-Dice que vendrá a visitarte, todavía no sabe cuándo, pero sabes lo insistente que es-
-¿En serio?- pregunté frustrado -¿No le dijeron que no viniera, o que me encontraba bien?-
-Le dijimos, pero sabes cómo es Vanessa- dijo Tris.
Suspiré.
Vanessa era una chica de mi clase. La conocí a los... Siete años, y desde entonces no me dejaba respirar. Era una buena persona cuando se lo proponía, o sea cuando no me acosaba día y noche, pero podía ser la persona más atosigante del mundo también. Todavía me acuerdo cuando nos conocimos, estaba totalmente chiflada, en el mal sentido. Desde que nos conocimos me seguía a todas partes, al principio no tenía mucho problema... Solo la consideraba una niña un poco rara, pero a medida que fui creciendo se volvió insoportable. Me perseguía a donde fuera y aprovechaba cualquier oportunidad para pegarse a mí. A la semana empecé a hartarme de ella y me acuerdo de un día que tomó mi mano. La saqué inmediatamente gritando que no me tocara mientras corría por todas partes en el patio. A partir de esa escena los chicos empezaron a jugar con eso, crearon un juego en el que si Vanessa te tocaba perdías. Nadie dejaba que ella le tocara, y aunque el juego haya sido solo en los recreos yo me sentí mal al ver lo triste que se ponía Vanessa en cada recreo.
No era mi intención que crearan un juego así ¿Qué quieren? Era un niño, no sabía lo que pasaría. Por suerte el juego "pasó de moda" después de un tiempo, pero me seguía sintiendo mal. A los nueve o diez más o menos me disculpé con Vanessa. Me disculpó y dejó de atosigarme por un tiempo, un año quizás. Pero luego volvió a ser la Vanessa acosadora, claro que en una escala menos. Ahora simplemente me coqueteaba y me acosaba, no era tan malo como antes. Según ella éramos mejores amigos, desde siempre. Absolutamente todos sabían que yo le gustaba, era más que obvio.
Me caía mal, pero no quería hacerle nada malo como lo había hecho antes. Así que me limitaba a contestarle de vez en cuando los mensajes, ignorarla cuando hacía cosas acosadoras como revisar mi mochila o sacarme fotos de vez en cuando, sonreír cuando me saludaba y contestar nadie cada una de las veces que mandaba a una de sus amigas a preguntar quién me gustaba o lo hacía ella misma.
-Tierra llamando a Ty, tierra llamando a Ty- la voz de Tris me sacó de mis pensamientos.
-¿Mmm?-
-Te estábamos contando sobre cómo ganamos el partido del martes, fue increíble- dijo Juli.
-Ah, sí-
-Todavía no me creo que nos hayan dejado dormir a todos aquí- dijo Tris.
-Ni yo- dijo Mauri.
-Yo creí que los echarían- admití.
-Igual yo, pero fue divertido anoche. Además que nos pusimos al día- dijo Mauri.
-Sí, el único problema es ¿Qué me pondré hoy?- dijo Tris -Si Dian viene y me encuentra en pijama...-
-Saldrá corriendo más rápido que ayer- me burlé.
-Iba a decir que iba a ser demasiado fácil conquistarla- dijo Tris con tono de superioridad –Mi pijama es muy sexy-
-¿Tu pijama de hot wheels? ¿Sexy?- rio Mauri.
Empezamos a reír.
-¡Shhh! ¡Calla!- dijo Tris.
Reímos más, hasta que escuchamos a alguien tocar la puerta.