Aparcamos a una manzana de la casa de Brian, a la fiesta iba tanta gente que no había sitio libre más cerca. Cuando entramos a la casa el ambiente estaba muy cargado, olía a alcohol, humo de cigarrillo y a marihuana. La casa estaba tan llena que apenas se podía andar, a medida que íbamos pasando hasta el interior de la casa, donde había una mesa llena de todo tipo de bebidas, mis amigas se apresuraron a servirse vodka con limón y yo me serví una cantidad ridícula de ron (para lo que solía beber la gente en estas fiestas) y a diluirlo con la mayor cantidad posible de coca-cola.
Ari despegó la vista de su vaso y se puso a buscar a alguien en la multitud, probablemente al tío con el que se fuese a liar esta noche. Después de unos segundos le encontró, seguí su mirada para ver de quién se trataba, era el chico de esta mañana en el instituto, el chico bueno.
Ari se recolocó su vestido (que era tan corto que casi enseñaba las bragas), se echó el pelo a un lado y se acercó a su "presa". Sof y yo compartimos una mirada y rápidamente la seguimos.
-¡Alex! ¡Qué alegría que hayas podido venir!- Dice con voz coqueta al llegar a donde estaba situado Alex, apoyado en una pared de modo casual, mirando el panorama que se desarrollaba en la fiesta.
En cuanto oyó la voz de Ari se dio la vuelta rápidamente y esbozó una sonrisa, al parecer feliz de ver una cara conocida entre la muchedumbre.
Nos quedamos hablando con Alex un buen rato, bueno, en realidad Ari y Alex tonteaban descaradamente mientras yo miraba a la gente de la fiesta pasar un buen rato, daba pequeños sorbos a mi bebida y deseaba con todas mis fuerzas estar en casa, en la cama, con mi edredón, una taza de chocolate caliente y un libro.
Sof se había ido hace un buen rato con Peter, como siempre. Estaba muy aburrida.
De repente unos brazos morenos y musculados se cerraron en torno a mí, sabía quien era el que estaba invadiendo mi espacio personal incluso sin darme la vuelta, respiré hondo y me armé de paciencia antes de girarme hacia Matt, que parecía no notar que estaba hasta los ovarios de él.
Cuando se giró Matt la estaba mirando, olía fuertemente a alcohol, y tenía las pupilas dilatadas. Se notaba que había estado bebiendo y fumando porros, como la mayoría de los que estaban en esta fiesta.
-Cariiiño- Dijo arrastrando las palabras- Te essstaba bussscando. Podemosss ssubir arriba a una habitación, Brian tiene una reservada sssolo para nossotrosss.
-Ni de broma Matt, vete a molestar a otra.- Dije secamente, estaba harta de la fiesta, harta de Matt y harta de Ari. Así que no estaba de humor como para soportar las gilipolleces de Matt.
-¡Pero Becca! Pobre Matty, se va a quedar triste después de lo que le has dicho.
Dijo Ari, que también estaba considerablemente borracha se apresuró a abrazar a Matt, que le devolvió el abrazo y empezó a sobarla, bajando sus manos hacia el trasero de mi amiga.
Ari no hizo nada para pararle, por lo que supongo que ya se ha olvidado de Alex, que miraba para otro lado, incómodo por la situación.
-¡Hey! ¡Tengo una idea!¡Vamos a bailar Matty!- Y de un movimiento se separó de Matt, lo llevó a la pista de baile improvisada y se puso a restregarse contra él al ritmo de la música que sonaba a todo volumen de los altavoces.
Me giré a mirar a Alex, sabía que era ahora o nunca, que si no hablaba con él ahora Ari no lo iba a dejar ir hasta que ya le hubiese destrozado la vida. Tomé una bocanada de aire y casi me atraganto de la cantidad de humo de tabaco (y de lo que no era tabaco) que había en el aire. Me giré a mirar a Alex, que tenía una expresión seria.
-Tenemos que hablar.- Dije, seca, sin que se notasen mis emociones en mi voz y, comprobando que Alex me seguía, caminé hasta la puerta y después al aire fresco de la noche.
Alex no parecía muy a gusto, se le notaba incómodo, parecía apropiado para el tema del que tenían que hablar.
-¿De que querías hablar?- Preguntó.
-Necesitas alejarte de Ariadna. -Dije, sin darle ninguna explicación sobre el tema, seria, puede que si me tuviese miedo me haría caso, para variar.
-¿Qué?- Alex parecía desconcertado, como si no se pudiese creer lo que acababa de salir de mis labios -¿Quien te crees que eres para decirme eso?¿Su dueña o qué?
Superando la impresión, Alex se puso a la defensiva, pero yo ya contaba con esa posibilidad.
-Necesitas alejarte de ella, por tu propio bien, no te conviene estar con ella, te romperá el corazón.
-No sabes de lo que hablas, no estoy enamorado de Ariadna, ni nada de eso.
-Yo solo te advierto, a los chicos como tú no se los toma en serio, solo acaba hiriéndolos, no te voy a amenazar ni nada por el estilo, así que relájate, lo creas o no, no soy la más mala del cuento.
-No te creo, déjame en paz.- Y dándose la vuelta se fue otra vez al interior de la casa, a autodestruirse viendo a Ari bailando con Matt.
-¡Pregunta a Steve Boyd, y si no te convence allá tú!
Con un suspiro me senté en la hierba, la gente nunca me creía cuando trataba de ayudar, a veces me preguntaba cuando me daría por vencida y dejaría de ayudar. Solo me quedaba un año de instituto, y me podría alejar de este infierno que había sido mi vida escolar desde que entramos en el instituto. Conseguiría una beca para la universidad costase lo que costase, y por fin podré empezar de cero, sin prejuicios sobre mí, sin nadie que espere que sea la chica mala, o que siga a mis supuestas amigas a donde quiera que vayan.
Después de unos minutos, me cansé de estar allí, así que recogí mi móvil de la hierba, me sacudí los pequeño trozos de hierba de los vaqueros y empecé a caminar hacia la parada de autobús para llegar, con suerte, dentro de media hora a mi casa, y poder dormir unas horas antes de tener que ir otra vez al instituto.
Mientras andaba, le escribí un mensaje a Sof, diciendo que me había ido de la fiesta. Seguramente ella creerá que me he ido con algún chico, y no hará preguntas.
Cuando solo me faltaban cinco minutos para llegar a mi parada un voz grave gritando mi nombre me hizo girarme sorprendida.