- Que ironía, y que una bastarda sea Reina.
-Se ve que entre nosotros nos reconocemos con facilidad.
Sonreí, era el primero en muchos días que me hacía sonreir con facilidad.
-Majestad, Jose venía corriendo hacia nosotros. Perdonad mi error.
-Si, grave error, dijo Hugo.
-Hermano, mantente al margen por favor.
-Perdonadme pero por hoy yo ya tuve bastante. Esta noche nos veremos en el baile. Quizás te gustaría llevar a mi doncella al baile.
Me marché antes de que pudiera contestarme. Llegando a mis aposentos se encontraba la Reina, yendo al mismo lugar donde yo iba.
-Perdona a mi hijo Maria. Es un estúpido
-No te preocupes Carmen. Por que se iba a fijar en una morena cuando tenía una rubia despampanante por delante.
-Entiende que lleva mucho tiempo sin verte. Esta noche te dará el ramo de rosas.
-Que ramo?
-Aqui es costumbre dar un ramo de rosas a la futura esposa. Os casareis en un mes.
-Carmen, si no te importa quiero descansar y olvidar lo de hoy.
-Descansa. En unas horas enviaré a tus doncellas.
Me senté en el sillón, junto a mi mesa empecé a escribir.
" Ana,
Que tal van las cosas por Escocia?
Hoy se anunciará la fecha de mi boda, dentro de un mes.
Me gustaría que mi madre estuviera aquí, pero como desconozco su paradero, podrías acompañarme en ese día?
Espero que tu respuesta sea un Si.
Tu Reina, Maria de Escocia"
Sellé la carta y envié un lacayo a llevarla. Debería llegar cuanto antes a su destino. Me tumbé en la cama y me quedé dormida.
-Maria, tenemos ordenes de su Majestad, de prepararte.
Salí de la cama y dejé que me pusieran otro vestido, esta vez de un blanco roto. Era tal y como dictaba el protocolo. El blanco puro era para la boda.
Una vez arreglada salí a la puerta donde estaba Hugo preparado para llevarme al salón donde se daría una cena y el baile.
-Preparada Alteza?
-No, para esto creo que nunca estaré preparada
-Pensaba casarse por amor?
-A una Reina nunca se le permite casarse por amor.
-Ni a nadie que tenga que ver con la realeza.