16 junio del 2010
El señor Robinson (que era otro donador de caridad) llegó con una sorpresa; él junto con sus amigos/socios adinerados, nos regalaron computadoras e Internet.
-Que mi padre Dios los bendiga- soltó mi tía Ana
Hasta ese día, llegué a la conclusión de que a esas personas, la vida les da de vuelta lo que dan, Me refiero que entre más dan , más reciben, porque hacen el bien sin mirar a quién.