Desperté con un dolor de cabeza más grande que Wembley, mis ojos estaban tan hinchados que solo podía abrirlos un 50% de su capacidad.La Me quedé en cama todo el día, no tenía ánimos de nada, ni siquiera encendí mi celular. De verdad estaba más abajo del sub-suelo, me sentía horrible física y emocionalmente. La noche anterior había ido a la habitación de Max como niña obediente.
-FLASH-BACK-
Max Estaba acostado y con un movimiento de cabeza y un intento de sonrisa, me hizo señas para que me acostara a su lado. Cuando me extendió sus brazos, me acurruqué en sus costillas y puse mi cabeza en su hombro, como cuando era una niña y tenía pesadillas, él siempre me cuidaba.
-Sólo hazlo pequeña. -Dijo tiernamente y besó mi frente. Él me conocía tan bien, que sin hablarle podía saber que dentro de mí estaba ocurriendo un Tsunami devastador. Así que sí, lo hice, Lloré, lloré y lloré, sin que ninguno de los dos dijera nada por un buen rato.
-Perdón, ya mojé tu camisa y tus sábanas.
- ¿Qué es una camisa mojada? Se secará pronto, lo importante es que mi pequeña me necesita. ¿Recuerdas cuando tenías pesadillas de pequeña? Siempre ibas a mi habitación y te acurrucabas así hasta volverte a dormir
-Tu siempre me decías que no ibas a permitir que ningún monstruo me raptara y me hiciera daño. Soy afortunada, ¿lo sabes?
- ¿Por qué?
-Porque soy una de las poquísimas mujeres en el mundo que conoce el lado tierno del rubio sexy y mujeriego que es Max Meyer.
-Lo eres. -Dijo y sonrió orgullosamente.
- ¿Cómo sabías que necesitaba esto?
- ¡Vamos AV! Estuviste a solas con tu ex hace un rato, después de mucho tiempo y él salió como rayo y con las mejillas coloradas y tú parecías zombi. Tampoco es que sea muy difícil de adivinar.
-No me quiere, Max y no es justo. No es justo que me odie así, que ni siquiera pueda mirarme a los ojos, yo también sufrí el hecho de separarnos, él fue más egoísta que yo y aun así yo no lo odio, todo este tiempo me preocupé por él y si no lo contacté fue porque él puso una barrera enorme entre los dos ese día en su departamento.
-Pequeña, sé que las cosas entre ustedes quedaron con puntos suspensivos todo este tiempo, pero sea lo que sea que pasó en la cocina, es "el punto final". - Dijo e hizo las comillas con sus dedos.
- ¿Por qué lo dices así?
-Porque él me lo dijo Avril. Me pidió tiempo para hablar contigo antes de irse y se lo di. Y me dijo que necesitaba cerrar lo de ustedes definitivamente, que amaba a Melissa y quería continuar con su vida y no estancarse.
-Comprendo. -Suspiré- Entonces no tiene ningún sentido que esté aquí llorando como idiota. Si este es el punto final entonces es momento de pasar la página y escribir otra historia. -Dije secando mis lágrimas como si nada.
-A veces me recuerdas a tu madre, Avril.
-Lo sé, pero justo en estas circunstancias es que comprendo su manera de ser. -Me levanté de la cama- Debes dormir, mañana tienes que levantarte temprano. Te amo, descansa y gracias, no sé qué haría sin ti.
- ¡Hey!, ¿segura que estás bien? -dijo arrugando su cara.
Levanté la ceja izquierda de manera altiva, era mi manera de decir "soy Avril Meyer, no me duele, soy fuerte, no lo necesito, todo está bien, ya lo superé". Él hizo un gesto parecido, pero fue más de inconformidad. Cerré la puerta, entré a mi cuarto y pasé al baño, me senté en el suelo y vomité toda la comida, me levanté apoyada del lavamanos y abrí el grifo para lavar mi cara, en ese momento no sé qué fluía con más intensidad, si el agua que salía o mis lágrimas de ira, frustración y sí, tristeza. Otra vez yo, llorando por Leon Goretzka.
-Fin del FLASH-BACK-
(Días Después)
Habían pasado tres días ya, de lo sucedido con Leon, no lo había visto, ni preguntado por él, eso me mataba, pero debía ser fuerte. Había hablado con mis amigas y cancelado los "planes" de reconquista, tenía días sentada frente a la computadora organizando todas mis fotos, por fecha, categoría y hasta orden de importancia, necesitaba mantener la mente ocupada. Ya eran las tres de la tarde y Max había llamado para decir que vendría para la hora de la cena porque tenía que hacer no sé qué con sus amigos. Estaba concentrada en mis fotos cuando casi pegué del techo del salto que dí por el susto que me produjo el sonido del timbre, respiré para para calmarme y fui a abrir.
- ¡Meyersita! -Dijo Julian con su sonrisa y cara de niño típicas.
-¡Vaya, vaya! ¿qué hice para merecer que el cotizado Julian Brandt toque a mi puerta? Digo, como uno le escribe y el solo "deja en visto".
-Hermosa, lo siento tanto, prometo que tengo una excusa medianamente buena.
-Más te vale. -Dije levantando las cejas y seguidamente le di un brazo enorme, él me levantó y giró sobre sí mismo, haciéndome marear, reí como loca. - ¿Y bien? - Dije curiosa cuando por fin me puso en el suelo.
-No sé qué rayos le pasó a mi celular, pero desde el domingo estuvo en coma, he estado incomunicado desde entonces, bueno, hasta hoy y en lugar de responderte, preferí hablarte en vivo y directo. -Dijo esto y me dio un beso en la mejilla.
- ¿Y eso? -Dije.
-Me felicitaste, así que ese es mi agradecimiento, ya te dije, vine a hacerlo en vivo.
- ¡Oh, que honor! ¿Puedes hacerlo otra vez para fotografiar tan memorable momento?
-Haberlo dicho antes. -Lo hizo y saqué una foto bastante linda de los dos.
Estuvimos hablando un buen rato, me preguntó todo sobre mi viaje, en serio parecía feliz de escucharme luego, pasamos a hablar de él y su carrera, comimos papas fritas, tomamos café, y de pronto, preguntó lo impreguntable.
- ¿Goretzka y tu han vuelto a hablar? -Tragué seco, y respiré como si fuera la última respiración de mi vida.
-Así como hablar largo y tendido, no. Pero si lo suficiente.
- ¿Lo suficiente para qué?
-Para saber que lo nuestro es parte de la historia contemporánea de la humanidad.
- ¿En serio? -Dijo animadamente y al notar que fruncí el ceño se aclaró la garganta y repitió su pregunta- Digo ¿en serio?
-Sip, en serio. Goretzka ama a esa chica, ¿Elissa, Melissa? No sé cómo era. Me odia por "haberlo abandonado", así que... -suspiré- igual ya eso era nulo para mí hace tiempo, Brandi. -Dije eso con tanta seguridad que hasta yo misma me lo creí.
-Wow, eso es genial. Digo, ahora puedes darle la oportunidad a alguno de los que están haciendo fila por ti desde hace tiempo. -Lo dijo tan inocentemente que me hizo sonreír.
-Quizá, pero tiene que ser uno muy lindo. Tal vez mañana haga un repaso por la fila a ver a quién elijo. -Cuando dije eso él sonrió y me recosté en su hombro.
Estábamos sentados en el balcón de espaldas a la casa y había música, así que no alcanzamos a escuchar que Max había llegado y nos vio así, el hecho es que no había llegado solo, estaban Johannes, Erik, Thilo, Matthías, y sí, Leon.
-Más romántico y comienzo a escupir azúcar. -Dijo con el ceño fruncido y la boca arrugada, su cara era como de "no entiendo mucho lo que sucede"
Julian se levantó.
-Tranquilo Bro. En todo caso puedo robarle insulina a mi abuelo para que se te pase el ataque diabético.
- ¡Idiota! -Escupió Max con una ligera carcajada, fue entonces cuando entendí que no me regañaría, o al menos no en ese momento, los vi a TODOS riendo, bueno, menos a Leon que tenía su "Poker Face"
- ¡Rayos! ¿Alquilaremos habitaciones? -Pregunté
-No bonita, pero si quieres tu y yo podemos compartir la tuya. -Dijo Erik. Debo confesar que me hubiese encantado, esos ojos azules me derretían, pero él era el Crush de Marion, así que no podía hacerlo. Max lo miró con cara de asco y Julian lo desintegró con la mirada, no alcancé a ver a Leon.
-Cuando quieras, baby. -Le guiñé un ojo.
-Jugaremos hasta muy tarde, como idiotas. -Dijo Johannes.
-Oh, eso no me sorprende, ese es su estado natural, amigo. -Le dije mientras daba un golpecito en la nuca de Matze, a quien trataba de esa manera ya que era primo de Marion. Leon, permanecía en silencio quitándose la chaqueta y poniéndose cómodo como si mi presencia allí fuera lo más nulo del universo, alcancé a ver que le llegó un mensaje y al abrirlo sonrió y contestó, supuse que era su mocosa así que hice el intento de ignorarlo, pero él me miró, entonces disimulé.
-Bueno señoritas, las dejo para que se pinten las uñas. Los amo a todos. -Ok, me mordí la lengua- No es cierto, los amo a casi todos. -Corregí, Leon me miró como si veía a una desquiciada. Me di la vuelta y me marché a mi habitación, dejando al pobre Julian allí, pero él era uno más de ellos así que tampoco era que lo abandonaba.
***LEON***
Después del entrenamiento fuimos un rato a casa de Johannes a planear la fiesta de Max que será pronto, su novia llegó y se sentía mal, así que decidimos cambiar de "guarida" y echamos suertes y cayó la casa de Max, me negué rotundamente, pero él mismo me convenció de que ir allá era lo mejor, para que yo mismo me creyera, según sus palabras "mi mentirota", eso me molestó un poco y acepté entonces.
Tragué millones de clavos que me cortaron el estómago cuando al entrar vi a Avril sentada en el balcón con su cabeza puesta en el hombro de Julian, con tacitas de café al lado y la musiquita que no podía faltar. ¿Qué rayos le pasaba al fideo ese?, él no quiso ir con nosotros porque "tenía algo importante que hacer", claro, ir a ligarse a la hermana de Max. Y lo peor es que Maximilian fue incapaz de decirle algo, en lugar de eso bromearon. ¡Oportunista!
Después de unas palabritas tontas, incluidas las de Erik coqueteando con Avril y ella respondiéndole como si también le gustaba la cosa, nos pusimos a jugar como idiotas, al otro día teníamos partido y casi siempre hacíamos eso el día anterior como una forma de sacarnos presión y sentirnos niños otra vez. Avril se encerró en su cuarto y sólo la vi pocas veces cuando se dignaba a salir por agua o algo que necesitara, eso sí, notaba las miradas que le daba Erik como queriéndosela comer con los ojos, ¿Ahora qué, harían competencia a ver quién se quedaba con la muñeca? porque Julian también le tiraba miradas extrañas; me levanté y fui al baño a lavarme la cara, cuando pasé por frente a su habitación, la escuché llorar. No pude evitar preocuparme y levanté el puño para tocar la puerta, pero lo bajé inmediatamente y metí la mano en mi bolsillo, y seguí al baño. Al volver, escuché que seguía llorando, pero lo ignoré y volví a jugar.
Los chicos pidieron pizza para comer, y les hice mala cara, ¡egoístas!, solo pensaban en ellos. Cuando llegaron las pizzas, Max llamó a Avril para que comiera con ellos, noté sus ojos hinchados y rojos, su nariz parecía un tomate y dijo que no tenía hambre, me miró y miró las pizzas y a los chicos y soltó justo lo que había pensado yo hacía minutos.
-Son unos egoístas, solamente se preocupan por ustedes.
- ¿Qué hicimos? Dijo Julian tomando un pedazo de pizza.
- ¿Les vale madre que su amigo no pueda comer eso verdad? Y fueron incapaces de pedirle o prepararle algo, ¡Claro, que se muera de hambre el idiota!
Ok, me había llamado idiota después de defenderme, además, ella lo sabía, sabía de mi dieta. Hace meses había dejado de consumir productos con Gluten debido a una inflamación intestinal crónica que me estaba matando sin saberlo, me sentía terrible y aún más después de cada partido, a pesar de no ser Celíaco, el doctor me lo recomendó y veía la mejoría, ya no me sentía como atropellado de camión y mi rendimiento en los partidos era mejor y después de ellos me sentía bien, así que prefería abstenerme de esas cosas aunque me encantaran, bueno, a veces hacía excepciones, pero no esa noche porque el día siguiente tenía partido.
-Es que se nos olvida Avril. -Dijo Thilo inocentemente. -Estábamos acostumbrados a que Leon era el rey de la comida italiana así que aún es extraño para nosotros que ahora solo coma verduritas y esas cosas.
-Se pasan de malos amigos. -Dijo ella y se marchó del lugar. Mientras mis ingratos amigos comían, me levanté para llamar a Mel y ver cómo estaba, así no pensaba en lo linda que se veía Avril defendiéndome.
-Hola bebé. -Dijo Mel desde el otro lado de la línea.
-Hola amor, ¿cómo has estado?
-Bien, un poco cansada. Tuve muchas clases extrañas hoy, es decir, sabes que no me gustan los idiomas y hoy vi, francés, y yo lo odio.
-Tranquila, Mel, eres muy inteligente y lo harás bien, además, ya falta poco para que termines.
-Sí, lo sé. ¿De casualidad sabes francés?
-Nop, " Je t'aime" es lo único que sé decir. Pero... -Me mordí los labios.
- ¿Pero ¿qué?, Leon si conoces a alguien que lo haga, por favor contáctame con él o ella, lo necesito, no entiendo nada y debo pasar esa materia.
-No, olvídalo. -inconscientemente, había estado a punto de decirle que Avril hablaba francés perfectamente, su mamá es de origen francés por eso su nombre se escribe diferente a nuestro idioma, y ella lo aprendió desde pequeña. -Pensé que conocía a alguien, pero no. Tranquila, ya lo resolveremos. -Dije tranquilizándola-
El resto de la conversación fue de cuánto nos extrañábamos, de lo que estábamos haciendo, me contó algunas cosas de su familia. Y para terminar fui un poco cursi.
-Escucha nena, te amo, quiero que duermas tranquila, mañana nos veremos en la noche para hacer algo, sueña conmigo que yo lo haré contigo. Te amo demasiado. -Y ella colgó.
Mientras guardaba mi teléfono me giré y Avril estaba parada detrás de mí con la cara seria y mirando el suelo.
-Yo... Yo solo vine a traerte esto. -Dijo con voz baja y dejó en una mesita un plato con comida.
- ¿Y esto? -Pregunté.
-Es para que cenes, no es justo que ellos coman y tu no.
-Gracias, no tenías que hacerlo. Yo iba a comer cuando llegara a casa.
- ¡Claro! Me lo tenías que rechazar, obvio.
-No, espera, está bien, gracias. Voy a comerlo. Solo que no tenías que molestarte.
-No es molestia, eres amigo de mi hermano y estas de invitado en su casa.
-Gracias. Yo hablaba con... -Me interrumpió.
-No es de mi incumbencia con quien hablabas, solo come y dejas el plato en la cocina. Provecho.
Dijo todo tan secamente que me imagine a mí mismo, Avril era la niña caprichosa, fresita, hermanita del futbolista famoso, pero a veces era tan dulce que no parecía la misma persona, eso me había enamorado de ella, que tenía todo en una sola. Caminé hacia donde estaban los chicos que al verme con comida en la mano se sorprendieron.
- ¿Hermano, de donde te llovió eso? Dijo Matthías.
-Privilegios que tenemos algunos. -Dije levantando las cejas y mirando a Julian y Erik, quienes me vieron con cara de fastidio, sobretodo Julian quien hizo una mueca de incredulidad.
- ¿Puedo probar tu privilegio? -Dijo Johannes.
-No, es mío y sólo mío. Come tu pizza recalentada. Yo como comida de verdad, hecha solo para mí. -Max me miró con cara de "¿qué te pasa" y yo solo me encogí de hombros. Así, se nos fue la noche, jugando, comiendo, molestándonos, hasta que nos fuimos a casa cada uno, pero nunca pude dejar de preguntarme, por qué lloraba Avril en su cuarto más temprano.
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Hola! Espero de verdad que les esté gustando! Mil gracias a l@s que han leído. Les dejo doble cap y mañana trataré de subir otro.
#GraciasTotales
Besos 😘💙