Secrets #Wattys2016 #WEAwards...

By LauraAlvarezCo

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¿Qué pasaría si una de las personas más importantes de tu vida dice ser quien no es? Alexandra Meyer, una chi... More

Peligrosa.
Dos.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Diez.
Once.
Doce.
Trece.
Catorce.
Quince.
Dieciséis.
Diecisiete.
Dieciocho.
Diecinueve.
Veinte.
Veintiuno.
Veintidós.
Veintitrés.
Veinticuatro.
Veinticinco.
Veintiséis.
Veintisiete.
Veintiocho.
Veintinueve.
Treinta.
Treinta y uno.
Treinta y dos.
Treinta y tres.
Treinta y cinco.
Epílogo.
DAMON HA VUELTO.

Treinta y cuatro.

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By LauraAlvarezCo

Los labios de Ben se posaron dulcemente en los míos. Cerré mis ojos instintivamente. Él comenzó a hacer movimientos suaves y húmedos entre nuestras dos bocas mientras que yo seguía con mis ojos sellados. Ninguna sensación venía a mi. Ese beso era simplemente un beso sin amor. En aquél preciso momento comprendí que él no sería tan fácil de olvidar, que no podría pasar página tan rápido porque la boca de Damon era lo que me pertenecía. 

Abrí mis ojos mientras seguía moviendo mis labios encima de los del médico. Él estaba disfrutando aquél beso como nunca antes lo había hecho. Me sentí muy mal.

Sin dudarlo, me alejé de él lo suficiente como para que nuestros labios no se llegasen a tocar de nuevo. En sus ojos marrones podía leer todas las preguntas que se le pasaban por la mente como estrellas fugaces. Parecía preocupado pero a su vez feliz sin embargo yo me sentía una mala persona por haber consentido aquello.

No dije nada, simplemente me alejé de su perfecto cuerpo y cogí de nuevo la copa de vino que antes no me había consentido beber. Él mientras tanto me miraba como si yo no fuera de este planeta, notaba sus ojos en mi espalda. Bebí un trago y me di la vuelta para encontrarme con aquél joven al que acababa de besar.

— Lo siento Ben, no estoy preparada para esto tan pronto.— hablé con un hilo de voz mientras que las lágrimas se apoderaban de mi rostro desnudo de maquillaje.

— Perdóname a mi, Lex. No quería que esto pasara pero no lo pude evitar.—se acercó a mi y me quitó las lágrimas que caían de mis ojos— Por favor, no llores por esto. Es lo último que quiero, hacerte daño.

— No lloro por esto, lloro por todo.

— Lex quiero que sepas que aquí estaré cuando todo haya pasado. Espero que esto no afecte en nada a nuestra relación. Me caes demasiado bien. No estarás sola, recuérdalo.—me dijo en tono arrepentido.

Cuando iba a contestarle apareció mi madre con la tarta de chocolate negro, mi preferido. Ben y yo nos sentamos en nuestros respectivos sitios como si nada hubiera pasado y ella comenzó a cortarla en trocitos para darnos un poco a cada uno. Estaba deliciosa. El sabor dulce del chocolate me inundó la boca haciéndome estremecer.

Los ojos de Ben y los míos se encontraban de vez en cuando. Todos los músculos de mi cuerpo se ponían tensos hasta que él me guiñaba el ojo como queriendo decir "no te preocupes".

Cuando el querido médico se fue de nuestra casa en su Volvo blanco, mi madre y yo nos quedamos en el sofá hablando. Suspiré de alivio cuando salió por el umbral de la puerta y aquella tensión sexual no resuelta se evaporó.

— ¿Qué ha pasado entre tú y Ben? ¡No dejaba de mirarte y guiñarte el ojo! —dijo de repente mi madre cambiando de tema algo ilusionada. Tragué saliva y respiré hondo preparándome para contarle lo ocurrido.

— Me besó pero le aparté. No hay nada excepto amistad. Ya sabes lo que me pasa, es demasiado pronto para otra relación que tenderá al fracaso casi seguro.—contesté haciéndome la fuerte por fuera aún llevando una tempestad por dentro.

— Oh cariño. Sigues teniendo a Damon en la cabeza. Es difícil de olvidar, ¿verdad?

— Sí mamá. Es como si una parte de mi se hubiese ido de mi cuerpo dejándome... indefensa. La gente suele decir que lo que me pasa es que tengo el corazón roto pero siento que tengo todo mi cuerpo destrozado. Nunca me había sentido tan vacía. Damon me daba todo lo que nadie nunca me había dado. Debí de suponer que eran demasiado perfecto para ser verdad...

— Teníamos que habértelo dicho, cariño. Lo siento tanto. No pensamos que podría pasar esto. Amor, lo siento muchísimo.—se disculpó mi madre dándome un abrazo bañado en lágrimas de dolor. 

— No pasa nada mamá. Lo hecho, hecho está. Dolió y dolerá pero podré superarlo, o eso espero...—la valentía que tenía escondida dentro de mi cuerpo estaba saliendo a la luz en esos momentos, cuando más la necesitaba. No quería romper a llorar de nuevo.

No sé cuando pero me quedé dormida en el gran sofá blanco. Me desperté a media noche con una manta encima de mi cuerpo y las luces apagadas. Cogí mi iPhone y me puse a ver mensajes, fotos, etc. Quería borrar todas las imágenes del que causaba todos mis ataques de llanto pero sabía que tarde o temprano me acabaría arrepintiendo de ello. Era demasiado duro creer que no volvería a verlo y menos cuando no sabía nada de su paradero. No quería pensar en esa posibilidad. Quizás eso era lo que me estaba destruyendo por dentro. Aún tenía algo de esperanzas guardadas en el pecho por si él volvía a por mi.

Me levanté del cómodo sofá y me dirigí a la cocina para tomarme las pastilla de dormir. Sabía que si no lo hacía, no podría conciliar el sueño esa noche. 

Al día siguiente dormí en el hospital con Mandy. Por suerte el guardia de seguridad no me vio y pude entrar con normalidad y sin tener que correr. Era fácil colarse en aquellos sitios por la noche, siempre los ascensores estaban sin vigilancia y se podía acceder fácilmente a todas y cada una de las plantas del hospital aunque, sin duda, la mejor hora para adentrarse en las profundidades de este sitio era cuando hacían el cambio de guardia. 

El caso es que esa noche Mandy y yo hablamos de todo. Lloramos, reímos, cantamos, bailamos y lo más importante, dormimos muy poco. 

Cuando despertamos me tuve que ir corriendo porque ese día le iban a dar el alta así que me fui al aparcamiento y cogí mi queridísimo Porsche. Salí con tranquilidad y me dirigí hacia mi casa. A esas horas la carretera estaba llena de gente que iba al trabajo por lo cual el tráfico iba muy lento. 

Durante el camino a casa tuve que parar en un sinfin de semáforos . No sabéis cómo los odiaba. Yo era muy impaciente para esas cosas y más porque hoy precisamente quería llegar a casa lo antes posible y meterme en la cama a recuperar el tiempo perdido de la noche anterior. Cuando paré en uno de ellos, me puse a observar el paisaje lleno de coches, motos, gente, etc. y miré al coche que tenía a la derecha de mi. Era negro, un BMW negro metálico y con llantas preciosas que reflejaban la luz del sol. Subí mi mirada hacia el conductor y vi a un chico moreno, de ojos azules que me sonreía con su perfecta sonrisa, esa sonrisa tan familiar y peculiar que siempre había tenido. No podía ser, era un sueño seguro. ¿Damon estaba ahí en ese preciso instante o era otro de los delirios de mi mente aún enloquecida? Ojalá hubiera podido resolver aquél misterio pero cuando me quise dar cuenta, el coche había arrancado y los vehículos que yo tenía detrás me pitaban quejándose de la espera innecesaria ya que la luz del semáforo estaba en verde. Arranqué y conducí hasta casa.

Aparqué mi coche en nuestra plaza de garaje y subí corriendo las escaleras para tumbarme en mi cama. Quería llorar. Necesitaba a Damon de vuelta conmigo.

         . . . . . . . . . . . . . . . . . 

Durante los meses siguientes sólo pensé en la posibilidad de volver a verle, de volver a sentir sus labios sobre los míos. 

Ya no era la misma chica de antes. Me había vuelto loca, veía a Damon por todos los sitios. Aquella chica rebelde que se metía en problemas y que no hacía caso a sus padres se convirtió en una delicada muñeca de porcelana hecha añicos y que ni siquiera quería seguir adelante.

El instituto volvió a comenzar en septiembre y las vacaciones que tuve fueron las peores de mi vida. Los días que caían en dieciocho eran insoportables. El recuerdo de Damon me hacía sentir todavía destrozada. Quizás ya fuera hora de hacerse a la idea de que no iba a volver.

Ya no costaba tanto, era como si me hubieran arrancado el corazón y no existieran sentimientos en mi. Simplemente era capaz de experimentar dolor. Mis esperanzas estaban desapareciendo, casi eran nulas también.

Entre exámenes, trabajos, deberes y amigos casi no pensaba en aquello me aterraba. Cuando estaba sola en casa era como una bomba que detonaba rompiendo todo a su paso. 

Empecé a estudiar porque por lo menos eso iba aliviando mi dolor poco a poco pero sabía que nunca desaparecería del todo. Mis notas subieron y mis padres se sintieron orgullosos. Todo cambió muchísimo en mi vida.

Hice nuevos amigos en el instituto porque ya no les intimidaba tanto como antes. Amanda, Dean, Fredy, Loren, Lena, Vicky, Drew y yo formábamos nuestro grupo. Éramos inseparables. Con ellos perdía la noción del tiempo. Me divertía y no pensaba en él. Me sentía completa, aquél vacío que había dejado Damon lo llenaban ellos y, de vez en cuando, el alcohol.

En noviembre una carta del FBI llegó a mi casa pero claramente mis padres no me la enseñaron para no hacerme más daño del que ya había sufrido. Me enteré de su existencia cuando entré al despacho de mi padre a hurtadillas y vi el sobre con las letras en amarillo encima de su escritorio. Ya estaba abierto. Lo cogí y saqué el papel que contenía. En ésta ponía lo siguiente:

"Señor y Señora Meyer les dejamos aquí información sobre su caso.

Misión 98348685. FBI sección 56-45-55. Caso: KAISEN (ABIERTO).

27 de Noviembre.

El FBI ha empezado a seguir la pista de una peligrosa banda organizada llamada Kaisen. Se sospecha que el jefe de dicho grupo sea Peter Finch. Nuestros agentes especiales ya están trabajando en ello.

23 de Marzo.

Nuestro agente especial Damon Sydal viaja a Londres para seguir la pista. Según fuentes confidenciales quieren introducir una valija por la frontera para planear un atentado contra los ministros. Las posibles víctimas pueden ser las familias de los políticos londinenses. Tenemos que informar también que Elisabeth Banks ha sido suspendida del servicio secreto en Londres por varias sanciones graves por lo tanto ha sido alejada de toda información sobre la banda y su paradero.

30 de Agosto.

Tras el logro de la misión Kaisen, la hija de Daniel Meyer fue rescatada. Elisabeth Banks junto con varios jefes de la banda han sido detenidos y enviados a Estados Unidos donde allí cumplirán la condena que dictamine el juez. Aún así se sigue buscando la valija y a uno de los miembros de la banda, Mike (Exp.338).

Esto es todo lo que se les puede contar de momento, familia Meyer. Cuando el caso esté cerrado, no duden en que serán los primeros en recibir noticias con todos los detalles de la misión.

Atte. Victor Brett. Jefe del caso Kaisen"

Guardé rápidamente la carta y la dejé como me la encontré.

Ahora entendía todo. Por eso era tan importante coger esa valija. La esperanza volvió a abrirse paso en mi interior pero yo impedí alegrarme en exceso. No quería volver a desilusionarme. En ningún momento aquella carta hablaba sobre el paradero de Damon después del "logro de la misión Kaisen". Es probable que ni siquiera estuviese en Europa.

Salí corriendo del despacho de mi padre y me vestí para ir a la calle. Bajé las escaleras apresuradamente sintiendo un cosquilleo en el estómago y cerré la puerta de casa de un portazo. Me monté en el coche y me acerqué a la casa de Damon. Durante todo el camino estuve pensando en qué hacer si él estaba allí. ¿Las cosas serían igual? ¿Me querría después de haber cerrado el caso? 

Aparqué y me bajé del vehículo muy nerviosa. Recorrí su jardín y miré por los grandes ventanales de su mansión.

No había movimiento en su interior. Tamina no se encontraba tampoco dentro por lo que supuse que todo estaba como en estos últimos tres meses, abandonado. Damon seguía desaparecido para mí. 

Otra vez sentí cómo mi corazón se resquebrajaba de nuevo. Noté cómo poco a poco me iba me iba ahogando en lágrimas. 


Un último pensamiento pasó fugaz por mi mente antes de que rompiese a llorar:

Damon no iba a volver.

__________________________________________

Bueno queridísimos lectores, siento anunciaros que este es el penúltimo capítulo de la novela y que también está editado. ¡Por fin! Sé que he tardado muchísimo pero más vale tarde que nunca.

Estoy triste porque Peligrosa termina y eso significa que no os tendré comentando, ni votando. Muchísimas gracias por todo el apoyo que me habéis dado, las motivaciones, la alegría, los halagos y a veces algún que otro disgusto. Ser escritora y con vosotros como lectores es una de las experiencias más bonitas que he vivido. Gracias por todo lo que me habéis hecho disfrutar!

Os espero como siempre en este capítulo y recordad que "impossible is nothing"

¿Tenéis esperanzas en que Damon volverá? ¿Dónde está Mike?¿Qué esperáis que pase en el siguiente capítulo?¿Estáis sufriendo?

Canción: Years & Years - Without.

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