salir sin decirle que recordaba que aquel día era nuestro aniversario. Aun así seguí el consejo de Minho y no le comenté nada. En cuanto llegué a la cocina hablé con Fry para comentarle sobre aquellos sándwiches.
-¿Sándwiches? ¿En serio?-preguntó Fry soltando una carcajada.
-Fry si pudiera prepararía algo más especial por mí misma, pero no tengo tiempo. Y tampoco quiero que malgastes el tuyo. Con unos sándwiches estaremos bien.
-Ni hablar, nada de sándwiches. Y no pienses en absoluto que malgastaré mi tiempo ayudándote. Tú vete a correr, ya me ocupo yo de preparar algo más especial.-afirmó el cocinero guiñándome un ojo.
-Gracias Fry.
Una vez que Minho y yo tomamos nuestros desayunos, decidimos pasarnos por la sala del cambio antes de entrar al laberinto. Nada iba bien en cuanto al cambio de Ben, y no hacía falta que nadie nos lo dijera para saberlo.
-Ya debería haber despertado. Normalmente despiertan al día después de ser pinchados, siempre antes de las 48 horas... Chicos, no quiero alarmaros pero tampoco quiero que os tome desprevenidos lo que puede pasar... Esto solo ocurrió con Nick. Ben es el segundo que está teniendo problemas en cuanto a su cambio...-dijo Jeff.
-Aun así no estamos totalmente seguros, puede que tal vez todo salga bien. No adelantemos acontecimientos.-intervino Clint.
Minho y yo nos limitamos a afirmar, y tras varios minutos acompañando al inconsciente pelirrojo, decidimos salir a correr.
-Todo parece irreal, ¿verdad? Me refiero a Ben.-preguntó Minho tras un par de horas inspeccionando la sección 8.
-Sí... Parece como si fuese a estar en la sala de mapas cuando lleguemos. Como si fuese a acompañarnos en la cena y a reírse de tus estúpidas bromas como si verdaderamente hiciesen gracia.
-Hacen gracia.
-Sólo a ti y a veces a Ben.
-Tú también te ríes, no digas que no.-dijo el asiático con un tono de autosuficiencia.
-Por no llorar, Min.-ambos sonreímos.
-Despertará. Lo hará y todo volverá a ser como antes.-negué sutilmente con la cabeza. Aun así no repliqué y continuamos con nuestro recorrido.
Minho sabía tan bien como yo que ya nada volvería a ser como antes, que con suerte, Ben despertaría y comenzaría a actuar como el resto de los que han sido pinchados. Alejándose de toda persona con la que haya mantenido algún vínculo anteriormente y guardando ese rencor especial hacia mí. Todo eso si había suerte...
Una vez hubimos tomado el almuerzo y visitado de nuevo a Ben para encontrarlo en la misma situación que en la mañana, Minho y yo volvimos a encarar al laberinto. No dijimos una palabra mientras nos ocupábamos de apuntar en nuestros cuadernos los cambios de aquel día. Mientras corríamos hablábamos, como siempre, de cosas tribales. De pronto el tema de Newt salió, y como era de esperar, Minho no hacía más que burlarse de mí por el color que adquirían mis mejillas siempre que alguien hablaba de nuestra relación.
-Va a ser la cita más cutre del mundo.-dije lamentándome.
-Oye, vivir en el Claro tiene sus limitaciones, ¿sabes? Le va a encantar, créeme.
-Es que es demasiado patético, tío.
-Cuando Newt te diga lo mucho que le ha gustado estaré ahí para darte una buena torta.
Las horas continuaron corriendo en el reloj mientras dibujábamos en los cuadernos y corríamos por los largos pasillos del laberinto. Cada día lo mismo en una sección distinta, siempre la misma rutina.
Una media hora antes de que las paredes se cerrasen llegamos al Claro, que seguía exactamente igual que hacía unas horas. Durante su primera semana, el verducho probaba todos los trabajos que había en el Claro, por lo que aquel día Thomas se encontraba en la casa de sangre junto con Winston y los cortadores. Los constructores estaban ocupados arreglando unos destrozos en el techo de la sala del consejo mientras que los jardineros seguían en el huerto.
Decidí ir en primer lugar a la sala de mapas a terminar mi día de trabajo. Un silencio agotador rodeaba a los corredores mientras dibujábamos en papeles los mapas de aquel día. Todos echábamos en falta a Ben y era indescriptible la sensación de vacío que sentíamos. Una vez terminé mi tarea en la sala de mapas me dirigí a la sala del cambio, haciendo una pequeña parada en el huerto para hacerle saber a Newt que había llegado y que en un momento estaba con él.
-¿Aún no ha despertado?-le pregunté a los mediqueros en cuanto entré en la sala del cambio.
-No, Kate. Sigue inconsciente.-contestó Clint.
-¿Y si no despierta nunca?-volví a preguntar preocupada.
-Lo hará de un momento a otro. De vez en cuando suelta algunos gritos por lo que suponemos que aún tiene que estar pasando por el cambio.-afirmó Jeff.
Mi siguiente parada fue a la cocina, donde Fry me afirmó que en cuanto me vio entrar a la sala de mapas se encargó de subir toda la comida a la torre de observación.
-¿Cómo sabías que sería en la torre de observación?-le pregunté extrañada.
-No lo sabía en realidad, pero le pregunté a Zart que dónde podría dejar la comida y me recomendó la torre.-sonrió orgulloso.
"¿Cómo puede conocerme tan bien ese maldito?" me pregunté sonriendo. Sin más volví a dirigirme al huerto con la intención de que Newt me acompañase a la torre. Cuanto más cerca me encontraba del huerto más me ruborizaba. Sabía que tenía que aprender a controlar el color de mis mejillas respecto a ese tema, pero simplemente era algo que me superaba. Finalmente cuando hube llegado al huerto, estoy segura que se me podría haber confundido perfectamente con uno de los tomates que habían plantado.
-¿Kate? ¿Estás bien?-me preguntó Newt en cuanto me vio. ¿Por qué tenía que ser tan torpe en esos temas?
-Eh... Sí. ¿Puedesvenirconmigounmomento?-pregunté, e inmediatamente todos los jardineros me miraron con cara de no haber entendido ni una de mis palabras.
-¿Qué?-preguntó Newt.
-Ven.-me limité a responder.
Mientras Newt dejaba las herramientas que estaba usando en el suelo del jardín, el resto de sus compañeros parecieron entender y comenzaron a reírse como locos, provocando que el color de mis mejillas se intensificarán aún más.
-Ha sido la cosa más embarazosa que recuerdo haber hecho en mi vida.-le dije a Newt mientras me seguía hacia la torre.
-¿A dónde vamos?-preguntó viendo que habíamos dejado atrás la Hacienda.
-Bueno, no es que haya mucho donde elegir.-sonreí tímidamente.
-Kate, ¿por qué estás tan co...?
-Calla.-le dije bruscamente evitando que terminase la frase-Mira, esto no es lo mío, ¿vale? Soy más de... ¡Ah! ¿Qué más da? Vamos.-Llegamos al pie de la torre y parecía que el corazón me iba a explotar. Ni siquiera sabía lo que Fry había preparado-Oye,-le dije antes de comenzar a subir las escaleras-esto que estás a punto de ver es lo más cutre que puedas ver en tu vida, y me siento realmente avergonzada por ello. Ni siquiera sé qué es lo que hay. O sea, sé que es comida pero no sé qué plato es porque lo ha cocinado Fry porque ya sabes, no me ha dado tiempo, y me habría encantado prepararla yo misma y bueno hacer algo que estuviese un poco a la altura pero...-dije mientras me reprendía mentalmente por no parar de hablar. Siempre que me ponía nerviosa comenzaba a hablar como una moto y no había forma de parar-Debería de callarme ya. Sí, eso es justo lo que voy a hacer. No voy a seguir hablando, basta, se acabó. No más, me silencio para siemp...
Mientras yo no paraba de hablar Newt se mordía el interior de la boca haciendo un esfuerzo enorme por no reírse. Viendo que era imposible que cerrase la boca, Newt se adelantó y me besó. Cuando nos separamos, el chico rubio comenzó a subir los primeros escalones mientras sin poder evitarlo comenzó a reír.
Finalmente, suspiré y me decidí a subir detrás de Newt. Cuando llegué a la cima hice una nota mental recordándome decirle a Fry que le debía la vida. El cocinero había preparado nuestra carne favorita con una salsa que estaba para chuparse los dedos. Además nos había dejado dos raciones de tarta de chocolate para el postre.
-Esto sin duda es mucho mejor que los spaguetthis del año pasado.-dijo Newt sonriendo de oreja a oreja.
-Sin duda.-sonreí, pero pronto la culpa me embargó-Pero al menos los spaguetthis los preparaste tú.
-¿Y qué?
-No sé, Newt. Siento que todo esto no es suficiente.
-Tú eres más que suficiente. Tú eres todo lo que puedo pedir Kate.
-Pero...
-No, escúchame. Ni siquiera pensé que tuvieses en mente preguntarle a Fry por esto. Sé que sabías qué día era hoy pero pensé que no querrías hacer nada especial. Ya sabes, por todo lo de Ben. Esto me ha tomado totalmente por sorpresa y da igual quién haya cocinado. Lo esencial en todo esto es que la idea ha salido de esa cabecita tuya, que a pesar de lo que estás pasando estos días has tenido tiempo y ganas de hacer esto, que te has preocupado aún sin tener tiempo. Con cualquier tontería me hubiese bastado y lo sabes.
-Esto es una tontería.
-Pues me encantaría que esta tontería ocurriese todos los días. Además, es la tontería más bonita que han hecho por mí en mucho tiempo.
-¿Ya te habían hecho una tontería bonita?-pregunté alzando una ceja.
-Sí.-alcé la ceja aún más y Newt sonrió-Cierta chica estúpida se pasó toda una semana en la sala del cambio para estar a mi lado. Ni siquiera iba a descansar, terminó con unas ojeras enormes.
-Menuda chica más tonta.
-Te quiero Kate. Y quiero cada segundo de ti, cada cosa que haces, cada tontería que dices, cada sonrisa que sueltas y cada abrazo que me das. Y no hay nada que me haga más feliz que estar contigo.
-Vale, vale. Para ya que voy a empezar a llorar.-sonrió, me besó y comenzamos a comer.
Aquella noche parecía similar a la de hacía justo un año. Mientras cenábamos no parábamos de bromear y recordar los momentos pasados durante los tres años que llevábamos allí. Cuando terminamos la carne atacamos la tarta de chocolate, y ambos terminamos con manchurrones por toda la cara. Poco después comencé a tiritar de frío, y para mi desgracia Newt no había traído consigo mismo ninguna sudadera porque simplemente no sabía dónde íbamos. Sin embargo, en cuanto vio que empezaba a temblar de frío, se quitó su sudadera quedándose en una fina camiseta de tirantas naranja y me la ofreció. Intenté negarme alegando que iba a resfriarse pero no admitió un no por respuesta así que no tuve otra que colocarme la cálida prenda.
Minutos más tarde nos encontramos justo como el año anterior, ambos acurrucados viendo como el cielo era iluminado por las estrellas.
-Casi se me olvida.-dijo Newt de repente incorporándose. Comenzó a buscar en su bolsillo hasta que pareció encontrar lo que quería. Entonces sacó lo que buscaba y me lo tendió-Feliz aniversario Kate.
Me fue imposible detener las lágrimas que salían libremente de mis ojos mientras tomaba con delicadeza el colgante que Newt me ofrecía. Estaba hecho con algún material cercano al cuero, imposible de encontrar en el Claro, así que supuse que lo habría pedido a los creadores. De la fina cuerda de cuero colgaba un pequeño trozo de madera con forma de "K". Justo en el centro de la "K" había una pequeña "N". Estaba segura de que aquella letra la había hecho él mismo.
Una vez más no fui capaz de emitir ni un sonido. No tenía ni idea de qué podría decir, así que me limité a hacer lo que siempre hacía en esos momentos.
-Supongo que te habrá gustado.-dijo Newt una vez nos separamos.
-¿Qué si me ha gustado? Dios...-reí-Es increíble, en serio. Eres increíble.
Me coloqué la melena en el hombro izquierdo para que el chico rubio amarrara el colgante. Después suavemente volvió a colocar mi cabello en su sitio y me abrazó desde atrás.
-Te quiero.-susurramos los dos a la vez. Tiempo después vencidos por el cansancio caímos en un sueño profundo.