Me emocioné de más cuando dijo eso que pataleé.
-¿Eso es un soborno?-
-No, una estrategia para asegurarme de que vuelvas.-
Reí. -¡Quiero ambos!-
Me lancé a él para abrazarlo y eso le hizo caer atrás en el respaldo del sofá, mi peso quedó completamente sobre él. Bastante incómodo.
Apoyándome de su pecho me senté sobre él. Una rodilla en cada lado de su cadera. Recuerdo haber hecho esto cuando estaba ebria aquel día, pero esta vez no sentía incomodidad.
Yoongi acomodó uno de los cojines en su espalda y dejó su mano izquierda detrás de su cabeza y la otra la posó en mi pierna.
-Ambos.- repitió.
-Aunque no podría pedirte ambos.-
-Si tienes una dulcería quedarás en bancarrota.-
-Lo sé, yo me comeré todo.-
-¿Y sabes? Para acomodar y adornar ramos y esas cosas, tendrás que usar tijeras o algo así.-
Me le quedé mirando sin decir nada. Con mis nudillos golpeaba levemente su abdomen, sin hacerle daño, solo por hacerlo.
-Entonces haré otra cosa.-
-Hm.- lo último que dijo respecto a ese tema. Yoongi cambió de pronto para no verme así. –Jung Do Yeon.- lo miré de nuevo. Una de las esquinitas de sus labios sonreía. -¿Crees que eres bonita?-
-¿Hm?- eso era nuevo. –Supongo que lo soy.- traté de encontrar su ombligo sobre la playera.
-¿Supones?-
-Mi rostro es bonito porque todo en él es pequeño.- absolutamente todo.
-Tu cuerpo es pequeño también.-
-¿Y?- fruncí el ceño.
-¿Has dejado de quejarte sobre él?-
Cielos, Yoongi no tiene ombligo. –Ya me resigné.- oh, aquí está.
-Eres hermosa.- dijo.
-Solo de rostro.-
Le vi reír. –Bien, lo que tú digas. ¿Y qué hay de madurar?-
No entendía por qué sacaba todo esto ahora. –No soy una niña.-
-¿Y por qué sigues picando...? Deja eso.-
-Lo siento.- reí por lo bajo. –Y tampoco quiero hacer cosas de adultos.-
-Hm, eso está bien.-
Cosas de adultos. ¿Por qué tenía que decir eso?
-¿Te digo una cosa, Suga?- tema interesante, tema interesante. Me incliné hacia adelante mientras acomodaba mis manos juntas sobre su pecho para dejar mi mentón a merced de ellas. El rostro de Yoongi me quedó más cerca. –Cuando tuve ideas tontas de ti y Suran sobre...-
-Cosas de adultos.- dijo mirando el techo.
-Sí. Nunca me imaginé qué tipo de cosas. Solo besos.-
-¿Para ti eso solo son cosas de adultos?-
-Bueno... tendrían que estar sin ropa, ¿no?-
-Cambiemos de tema.-
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En minutos se acabaron las palabras. Lo que siempre pasa cuando hablamos mucho. Sin perder la posición dejé a merced el costado de mi cabeza en su hombro, mi nariz tocando su cuello. Oía cómo Yoongi respiraba. Sentía su mano libre en mi espalda, sus dedos apenas rozando de arriba abajo para acariciar ligeramente. Yo picaba cada centímetro de su clavícula con mi dedo índice. Podría ser signo de aburrición pero estaba bastante entretenida.
Entre la charla habíamos abordado el tema de Hwa In. Fue corto y lo terminé con un "no es importante", además de que eso quedaría en el olvido porque me cambiaré de instituto y nadie más me molestará. Yoongi lamentó no haberme ayudado con eso, pero también le dije que no importaba. Son cosas que ya no importan. Porque ahora nos estábamos reponiendo de todo eso. Yo principalmente.
En cualquier momento de ese silencio sentí una vibración en mi muslo. Me levanté un poco para darme cuenta del teléfono de Yoongi en su bolsillo. Lo miré pero él tenía los ojos cerrados, pasando completamente de ello. Bueno, entonces yo también.
-Jung Do Yeon.- habló en voz baja. Sus dedos siguen paseándose por mi espalda. -¿Hay algo más que quieras decirme?-
-¿Algo más?-
-Hemos hablado y aclarado todo, pero sé que hay una cosa.-
Me levanté de nuevo apoyándome de su pecho. Él me miraba.
Acto seguido se impulsó hacia adelante para sentarse correctamente, me sostuve de sus hombros y él abrazó mi cintura. Nuestros rostros a la misma altura, nariz a nariz.
-Cosa.- pensé.
-Lo que dijo el patán en el corredor.-
Junior.
Cielos.
-¿Oh?-
-Youngjae besó a mi novia.- citó. Miré solo sus labios cuando dijo eso. –Youngjae besó a mi novia, ¿por qué diría algo como eso?-
-Suran besó a mi novio.- frunció el ceño cuando dije eso. Ni lo pensé.
"No éramos novios en ese entonces", eso sonaría peor.
Agh, no, hacerme la inocente no resultaba. Tenía que decírselo.
-Eso no significó nada.- replicó.
-Tampoco lo de Youngjae.-
¡Cielos, eso no debía decirlo!
-¿Entonces es cierto?-
Me quedé callada. Dando por hecho que lo admitía. Creí que se molestaría, pero me extrañaba que tuviese la seriedad de siempre. Ni siquiera había un tono agresivo o algo así.
-Creo que tuve una cita con Youngjae.-
-¿Lo crees?-
-Y bueno... ¿sabías que Youngjae tiene el mismo concepto de cita que yo?-
-Me lo imagino.-
Ni una gota de molestia.
-Uhm...- ah, no podía mirarlo en ese momento. –Él me besó. Pero solo fue por un segundo. Pequeño e insignificante, yo ni siquiera me di cuenta de...-
-¿Por qué te comportas como una criminal, eh?-
¿Acaso estaba sonriendo? ¿Qué le sucede?
-¿Estás enfermo? ¿Por qué no estás molesto?- le vi enarcar una ceja.
-Lo estoy, porque tardaste tanto en decírmelo. Pensé que no me lo dirías.-
Me molesté por eso. –Si yo no hubiese entrado al estudio aquel día, ¿me hubieses confesado que Suran te besó?-
Sentí que apretó su abrazo lo cual me acercó más a él. –No.-
-¿Por qué no?-
-Porque no significó nada y no es importante.-
-¡Lo de Youngjae tampoco!-
¡Está volviéndome loca a propósito!
-Lo sé, lo sé.- dicho esto me besó rápidamente en los labios. -¿Este sí es importante, verdad?-
-Un momento...- sospecha mía. -¿Lo sabías?- esa sonrisa me lo afirmaba. ¡Lo sabía! -¡¿Cómo?!-
-Voy a perdonártelo porque a ambos nos pasó lo mismo, ¿cuenta?- le miré mal. –Y otra cosa: en verdad que Youngjae no puede con la culpa. En cierto sentido es como tú.-
-¿Oh? ¿Cómo...?-
-Un mensaje.- dijo. –Un mensaje con decenas de caras tristes y la palabra "lo siento" como cien veces. Lo vi cuando caminábamos hacia acá.-
Me mostró el mensaje para darle un ligero vistazo, luego guardó el teléfono en su bolsillo otra vez.
-Suga...- no tenía idea de qué decir.
-Está bien.- dijo. –Ya me divertí.-
-Yo me molesté mucho cuando...-
-Fue un malentendido.- aclaró. –Y no significó nada para mí, Doyeon.- volvió a la seriedad del momento. –Y esto para ti tampoco, ¿verdad?-
Cielos.
Negué una vez. Para Yoongi eso estuvo bien. Conforme.
-Hm.- asintió. -¿Y ahora cómo voy a torturar a tu amigo?-
-¡Suga!-
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Revisé el refrigerador, las gavetas y la alacena. Vagamente recordé que Yoongi casi nunca come en casa. Cielos, y yo tenía hambre.
Uhm, ¿seguirán las bolitas de queso arriba? Pensé y actué como si no lo hubiese hecho.
Acerqué una silla y me subí a ella.
-¡Aquí están!- ¡el frasco gigante! Hey, y con la cantidad a medias.
-¿Qué estás haciendo?- Yoongi de pronto apareció.
-No estoy ebria, puedo subirme aquí.- respondí tratando de alcanzar el frasco, oh, lo abracé cuando al fin lo conseguí y de un brinco bajé de la silla. Sonreía mientras miraba a Yoongi.
-Te he dicho muchas veces que tus vestidos son muy cortos.-
-No me importa.- abrí el frasco y lo dejé en la barra de desayuno mientras me metía tres bolitas de queso a la boca.
-¿Está bien que yo mire tu ropa interior?- preguntó.
-No. No debiste mirar en primer lugar.- comí otro puño.
Rodó los ojos y negó, reí por eso. –Iré por Holly.-
Le miré caminar hacia la entrada principal. -¡Espera!- metí otro puño y corrí para alcanzarlo. -Yo también quiero ir.-
Junior vive ahí, no me quise imaginar qué pasaría si él es el que atiende la puerta a Yoongi.
...