Suena el despertador. Doy un gruñido y lo apago.
-Puta vida...- El fin de semana pasó demasiado rápido. Después del peor viernes de mi vida me la pasé llorando y comiendo helado de oreo mientras veía El diario de Noah una y otra vez con Sophie. Pobre Sophie... le arruiné el finde. Pero bueno, es su obligación como mejor amiga.
Me levanto cual zombie y me dirijo al baño a darme una ducha de dos minutos. Me seco mi largo y castaño pelo a la vez que me lo peino para alisarlo un poco. Me lavo los dientes y me visto con lo primero que pillo. Una sudadera azul eléctrico de Vans, unos leggins negros y unas bambas negras también Vans. Cojo la maleta y bajo las escaleras.
-Buenos días cielo.- Dice mi padre desde la cocina. Está leyendo el periódico mientras come tostadas. Me acerco a él y le beso la mejilla.
-Hola papá.
-Hay café en la cafetera. Te hice creppes.
-¿Te he dicho alguna vez cuánto te quiero?- Mi padre sonríe, luciendo sus perfectos dientes. Me gusta que sea tan joven, nos entendemos bien. Apenas tiene cuarenta y cuatro años. Aunque no lo pasó bien después de la muerte de mamá, intenta regalarme al menos una sonrisa cada día.- He de irme o llegaré tarde.
-¿Te llevo?
-Sophie viene a por mi. De hecho ya está fuera.- Digo cuando suena su claxon.
-Que tengas un buen día Sel.
-Igualmente papi.- Digo mientras salgo de casa. Sophie me espera fuera de su coche. Parece que nos hemos puesto de acuerdo con la ropa. Lleva una sudadera roja Adidas, unos leggins negros y deportivas Adidas.
-En realidad somos hermana, ¿sabías?- Dice mientras me abraza.
-Claro que lo sé.- Le digo mientras le toco su castaño y corto pelo.- Te lo aslisaste.
-Sí. Parecía un plumero.- Reimos mientras nos encaminamos al instituto. Nuevo y último año de sufrimientos. Sophie y yo estamos a punto de graduarnos. Llevamos juntas desde que tengo memoria. La considero una hermana, aunque no compartamos sangre.
Llegamos al instituto y mi amiga aparca el coche en los aparcamientos exteriores. Cogemos nuestras maletas y nos vamos a recoger el horario de clase.
-No me jodas. Historia a primera. ¿Qué clase de mente perversa hizo este horario? ¿A caso no tienen compasión por nosotros?- Sophie ríe al oir mi comentario.
-No queda otra que sobrevivir.- Pongo cara de desesperación mientras buscamos nuestra clase. Un chico choca conmigo y me estrella contra las taquillas. Es Leon.
-Sel...eh...disculpa.- Dice mientras traga saliva.
-A mi ni me hables.- Me incorporo y vuelvo con Sophie que lo mata con la mirada.
-Le aplastaría el cerebro ahora mismo.
-Ves demasiado The Walking Dead.
Llegamos a clase, todos están sentados y el profesor acaba de empezar.
-Sentimos el retraso, tuvimos un incidente.- Me justifico. El profesor nos mira con cara de pocos amigos y nos indica que nos sentemos. Por desgracia todas las mesas de dos estaban ocupadas. Solo hay dos asientos libres y no están juntos pero al menos están uno detrás de otro, pegados a la ventana.
-¿Puedo sentarme?- Pregunto a un chico, que creo que es nuevo. Él me mira, clavando sus ojos azules en mis ojos ámbar. Que guapo es... Después de babear unos segundos, me siento a su lado. -Que comience la tortura.- Susurro. El chico parece que me escuchó, ríe con mi comentario.
-Hola chicos, soy vuestro nuevo profesor de historia, Richard Parks.- Es un hombre alto, de piel morena al igual que su pelo. Parece serio, como todos los profesores de historia pero éste es mucho más joven. -Bueno, me gustaría que os presentárais. -Nos dijo y uno por uno fue diciendo sus nombres.
-Mi nombre es Stefan Salvatore. -Dice mi compañero. Que bien suena. Creo que su apellido es italiano.
-¿Señorita, puede volver a clase y dejar de volar por donde quiera que esté volando?- Dice Parks mientras me mira. ¡Que vergüenza! Y yo aquí flipando como una tonta mirando a Stefan. Espero que no se haya notado.
-Em, yo soy Selena Hamby. -Digo mientras me muevo en mi sitio y sonrío forzosamente. Stefan, eres toda una distracción para mi.
-Yo soy Sophie Labonair. -Le tocó a mi mejor amiga. Y así pasó la clase, presentaciones, cómo iban a ser los meses, trabajos, bla bla bla. La sirena salvadora suena y me levanto de sopetón.
-Aleluya. -Digo mientras cojo mi maleta y miro a Sophie. - Ahora toca francés. - Stefan se levanta, me mira, luego mira a Sophie y se marcha.
-¡Menudo bombón! Que sepas que te voy a quitar el sitio Sel.
-Tú estás muy bien acompañada con Philip.
-Menudo soso. Se nota que es inglés.
-A mi me encantan los ingleses. Ese acento es tan sexy.
-Nuestro acento es más sexy.
-No compares el inglés con el americano bonita.- Nos pasamos discutiendo sobre el tema las horas siguientes. Cuando nos da por debatir sacamos argumentos hasta debajo de las piedras. Seríamos buenas presidentas.
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-Sophie en multimedia