El señor Ford nos había dicho que vayamos a buscar un libró a la biblioteca.
Yo buscaba en la parte de la derecha, Dipper en el medio y Mabel en la izquierda.
— ¡Encontré algo!—grito Dipper y enseguida se vio callado por las personas.
— ¡No griten!—dijo la bibliotecaria.
Fui con Mabel hacia donde estaba Dipper que tenía dos libros grandes.
— Vengan, vamos a sentarnos—dijo el y caminamos hacía una mesa.
Dipper nos enseño un libro donde estaba básicamente todo lo que el señor Ford buscaba.
— Aqui esta todo—dijo el—. Mabel ¿Puedes ir a sacar un carnet para que podamos llevar este libro a casa?
Ella asintió y se alejo en dirección a la secretaria.
Yo me quede viene el libro otro poco. Habian dos tomos. En una pagina habia una gran mapa. El de otra supuesta dimension. ¿Por qué le señor Ford le interesaría esto?
— ______—hablo Dipper y lo miré—, por casualidad ¿no traes él libro que nos mostraste en tu casa contigo verdad?
— No, lo siento.—El hizo una mueca y ambos volvimos a revisar los libros.
¿Por qué le interesara él libro? Supongo que tiene que ver con lo que estamos buscando.
Comencé a tamborilear con mis dedos. Me percaté que Mabel estaba tardando mucho. Giré en dirección a donde ella había ido y me sorprendí bastante por lo qué vi.
Mabel, estaba conversando alegremente con un chico rubio. Era algo alto y, había que admitirlo, guapo.
— Mabel no pierde el tiempo ¿eh Dipper?—el mencionado levanto la vista de los libros y el cuaderno donde estaba anotando unas cosas.
Giro hacia donde estaba viendo y fruncio el entrecejo. Tal vez es algo celoso con Mabel.
— Nunca antes lo había visto por aqui—dijo simplemente—. Tal vez es turista.
Volvió a sus lecturas y lo mire, asombrada.
— ¿Solo eso diras, tu hermanita esta coqueteando con un chico que no conoce y ninguna muestra de celos? ¡¿Que clase de hermano eres?!—me miro confundido.
— ¿De que hablas?
— Es que, no lo se. Simplemente me parece raro que no te moleste que un chico le coquetee y... oh mira, el individuo le dio su numero.
— ¡¿De veras?!—giro su cabeza 180° como un buho. Sonrei—. ¡Esto es nuevo!
Lo mire unos instantes y no se veia enfadado. Sino feliz, supongo que no es tan celoso con su hermana o con cualquier otra persona.
A ver si aprendes de el Chad.
Tuve un idea, algo estúpida. Se supone que la gente celosa tiene cosquillas (a mi me tocas el cuello y ya estoy en el piso), asi que dezlice mi mano por debajo de la mesa, lentamente...
— Ni siquiera lo intentes—la voz de Dipper me interrumpió. Ya había dejado de ver a su hermana y se encontraba escribiendo ¿como se dio cuenta?—. Tengo mas cosquillas de las que imaginas así que no es recomendable.
Alejo mi mano con la de el y siguió viendo su libro. Hice un puchero, me cruce de brazos y espere a Mabel que se estaba acercando.
— ¿Adivina quien consiguió una cita?—hicimos el típico grito de dos chicas emocionadas mientras nos tomamos de las manos.
— ¡Eres rápida chica! ¿Como se llama?
— Su nombre es Max—comenzamos a caminar hacia la salida mientras Dipper se encargaba de pedir los libros—. Tiene 17 y se mudo hace un par de semanas.
— Oh, es un año mayor.
— No hasta fines de agosto—me guiño un ojo y esperamos a Dipper.
De camino a la cabaña, Mabel nos relato toda su conversación con el rubio. Dijo que saldrían el viernes a ver una película, por lo tanto no haríamos planes para el fin de semana.
— A propósito ¿para que son los libros?—les pregunte a ambos.
Dipper sonrió y le entregó los libros a Mabel.
—Diles que nos esperen para cenar—Mabel asintió y siguió caminando. Mire a Dipper confundida.
—No se si te diste cuenta, pero estoy en horario de trabajo.
—Yo hablare con mi tío luego. Lo que te explicaré es algo extenso.
Y sin mas, comenzamos a caminar hacia las montañas que habían a lo lejos.
*****
—Ya entendiste lo peligroso que puede ser Bill ¿verdad?
Asentí. Lo que me contó parecía mas bien una película de terror bien armada. Pero tenía pruebas, así que debía creerle.
—La grieta nunca fue sellada por completo, porque pensamos que ya nunca volvería. Pero ahora...
—Gideon te lo confirmo en el parque ¿no?—el asintió y llegamos a la sima de la montaña donde se veía todo Gravity Falls.
Nos sentamos en la hierba y admiramos El paisaje, en silencio. Dipper saco un llavero de su bolsillo.
—¿Tambien te gustan los Aliens?—rió.
—Este es especial—Lo tomo de la cadena y lo coloco frente al risco.
La perfecta forma de la nave espacial estaba representada, a través del puente. O sea, una nave espacial había pasado por aqui hace mucho.
— No inventes...—tome el llavero y lo compare con la grieta. Era idéntico—. Quieres decir que Gravity Falls esta formado por...
—Por Aliens—completo la frase—. En esta misma montaña hay un lugar donde tenían un laboratorio. Cuando tenia doce vine con El tío Ford, fue grandioso —se expandió una gran sonrisa por su rostro. Sus ojos brillaban al recordarlo—. Vinimos a buscar el pegamento para la grieta de la que te hable.
—Te gustan los misterios ¿no Dipper?
—Mi sueño es tener un show de caza fantasmas —solte una carcajada.
El se rió conmigo. Miré la hora y hice una mueca.
—No quiero tener problemas con Stan. Mejor vamonos ¿si?
****
Ni bien abrimos la puerta en la cabaña, un muy enfadado Stan comenzó a regañarnos.
—¡Adolescente hormonados! Este ni es horario para llegar, menos aun en esta época del turismo. Tuvimos que poner a Soos en la caja registradora y saben que esa no es su área —me miro a mi—. Recuerda que estas en periodo de prueba jovencita, si faltas otra vez...
— Lo lamento mucho señor Stan, lo que pasa es que...—mi cerebro trabajaba a toda velocidad para crear una escusa coherente, pero alguien se me adelantó.
— No la regañes a ella tío, yo tuve la culpa—el señor Stan dirigió su mirada a Dipper. Se le hacerco y le susurró algo en el oído que no alcance a escuchar. Dipper asintió.
—Supongo que no los mataré por esto... Pero deberán quedarse hasta tarde reorganización la tienda—nuestras bocas calleron al suelo.
— ¡Pero yo ni siquiera se muy bien como regresar a mi cabaña!—repliqué, lo cual es mentirá. No quería perderme el show de Gideon.
—Quedate a dormir aquí —hablo Mabel de algún sitió.
Lo pensé unos instantes. No podría ser malo, además ya estaba pensando en quedarme varias noches atrás.
—Esta bien, pero debo preguntarle a mi abuelo antes.
Mabel sonrió y volvió a la tienda junto con Dipper. Camine hacia el estudio donde trababa mi abuelo con el señor Stan y algunas veces el señor Ford.
La oficina estaba repleta de papeles y fotos del señor Stan que lo hacían parecer un millonario, lo cual no podía estar más lejos de la realidad.
—Toc toc—bromee. Mi abuelo levanto la mirada de sus notas y sonrió al verme.
—Pasa querida, ya estoy terminando.
Me senté en una silla a su lado y tomé una de las hojas que había ahi. Los números habían subido y ya no estaban en rojo como al principió del verano.
Mi abuelo había sido uno de los contadores mas prestigiosos de todo el estado, con el tiempo dejo de prestarle atención a su trabajo y comenzó a ponerla en su esposa y sus hijos.
—Abuelo ¿puedo quedarme a dormir aquí?—pregunte, con una sonrisa inocente.
—Claro, porque no. Deja al viejo solo en la cabaña, con las arañas y los ladrones acechando en cada esquina —sabia que estaba bromeando, así que le di un beso en la mejilla y me fui de la oficina—. ¡Sin vergüenza!
Reí mientras cerraba la puerta. Volví a la tienda y me percate de algo, no tenia mis cosas aquí.
—Bien, me quedo a dormir —Mabel dio saltitos de alegría —. Pero no tengo mi pijama aquí.
—Iran a buscarlo, luego de reacomodar la tienda—el señor Stan me lanzó las llaves de la tienda y se retiró de ahí.
Los tres nos miramos y soltamos un pesado suspiró. Mire a Mabel.
—¿A ti también te regañaron?
—No tengo nada mejor que hacer. Además, los turistas son algo desordenados.
Di vuelta el cartel de abierto a cerrado y cerré la puerta con llave. Comencé a ordenar las prendas de regalos, etc.
—¿A que hora comienza el show de Gideon?—pregunte.
—A las diez—Dipper miro el reloj en su muñeca—. Son las ocho, hay que darnos prisa.
Lo se lo se, hace mucho que no público. ¡PERO TIENEN UN MARATÓN!