Recuerdo que era una niña cuando fui ultrajada, violada y obligada a entrar a este mundo.
Recuerdo a mi yo de 8 años, con cabello largo, flaca, sin ser una mujer, sin saber nada de nada.
Mi primera experiencia que me metió a todo esto fue mi padrastro, estaba tan enamorada de ese hombre, ese hombre cuyo único trabajo era complacer sexual y sentimentalmente a mi madre, enamorada y extasiada de su sabiduría, de su porte, de la carisma y elegancia que transmitía, con su cabello azabache con algunas canas que retocaba con pintura, ojos azules, dientes blancos y bien derechos.
Lo recuerdo, a el a sus grandes manos tocando mi cadera no formada, que bajaban lentamente a mi pequeño trasero, me acercaba a el y me susurraba en el oído
-Esto sera nuestro secreto, de acuerdo?- Sin embargo, yo no entendía lo que esas palabras significaban, y mi inocencia que me obligo a decir "Si" sin rechistar, seria el inicio de mi constante tortura.
Mama nunca lo supo, y hasta el día de hoy supone que estoy muerta, era lo mejor para ella, para todos; creer que yo había muerto, era lo mejor ponerse una venda en los ojos.
Cuando cumplí 10 fue cuando el me vendió, sus palabras aun resuenan en mi cabeza.
-Ya estas demasiado floja, ya no te necesito mas- Cuando empece a llorar fue cuando sonrío y me miro -Pero hey, conozco a otras personas que si quieren seguir jugando contigo- Lo sabia, me iba a regalar, aun así no pude evitar emocionarme "Al fin alguien quiere jugar conmigo" pensé, que jodidamente mal estaba.
-Lolita, vuelve al trabajo-
-En un segundo- "Lolita" así me pusieron de sobrenombre, llegue aquí cuando casi tenia los 11 años, mi anterior dueño se había aburrido de mi, nadie quiere a una niña que solo pide a su padre de regreso, a un juguete usado, a una muñeca de trapo sucia, me vendieron a ella.
Matilde, la señora de este burdel, aunque no creo que en realidad ese sea su nombre, fue amable los primeros días, después me comenzó a maquillar y a poner poca ropa, se las chupaba a los clientes, salía desnuda en internet, cosas así.
Cuando comencé a "crecer", y lo pongo entre comillas, por que sigo siendo una niña de 15 años, fue cuando Matilda se dio cuenta de mi "don" mi cara de "niña bonita", mis pocos pechos y mi desaparecida menstruacion volvía locos a los hombres
-Ya nadie quiere a viejas flojas, con senos caídos y nalgas llenas de celulitis, su mirada va dirigida a las jovencitas, con piel tersa y suave, aun apretaditas, así como tu. Eres mi chica especial- Fueron las palabras de Matilda, en pocas palabras, los hombres quieres a las niñas y no a las ancianas.
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Lolita tiro el cigarro al suelo y lo piso, dio un fuerte suspiro y empujo la puerta de metal para entrar a ese maldito burdel, lo odiaba, pero tampoco tenia a donde mas ir, cuando llego a su habitación se quito su chamarra, arreglo su cabello, maquillo de rojo sus labios, delineo sus ojos, y puso un poco de perfume entre sus pechos. Salió de la habitación, para dirigirse a la barra de bebidas.
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-Lola, como va el trabajo hoy?- El es Tyson, un bar tender, Matilda cree que me quiere coger, por eso no le gusta que hable conmigo, yo solo creo que me tiene un poco de lastima
-Matilda aun no me a dicho nada, debería ir a buscarla-
-Refréscate primero- Me ofreció una botella de agua, con una sonrisa picara, la tome y le hice una mueca tratando de imitar una sonrisa.
Agua, es lo único que nos tienen permitido en el trabajo, obviamente nadie quiere una puta vomitándote los pantalones, bueno, agua y drogas.
Iba a abrir mi botella de agua para emprender mi búsqueda de Matilda, cuando algo me jalo del brazo
-Donde estabas?- La encontré!
-Buscándote-
-Habitación 005, sabes que hacer- Tomo la botella entre sus manos y dio medio vuelta. Perra.
Aquí estoy, de nuevo, frente a una habitación, apunto de hacer una de las cosas mas repudiables del mundo; coger por dinero y sin amor.
Cierro los ojos, y me concentro, teatro y personaje.
Abro la puerta y en mi cara tengo la sonrisa mas sensual que puedo fingir. Una vez mas aquí, mamada, posición, posición, una mas, grito de ogro, y termina, unas palabras de aliento por terminar tan rápido, y un beso de despedida en la mejilla.
En medio de todo esto lo que logra que mi mente se disperse un poco es la sonrisa de Tyson, el hombre de cabello largo, café, que se amarra un chonguito, con un poco de barba y ojos azules, podria enamorarme de el, si es que no me hubieran roto a pedazos ya hace mucho tiempo.
Una vez mas asqueada de mi misma y de los hombres, salí casi corriendo al callejón, es el sexto cigarro de la noche, mi mente divaga un poco, y de pronto veo una sombra, poco a poco se acerca a mi, tiene algo en las manos que no puedo reconocer, pero rápidamente lo esconde en su bolsillo de la sudadera, esta como a un metro mío.
-Tienes cigarros?- Hijo de puta
-Joder, no pudiste pedirlo como alguien normal? Tremendo susto me sacaste- Escuche como esbozaba una sonrisa, saque mi caja y se la di, cuando saco uno y con un encendedor lo prendió, por una milésima de segundo lo vi, sus grandes ojos, su sonrisa enorme, abri los ojos tanto como pude, Quien carajos es este hombre?
Se puso de cuclillas alado mio, y los dos nos quedamos en silencio, fumando nuestro cigarro
-Eres una de las que trabajan aquí?-
-Lamentablemente-
-Que jodido-
-Lo se-
Fue la conversación mas sincera que he tenido con un hombre en muchísimos años, y una parte de mi se emociono, cosa que reprimí inmediatamente.
Me levante ya acabado mi cigarro dispuesta a irme, di media vuelta y sentí como sujetaron mi brazo con fuerza
-Mañana compras otra caja- Me dijo
-Para que?- Conteste extrañada
-Volveré, mañana-
-No tienes una vida o que? Idiota-
Me solté de su agarre, y me metí nuevamente, caminando por el pasillo sentí algo en el pecho, algo nuevo, algo que jamas diré a nadie.