Cartas de una chica enojada

By BitterSweet_LeFay

12 0 2

Había una vez una chica con una familia como muchas otras, ella tenia problema como muchas otras, tendía a ca... More

El circo de los horrores

12 0 2
By BitterSweet_LeFay

Estoy tumbada en mi cama, se que debo levantarme y arreglarme para el evento de hoy pero en su lugar veo como una vena palpita en mi muñeca, como la piel se levanta intermitente y comparo como es que la otra muñeca se ve más tranquila, ¿Cómo es que no palpita como la otra? Tal vez si lo buscara tendría la respuesta pero no estoy de humor como para averiguarlo, no estoy de humor para nada, menos para ir al estúpido evento de hoy.

-¡Vi! ¡Muévete!- es el sonido que rompe el silencio de la casa, no puedo evitar suspirar y levantarme de mala gana, ¿Porque debo ir? No quiero ir, aunque se que me obligaran de todos modos, ¿Qué caso tiene pelear?.

Al entrar al baño me quito mi ropa de casa y me pongo una blusa un tanto aceptable, gris con toques rosas, converse de flores reemplazan mis pantuflas y dejó el pants para ponerme el pantalón de mezclilla, al verme en el espejo noto que me veo decente... ¿Para qué darles el gusto? Tomo el delineador negro y hago una gruesa línea debajo de mis ojos, suelto mi cabello para que sea alborotado y sonrío ante la imagen desaliñada que ha aparecido en el espejo en lugar de esa niña decente. No quiero ser esa niña.

Bajo de dos en dos los escalones, encontrando a mí mamá y a mi hermano ya listos, mamá suspira al verme, sabiendo que sin importar lo que diga yo no cambiare de parecer con el look que escogí, la forma en la que niega con la cabeza es lo que me hace notar que lo odia pero lo bueno es que ella respeta esa parte de mí, no le gusta que sea al modo de los demás. Por otro lado mi hermano retiene las ganas de reír, agitándome el ya alborotado cabello con una sonrisa y guiñándome un ojo con complicidad, puedo notar sus piercings en la ceja y en el labio que no se ha molestado en ocultar como en otras ocasiones, creo que en esta ocasión quiere estar de mi lado. Hacer que mis tíos hablen de él en lugar de que hablen de mí, no se que haría sin el bobo de mi hermano mayor. En el auto, no puedo evitar cantar a todo pulmón por la música que ambos hemos puesto, no importa el iPod de quien este enchufado a las bocinas, sera algo que nos hará gritar y reír con el horrible sonido de nuestras voces a coro, estoy tan feliz que por un momento olvido a donde vamos, por un momento solo somos una familia en un auto pero eso pronto termina cuando llegamos a esa enorme casa beige, esa casa que por más que lo intente no logro recordar una sola ocasión donde todo fuera felicidad, no es que siempre que vaya este enojada o triste, no, sino que en muchas ocasiones cuando me sentía feliz algo manchaba el momento, ya fuera una critica o una palabra hiriente, esa felicidad no duraba para siempre, algo la opacaba aunque yo quisiera seguir sonriendo y ese era el motivo por el que odiaba ir ahí.

-¡Victoria! Ya, vamos, estas muy distraída el día de hoy- al asomarme por la ventana veo que ellos ya bajaran del auto, por lo que me dispongo a hacer lo mismo, Gabriel, mi hermano, no deja de sonreír burlón por mi actitud, aunque a decir verdad ya no se si es porque yo lo divierto o porque me quiere dar ánimos, sabe que ese lugar me molesta, en cuanto estoy lo suficientemente cerca brinco a su espalda queriendo que me cargue hasta el lugar, tal vez porque estoy consciente de que en mi estado de animo no seré capaz de llegar sola hasta ahí, no pone resistencia y me sostiene las piernas dando un par de tumbos al caminar.

-¿Lista para el circo de los horrores?- su pregunta viene acompañada de una voz gutural idéntica a los intentos de hacer que todo de más miedo pero que solo provoca que de risa, que es justo lo que provoca en mi, por lo que me limito a asentir con la cabeza.

Al entrar, el circo de los horrores se presenta ante nosotros, ahí esta nuestra familia, bueno la familia por parte de mamá a quienes jamás he considerado como MI familia (A la de mi padre tampoco, pero esa es otra historia) los colores celestes, verdes, beiges y rosas predominan en la habitación provocando que la ropa de tonos más oscuros de mi hermano y mías resaltan de una forma increíble, puedo ver a mis primas sentadas en un sillón, todas con faldas, vestidos y las uñas arregladas, nada que ver con mi ropa ni con mis uñas siempre descuidadas y hasta algunas mordidas, no es raro que nos inspeccionen de arriba a abajo, centrando su atención en claro ¿Porque no? en mi cabello alborotado, podrían ser más sutiles pero la forma en la que arrugan la nariz habla por si misma, da igual, he visto este gesto tantas veces que ya no me molesta ni en ellas ni en mis tías que parece que copiaron esa expresión del rostro de sus hijas y la pusieron en los propios, debo decir que lo único que no deja de asombrarme es en como esas expresiones pueden cambiar tan rápido a una sonrisa, esa sonrisa que me llena de curiosidad, esconde tantas cosas tras esa imagen cordial, mi hermano y yo la hemos apodado "La sonrisa maniquí", todo porque esconde de manera casi absoluta y perfecta todo lo que tratan de ocultar pero que de todas maneras el y yo podemos notar, esa censura y esa poca aceptación a nuestra manera de ser.

Siempre me he preguntado si mamá lo nota o solo somos nosotros, me gustaría saber porque siempre vamos a un lugar donde nos hacen sentir extraños, donde somos el bicho raro, tal vez mamá quiere  disimular que no sabe de esto para no sentirse triste, que le gusta la negación para que ellos no la hagan sentirse mal, si es así me gustaría aprender como lo hace... lo disimula muy bien. Como es de esperarse las buenas costumbres de ellos no se tardan en hacerse notar, nos reciben a los 3 de buena gana y con una sonrisa, como siempre se llevan a mamá con ellas, "¿Porque no van con sus primos?" es lo ultimo que escuchamos antes de que desaparezcan en la cocina, pregunta que nos hace alzar una ceja y vernos con cara de sufrimiento, ni mi hermano se lleva con nuestros primos de su edad ni yo con mis primas, por lo que optamos por nuestra opción más inteligente... irnos solos a la cochera, no hay quien vaya ahí.

-¿Viste el cabello teñido de la tía Misty?- no puedo evitar soltar una carcajada antes de responder:

-Creo que "Eso" el payaso vendrá a reclamarlo de un momento a otro... eso si no va primero con Alexia por su traje- su risa no se tarda en escuchar, quedándose de pie al lado de la puerta mientras yo me siento en un banco que siempre esta en la habitación- Gabe, ¿porque tenemos que venir siempre? No me gusta estar aquí...

Veo sus labios torcerse y como saca una cajetilla de su bolsillo, sacando un cigarro y llevándoselo a la boca mientras se encoge de hombros- Creo que mamá quiere que tengamos relaciones familiares más extensas y...-duda un momento y procede a encender el cigarrillo e inhalando de él- sanas- completa la oración para después dejar salir el humo de sus pulmones- No la culpes de que los idealice de más, creo que lo hace por nosotros-.

- Los idealiza demasiado, ¿no nota como nos miran? o ¿como nos hablan? ni tu ni yo queremos estar aquí y te aseguro que ellos tampoco nos quieren cerca, quiero dejar de venir aquí a ver caras falsas de gente a la que no le agrado-

-Vi, es familia, sin importar que no nos quieran o que nos vean mal, son familia y mamá los ama y a ella parece que la hace feliz estar aquí, así que sopórtalo por ella ¿Si?-

A veces odio que sepa siempre que decir, siempre ha sabido como convencerme y para ser sincera odio que tenga tanto poder sobre mi pero no es como si pudiera hacer algo al respecto, suspiro encogiéndome de hombros como queriendo decir: "Vale, tu ganas, haré el esfuerzo" gesto que se que entiende por la manera en la que me sonríe, esa sonrisa de victoria y de haber conseguido justo lo que quería. Al terminar su cigarro se acerca hasta mi y pone una mano sobre mi cabeza, al levantar la mirada hace ese gesto que significa que debemos ir adentro a que yo haga el esfuerzo.

Conforme caminamos hacia allá una voz interna se repite sin cesar en mi cabeza, "Vamos, Vi, tu puedes" "Haz el esfuerzo, tu puedes" para cuando estamos en la sala, nuestros primos de la edad de mi hermano ya están ahí, no se si reír o llorar con su ropa y por la risa amortiguada de Gabriel se que debe ser la primera, más lo contengo lo mejor que puedo, no puedo creer que todos lleven esos pantalones blancos ajustados y suéteres en tonos claros, ¿como es posible que compartamos sangre con ellos?, se que de seguro ellos piensan lo mismo de nosotros pero, nunca en la vida vestiría así ni permitiría que Gabe lo hiciera.

La tarde siguió con el ambiente raro de hablar con los demás por cortesía y ellos respondieron de la misma manera, mi mirada iba a la puerta en ocasiones esperando a los demás bichos raros que nunca llegaron, aparte de mi familia hay dos más que parecemos no encajar en el lugar, son con los únicos familiares con los que me siento a gusto y con los que siento que no soy adoptada, con ellos puedo charlar y no resalto tanto como entre esta manada de ponies salvajes de tonos claros, supongo que optaron por saltarse esta reunión y venir a la siguiente, ellos se pueden dar ese lujo, mamá no quiere perderse ni una por lo que somo continuamente arrastrados a estas. Para mi mala suerte en lugar de la pandilla de gente extraña llegan los seres humanos a los que menos tolero, mis primas gemelas, Romina y Penélope y su madre, la arpía más grande a la que jamas conoceré, Dolores, el nombre le va casi como anillo al dedo, solo provocando dolor y sufrimiento a su paso, como siempre llegan como gallinas dueñas del gallinero, con esa pomposa forma de caminar, pavoneándose como siempre y lanzando una mirada desdeñosa en mi dirección, me odian, siempre buscando la manera de hacerme sentir mal, de burlarse de mi y no tardan mucho en hacerlo...

Al acercarse a saludar me dan cada una un beso en la mejilla, debo contener las ganas de limpiarme la mejilla, no tolero que me toquen y ellas aun menos, en cuanto Dolores se acerca, frunce descaradamente la nariz, tomando uno de los mechones de mi cabello y alzándolo entre sus regordetes dedos, mis labios se aprietan en una mueca, quiero golpearle la mano para que se aleje, quiero gritarle pero como siempre me contengo con un pequeño toque de mi hermano sobre mi mano.

-"Querida, ¿no conoces el shampoo? tengo uno muy bueno por si te interesa quitarte el pelo de escoba"- siempre queriendo avergonzarme, sus hijas como siempre sonríen con ese dejo de malicia, siempre me he preguntado porque me odian, escuche un par de risas que hicieron que mis mejillas se sonrojaran pero la mano de Gabriel me detenía de contestarles, "Vi, son patéticas y no merecen tu atención" ya había perdido la cuenta de cuantas veces me lo había dicho, pero simplemente no podía quedarme callada nunca, lo que ocasionaba situaciones incomodas.

Como era de suponerse para Dolores mi leve rubor en las mejillas no era suficiente, miro mi ropa y luego a una de sus hijas- Tal vez deberías llevarla de compras, Romi, así no parecería una vagabunda-mis puños se apretaron y el suspiro a mis espaldas me dio a entender que nadie me detendría si quería atacar.

-¿En ese caso subiría de nivel para pasar de vagabunda a callejera? Me parece justo- comente con una sonrisa hacia esa mujer regordeta de rostro ahora rojo y enfurecido que se acercaba más a mi pero antes de que pudiera regañar me o decirme algo, una voz a comer nos llamo desde la puerta de la cocina la cual no tarde en usar como escape antes de que la bomba explotara.

Continue Reading

You'll Also Like

575K 25K 36
Elena ama leer tanto como ser animadora, su sueño más grande es ser escritora, para ella su vida era perfecta, pero todo eso cambia en su último año...
418K 23.4K 41
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...
21K 2.9K 131
La novela "Me confundieron con un actor genio monstruoso" es una novela ligera popular que cubre los géneros de comedia, drama y Recuentos de la vida...