Capitulo 10
Los siguientes días, ni Niall ni Ángela se vieron, aunque él estuvo toda la semana pasándole mensajes y llamándola como loco, tanto, que ella decidió apagar el teléfono. No tenía ganas de verlo, lo que había hecho el domingo la disgusto demasiado, y la rabia todavía no se le pasaba, ¿cómo era posible que la agarrara de esa manera? Estaba decidida a no perdonarlo, no quería hablarle, no quería volver a verlo.
Además estaba muy segura que todo lo que sentía Niall por ella era pura lastima, lastima y mas nada. Por eso, ella jamás volvería a hablarle. Ángela pensó que no podía estar llamándola todos los días y que cuando menos se lo espere él se cansaría y la dejaría en paz.
La semana en si fue un tanto pesada, el lunes que no había pisado la entrada del colegio cuando todos los presentes se estaban riendo delante de ella. Pues era obvio, todos estaban en la fiesta y fueron testigos del alcohol, los golpes y unos que otros tuvieron que haber visto el intento de violación. Ángela bajo la vista y siguió caminando.
El martes fue igual, solo que ahora venia incluida una broma que le hizo Cassandra y sus amigas, en la cafetería. Como siempre la hicieron llorar y Ángela se encerró en el baño el resto del receso.
El miércoles, gracias a dios, no la fastidiaron, así que ese día fue muy relajante para Ángela. El jueves durante educación física, no faltaron los golpes de las pelotas contra la cabeza de Ángela.
Por supuesto que durante toda la semana se estuvo echando una cremilla que tenía su mama en la alacena, para los hematomas, ya casi no se veían. Aparte Cassandra e Irina estuvieron dejándole toneladas de tareas a Ángela, quien se pasaba la noche haciéndola. Cansada, demacrada y más horrible que nunca, el jueves Ángela se quedo dormida en clase de historia, y por eso le dieron una sanción.
Otra vez su vida estaba volviendo a la normalidad, los maltratos, las burlas volvían a su rutina. En toda la semana se mantuvo ocupada sin pensar en Niall, pensaba que ya no lo volvería a ver, que se había cansado y la había dejado en paz como ella había pensado. Estaba muy segura de que no tendría contacto con él, más nunca.
Sin embargo, el viernes al salir de clases, mas cansada que nunca, vio un auto color plateado brilloso, podía reconocer ese auto en cualquier parte, y también al dueño que estaba recostado levemente sobre él, con unos jeans y una camiseta blanca con las mangas cortas remangadas. Pesar de los lentes que tenia puesto, Ángela podía apostar a que la estaba viendo fijamente, el sonrió al ver como sus mejillas se tornaban a un rosado intenso, eso enfureció a Ángela, pero al mismo tiempo, la fascino, reprimió el deseo de morderse el labio
<<Es tan hermoso>> se dijo interiormente. Todas las chicas que pasaban por su lado lo veían sin disimulo, como unas babosas, incluidas Cassandra, Irina y Jana. Pero el no les prestaba atención, solo la miraba a ella, a Ángela.
Ella aparto la vista de él, y empezó a caminar hacia su casa. Sin prestarle atención.
-¡hey! –grito alguien a sus espaldas. El corazón de Ángela casi se sale al escucharlo tan cerca. Pero no volteo, siguió caminando- hey, Ángela
Ahora lo tenía al lado, a su lado. Ella siguió con la vista fija y ni siquiera lo miro de reojo
-Ángel he venido a buscarte –dijo el alargando el brazo hacia ella. Ángela lo aparto rápidamente con rabia
-no me toques –dijo sin mirarlo- y no entiendo que estas haciendo aquí.
-vamos, no seas así –dijo Niall- quiero arreglar las cosas
-pues yo no –las palabras le dolían a la misma Ángela. Porque en realidad, ella le había cogido cariño a Niall.- ¿que no entiendes las indirectas? Si no te atiendo es porque no quiero hablar contigo, si apago mi teléfono es porque no quiero que me molestes. No quiero volver a verte
-me estas mintiendo –escucho. Ángela se paró en seco y se volvió para mirarlo a los ojos, estaba fundida en rabia- sabes que eso no es cierto.
-¿porque estas tan seguro? –pregunto Ángela incrédula. Entonces el sonrió tierno y le tomo la mano suavemente acariciando el dorso con su dedo culpar. Aquel afecto provoco un escalofrió en el cuerpo de Ángela. Era tan suave su roce, tan delicado, Ángela podía acostumbrarse que a que alguien la acariciara de ese modo.
-lo veo en tus ojos –respondió. Ángela revoló los ojos hacia el colegio. Todas las chicas estaban paradas viéndolos, unas tenían la boca abierta, otras estaban estupefactas, y unas, incluyendo a Cassandra, estaban furicas- hablemos, dime que esta mal y arreglemos las cosas.
<<¿Qué es esto? Una novela? ¿Somos novios?>> pensó revolando los ojos internamente.
-no –finalizo ella y aparto su mano para seguir caminando.
-mira, le prometí a tu madre que te llevaría a casa así que...
-¿a mi madre? ¿Cómo... -y lo siguiente que salió de su boca fue un grito de susto. Niall la había tomado entre sus brazos y la cargaba en su hombro derecho. Todas las chicas presentes ahogaron un grito. Mientras que Ángela se retorcía tratando de zafarse.- ¡bájame!
-no –a pesar de no poder verlo, Ángela estaba segura que Niall estaba sonriendo
-maldita sea ¡bájame! –grito pataleando
-si sigues así, nos vamos a caer –dijo Niall en tono burlón
-no te lo vuelvo a decir ¡quiero que me bajes! –ahora con los puños cerrados, Ángela golpeo la espalda de Niall y se detuvo al escuchar la alarme de un carro. No le dio tiempo de reaccionar cuando Niall ya la había metido dentro, le había puesto el cinturón y había asegurado la puerta con seguro de niños para que no se abriera por dentro
-bien, creo que ya nos podemos ir –informo Niall y arranco en el auto. Ángela no lo miro en un buen rato, ni le hablo. Trataba de calmarse para no gritar o llorar. Se puso a reflexionar lo que había ocurrido y en como había tratado a Niall. Era la primera vez que se imponía de esa manera, se sorprendió a sí misma la fuerza de voluntad que tenia. Pero ¿Por qué no se imponía así ante Cassandra? ¿Por miedo quizás? Porque entonces serian tres contra una y ella terminaría perdiendo.
Entonces algo atrajo su atención, Niall cruzo por una calle que claramente no era la que iba para su casa. Entonces se volteo hacia él y lo miro
-¿A dónde vamos? –pregunto
-a tu casa –dijo irónico
-por aquí no es el camino –respondió mas irónica que el
-por el camino largo –Niall sonrió- así podemos hablar.
-no hay nada de qué hablar –repuso ella cruzándose de brazos
-vaya, hoy estas un poquito amargada –bromeo Niall. Pero a Ángela no le hizo nada de risa. Tenía el rostro como una roca, ese comentario la había enfurecido más de lo que ya estaba- ¿Qué esta mal, Ángela?
-¿quieres saber? ¿Enserio? –Lo miro- primero, estoy molesta por lo que acabas de hacer. No tenías permiso ni derecho de cargarme de esa manera y obligarme a entrar en el auto. ¿Sabes que esto es como un secuestro? –Niall se rió- y ahora te ríes... -gruño
-perdón, pero es que no puedo evitarlo, la risa es involuntaria –Niall le sonrió- si pero si no te cargaba, no vendrías conmigo y no podríamos hablar.
-hay otras maneras de hacerlo ¿sabes? –gruño ella.
-¿Cómo? Si ni siquiera me contestas los mensajes, ni llamadas, apagaste tu teléfono y hasta las dos veces que fui a tu casa tu mama me dijo que no estabas. No soy tonto Ángela, sé muy bien que estabas en tu casa y no querías recibirme <<toushe>> pensó Ángela. Era cierto. Niall había ido a su casa dos veces y las dos veces ella le había dicho a tu madre que le dijera a Niall que ella no estaba. Y ahora todo eso le caía en la cara.
-llegamos –informo él, apagando el auto. Ángela se acomodo el bolso y salió del auto. Dio tres pasos hacia la casa cuando escucho la puerta de un auto abrirse y luego cerrarse- espera... por favor...
Ella se volteo lentamente y lo vio. Parado con las manos en los costados y el rostro triste. Poco a poco se empezó a acercar.
-dime Ángela... porque no me quieres hablar –pidió casi le rogaba. Apretó con fuerza la manga de su bolso y grito:
-¿¡porque quieres saber!?
-¡porque me importas! –Niall le devolvió el grito. Ángela boto la última gota de paciencia que tenia y arrobo el bolso por los aires
-¡claro que no! –grito más fuerte. Niall la miro atónito- ¡yo no te importo! ¿Por qué te iba a importar? ¡Tú me tienes lástima!
-¡¿estás loca?! ¡Eso no es cierto! Ángela...
-¡cállate! ¿Por qué no aceptas que me tienes lastima? Solo actúas protector conmigo porque para ti soy una obra de caridad, una entupida niña que no sabe cuidarse, que no tiene nada y que necesita ayuda. Si no es eso ¿Por qué entonces siquiera me hablarías? No hay ¡nada! En común entre tú y yo.- Noto como las lágrimas bajaban por sus mejillas como chorros, intento parar pero era inevitable. Bajo la cabeza. Que patética.
-Ángela... -escucho como Niall la llamaba. Pero no subió la cabeza.
-déjame en paz... -susurro entre llanto
-no quiero. –replico él. Ella bufo- mírame. –le ordeno, pero Ángela no levanto la cabeza- mírame Ángela –al ver que ella no hacía caso, Niall tomo su mentón y lo subió para que lo mirara- ¿Por qué crees que me das lastima?
-porque yo... ¿porque alguien como tu querría estar cerca de alguien como yo? -respondió sintiéndose una niña pequeña
-¿Por qué no querría estar cerca de ti? –Le devolvió la pregunta-¡eres una chica asombrosa! Date mas crédito a ti misma porque yo pienso que no hay nadie como tu, eres única y eso es espectacular. No se a que te refieres con "no tenemos nada en común" ¿hablas de el dinero? Eso no me importa, me gustaría mejor tener una madre y un padre que se preocuparan por mi como lo hacen los tuyos por ti. Yo no veo mucho a los míos y nunca fueron allegados conmigo, me hubiera gustado tener recuerdos con ellos, recuerdos como los de la cena que tuve con tu familia. Además... somos amigos, los amigos se preocupan unos por otros.
Niall no dejaba de acariciar el rostro de Ángela, la veía fijamente a los ojos y nunca parpadeo. Ella quiso abrazarlo y pedirle disculpas por ser tan inmadura pero eso nunca salió de su boca.
-yo te trato bien, porque me importas, créelo o no, me importas y no quiero que te alejes de mi. ¿Entendido, Ángel? –pregunto Niall frunciendo el ceño. Ella asintió como niña pequeña acabada de regañar
-de acuerdo -la voz le tembló. Mas lagrimas salieron de sus ojos, entonces sin ni siquiera pedirlo, se dejo caer en los brazos de Niall, y él la abrazaba. La pequeña cabecita de Ángela descanso en el pecho de Niall. El acomodo la barbilla encima mientras le acariciaba la espalda. Otra vez se sentía protegida, se sentía bien estar entre sus brazos, era reconfortante. Ahora si estaba segura de que no era lastima, que se había equivocado, que él si era diferente, y de que... ella le importaba.
-no te vuelvas a alejar de mi, por favor –murmuro Niall acariciando con su pulgar el hombro de Ángela. Esta soltó un pequeño sollozo y se apretó mas a él -vamos... -susurro Niall en su oído- ya no llores, en cualquier momento llegara tu hermano –Ángela se alejo poco a poco de Niall para mirarlo a los ojos
-tienes razón –dijo mientras se secaba las lagrimas- ¿tienes hambre?
-bueno la verdad no mucha pero...
-ven, preparare algo para comer –tomo de la mano de Niall y condujo hasta la casa, dentro no había nadie, salvo ellos- mis padres no están así que puedes ponerte cómodo.
-vale. Pero no hace falta...
-no, si hace. Y ya no discutas –Ángela curveo su boca formando una sonrisa y entro en la cocina lista para hacer magia.
-¡Ángela! ¡Llegue! –grito su pequeño hermano después de cerrar la puerta con fuerza. Como siempre, tiro su pequeño bolso en la entrada y camino hasta la sala. Ya sabía que su hermana se encontraba en la casa por el olor de comida recién hecha, pero al llegar a la sala, se encontró con un muchacho rubio. <<Ya lo he visto antes...>> pensó Daniel. Entonces lo reconoció ¡era el muchacho del helado! – hola.
-hola –dijo Niall- ¿me recuerdas? Soy...
-¡el amigo que me compro el helado! –Exclamo Daniel contento y no dudo en sentarse en el mueble en el que estaba sentado Niall-¿qué haces aquí?
-¿Dani? –Escucho como lo llamaba su hermana asomada por el mesón que conectaba la cocina con la sala- has llegado tarde
-si es que mi maestra se tardo para explicarme unas cosas y me dejo el transporte del colegio –informo Daniel sin sentirse triste
-ah vale... -ella le sonrió y bajo sus ojos hasta el uniforme de su hermano. Estaba completamente sucio.-¿Por qué estas tan sucio? –Se coloco en cuclillas quedando a su altura y tomo su mano para mirarlo mejor pero el pequeño hizo una mueca y ella noto que tenia un raspón en la mano que ella había tocado-¿Qué es esto, Daniel?
-humm... es que unos niños me molestaron hoy en el recreo ange... -el puso un puchero- me dijeron que era un tonto porque no podía prestar atención en la clase.
-¿Qué? –Ángela casi grito- ¿Quién? ¿Te hicieron algo? –Daniel asintió despacio. Pronto olió a carne quemada- demonios... –murmuro y corrió hacia la estufa para revolver la comida- Niall ¿puedes revisarlo por favor? –le grito
-vale –escucho y siguió revolviendo
-¿te golpearon? –le pregunto Niall a Daniel. El niño negó
-solo tengo este –le mostró la mano del raspón- me caí cuando me empujaron
-¿tienen un botiquín aquí? –pregunto Niall a la chica
-si, en ese cajón –con la mano señalo la tercera gaveta de una mesita al lado de la escalera. Niall se acerco y abrió la gaveta, saco un pequeño botiquín azul, la cerro y volvió con Daniel. Le tomo unos minutos revisar los frascos y encontrar un pequeño liquido desinfectante. Con un algodón lo mojo y lo coloco en la herida del niño.
-¡ah! –exclamo este apartando la mano.
-perdona, tratare de hacerlo con cuidado –se disculpo y con sumo cuidado y de a golpecitos leves desinfecto el raspón
-bueno, ya esta... -era Ángela, estaba parada con una cuchara en la mano. Ella miro a su hermano preocupada. Se suponía que estas cosas no estaban pasando según los profesores- ¿Quién te hizo eso?
-tranquila Ange, no es nada –Daniel intento calmarla. Sonaba muy tranquilo, mucho más que ella, a Niall le sorprendía la madurez de un niño de 9 años
-¿te duele mucho? –Pregunto, Daniel sacudió la cabeza y le sonrió para tranquilizarla.- vale. Te cuidado ¿si? Vamos a comer.
-¡si! –exclamo Daniel entusiasmado poniéndose de pie. Los tres caminaron hasta el mesón de la cocina, donde los esperaba un verdadero banquete. Otra vez sorprendió a Niall. Arroz, carne, ensalada y jugo, también habían vasos, platos y cubiertos puestos en la mesa. Como era posible que ella cocinara todo eso en tan solo media hora, y que de paso lo colocara todo en orden y bonito.
Se sentaron y cada quien se sirvió lo que le apetecía, Ángela y Niall tomaron de todo un poco, mientras que Daniel solo se sirvió carne y arroz
-¡buen provecho! –exclama Ángela con un tenedor en la mano y listo para atacar a la ensalada
-¡igual! –le responden Niall y Daniel al mismo tiempo. Y después, no tardan en meterle el primer mordisco a la carne