New Britain, verano de 1863
Sus ojos castaños arrebatadores se mostraron inseguros entre un mar de personas que lo único que deseaban eran devorarla como lobos hambrientos en busca de una nueva presa, sin embargo, ella no parecía tan inocente como sus ojos trataban de mostrar, había algo en ella que la hacía diferente a todas las chicas del pueblo.
De seguro aquello tenía que ver con la dulce disposición que imponía solo con su sonrisa.