Si mañana se acaba todo solo quiero que sepas, que los mejores momentos los he vivido a tu lado, que no importa el tiempo todo es exacto si tú estás aquí, si mañana me voy y no vuelvo a despertar a tu lado solo recuerda que estaré pensando en ti hasta mi último respiro, mi último pensamiento será el de tus ojos buscando los míos, si mañana muero no me olvides, que yo desde donde me encuentre estaré velando por ti.
Sus pensamientos se alejaron por un momento en lo que podría depararles, Daryl sabía que no podía dar marcha atrás los iba a defender a todos, no dejaría que los chicos Grimes sufrieran, ni su padre, tampoco dejaría que nadie más en Alexandria muriera sin ser necesario, él se haría cargo de todo, pero en ese instante en el que tenía a Carol entre sus brazos, con la brisa del mar susurrándole al oído todo lo que deseaba a esa mujer, su compañera, su amiga, su amante.
Pasó los dedos por su cabello, hasta llegar a la piel sensible de su cuello, vaya que le gustaba sentir la suave piel de Carol en sus manos las que aún no creía merecedoras de ella, pero que podía hacer si la amaba, como poder contenerse cuando la tenía cerca o cómo dejar de pensarla cuando no estaba con él, la batalla lo mantenía tenso pero en ese lugar solo quería mirarla a ella y dejar la muerte para después.
Deslizó con suavidad la chaqueta que la cubría, el viento no soplaba, la dejo caer sobre la arena, Carol cerró los ojos solo para sentir sus caricias, ella tampoco sabía lo que vendría después pero ahora quería disfrutar de la compañía que más anhelaba desde que lo vio por primera vez.
La piel se erizo de pronto al sentirse semidesnuda, sus pechos gritaban por las caricias de Daryl que se había concentrado en besarle los labios con pasión, continuó aquella bella batalla por deshacerse de las prendas una a una, entre las palmas que eran testigos de sus caricias y sus besos, se detuvieron solo un segundo para contemplarse, no había duda eran perfectos el uno para el otro.
Las manos se entrelazaron para acortar la distancia entre ellos, sus ojos brillaban con las pupilas dilatadas por la necesidad del encuentro, lo beso con intensidad, lentamente se dejaron caer sobre la arena, las manos se movían tan rápido como los labios que se buscaban sin dejar una salida, necesitaban culminar aquello antes de que estallaran.
Se sintió en ella, como la primera vez con tanta pasión y necesidad de su fuego solo para calmar el suyo, bajo su vientre que vibraba como una conexión eléctrica sobre cargada, las terminaciones nerviosas entre cortaban su respiración y los jadeos ayudaban a regresarle el aire a los pulmones suficiente para continuar con la travesía.
Se levantó de sus muslos con una sonrisa provocativa entre los labios y lo tomo de las manos hasta adentrarse en la tibia agua del mar, deseaba hacer el amor ahí, Daryl lo entendió en seguida y levando las piernas de su mujer sobre sus muslos, se apresaron enseguida e incursionó en ella nuevamente, ese era el lugar al que pertenecía, su hogar era Carol, sus brazos, sus besos, su cuerpo caliente entre sus manos rogándole más de él, que más le daba si moría en ese instante, pues estaba completo, era feliz, era eterno solo por estar con ella.
No se detuvieron hasta ver los primeros rayos de sol colándose por entre las nubes de la mañana al despejarse, no estaban cansados, ni siquiera sentían la necesidad de dormir, hubieran podido seguir con aquello pero el sonido de la gente los detuvo, era tiempo de seguir con lo que se había planeado.
Cyndie dejó un par de bocadillos y agua cerca de un grupo de rocas que los mantenían ocultos, quizá no necesitaban dormir pero sin duda él hambre no los dejaría seguir adelante así que comieron rápidamente para estar atentos.
—Es hora de que hagas tu trabajo —le dijo a Carol ayudándola a ponerse de pie.
—Saben que estamos aquí es cosa de pedir las armas y de retirarnos en seguida, no quiero arriesgar a nadie en Alexandria.
La líder de la comunidad esperaba ya a lado de sus nietas y un par de mujeres que se mantenían bien armadas con la mirada fija en la pareja.
—El trato sigue en pie —hablo Carol sin titubeos —eh venido yo como lo has pedido.
—Gracias —contesto cortésmente Natania, una mujer madura pero bastante capaz —el cargamento está listo, al igual que mis chicas, lucharemos también, los seguidores de Ezequiel también irán, sin duda es la oportunidad que todos necesitábamos para poder vengarnos de Negan, no sé si las armas serán suficientes, espero que sí, aquí nos sobran han sido años de búsqueda, espero que todo salga bien —estrechó la mano de Carol —ya después veremos —la miró directamente como tratando de decir algo con los ojos.
—Todo estará bien cuando Negan deje de existir —Carol retiró la mano rápidamente. —Ahora sí no te molesta queremos volver a Alexandria lo antes posible.