El viernes no había clases, así que me levanté algo tarde. Me pasé la tarde con las chicas, porque debíamos -como tradición- arreglarnos juntas para el baile. Valery se encargaba del cabello, Kim del maquillaje y yo sacaba fotos del proceso.
Comenzamos a hablar de nuestras citas. Kim iría con Hugo, un chico que estaba interesado en ella desde hacía tiempo, pero Kimberly aclaró que eraen calidad de amigos. Val tenía cita con Matt, el chico malo de la escuela. Era divertido porque sacaría a Val de esa actitud de niña buena por un rato. Y bueno, ambas envidiaban que Brian me había invitado a mí.
- Que suerte tienes Sam - suspiró Val- Brian Haner... es un sueño.
- Debes aprovechar esta noche Samantha, y si puedes no vuelvas a casa después del baile, si sabes de qué hablo - guiñó un ojo.
Yo estaba harta de aquellos comentarios, quería llamar a Brian y decirle que no iría, que en su lugar iba a asistir a una obra para niños en el centro comercial con Zachary. Pero al parecer era demasiado tarde cuando pensé en aquello, porque estábamos a punto de salir.
Brian estacionó su carro, seguido de Hugo que venía en Jeep por Kim, y Matt que venía en moto, por Val.
- Wow, Samantha, te ves hermosa - dijo abriendo la puerta de su deportivo. Él traía un smoking negro y una corbata roja, como mi vestido.
- Gracias -sonreí. No era para tanto, además llevaba el abrigo y ni se veía mi vestido. Estaba comenzando a nevar y yo deseaba que acabara pronto la noche porque helaba mucho.
La verdad es que estaba demasiado distraída como para poner atención en lo que Brian decía. Hablaba de Futbol, autos, fiestas y bueno yo asentía y sonreía cada tanto para que no pensara que lo estaba ignorando.
Llegamos a la escuela, que estaba increíblemente bien adornada.
Todo estaba bien, excepto mi mente, yo estaba en las nubes, completamente. No ponía atención en nada y Brian comenzó a fastidiarse a eso de las nueve. Incluso las chicas notaron que no estaba de ánimos y me dieron un trago para que entrara en calor, pero yo quería irme. Quería irme a ver a Zacky. No sé por qué, pero lo necesitaba, era algo extraño.
- Bailemos - dijo Brian. Negué con la cabeza - ¿Te pasa algo? ¿Te sientes bien?
- Estoy bien, solo que...
- Rechazaste otra invitación por venir conmigo... ¿Verdad? - esta vez, asentí.
- ¿Cómo sabes?
- Se te nota -
- Lo siento, no quería hacerte pasar un mal rato, bailemos...
- ¿estás incómoda aquí? - ignoró por completo mi comentario.
- Un poco...
- Entonces ve - sonrió. Vaya, no estaba molesto - ve Samantha, no quiero que estés con esa cara larga aquí conmigo, ve si tienes que ir... lo entiendo.
- ¿Lo dices enserio? - sonreí.
- Ahá, pero me debes una salida -
- De acuerdo - me puse de pie y tomé mi abrigo.
Llamé un taxi y me fui al centro comercial. Iba cruzando los dedos porque la presentación no hubiese terminado, ya era casi una hora y media tarde.
Zapateé el piso cuando noté que todos iban saliendo del centro comercial, el show había concluido. Me sentía tonta, frustrada, no sé. Pero quería ver a Zacky.
Comenzaba a nevar mucho y me estaba congelando. Busqué a Zacky con la mirada unos minutos, hasta que dos manitos pequeñas cubrieron mis ojos, junto con soltar una adorable carcajada.
- Joaco - me volteé y vi a Zachary con Joaco en brazos, no estaba molesto, parecían felices, adorables.
- Llegas tarde - musitó Zachary.
- Es que no pensaba venir... lo siento - hice una mueca.
- ¿Y por qué estás aquí?
- No estaba cómoda en el baile, quería venir a verlos, a ambos - acaricié la mejilla de Joaco- pero veo que terminó el show...
- No es tan tarde... vamos, te invito a comer algo - guiñó un ojo. Asentí y él bajó a Joaco, le dimos la mano cada uno.
Fuimos a comprar comida para llevar y después fuimos al rancho. joaco se quedó dormido a mitad de camino.
Yo iba demasiado despierta, no paraba de hablar, y Zachary tampoco. Era como si necesitáramos contarnos cosas. Experiencias, datos, lo que fuera. Me gustaba hablar con él.
Llegamos a su casa y dejamos a Joaquin durmiendo en su nuevo cuarto, después bajamos a la cocina y comenzamos a comer. Mientras seguíamos hablando, de cualquier cosa.
Hubo un silencio, era entre risa y silencio. No sé, era raro, pero no incómodo, era relajante.
Me di cuenta de que él estaba mirándome, pero diferente a otras veces, me observaba con una mirada dulce.
- ¿Qué? - reí.
- Me encantas, es todo - se encogió de hombros.
Yo reí. Me dio un ataque de risa, me levanté mientras se me pasaba la risa y me senté en sus piernas, sorprendiéndolo; nos quedamos en silencio otra vez.
- Te quiero - susurró juntando su frente con la mía.
- Repítelo - pedí. Necesitaba escucharlo, mil veces si era necesario.
- Te amo - tomó mi rostro y me pegó a su boca.
No me negué, llevaba días queriendo besarlo así. Mi corazón comenzó a latir muy rápido, pero ya no estaba nerviosa, estaba contenta, comencé a besar todo su rostro, porque era jodidamente perfecto. Lo detuve, pues tenía algo que decir. Él acababa de decir "Te amo" y no lo iba a dejar sin respuesta.
- También te amo - enredé mis dedos en su cabello y él sonrió, pero fue una sonrisa diferente, que yo no conocía, le brillaban los ojos.
- Escucha - susurró - ya lo hicimos en la casa del árbol, lo terminamos en mi cama, luego en el departamento... ¿Dónde quieres que sea ahora? - sonrió mientras besaba la comisura de mi boca.
- ¿Es cómodo el sofá marrón de la sala? - pregunté.
- Sí - besó mi mentón - el sofá será - me levantó en sus brazos y me llevó al sofá.
Me recostó con mucho cuidado, corrió a bajar la intensidad de las luces y puso música. Yo me saqué los zapatos, porque algo me decía que esta vez sería diferente, sería eterno.
Se puso sobre mí y comenzó a besarme. Puso sus manos en mi cadera, yo tomé su rostro. Quería más de él, necesitaba sentir su lengua con la mía. Sentir su sabor tan exquisito.
Sentí como un cosquilleo en el estómago y sonreí. Él siguió besándome mientras me sacaba el vestido. Yo me deshice de su camisa, y decidí tomar el control. Ahora yo estaba sobre él, yo quería hacerlo sentir placer como él me hacía sentir a mí, era mi turno. Tenía sus manos en mi cintura, pero yo lo obligué a pasarlas hasta mi trasero...
No pasó mucho para que estuviéramos completamente desnudos. Más bien fue en cosa de minutos. Yo quería tocarlo, sentirlo, tenerlo cerca. Su abdomen, perfecto, sus brazos, fuertes. Su piel tibia y suave.
Su miembro rozaba mi feminidad en cada movimiento, haciéndome gemir. Él tocó mi feminidad, masajeándome, y yo fui por su miembro y con ambas manos lo acaricié, estaba caliente, duro, perfecto.
Una vez más estuvo sobre mí, besando mis pechos, mordiéndolos; abrió mis piernas entre gemidos y respiraciones jadeantes, lo rodeé, para acercarlo y me penetró con fuerza. Curvé la espalda y solté un grito que él ahogó con un apasionado beso. Empezó a moverse, al ritmo de la música, y a besar cada centímetro de mí.
- Te amo Samantha - dijo en mi oído.
- Te amo Zachary - respondí. No reconocí mi voz, sonaba extraña.
Volvió a penetrarme, esta vez de una forma suave. Sentí cada centímetro dentro de mí, palpitando. Creo que rasguñé su espalda de la desesperación. Y otra vez sentí aquella humedad que me encantaba...
Creo que estuvimos así por unas horas, no se cansaba, yo tampoco. Me era necesario.
Más tarde, subimos a su habitación, pero no nos quedamos dormidos. Yo quería hablar, no sé por qué. Me tenía abrazada a su lado mientras acariciaba mi espalda, yo acariciaba su abdomen.
- Zacky - hablé luego de un largo rato de silencio - ¿Lo decías enserio?
- Sí, te amo - murmuró lo miré a la cara, estaba sonriendo.
- ¿Seguro? -
- Sí Samantha, muy seguro.
- Zachary, ¿Sabes que tenemos ocho años de diferencia?
- Lo sé, y créeme, eso no me impide amarte.
- Un día... le dije a mi mamá que quería una historia de amor, ella me dijo que llegaría a su tiempo, pero yo quería una historia de amor en ese instante entonces me dijo que no sabemos cuándo será, unos están listos antes que otros, en diferentes edades porque no hay edad para amar... y hace unas semanas lo recordé, luego te conocí y Jimny me dijo lo mismo, que no había edad para amar, luego Voony me dijo lo mismo y yo dije que jamás podría gustar de ti... - él me observaba en silencio, con una sonrisa dulce.
- Tu mamá era muy sabia, y debió ser amiga de la mía, porque ella me dijo lo mismo - suspiró.
Bajamos a desayunar como a las nueve de la mañana. joaco aún dormía.
Zachary me besaba en cada oportunidad que tenía, y me abrazaba hasta por si acaso.
Cocinamos un poco y nos reímos mucho, hasta que su teléfono comenzó a sonar.
Era mi padre. Me miró con los ojos muy abiertos.
- Contesta... - gruñí.
- Diga, Señor Jefferson - apretó los puños - sí, bueno estoy en mi casa, ¿Es muy urgente?... Este, yo... Claro, lo esperaré, hasta luego - Colgó.
- ¿Y bien?
- Corre, viene para acá - se levantó a lavar los platos y yo me dediqué a recoger mis cosas que estaban esparcidas por toda la casa. No podía ser.
<<Arruinas todo ALEX JEFFERSON>>
- ¿Cuánto crees que tardará? - grité.
- Diez, quince minutos - su voz sonaba nerviosa.
- Oh por Dios, me está llamando - grité volviendo a la cocina.
- Contesta...-
- Hola papá - reí - estoy en casa de Val, sí lo sé, me olvidé... oh, no creo que pueda, la verdad... estamos recién despertando y no traje mi carro, claro, sí... todo bien, no importa, disculpa quizá en otra oportunidad podría ir contigo a visitarlo, sí, nos vemos - corté.
- ¿Y bien?
- Quiere que venga a tu casa, pero lo veo difícil, ¿Cómo vas a un lugar en el que ya estás? - reí nerviosa. Él soltó una risa débil - ¿Qué hago ahora? No puede verme aquí, nos matará a ambos...
- Escóndete...
- ¿Dónde?
- Afuera...
- Hace frío...
- Arriba -
- ¿Y si sube?
- No lo dejaré subir - se acercó.
Tomó mi cara con ambas manos y me besó lentamente. Vaya, me encantaba...
- Me quedo arriba entonces...
- ¿Crees que se quedará mucho? - preguntó Zacky.
- ¿Cómo voy a saberlo? - hice una mueca. .