Ya puedes levantarte y vestirte, no tengo todo el tiempo. -Escupí a la chica que se acomodaba en la cama, justo al lado mía.
Pero yo creía que... -Le corté.
¿De verdad pensabas que tú eras diferente? Eres como todas.
Sentí cómo la mirada fría de la chica podía traspasar mi cara como si me lanzaran cuchillos afilados, pero no me importó. Todas son iguales.
Sin atreverse a dirigirme ni una sola palabra más, comenzó a coger su ropa del suelo para dirigirse al baño a cambiarse. Me levanté y me puse frente al espejo intentando peinar un poco mi pelo, aunque no demasiado, total, ésta noche en el asalto lo volvería a tener así de mal. Cogí una camiseta blanca y mi chupa negra. Gracias al reflejo del espejo pude ver cómo la chica de pelo moreno se fue sin decir palabra. 'Buena chica', pensé.
¡No seas sosa Mir! -Rechistó mi mejor amiga Rina. Nunca hacemos nada 'fuera de lo normal'. -Dijo haciendo comillas. ¿Por qué no nos saltamos las normas una vez?
Pero, ¿por qué quieres saltarte precisamente hoy 'las reglas'? -Hice comillas en la expresión que Rina utilizó antes. ¿No podemos ir al cine como siempre hacemos?
¡No! Precisamente porque siempre vamos al cine y ya se hace aburrido. -Dijo tímidamente. Aunque...
¡Ay venga! Dime, ¿qué hay en el asalto como para que quieras ir?
La verdad es que...
¡Habla! -Me quejé impaciente.
¡Vale, vale! Está Louis y bueno ya sabes que me en... -La corté de golpe.
¡¿Louis Tomlinson?! -Casi grité. Ella tapó mi boca tan rápido como pudo.
¡Sí, pero no lo digas tan alto si no se joderá todo!
Hice un movimiento algo brusco para quitar su mano de mi boca.
Estás loca. ¡Es un completo macarra! Sólo te meterá en problemas y no estoy dispuesta a compartirlos contigo. -Contesté ante sus dudas negándome por completo.
¿No le harás ese pequeño favor a tu mejor amiga? ¿Eh? ¿Mir?
Me negaba a mirarla, porque conociéndola estaría con su típica y dulce cara de cachorro degollado en una noche de tormenta. Sí, ése cachorrito que te mira con esos ojitos mientras te pide a gritos que te lo lleves a casa y que no le dejes solo.
¡Mir! -Se quejó frustrada.
Bueno... Quizás saltarse las reglas una vez no estaría tan mal, ¿no?
Está bien, pero a la mínima pelea o mierda que te echen encima me largo del asalto, ¿quedó claro? -Le avisé apuntándole con el dedo.
¡Eres la mejor! -Gritó casi ahogándome en un abrazo. ¡Corre! Hay que vestirse y prepararse. -Terminó de decir mientras entraba en el vestidor.
Está loca... -Murmuré por lo bajo, pero era tarde ya que...
¡Te he oído!
Solté una leve risa.
Escogí un vestido negro, bueno en realidad lo escogió Rina, yo quería unos pantalones para estar más cómoda, pero ella se puso algo pesada así que no me quedó más remedio. Cogí mis converses, no pensaba ponerme los tacones que Amy escogió, ¡eran enormes! Me mataría en el primer paso que diera con ellos. Cogí mi chaqueta favorita y salimos.
¿Y cómo se supone que iremos al asalto, eh? -Miré a Rina esperando una respuesta inteligente por su parte, cosa que a veces era difícil.
Justo cuando terminé de hacerle la pregunta, apareció un coche negro bastante lujoso.
No creo qu... -Rina me cortó.
Ahí tienes la respuesta, cariño. -Me sonrió ampliamente.
Gruñí por lo bajo. No tenía suficiente con hacerme acompañarla al asalto lleno de gente sin cerebro y que su único objetivo era tener sexo con alguna chica con estilo a Barbie, sino que también me haría ir en el mismo coche que el niñato de su novio, o rollo, o lo que quiera que fuese: Louis Tomlinson.
¿A qué esperas para entrar, Mir? -Preguntó Rina desde la puerta del copiloto. Estaba tan metida en mis pensamientos que ni me dí cuenta de que ya había entrado.
Ya voy joder, tranquilidad. -Negaba para mí misma. Me senté en la parte trasera sin darme cuenta de había alguien más allí.
Se puede saludar, decir 'Buenas noches' o algo, ¿no? -Dijo algo cortante un chico rubio, no era natural, o eso decían sus pequeñas raíces, con los ojos de un azul frío, era guapo pero por la forma de hablar, era un completo capullo.
Se podría ser menos gilipollas a la hora de hablar o algo, ¿no? -Sonreí falsamente. Sólo pude notar la risa de Louis y ver las cejas levantadas del chico teñido.
Vaya, se ve que os lleváis bien. -Comentó Rina en el aire.
Bienvenida a mi mundo, nena. -Respondió con un toque divertido Louis. No os lo toméis a mal, es así con todas.
Oh vaya, ¿sólo con las chicas? Me acabas de confirmar que es gilipollas. -Comenté de nuevo.
Rina rió.
¡Mir! Cállate. -Me obligó divertida.
Vaya, es una gatita, eh. -Comentó el chico teñido.
Antes de hablar de mí te lavas la boca, no soy una cualqui... -Rina me cortó.
¡Mir basta! -Trataba de parecer seria, pero se notaba que intentaba ocultar una pequeña risa.
Pensé que lo mejor sería callarme la boca, de lo contrarío ahogaría al chico rubio teñido con el cinturón. No aguantaba toda la mierda que salía de su boca. No pasó más de media hora cuando llegamos a los asaltos. Estaba muy ambientado, demasiado para mi gusto, para qué mentir. No soy una chica que adora estar de fiesta, prefiero estar en casa escuchando música, viendo películas o bichear un poco por Internet. 'Todo sea por mi mejor amiga', pensé.
¿Quién pelea hoy? -Preguntó Rina mientras salía del coche.
Pues hoy pel... -El teñido le cortó, cerrando la puerta detrás suya.
Nena, ¿quién piensas que peleará? -Sonrió ampliamente.
'Estúpido', pensé.
Sí, el rubio es el que pelea hoy, nena. -Terminó de decir Louis mientras pasaba su brazo alrededor de Rina. Ella inmediatamente sonrió como una tonta.
Creo que te regalaré un babero. -Comenté divertida mirando a Rina, ella se ruborizó.
Idiota. -Intentó darme un manotazo, pero lo esquivé con una sonrisa orgullosa.
Y tú, nena. -Dijo el teñido mirándome. ¿No me vas a desear buena suerte?
Oh, claro, ¡pero qué maleducada! -Hice una pausa para mirarle. Ojalá te pateen el culo. -Sonreí falsamente.
La risa de Louis se pudo oír a kilómetros. Creo que podía hacer un libro sobre: 'Cómo joder a un chico sin cerebro'.
El chico teñido me miró fijamente con sus ojos fríos como el hielo. La verdad es que sus ojos eran preciosos, si fueras una chica cualquiera podrías caer rendida en sus pies con tan sólo mirarle un segundo. Si eres una chica con cerebro, te darías cuenta de que es un estúpido egocéntrico.
¿Quién te crees que eres para hablarme así? -Dijo algo brusco el chico de ojos fríos. Eres una zorra, no eres nadie, ¿entiendes? No me conoces.
Cuando quise darme cuenta, estaba prácticamente acorralada en una pared por el estúpido. Cualquier chica que estuviera en mi lugar tendría miedo, pero no pensaba hacerle sentir superior por las palabras que me decía. Estoy segura de que era el típico chico que va de 'madurito' y de 'jefe del mundo', pero en realidad es como todos.
No te tengo miedo. -Escupí.