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Por más que luchaba para no cerrar los malditos párpados, no podía. ¡Pesaban toneladas! Pero no podía dormirme en clase de Historia ¡No en ese curso!
—¡Lee SungMin! ¡Si mi clase le parece muy aburrida nadie le obliga a quedarse! Ahora mismo puede irse de aquí—.
Viejo de mierda.
Odiaba que los profesores dijeran ese tipo de frases. ¡Es obvio que si nos largamos de su clase *nos la tienen jurada!
—No, no es necesario — sonreí avergonzado.
Ah, si ni siquiera era mi culpa que me estuviera pudriendo de sueño.
Toda la culpa era de...
—¡Cho Kyuhyun! ¿Puede contarle a toda la clase que es lo que le causa tanta risa?—.
Giré mi vista hacia el acusado, me miró y sonrió.
¡Maldito hijo de fruta!
Debería agradecer que su madre me cae de maravilla.
Él estaba de lo más normal, siguiendo su día como si nada hubiera pasado.
¿Cómo podía ser tan sinvergüenza?
...***...
Era hora de descanso y el delegado de la clase se paró frente a la pizarra.
—¡Y por fin el tan esperado fin de semana llegó! ¿Saben lo que eso significa?—.
—¡Mujeres! — respondieron al unísono los demás.
Rodé los ojos.
Sabía que como hombre que era y con mi adolescencia tardía casi diciéndome adiós, debía comprender el gran apetito sexual de mis compañeros. Era algo normal para nosotros, que estábamos internados en una escuela solo para hombres, que dicho sea de paso se hallaba muy lejos de la ciudad y además solo teníamos el sétimo día libre para salir a respirar aire fresco.
Pero supongo que yo no estaba en etapa de celo.
—Bien, nos reuniremos con los demás salones, al parecer ya tenemos fiesta asegurada. Saldremos muy temprano, a eso de las seis de la mañana. Así que el sábado por la noche asegúrense de bañarse, **talquearse y rasurarse—.
Bola de puercos.
Bueno al menos gracias a que se aseaban, los dormitorios olían a limpio, o más o menos. Porque no importaba si no se bañaban para clases, los domingos ellos olían a jabón y colonia.
La mayoría se encontraba muy alegre. Otros no.
—¡Mierda, Hae! Ahora nos quedaremos encerrados todo el domingo—.
—¡Es tu culpa Hyuk! Fuiste tú el que trajo esas revistas porno al aula—.
Así es, los castigados.
Todos los días de clase estábamos bajo estricta observación, solo en clase claro. Si nos castigaban, teníamos que quedarnos el domingo haciendo limpieza o algún otro trabajo, y si nos quedaba algo de tiempo, relajarnos un tanto.
Yo no estaba castigado así que podía salir pero...
—¡Hyung! — el dongsaeng sinvergüenza me llamó — Ya tengo las películas para ver el fin de semana—.
Le miré frunciendo el ceño.
A Kyuhyun lo castigaron por idiota, por pelearse con un compañero que no quería cambiarle el asiento en el comedor.
—¿Qué te hace pensar que me quedaré contigo?—.
—¿Saldrás con los otros? No lo creo, a ti no te gusta salir con ellos. Así que quedémonos mirando una maratón de películas — respondió con un guiño.
O hacía mucho calor o tenía fiebre, sentí mi rostro arder.
¿Qué ese tonto no piensa?
¿Quedarnos juntos luego de lo que pasó?
¡No! No estaba pensando en que eso era lo que él quería, tenía novia, era heterosexual.
Sabía que tenía que encararlo y preguntarle por qué hizo esas cosas conmigo pero... no sabía cómo.
No éramos amigos de infancia, ni nada por el estilo. Nos habíamos conocido en esta escuela, conocí a su madre y él a la mía en 'el día de los padres', nada más. Tampoco era como si él fuera el popular y yo el fracasado, ni al revés, ambos éramos alumnos 'normales', teníamos amigos, teníamos enemigos, teníamos novias y exnovias. Dos chicos de instituto con una vida normal.
¡Así que ésta no es una típica historia homosexual! Ni una rara, porque solo éramos amigos, solo eso.
...***...
Las horas de clases ya habían acabado, como no entendí casi nada de la clase de Historia, decidí ir a la biblioteca.
—¡Hyung! — pero el idiota al parecer quería malograrme la tarde también.
—¡¿Qué?! — me alteré un poquito.
-—Pero qué carácter—.
¿De quién era la culpa? ¿Quién se metió a mi cama en la noche y abusó de mí?
—Te llamaba para ver si querías acompañarnos a jugar al parque que está cerca a la zona de estacionamiento—.
Dato extra: Nuestra escuela es inmensa, gigantesca. Es mi segundo año y aún no logro conocer todo el lugar. Ah, y tenemos una gran zona de estacionamiento también.
—¿Jugar a qué? — ellos siempre se reunían por esos lugares lejanos, a mí no me gustaba.
—Ven y lo sabrás —.
—No quiero. Iré a estudiar—.
—Hyung, tus notas son buenas. No tienes que estudiar tanto, te enfermarás—.
—No presté atención a la clase de historia — dije enfadado con obvia cara de 'debido a ti, maldito'
—¿Y por qué? Tú no eres así ¿Te sientes mal?—.
O Kyuhyun así nació o se cayó de la cuna de pequeño. ¡Es que tan idiota no podía ser! ¡Era antinatural!
Me encabroné como hacia tiempo no me ocurría. Yo lo iba a matar.
—¡¡¿DE QUIÉN CREES QUE ES LA MALDITA CULPA?!! ¡No podía dejar de pensar en lo que pasó anoche, PEDAZO DE IMBÉCIL!—.
La toma se congeló. Me miró, esos ojos marrones se agrandaron. Y sus mejillas se sonrojaron. Luego yo entendí. Estábamos en la puerta de la biblioteca.
—¿Quién hace tanta bulla? — era la voz de la bibliotecaria y los pasos de sus tacones se oían venir.
Sin darme cuenta, empecé a ser jalado por Kyuhyun. Cuando reaccioné, estábamos en los baños.
Kyuhyun cerró la puerta con nosotros dentro.
Quería que la tierra me trague, pero como estábamos lejos de ella, pensé en meterme por uno de los inodoros y pedirle al idiota que tire la cadena.
Cuántos minutos habían pasado, no lo recuerdo. Pero ninguno dijo nada. Perdí mi tiempo mirando a los espejos del lugar; mucho más atrás, separados por paredes se hallaban los cubículos.
No miento, tenía miedo, no quería tocar el tema de una forma tan abrupta pero la estupidez de Kyuhyun me sacó de mis casillas. Había llegado el momento de enfrentarle pero, de nuevo, no sabía cómo.
—Yo tampoco pude dejar de pensar en lo que pasó—.
Su voz hizo casi un inaudible eco que se aseguró de hacerme escuchar perfectamente lo que acababa de decir.
—No sabía cómo sacar el tema — agregó tímido.
Claro que tenía que avergonzarse, tener sangre en la cara. Y yo debía gritarle, insultarle, hasta golpearle, pero no pude.
—Y-ya, ya me tengo que i-ir —.
Así es, corre cobarde Lee.
—¡No! —.
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Mi escape perfecto se vio interceptado por los brazos de Kyuhyun, colocándolos a los lados de mi cabeza. Maldije, estaba atrás de mí y mi cuerpo tembló.
—¿Por qué no? No quiero hablar de esto. ¡Olvídalo! — grité sin voltearme.
—Dijiste que no dejabas de pensar en eso, hyung — su brazo derecho bajó por mi pecho terminando su ruta en mi entrepierna, deslizó sus dedos y me sacudí.
—¡Para! — empujé su cuerpo y me apoye en los lavabos — ¡Malnacido! ¡No soy gay! —.
De hecho, no tenía pensado afirmarle mi heterosexualidad, no era necesario, supongo que estaba asustado y dije lo primero que pasó por mi mente.
Él se rió.
—Vamos hyung. Acá nadie es gay. Ni tú, ni yo. Tengo novia, por Dios — se burló.
—Entonces vete con ella. A mí déjame en paz — gruñí a la defensiva.
—No la veré hasta el próximo fin de semana, hyung—.
—¿Y qué me importa? No entiendo por qué haces esto. ¡Ya! — grité cuando lo vi acercándose a mí.
—¿No recuerdas lo que dije anoche? 'Necesito liberarme, no puedo esperar' — citó sus palabras.
Me quedé quieto cuando me concentré en sus ojos, la misma mirada de esta madrugada.
—No es mi... no es... no es mi problema — él se encontraba ya tan cerca de mí que sentía una y otra vez como mi espalda luchaba contra el lavabo para retroceder.
—Hyung... — ¿era un gato en celo el que me hablaba? ¡Estaba ronroneando! Ni siquiera tuvo la más mínima delicadeza cuando apretó mi miembro.
—¡Nhg! —
¿Eso había salido de mi boca? ¡No, no!
—¿Ves? Estás poniéndote duro — carcajeó — Si no te gustara, no estarías así—.
—¿Es que eres estúpido? Es normal que... ¡Ah! Que... ¡Maldición! — sus yemas acariciaban mi parte íntima, aunque estuviera por encima de la ropa, eso no lo diferenciaba. — ¡Ya! ¡Kyuhyun! ¿Si no eres gay por qué lo haces? ¿Tocar el pene de otro no te parece raro?—.
Él pareció entenderme, porque quitó su mano y retrocedió.
¡Gracias a Dios!
—¿Crees que no he estado pensando en eso? — sus manos voltearon mi cuerpo haciendo que quede frente al espejo. Yo podía verme, y él atrás de mí.
—¿Qu-? — ni siquiera terminé de quejarme cuando comenzó a frotar su entrepierna en mi trasero.
—Pero ya lo entendí, hyung. Es normal que esto pase — susurró tomando mi cintura —. No somos los primeros, ni seremos los últimos que hacen esto. Es una escuela para hombres, esto pasa muy a menudo—.
Entrecerré mis ojos cuando su lengua pasó por mi cuello. Me mordí los labios cuando manoseó mi polla.
Yo sí sabía que estas cosas pasaban, pero nunca pensé que me pasaría a mí. Puedo ser bajito y tener facciones femeninas, lo admito, pero jamás me comporté como un marica, lo aseguro.
—¡Nghm! ¡Ah! — pero ahí estaba yo, gimiendo como puta, sin negarme a que me acaricie como quisiera — ¡Kyu...Kyu...!—.
—Así es hyung, no importa de quién se trate, lo importante es sentirse bien. Liberarse. — su manó tanteó hasta desabotonar el broche de mi pantalón, bajó el cierre y yo sucumbí —. Quieto — me sujetó, apegándose más a mí, acarició mi pene cubierto por mi bóxer.
—Para... por favor... — ¿Podía verme más estúpido? Pidiéndole que se detenga cuando estaba disfrutando lo que me hacía.
¡Porque definitivamente me estaba gustando!
—No... No te voy a soltar. Te ves jodidamente sexy frente al espejo. Mierda, creo que me correré —.
Pensándolo bien ¿No me veía como una mujer?
—Mucho más erótico que una mujer. Sungmin... —.
Eran las pocas veces que me llamaba por mi nombre, siempre era 'hyung'. Así que no era de extrañarse que me sintiera conmocionado cuando escuchaba mi nombre.
—Sungmin... - me di cuenta, su entrepierna quería liberarse — ¡Sungmin!—.
Lagrimeé un poco, incliné mi cuerpo colocando mis codos sobre el lavabo, cedí ante él.
—Kyu...—.
Comprendió que le estaba dando permiso, eso pensé, me soltó y desabrochó sus pantalones dejándolos caer, soltó un sonoro quejido, y me gustó escucharlo.
-—Tú también — sí, yo también bajé mis pantalones.
Tal vez estaba cometiendo una locura, que traería muy feas consecuencias pero, estaba gozándolo, así que ¿por qué no seguir? Si esta es la manera de saciar nuestro deseo, estaba bien entonces.
Estaba copiando la ideología de Kyuhyun.
Su puntiaguda carne pasó entre mis nalgas que estaban siendo separadas por sus manos.
—¿Te gusta? — no iba a responder — Dime ¿Te gusta lo que hago? ¿o quieres que pare?—.
En serio mamá de Kyuhyun, la adoro, pero ¿por qué crió a un niño tan bestia?
Podía haberle dicho que sí, 'sí pendejo, me gusta', pero no pude. Oímos voces, voces acercándose a la puerta.
¡Oh mierda!
Nota: Otra vez, no sé como he conseguido escribir esto, así que si les aburrió mil disculpas, solo se escribió solo, pero no con inspiración (?) Ah, debería tratar de escribir mis otras historias.
Aclaraciones:
(*) En mi país se refiere a que el profesor te hará la vida imposible o algo así, o sea como que siempre te perseguirá lol
(**) Echarse mucho talco :v algo así como para quedar bien limpio.
(***) Creo que saben que se refiere a cuando te dirijes a alguien menor a ti en Corea.
Sobre la canción: Creo que es preciosa, y fue quien me animó a escribir esto, así que sus represalias a ella.