El camino al aeropuerto fue bastante ocupado entre llamadas a un lado y otro, dejando todo organizado para cuando ya estuviéramos en Londres nos pudiéramos concentrar en el trabajo que ahí teníamos. Isabella mandaba desde la laptop documentos a el equipo del arquitecto Quinteroz con las sugerencias del proyecto. Recibió una llamada que pareció sorprenderla.
- Hola, que quieres?
Dijo algo molesta. No sabía quién era pero capto mi atención el tono molesto de su voz.
- Has lo que te plazca, ya no quiero tener nada que ver contigo.
Esa era una respuesta que solo a su ex estoy seguro le daría...
- No! No me interesa. Y no te atrevas a amenazarme!!
Y colgó la llamada, soltó el teléfono sobre el asiento del auto bastante molesta, y su expresión denotaba un mal estar que intentaba contener.
Levanto la mirada de unos papeles que leía antes de que su celular sonara.
- Todo bien Isabella?
Pregunto observando como estrujada sus dedos con ansiedad y más nerviosa.
Solo simula una sonrisa intentando serenarse un poco. Pero podía adivinar el miedo y la preocupación en sus facciones. Estaba sentado justo en frente de ella en la limusina por lo que podía darme cuenta de que no estaba tranquila, deje los papeles sobre el asiento y me trasladé sentándome justo a su lado. Tomo su mano entre las mías y puedo sentir como tiembla...
- Isabella... Que ocurre?
- Dijo que me mataría...
Dice encogiéndose de hombros.
Trataba de minimizar el echo de la amenaza pero se notaba que la había asustado bastante.
- Tranquila Isabella, no dejaré que te haga nada malo.
Suspiro y en ese momento la limusina se detuvo justo frente al jet.
- Llegamos señor.
Dice el chofer abriendo la puerta.
Veinte minutos después el jet despegaba rumbo a un destino que era familiar para mi...
- Conoces Inglaterra?
Pregunte al notar que leía un libro de lugares conocidos de Londres.
- Solo por revistas...
- Te encantará seguro, es muy diferente a la locura neoyorquina...
Así comenzamos una charla totalmente relajada, y descubrir la curiosidad con la que escuchaba lo que le relataba de el lugar me agrado mucho.
Luego de unas cuantas horas charlando con Isabella como si no existiera ningún pasado o problema, entendí un poco mis sentimientos... Esos que ella solo despertaba con mirarme...
Quedó dormida un rato después de las tres de la madrugada. Coloque una pequeña almohada bajo su cuello y la cubrí con mi bleicer gris.
Me acomode en mi lugar y minutos después yo quedaba profundamente dormido también...
Al despertar tres horas después la chica que había trastocado mi vida en solo dos días y ahora trastocaba mis sueños también ya estaba despierta con sus gafas puestas y leyendo tranquila en su lugar.
- Buen día...
Digo acomodando me el pelo.
- Buenos días Iván, gracias por taparme con tu bleicer...
- De nada. Quieres café?
Pregunto poniéndome de pie y sirviendo un poco del liquido humeante.
- Me vendría genial gracias...
Sirvo un poco para ella y me siento nuevamente bebiendo el mío.
- En breve estaremos aterrizando.
Le digo mirando mi reloj.
El piloto minutos después dice que abrochemos los cinturones y por fin aterrizamos. No es un viaje que me moleste pero si es algo incomodo dormir en un avión.
Bajamos del jet y presentamos en el aeropuerto de Londres nuestros documentos.
Salimos y diviso a unos metros el coche que aguarda por nosotros, un muchacho guarda el equipaje en el maletero mientras nos acercamos, Misael el encargado de la estancia de mi amigo Cristhian es un hombre de unos sesenta años y muy amigo de su familia. Al ser amigo de Cristhian por tantos años le conozco bastante bien...
Se acerca sonriendo hasta mi y extiende su mano saludando alegre.
- Joven Iván que alegría tenerlo de visita!
- Gracias Misael, a mi también me alegra por fin poder venir. Deja me presentarte... Ella es Isabella, el es Misael preciosa... Un gran colaborador de mi amigo Cristhian.
- Un placer señorita.
Dice Misael tendiéndole la mano a una Isabella que le sonreía algo tímida.
- El gusto es mío señor.
- Nada de señor por favor señorita Isabella, suena a que estoy muy viejo.
Pide bromeando Misael.
Lo que hace que tanto Isabella como yo riamos.
Subimos al coche y emprendemos el camino a la estancia que no queda a más de una hora del aeropuerto.
- Misael, como está la parejita feliz?
Pregunto relajando un poco el ambiente.
- Muy bien Don Iván... Creo que de verdad son muy felices.
- Eso es bueno, y mis sobrinos? Que tan loco te traen?
- Son unos pequeños traviesos, la peor es la niña Isabella, se la pasa haciendo travesuras. El joven Cristhian dice que es una pequeña revoltosa pero se nota la adoración que siente por sus hijos.
- Es igual a su madre... No dudo que sea revoltosa
Digo riendo.
- Verónica como ha estado?
- Por fortuna el cáncer no ha vuelto a aparecer, Cristhian la cuida mucho. Usted lo sabe.
- Cáncer?
Pregunta preocupada Isabella que hasta el momento se había mantenido en silencio sonriendo por la charla que manteníamos Misael y yo.
- La esposa de Cristhian, Verónica padeció de un tumor muy grabe durante el embarazo de sus hijos. Es una mujer muy fuerte en verdad... No quiso interrumpir el embarazo y lucho arriesgando su vida por tenerlos.
Explicó tranquilo a una Isabella que ahora se muestra sorprendida.
- De verdad es muy fuerte Don Iván....
Dice a su vez sonando orgulloso Misael.
- En fin, ya entenderás de que hablamos... Mi amigo Cristhian es sumamente protector de su esposa.
- Hace mucho están casados?
- Poco más de dos años... Pero se conocen hace nueve más o menos.
- Entiendo.
- Y dime una cosa Misael, que ha dicho la parejita de mi visita?
Misael ríe divertido al responder...
- La señora está muy emocionada con su visita. Se ha pasado organizando actividades para todos. Y el señor... Bueno usted lo conoce bien, el pasa riendo viendo como su esposa sonríe feliz...
- En cuanto lleguemos ya tiene preparada la partida de ajedrez que dejaron a mitad de juego.
- Aún no se da por vencida no?
- Sabe que no... Tiene el tablero justo como quedo en medio de la sala.
Río de recordar aquel juego que empezamos y que no hemos terminado.
Cinco minutos después el coche aparca justo frente a las puertas de aquella gran estancia, bajo del auto y tomo la mano de Isabella para que baje también. Estoy de espaldas a la puerta cuando siento unos tacones bajar a toda prisa riendo y gritando eufórica...
- Llegaron! Está aquí cariño! Está por fin aquí!!
Volteo en dirección de aquella alegre voz de mujer y no puedo evitar reír apresurando mi andar mientras abro los brazos...
Una Verónica sonriente y feliz se arroja desde el último escalón a mi abrazandome con fuerza...
Es una mujer hermosa por demás y me encanta saber lo feliz que es. Actúa como una niña alegre...
Cristhian avanza sonriendo hasta nosotros con paso sereno y las manos en los bolsillos, viendo como levanto en el aire a su mujer abrazándola y girando los dos varias veces riendo.
Isabella que quedo unos pasos detrás de mi me observa algo impactada y sonríe tímidamente.
- Como estás muñeca?
Digo dejando a Verónica sobre el suelo dándole un beso en cada mejilla y abrazándola una vez más.
- Muy bien Iván! Feliz de tenerte aquí por fin.
- Yo también estoy feliz de verte muñeca. Te vez fenomenal!
Digo tomando su mano y hago que gire sobre sus pies riendo y mirándola de arriba a bajo.
Su vestido turquesa le queda muy bien y acentúa su figura. El pelo tan largo como siempre atado simple en una larga trenza y apenas maquillada...
- Puedes dejar de babear por mi esposa Iván?
Dice Cristhian enarcando una ceja un segundo antes de soltar la carcajada y estrechar mi mano para luego abrazarnos divertidos...
- Sabes que no amigo...
- Lástima que es mía no?
Bromea soltando me y abrazando la cintura de Vero, parándose justo detrás de ella y pegándola a su pecho. Besa su cuello embelesado sin dudas por su mujer, y esta le acaricia sin dejar de reír viendo la expresión que pongo fingiendo dolor.
- Bueno, se que te he perdido muñeca...
- Nos presentaras a la bella dama que te acompaña?
Dice Cristhian observando a Isabella parada ahí sin decir nada. La ve como queriendo leer dentro de sus ojos y por su expresión de intriga al verme a mi sé que nota que algo malo está ocurriendo con ella.
- Claro...
Me giro y camino parándome justo al lado de Isabella, poso mi mano en su cintura con cuidado y hablo sin más...
- Isabella... Ellos son Cristhian, mi mejor amigo y su hermosa esposa Verónica.
Digo señalando a ambos cuando se paran frente a nosotros tomados de la mano con sus dedos entrelazados.
- Chicos... Ella es Isabella.
- Isabella... Es un placer conocerte. Bien venida a Londres.
Dice Cris extendiendo su mano, la cual Isabella toma respondiendo....
- El placer es mío señor...
- O por Dios, dime Cristhian por favor.
Bromea este riendo, aprisiona la cintura de su esposa Verónica y besa su mejilla divertido.
- Ella es mi esposa Verónica...
- Un gusto Isabella! Que bueno tenerte aquí.
Dice Vero abrazándola sin dudar... A lo que Isa claramente se ve sorprendida...
- Igualmente Verónica... Gracias por recibirme en su casa.
- Ni lo digas, me encanta tener a otra mujer para charlar...
- Entramos chicas?
Pregunta Cristhian viendo como su mujer enseguida se siente cómoda con Isabella...
Verónica toma del brazo a Isa y se adelanta charlando con ella, Cristhian avanza a mi lado sonriendo con calma y lleva las manos a los bolsillos...
- Tan malo es Iván?
Pregunta sin apartar la mirada de Verónica e Isabella que ya están entrando a la casa.
Lo miro un momento y suspiro con pesar.
- Quisiera que no Cristhian...
- Tienes que decirme lo que sabes, si voy a ayudarla sabes que necesito saber lo que tu sabes para empezar.
Me detengo mirándolo y el hace lo mismo. Paso las manos por mi pelo y el me observa en silencio.
- Hablamos en algún lugar más privado?
- Seguro, ven vamos al estudio de Verónica.
Dice tranquilo entrando a la casa, pasamos por la sala en la que Isabella y Verónica ya están sentadas bebiendo café y charlando tranquilas...
- Mi ángel, tengo algunas cosas que resolver con Iván... Te molesta si usamos tu estudio por un rato?
- Ya se van a encerrar?
- Solo tenemos un par de asuntos que tratar ángel... Prometo que después no hablaremos de nada más que no sea de tu cumpleaños.
Dice conciliador Cristhian besando con ternura pero apasionado a Verónica.
- Esta bien cariño...
Acepta sonriendo.
- Enseguida volvemos, Isabella Estás bien?
Pregunto al notarla algo preocupada.
- Si Iván... Gracias.
- Ya vallan ustedes dos yo la cuido Iván.
Bromea Verónica.