La lluvia cada vez se hacía más fuerte, el olor a tierra mojada se filtra por las ventanas y los relámpagos y truenos están presentes a cada minuto, toda una tormenta en Gotham.
Arkham se veía aún más lúgubre, la enfermera Natalie camina por los pasillos como su rutina y habitual para la seguridad de los pacientes, un olor a pudrefacción llegó a sus fosas nasales, venía de la conserjería, con algo de temor camino hasta ahí, un trueno la hizo saltar de miedo pero después sonrió sintiéndose tonta por temer, giró la perrilla y abrió lentamente la puerta, se escuchó un rechinido
— Díos mío — Susurró soltando la linterna y llevando su mano a los labios.
Una mujer desnuda sin cabeza.
[...]
3:40 AM.
Chase quedó atenta ante la noticia, Natalie no estaba histérica pero sí algo sorprendida ya había visto cosas peores en Arkham.
— ¿Se dan cuenta? Desdé que llegó esa niña las cosas de homicidios aumentaron ahora no solo son pacientes muertos, sí no también personal de Arkham, ¿Que seguridad hay aquí?
—Sí — Hizo una pausa — Lo mejor será encerrar a Harley en terapia intensiva y a diario amarrarla a su cama además de anestesia en dosis altas para que esté bien.
Opinó la Dra. Buken.
Les toca la guardia nocturna.
— Saben qué, a mí me pareció ver a Jerome Valeska hace unos días atrás con Harleen Quinzel. A lo mejor y son cómplices.
Habló Alfredo, el psiquiatra de Jerome.
Un relámpago iluminó la habitación dónde se encuentran los doctores.
— Harleen Quinzel le tiene confianza a Jack, deberíamos decirle que hable con ella.
Al día siguiente, Jerome está en el comedor como todos los días con un pequeño grupo. No venía a Harley por ninguna parte.
La vio llegar acompañada de Jack, la chica le daba abrazos alrededor de su cuello y él la rechazaba frente a todos. La obligó a sentarse en una mesa completamente sola
— Ya quedamos en un acuerdo, Harleen.
Ella asintió ante la petición de Jack, el doctor pudo sentir la mirada de Jerome una llena de celos y demás sentimientos malos.
— Te veo mañana Puddin — Susurró Harley sonriendo. Jack suspiro avergonzado
Jerome se levantó de su asiento y camino al de Harley
— ¿Que te ha dicho? — Le preguntó.
— ¿Jack? ¡Nada! Solo tuvimos nuestra sesión...
— ¡De sexo! ¡¿no!? — Gritó enojado. La rubia negó con la cabeza — Está bien, te creo
— ¿Y que ha pasado con ese plan? Eh.
— Todo está listo, entre más homicidios haya los doctores irán a distraerse más con eso, cuando tenga oportunidad llamas a tus sirvientes esos para el plan de ataque.
— ¡Sin lastimar a Jack!
— Oh vamos, unos electroshock no estarían mal para el doctor Jack — Bromeó él.
— Nadie tocará a mí Puddin — Advirtió.
[...]
Harley tenía visita por primera vez en todo un mes en Arkham. Al salir vio a su hermano mayor ahí, en sus cinco sentidos. Agarró el teléfono y le habló de mala gana.
— ¿Y tú, que haces aquí?
— Vine por algo importante no por qué quiera verte, tonta, mamá murió hace unas horas, su funeral será mañana — Para Harley eso fue un enorme dolor en el pecho, sintió como su mundo se le vino encima, como se fue lentamente de su realidad ¡No podía ser!
— ¿Como? — Tartamudeo.
— Suicidio — Respondió — No soporto la pérdida de Tomy y que tú estes en el Manicomio, qué Harry este en Black Gate acusado de asesinato a un menor, yo en las drogas. ¡¿Que tenía para vivir!? Hace unos meses atrás éramos una buena familia. Agarró un rifle y se disparó en la cabeza, fue todo
Harley comenzó a llorar
— Fue mi culpa — Murmuró entre el llanto.
— Yo hice que matarán a Tomy y que metieran a la cárcel a Harry ¡Dios mío! Fui YO.
Su hermano simplemente se quedó en un shock ¿De qué está hablando?
[...]
— ¿Entonces, saldrás conmigo?
Jack una vez más lo dudo, pero Stephanie le había insistido todo el día sobre tener una cita.
— Ok, salgamos está noche — Aceptó, Stephanie sonrió quitándose su bata blanca, Jack le sonrió algo arrepentido, por alguna razón sentía que era traicionar a Harley.
Jerome esperaba impaciente a Harley.
— ¡¿Has acabado!? — Preguntó.
— Sí — Fue una respuesta seca. Jerome abrió la puerta del armario dónde guardan los medicamentos especiales, observó a Harley con los dedos manchados de sangre y al guardia de seguridad muerto y con una sonrisa dibujada por su propia sangre.
— ¡¡¡Ahora entiende la broma!!! Óscar.
Exclamó riendo.
— Vámonos ya ¡Tengo que ir a un funeral mañana! — Habló Harley saliendo de ahí mientras prendía la linterna — Esto solo es una prueba de que puedo ser una villana
— ¿Quieres ser una villana?
La pregunta de Jerome la hizo parar sus pasos.
— Sí, quiero poder y que me teman.
— Podemos hacer equipo sí lo deseas, ¿Que te parece? Yo también tengo una J en mi nombre
Harley se quedó sin hacer una mueca, una J en su nombre como su Puddin. Observó la J que tenía tatuada en su brazo.
— Sí, podemos hacer equipo — Susurró.
— ¡¡¡Muy bien!!! La señorita Harley Quinn y el grandísimo señor risitas — Exclamó tomando la mano de ella y alzandola.
— Joker — habló en voz muy queda Harley.