Somos las Bookwhores

By EmGThomas

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Irish Thomas-Zimmerman es una lectora compulsiva, suele enamorarse perdidamente de los personajes de los libr... More

¿Coincidencia o destino?
Tai Hiddles-Gandy
Dharma Cavill-Barrington
Potter Amell-Mellark
Irish Thomas-Zimmerman
La moral y las buenas costumbres.
Los mosqueteros
Llamadas inesperadas.
La verdad sea dicha -Parte 1-
La verdad sea dicha -Parte 2-
Encuentros no tan casuales.
Los puntos sobre las íes.
¿Que coño pasa conmigo?
Todo el mundo se volvió loco
Mientras a unos les va bien a otros no tanto.
¿Dónde está Irish?
¿Dulce o truco?
¿Por qué?
El silencio del inocente
Si le buscas la quinta pata al gato...
Con la mandíbula en el piso.
Lo que tenía que ser, fue...
-Walter, nadie te quiere...- [Thanksgiving edition]
Karaoke (Bonus chapter)
Entrevista de las bookwhores a la autora [en celebración por los 10k y navidad]
Planes...
La culpa es del policía y el bombero.
Todo queda en familia. (1/2)
Todo queda en familia (2/2)
Lo que pasa en Las Vegas...
Las vegas y sus consecuencias...
Aviso.
Histeria, ira, miedo, dolor y otros sentimientos.
AVISO URGENTE

Un nuevo comienzo

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By EmGThomas

Dharma tenía una sonrisa gatuna en su rostro después de hacer mordido la nalga de Alex.

Alex que se había doblado hacia los asientos de atrás buscando un regalo que le tenía a Dharma se llevó la sorpresa de su vida al sentir que le mordían un glúteo, por lo que por instinto y reacción saltó golpeándose fuertemente la cabeza con el techo de la camioneta.

«¡Por Dios! Esta mujer es una caja de sorpresas ¿Me ha mordido? ¡Una nalga! ¡ME HA MORDIDO EL CULO! Justo lo que yo quería hacer con ella…»

Alex en la misma posición en la que se encontraba, soltó una sonora carcajada, siguió buscando el regalo.

Dharma estaba molesta, el mordisco le había causado gracia, eso no era lo que ella quería, aunque no podía negar que lo había disfrutado.

Sonrió lentamente recordando los “mordiscos de amor” de los hermanos Mackenzie de Ashley Jennifer. Los hermanos Mackenzie marcaban a sus amadas con un mordisco y así al mismo tiempo les mostraban su amor.

A Dharma eso siempre le pareció la cosa más adorable del mundo. Ahora ella lo había hecho al fin. 

«Aunque no estoy enamorada de Alex. ¡Claro que no! Ja ja ja aquí el único loco es él, no yo.»

Alex se incorporó, mirando a Dharma a la cara fijamente, eso la sacó de sus pensamientos.

Él colocó una cajita en sus piernas.

Ella miraba la caja en sus piernas y a Alex alternativamente.

-¿Qué es? –Preguntó Dharma un poco atemorizada Alex sonreía ampliamente

-Ábrelo y verás. –Dijo Alex con un tono de autocomplacencia, le encantaba mirar cada una de las reacciones de ella

Abrió la caja y lo que allí había eran unos pasajes de avión para salir a Ibiza con fecha del fin de semana siguiente.

Dharma no podía cerrar la boca, sentía que todo su cuerpo estaba en shock.

Alex, aprovechando su reacción, la besó.

La besó profundamente, la besó con ternura animal, era rudo, pero suave al mismo tiempo, ella podía sentir su barba de dos días raspándola y eso la terminó de volver loca y se dejó besar, entregándole a Alex el control del beso, sintiéndose derretir.

Al cabo de un rato se separaron a respirar.

Entonces Dharma intentó hablar

-Donde hay pelo hay felicidad –Fue todo lo que pudo decir antes de sonreír como el gato azul de Alicia

Continuaron su camino hasta llegar al destino.

Allí llegaron a uno de los hoteles de Alex, ir a otro hotel no hubiese tenido mucho sentido.

Cada uno tomó una habitación.

Dharma estaba deslumbrada por la majestuosidad de la habitación, los pasajes de avión, el beso…

«¡Oh! Ese beso»

Estaba abrumada por todo. Recordó las palabras de Alex antes de morderlo; él quería salir con ella en plan serio.

Pero, ¿Qué pasaría con su reputación? ¿Se vería afectada?

Decidió no pensar más en eso, debía dormir, al día siguiente tendría que trabajar. Y mucho.

Alex, en su habitación pensaba en todo lo ocurrido en ese par de horas que había durado el viaje.

¿Qué pasaría ahora entre ellos? ¿Aceptaría ella salir con él? ¿Se irían de viaje juntos?

Se recreó en el recuerdo del beso y una sonrisa boba se instaló en su cara, había sido tan maravilloso que quería besarla hasta quedarse sin boca.

Con estos pensamientos, el recuerdo del beso y su comentario posterior se quedó dormido.

***Bookwhores Apartment***

Dave se sentó en uno de los pufs de la terraza.

Tai no sabía que responderle, así que se decidió por la sinceridad.

-Mis ex son todos unos imbéciles, me prometí a mi misma que me alejaría de todos para ya no sufrir más, pero entonces llegaste tu. No se que pensar de ti, ni que hacer contigo, porque prefiero pensar que eres un idiota que me hará daño y no darte oportunidad de hacerlo, antes de darte el beneficio de la duda y salir herida. Esta noche pensé que si nos acostábamos desaparecerías de mi vida, mejor temprano que tarde, ¿no? –Tai tenía la mirada perdida - No quiero ilusionarme contigo y que luego la cagues, como todos. ¿Me entiendes un poco? –Miró a Dave a los ojos con una intensidad que lo hizo sonreír.

Podía darse por satisfecho, pero no lo haría.

Entonces tomó la cara de Tai entre sus manos y la besó con una ternura infinita, solo quería que ella sintiera calma y tranquilidad, eso fue lo que transmitió con ese beso.

Tai se sentía embobada.

-Tomémonos las cosas con calma, ¿vale? –Dave hablaba con un tono de voz tan suave y grave que a Tai se le puso la carne de gallina. –Quiero que tengas claro que si yo me acostase contigo no desaparecería, querría mucho más, no tendrías vida social, a duras penas te dejaría ir a trabajar, porque de ti no quiero un poco, lo quiero todo.

Tai abría y cerraba la boca como intentando decir algo, parecía un pez fuera del agua.

Dave la abrazó y así se quedaron por un rato, hasta que sintió que de repente Tai pesaba más que hace un momento.

Cayó en cuenta que se había dormido en sus brazos.

En el mueble de la sala estaba Irish con Erick.

Al terminar de leer el libro con los sobresaltos que este le ocasionaba se quedó muy quieta, aún recostada en las piernas de Erick.

Este le acariciaba la espalda o le limpiaba las lágrimas sin decir una palabra.

Aguantó estoicamente todos y cada uno de los ataques de histeria y risa de Irish por su lectura.

Se sentía extasiado por lo todo lo que en ella veía mientras leía, todas las emociones expresadas sin pena ni vergüenza, la vio abrirse como un girasol y eso lo maravilló. 

Acarició su cabello hasta que Irish se quedó dormida.

Entonces mientras la levantaba en brazos para llevarla a su cama vio venir a Dave con Tai también en sus brazos.

Los dos amigos se sonrieron y siguieron su camino en silencio.

Esa noche tanto Dave como Erick durmieron abrazados de sus respectivas chicas.

Bueno, al menos esperaban que aceptaran ser sus chicas.

Lo que si tenían más que claro es que con estas mujeres no se puede dar nada por sentado.

Potts llegó sobre las seis de la mañana, directa de su guardia.

Su turno había terminado a las cinco y se fue a casa enseguida, agotada como se sentía de esquivar a sus compañeras de trabajo y sus preguntas durante todo el turno.

Al entrar al departamento se consiguió con Dave y Erick en la cocina preparando el desayuno.

Se sorprendió mucho de verlos allí, por lo que se acercó a ellos.

-¿Qué hacen ustedes aquí? –Preguntó Potter.

-El desayuno –Respondió Erick con una sonrisa, intentando ser gracioso.

-¿Tienes hambre? –Preguntó Dave sin darle oportunidad de decirles o preguntarles nada más.

-La verdad es que sí, muchísima –Respondió Potts.

-¿Café? ¿Jugo de naranja? ¿Huevos revueltos? ¿Panqueques? Escoge –Dijo Erick con la sonrisa aun instalada en sus labios

-¿Por qué están tan contentos tuvieron sexo anoche acaso? –Al decir esto Potter se tapó los labios y luego la cara con las manos, estaba más que roja, vinotinta. 

No sabía qué se había apoderado de ella para hacer esa clase de comentario, normalmente era Irish la que decía las cosas así, sin filtro, no ella.

Los chicos soltaron sendas carcajadas por el comentario de Potter.

-Quiero huevos revueltos, ¿Tienen Bacon? También quiero jugo de naranja y de ser posible con mucha azúcar –Añadió Potts intentando olvidar lo que había dicho antes

-Saliendo desayuno para Potts –Dijo Dave aún riéndose

-Anoche fue un desastre en muchos niveles y estoy seguro que no fue así solo para mi –Dijo Erick mirando de soslayo a Dave –Pero al final todo resultó bien. Por eso estamos tan contentos esta mañana. Yo solo quiero que mi hada despierte tan contenta como yo.

-Entonces colócale sirope de chocolate a esos panqueques, prepárale moca y no le acerques el jugo de naranja ni a cien kilómetros de distancia. Ella necesita azúcar en cantidades industriales para ser feliz. Odia la naranja, en cualquiera de sus presentaciones.

-Copiado y procesado mi tenienta –Dijo Erick a Potter muy solemnemente, se dio la vuelta y comenzó a preparar el desayuno de Irish en una bandeja.

Dave se acercó a Potts entonces

-¿Como se lo preparo a Tai? –Dijo con cierto sonrojo en sus fuertes facciones

-A Tai ponle de todo; Panqueques con chocolate, huevos con tocino, jugo de naranja y café. Aquí la delicada para comer es Irish, las demás somos unas aspiradoras ambulantes. Así de simple.

Entonces Dave sonrió.

Potts se fijó en sus ojos turquesa y en las arruguitas que se le hacían alrededor cuando sonreía, en lo blanco de sus dientes, sus labios carnosos y la barba de pocos días que le daba un toque desaliñado a su siempre impecable aspecto. Se sintió feliz por Tai, por fin la suerte le sonreía. Porque si este también resultaba idiota, por lo menos era uno condenadamente guapo, por lo que se le justificaba.

Soltó una risita y comenzó a atacar su plato.

Irish y Tai se encontraron frente a las puertas de sus respectivas habitaciones y se miraron con la normal hostilidad de las mañanas cuando recién te levantas.

Entonces les llegó el olor del café y ambas sonrieron.

Sus cabellos estaban tan despeinados que parecía que habían estado paseando a siento sesenta kilómetros por hora en la Harley de Irish durante toda la noche.

No recordaban como habían llegado a sus habitaciones. Por lo que tampoco recordaban quien había dormido en sus camas, de hecho ni se habían enterado.

Al llegar a la cocina sus caras eran de concurso.

Erick caminó hacia Irish con la taza de café en la mano.

Y ese gesto tan simple la hizo olvidar todo… Solo pudo sonreír.

A su vez Dave hacía lo mismo con Tai y obtenía una respuesta similar a la que tuvo su amigo.

-Muero de hambre y aquí huele demasiado bien –Dijo Tai pasando a un lado de Dave, arrebatándole la taza y sentándose al lado de Potts –Buenos días Potts linda, inda, inda.

-Buenos días Puchu –Potts le sonrió a su amiga –Tengo algo que contarte, pero en un rato, cuando te vayas a arreglar para trabajar. Buen día Irish, hoy te relevaron en la cocina, siéntate con nosotras. –Dicho esto siguió atacando su plato.

Erick besó la frente de Irish

-Anda a sentarte con tus amigas, mi hermosa hada, ya te llevo tu desayuno –Dijo Erick

-Hace dos días era un hada diabólica y endemoniada –Dijo Dave entre risas lo que le hizo ganar una mirada de advertencia de Erick.

Al terminar de desayunar los chicos se levantaron de la mesa para lavar los platos.

Antes de comenzar a recoger todo Dave se acercó al oído de Tai.

-Esta noche vendré, quiero que veamos televisión, que nos recostemos en el mueble o en la terraza y hablemos de tonterías, del día a día, de cosas profundas o del clima, también podemos estar en silencio si así lo quieres. Quiero pasar tiempo contigo. ¿A que hora llegas?

Tai lo miraba fijamente sin saber qué decir.

-A las siete.

-A esa hora estaré aquí.

Y entonces se dispuso a recoger la mesa con Erick.

Luego de dejar la cocina reluciente, los chicos se fueron a cambiar a sus casas para comenzar sus jornadas laborales, mientras las chicas se quedaron a hacer lo propio.

-Anoche llegó Josh al hospital con una niña, su sobrina, se llama Miriam y es adorable. Pero esa no es la historia, cuando llegó desesperado como estaba me miró y me reconoció, entonces no dejó que nadie más le atendiera. Cuando ya se iba le dije que me lo comía con tomate, con queso y hasta con mango y sal –Potter se tapó con vergüenza la cara con una de las almohadas de Tai –Luego él me besó delante de todo el mundo y he tenido la guardia más agotadora de mi vida esquivando las preguntas de mis compañeras. ¡Quiero que la tierra me trague! ¿Como voy a decirle eso? Luego al llegar aquí le he dicho a los chicos que si estaban tan felices debía ser porque tuvieron sexo anoche, yo no soy así, no se que me pasa, ese hombre me confunde y hace que mi lengua se suelte.

Llegado este punto Tai miraba a Irish tratando de aguantar la risa, pero ya no pudieron más y se lanzaron en la cama a reírse, intentaban hablar o respirar, pero no podían. Potter también reía con ellas, aunque no tan histéricamente

Cuando lograron recuperarse un poco le explicaron a Potts que su situación era comiquísima, a lo que ella tuvo que estar de acuerdo.

Las chicas también le contaron a Potts lo que había pasado cada una de ellas la noche anterior y casi se les hace tarde para ir al trabajo Potter se fue a dormir, Irish al restaurant y Tai a su oficina.

***En la ciudad vecina***

Dharma se desperezaba en su cama con una sonrisa

-Mas le vale a Alex que el desayuno de este hotel al menos se iguale a los que prepara Irish, porque si no tendrá serios problemas.

El desayuno fue bien, se fue a su entrevista.

En el canal le habían dicho que a ella le tocaba el equipo de béisbol, uno de los mejores a nivel nacional. Ella se encargaría de averiguar cuales eran las mas recientes adquisiciones del equipo y de entrevistar a los jugadores nuevos. Tenía un largo día por delante.

Alex la dejó frente a la sala de conferencias de otro hotel.

-Estaré en el bar de este hotel esperando que termines, cuando salgas, ve allá. –Dicho esto le dio un dulce y arrebatador beso que casi la hace perder el equilibrio y se fue.

Dharma entró en la sala de conferencias, entrevistó al manager del equipo, quien le proporcionó los nombres de los nuevos talentos adquiridos por el equipo. Uno de los nombres llamó su atención.

«¡No puede ser! ¡Joooder!»

Siguió sonriendo mientras continuaba con la entrevista.

Al terminar con el manager tragó el nudo que se había instalado en su garganta, tendría que entrevistar a los nuevos talentos del equipo, entre los que estaba nada más y nada menos el último novio que había tenido, el mismo al que ella había dejado por dar un paso en su carrera, para poder evolucionar.

«¡Oh, santas mierdas de paloma que le caen a uno en la cabeza!»

Todo parecía demasiado irreal para ser cierto.

«Dioses de los hermosos y súper románticos y dramáticos ex novios jugadores de béisbol, por favor que no arme ningún escandalo ni diga nada inapropiado. Amen»

Levantó la cabeza y se dirigió a su ex de primero, para salir del mal trago de una vez.

**************************

¡Holaaaa!

Acá les traigo un nuevo capítulo de las Bookwhores, sigo compensándoles el tiempo que estuve sin publicar.

Hemos llegado a las 2000 lecturas ¡Yuuuupiiii! :D :D :D :D :D :D

Pero hay algo que me llama poderosamente la atención y es no saber nada de uds, no se quien me lee, nunca comentan, hay pocos votos…

Me pregunto, ¿será que no les gusta lo que escribo? ¿Será que no les gusta las Bookwhores?

Me hace sentir un poquitín triste, porque yo quiero saber de uds, cuales son sus partes favoritas de cada capítulos, sus inquietudes, sugerencias y correcciones.

Yo escribo y uds me pagan con sus comentarios y con una de esas estrellitas que cada capítulo están allí, esperando ansiosamente ser presionadas en la parte superior derecha 

Hahahahahaha

Bueno, espero que este también les haya gustado, háganmelo saber, ¿vale?

Besitos

Em.

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