Pudiste haber pasado milenios sin hacer siquiera un movimiento.
Pudiste revivir miles de planetas con tan solo un beso,
pero las vueltas de galaxias no se dan en un segundo a pleno viento.
Pudiste alcanzar las estrellas con tan solo mirar al cielo
y devolver los (pocos) corazones que alguna vez robaste de mi pecho.
Ya no había nada para devolverte la vida.
Ni siquiera el ser amado, no era suficiente.
Y la Muerte se regocijaba con tu bienvenida.
Pude haberte hecho feliz.
Pero los participios me comieron las palabras
a paso lento,
que en un abrir y cerrar de ojos
ya no estabas
y perdí.