-Me las arreglare para ir ¿A que hora?-preguntò.
Mordi mi labio ocultando una pequeña sonrisa.
-A las 7 ¿te parece bien? -pregunte.
-Claro, ahi estare-dijo y sonrio.
Sonrei pero me sentia algo culpable por mentirle, pero que iba a pasar, solamente hablariamos, comeriamos algo y despues ella se marcharia, nada raro, como siempre lo hemos echo, nada pasaria.....eso creo.
Narra Camila
Estaba en casa, mi cuerpo echado en la cama con mis auriculares puestos, el suave ritmo de Little Things de One Direction me relajaba mientras leía un libro en paz.
Mire el reloj que estaba en mi mesita de luz, las pequeñas luces rojas marcaban las 17:30 pm, me levante de la cama sin ninguna prisa, me acerque a mi pequeño librero y deje el libro alli.
Baje a la cocina y me encontré con Perrie, que estaba limpiando algunos platos sucios.
-Perrie -dije entrando y acercándome a ella.
-Señorita ¿Necesita algo?-pregunto cerrando el grifo del agua.
-Si, saldré hoy a la noche y volveré como a las 9 o 10 de la noche, si mi mama pregunta solo dile que salí ¿Ok?-le explique todo sin tanto detalles, Perrie era una buena persona, que buena, excelente, siempre me cubría de alguna cosa, ella había estado desde que yo era un feto en la panza de mi madre, siempre estuvo conmigo en los buenos y malos momentos, recuerdo que cuando mi madre me vino a avisar de la muerte de mi padre la eche de mi cuarto al ratito apareció Perrie y me acurruco entre sus brazos y dejo que llorara a mares sobre ella, era como mi segunda madre, siempre le tendré un gran respeto y sabe guardar muy bien un secreto. Era mi nana, la amo.
-Claro, pero ¿y si pregunta?-pregunto mirándome.
-Emm...no lo hara, jamas lo hace, y si pregunta dile lo que sea, que no sea nada malo-dije mirándola y ella rió en la bajo.
-Claro señorita-dijo
-Dime Camila -pedi
-Claro Camila-dijo, yo rei y la abrasé, la queria mucho no se que seria de mi vida sin ella a mi lado.
-Bueno me ire a cambiar -dije y bese su mejilla.
Corrí escaleras arriba y me adentre a mi cuarto para cambiarme.
Entre al baño y tome una ducha de unos 20 o 25 minutos, despues sali y me puse crema en todo el cuerpo, amaba mi piel hidratada con una buena crema, aun en ropa interior me mire al espejo, no estaba tan mal mi cuerpo, tenia curvas y un lindo trasero, no como Nicki Minaj pero era bonito, rei de mi propio comentario.
Me acerque al armario y de alli saque, una sudadera roja, un pantalón de cuero negro y unos converse a juego.
Mi cabello casi siempre despues de bañarme era un desastre, siempre despeinado y alborotado.
Me senté frente al espejo que estaba en mi escritorio y suspire resignada. Esto iba a costar algo de tiempo acomodar el alboroto de mi cabeza iba a tardar.
Enchufe el secador de pelo y comencé a secar mi cabello húmedo, estuve como unos 10 o 15 minutos asi, despues agarre mi planchita y comencé a alisar mi larga cabellera negra. Después de todo este arduo trabajo de mi cabello, me puse una loción era para que el cabello no se quemara, la cual servia muy bien no como otras que eran una mierda.
Mi cabello ya estaba calmado y el alboroto desapareció, como amaba los resultados.
Me maquille nada exagerado, un poco de sombra, rimel, delineador y después un brillo labial.
-Listo -murmure mirandome en el espejo dando un ultimo retoque a mi cabello.
Agarre mi morral blanco y salí de mi cuarto.
-Que hermosa se ve señorita-dijo Perrie viendome bajar, al parecer jamas hare que me llame por mi nombre.
-Gracias-dije con una sonrisa. Mire mi reloj de pulsera y eran las 18:50 pm, hice una mueca con la boca-Debo irme-dije y me acerque a Perrie -Recuerda lo que te dije-le di un beso en la frente-Te quiero-dije, ella sonrió y yo le devolví la sonrisa.
-Yo tambien te quiero Camila -dijo y mi sonrisa se hizo mas ancha.