— ¡Imai! ¡Apurate o te sacare de esa cama! ¡Contare hasta tres y tu bajaras ya preparada!— Kaito me estaba fastidiando con todos esos gritos que daba en la casa, baje las escaleras cuando la cuenta iba en dos.
— No tienes porque hablarme asi, no soy una niña, ademas la de las ordenes aqui soy yo— se acerco a mi y me dio una bolsa que pesaba como si estuviese cargando mas de un kilo de sangre — Ugh, ¿Que... es... esto? Pesa...— .
— Lo siento princesa, pero ahora esta bajo mi mando, asi que todo lo que le ppida que haga lo hara si es que quiere que este entrenamiento funcione— dijo y se cargo dos de esas bolsas junto con una maleta enorme que llevaba en el hombro, ¿Cuanto mas podia llevar? yo estaba muriendo al cargar una pequeña bolsa.
Llegamos al parque donde todos ahi estaban haciendo ejercisio, ¿Que era esto? ¿Todos tienen planes para hacer ejercisio en domingo o que?.
— Kaito... ¿En que me ayudara esto para despertar mis poderes?— pregunte, él sonrio de lado y dejo caer las cosas en el pasto, no me habia dado cuenta de que habia elegido el espacio mas solitario y amplio para entrenar o lo que sea que fueramos a hacer aqui.
— En que primero aprenderas a pelear, te enseñare lo basico, no puedo acelerar el proceso de activacion de tus poderes pero al menos puedo hacer que te defiendas y que no estorbes solamente en las batallas que tedremos— mi cara palidecio al escuchar la palabra ''Batalla''.
— ¿B,batallas?— él comenzo a reir a carcajadas y se acerco a mi, puso una mano sobre mi hombro y dijo.
— No te preocupes, yo te cubrire la espalda— dijo con una sonrisa, y asi pude recobrar confianza.
— Esta bien, pero no seas tan rudo conmigo ¿Okay? Promete que tendras piedad de una chica debil— me miro a los ojos y nego con la cabeza.
— No eres alguien debil y eso lo se perfectamente Imai, solo debes dejarte llevar y no necesitaras de estos para ser alguien fuerte y poderle dar una buena paliza a quienes quieran hacer el mal— dijo y de repente me lanzo una bolsa de esas que pesaban mucho, cai al piso gimiendo del dolor pero aun asi pude levantarme.
— ¡Dijiste que no serias tan rudo conmigo! — dije lanzandole la bolsa la cual hizo un estruendoso ruido cuando choco con su mano.
— Yo nunca dije nada, ademas, es necesario tratarde de esa manera, asi aprenderas a estar mas alerta en ocasiones menos esperadas— dijo y me lanzo otra que choco con mis manos juntas sobre mi pecho, haciendome retroceder un poco — ¿Ves? lo lograste, en unos dias mas ya estaras peleando como profesional, tienes sangre de princesa esa es una de las ventajas que eso conlleva—.
Despues de eso se puso unos guantes que se especializaban en entrenar y se acerco a mi golpeandolos.
— Quiero que me des tu mejor golpe— aproveche el momento y le solte una cachetada que por supuesto se dejo dar pero que no le causo ningun efecto — Dije golpe no un arañaso de gatita refinada— eso me dio coraje, se estaba burlando de mi.
No sabia a que tipo de golpe se referia, solo sabia que algo que sabia hacer era lo que iba a parar con todo esto.
Me acerque a él y acaricie su mejilla y lo mire dulcemente, él bajo sus guantes y me acerque a él pretendiendo besarle y cuado estaba a punto de hacerlo, le di una patada en el estomago que hizo que saliera volando pero olvide que el maldito caia parado y se avalanzo hacia mi tirandome al pasto.
— Buena jugada, pero no siempre funciona esa tecnica, no eres tan hermosa como para seducir a cualquiera— sonrei y me acerque a él.
— Pero estoy entrenando con alguien que a pesar de no ser tan hermosa, hago que todos sus sentidos se alteren, por si no lo sabias a eso se le llama inteligencia y supongo que encontrare otras formas de persuadir al enemigo— él me sujeto las manos y las puso a los lados de mi cabeza.
— Si lo vas a hacer como lo hiciste conmigo terminare por matarlos y eso no se veria muy bien, por favor no lo hagas— dijo y sonrio.
Despues de unas semanas ya estaba peleando como si no hubiera mañana, todos los dias antes de ir a la escuela, Kaito y yo entrenabamos.
— Ahora dame un puñetazo...— comence a darle sin fin cuando unas imagenes aparecieron en mi cabeza, habia destruccion y incendios por todas partes, y luego.... Kaito muriendose, pidiendo mi ayuda y no pude hacer nada porque ya era tarde.
La imagen de Kaito frente a mi se desvanecio y ahora estaba peleando con un hombre oscuro, de piel palida y de cabello negro, tenia cierto parecido con Hiroto, pero por alguna extraña razon sentia unas ganas inmesas de matarlo, tener su cadaver entre mis manos y soreir de satisfaccion al tocarlo, lo odiaba.
Comence a golpear mas fuerte y ya no podia parar.
Kaito's POV.
Imai se habia descontrolado por completo, me estaba golpeando como si realmente me odiara y con unas tecnicas que ni siquiera le habia eseñado, la comence a esquivar ya que no me daba oportunidad de detenerla.
—¡Imai, soy yo! ¡Kaito! ¡Reacciona!— ella no me escuchaba, brincaba de aqui para haya y saltaba con demasiada gracia como si fuera una mariposa, sus ojos estaban negros de rabia y ni siquiera me miraba a mi.
Unos gritos masculinos se escucharon a lo lejos y pronto llegaron Ren y Zero para ayudarme, intentaron sacarmela de en cima pero lo unico que consiguieron fue que Imai los sacara volando y regresara conmigo, de la nada saco dos espadas y antes de poder pararme la tenia en cima de mi, con las espadas cruzadas a punto de degollarme.
Senti un profundo miedo cuando no vi ni una pisca de duda en la mirada de Imai, en verdad iba a matarme.
— Por favor... no me mates, reacciona— dije intentando moverme pero ella me lo impedia.
— Dame una buena razon por la cual no deba matarte, engedro del mal— pero que estaba diciendo, ¿con quien me esta confundiendo?
— Porque no soy él Imai, soy Kaito, tu pequeño gato, soy... la persona que te ama— me soroje al decir lo ultimo y ella comenzo a llorar.
—Nanao... te amo...— despues de eso ella se desmayo y callo sobre mi, las espadas se hicieron polvo brillante y desaparecieron por completo en el momento en que ella cerro sus ojos.
Creo saber que habia pasado, la antigua princesa estaba comenzando a surgir dentro de ella, Imai jamas conocio a mi abuelo, ni siquiera sabia como se llamaba. Nanao.