Recuerdo un domingo lluvioso, Will estaba en mi casa, después de un rato se aburrió y me propuso a que nos fuéramos a su apartamento.
Sin más, acepte.
Sin saber que esa tarde mi inocencia se iría al carajo.
Al llegar al departamento, estábamos mojados, y nos quitamos la ropa.
Se supone que no pasaría nada.
Bueno... Eso creía en mis adentros.
Will sacó una cómoda sábana y me cubrió, luego comenzo el juego nuevamente. Nos excitamos a tal grado que Will en un segundo se subió en mi y quiso despojarme de mi ropa interior.
-no amor, no lo haga. No debemos. -dije a Will.
Perteneciamos a una iglesia, y sabia el pecado que cometeriamos.
No quería fornicar.
Pero este hombre no se que hiso para lograr persuadirme de aquello.
(La carne es carne, y la tentación dificil de vencer.
Nadie es santo, Santo solo Dios.
Y eso somos, personas imperfectas en un mundo imperfecto.)
Me deje quitar todo, y me tapaba el rostro con mis manos...
Soy tímida- le dije a Will.
Y luego veo que el se despoja de todo, y lo veo... Veo su varonilidad. Wow... Quede pasmada.
Entro en mi, y me llevo a la gloria.
Me trato en cada instante como a una mujer, y no como a una niña. Y eso?? Eso me encanto.
Nos abrazamos sin dejar nada a expensas. Y consumamos ese amor, ese deseo que teniamos el uno por el otro.
Wow.!!! Lo quiero tanto. - fueron mis palabras al terminar.
Juegos pirotécnicos por toda la habitación, luces y sensaciones nunca antes sentidas pase aquella tarde, bajo los hombros perfectos de Mi Hombre.
Esta ves, si podia decir... Que era mi Hombre.
Esta ves, no era una ilusión... Era mio, y Yo suya, suya completamente. Ya no habia tanto para los demas, solo para el. Todo era para el.
Mi hombre desde ese entonces me repetía una y otra ves: "es mia, ud ahora es mia" esas palabras me hacian temblar el cuerpo.