El día estaba perfecto para salir a pasear. Eso es lo que pensó el doctor Kim por unos momentos. Esa tarde, decidió llevarse a la señora Jung a dar un pequeño paseo por los jardines. Lo decidió mientras caminaba por el pasillo. Después de verla sola en su habitación. Su hijo menor había salido hacia unos momentos y ella tenía de nuevo aquella triste expresión en su rostro. La sorprendió entrando con una silla de ruedas. Sonrió para tratar de cambiarle el ánimo. Entonces, luego de una leve plática, la señora Jung decidió irse con el doctor Kim. Ya sea para conversar o despejar la mente. El salir le haría bien. En el fondo, ella estaba pensando en todo lo que estaban hablando Yunho y Jaejoong. Tal vez, fue muy precipitado de su parte pedirle a aquel joven que convenciera a su propio hijo. Lo más adecuado era que ella hablase con claridad respecto a su enfermedad y a sus propias decisiones. Ella no quería ocasionarle problemas a Jaejoong. Por su lado, el doctor Kim quería averiguar un poco más acerca de Yunho. Quería asegurarse de que no fuese una mala persona. Pero incluso si lo descubría había algo que no le cuadra en aquel hombre. Bastaba solo con verlo a los ojos. Yunho, no era una mala persona. Tal vez, él estaba exagerando pero quien mejor que la propia madre de Yunho para aclararle ciertos asuntos. Él había notado que cuando Jaejoong le habló acerca de Yunho estuvo un poco nervioso. Por el tiempo que conocía a su primo. Se atrevería a decir que él era la única persona que sabía cuándo Jaejoong mentía. Quizás era muy imprudente de su parte tratar de averiguar que era exactamente lo que Jaejoong escondía de Yunho. Pero, él necesitaba saber la verdad. Junsu había sido adoptado por la tía de Jaejoong y por su esposo. A los siete años conoció por primera vez a Jaejoong, le pareció un niño bastante lindo y debilucho como para ser hombre. Jaejoong había sido el primero en acercarse de la familia Kim. Con una sonrisa amplia y un "hola", fueron suficientes para que Junsu se volviera más rojo que un tomate. Ambos tenían la misma edad. Y gracias a Jaejoong, Junsu pudo aceptar a su nueva familia. Desde ese entonces, ambos son los mejores amigos. Mientras empujaba la silla hacia afuera. Estuvo pensando en el día en el cual conoció a Jaejoong. No sabía cómo iniciaría una conversación acerca de Yunho. El viento fresco soplaba levantando un leve polvillo del suelo. De pronto, la señora Jung comenzó a hablar, con gentileza y algo despreocupada.
-Doctor Kim, usted está preocupado por su primo... ¿no es verdad?- sonrió amablemente.
Un pajarillo azul de pico negro sobrevolaba hacia la copa de un árbol. Junsu se distrajo por un momento, viendo al pequeño animal.
-Eh, sí. Lo siento mucho- estaba un poco apenado.
-Entiendo cómo te sientes. Después de todo, siempre has estado muy al pendiente de tu primo, ¿verdad? Tú... lo quieres más que a un primo, ¿no es así?- sonrió.
Junsu se rascó la cabeza. De alguna manera, la señora Jung había descubierto sus intenciones e incluso había podido saber qué tipo de relación tenían ambos. Él siempre había ayudado a Jaejoong a cambio de nada. Y así sería siempre. Él se conformaba con ser su mejor amigo. No sabía cómo responder.
-Es solo que...- exhaló -él en el pasado sufrió mucho a causa de una persona. Yo solo... no quisiera que lo lastimen- tomó valor -Si tan solo supiera que hay personas dispuestas a darle la felicidad que él merece.- se pausó -Eh, no es como que si yo hubiese estado enamorado de él durante muchos años- estaba demasiado nervioso.
El nerviosismo lo había hecho soltar la primera cosa que se le vino a la mente. Sí, eso era. A veces las palabras que se dicen no son siempre racionales. No, no era cierto. Él no podía esconder más el hecho de que había estado enamorado de Jaejoong durante años. Pensó que lo había superado. Pero siempre había algo que lo hacía recordar que sus sentimientos por él no habían muerto.
-Supuse que algo así estaba sucediendo- sonrió y levantó la mirada.
Junsu se había agachado. Y ante su tonta confesión. Estuvo tapándose la cara con las palmas. Como si fuese un niño.
-Yo... entiendo mi posición. Jamás confesaría esa clase de sentimientos- tomó aire y prosiguió -Solo quiero que él sea feliz. Y si esa persona es Yunho, yo podría rendirme- su voz fue más suave de lo que esperó.
-Cariño, entiendo tu angustia y miedo ante tus propios sentimientos pero no es bueno guardar algo así por tanto tiempo. Como lo has estado haciendo hasta ahora- se pausó -Puedes preguntarme cualquier cosa que quieras saber. Te contestaré con sinceridad- sonrió amablemente.
Junsu se levantó despacio, y se puso frente a la señora Jung.
-Gracias- sonrió pero aún estaba un poco nervioso -Oh, se lo pido por favor no le diga nada de esto a nadie. Debe pensar que es una aberración. El sentir algo así por un primo pero quiero aclarar que fui adoptado por los tíos paternos de Jaejoong- agachó la mirada levemente.
-Seré una tumba pero debes considerar decirle tus sentimientos a Jaejoong- su mirada era cansada.
-Desde niños fuimos criados como si realmente fuésemos primos hermanos es por ello que nunca me atreví a expresarle mis sentimientos- Junsu estaba sentado en cuclillas. -Para él, yo solo soy su primo y nada más- sonrió con cierta tristeza.
-Cariño, debes de haber sufrido mucho a causa de tu silencio- su tono era condescendiente.
Junsu asintió y luego la miró con algo de dolor en su mirada.
-Entiendo porque no has querido decirle nada durante todo este tiempo- se pausó.
No era difícil imaginarse la reacción de Jaejoong ante la confesión de Junsu. Por ello, él no había querido confesarse con Jaejoong. Después de todo, Junsu era su primo quiera o no y lo conocía mejor que nadie. Él había anticipado las acciones de Jaejoong en su mente y había decidido permanecer en silencio. La señora Jung realmente entendía su angustia. Pero para ella era mejor que Junsu le dijese sus sentimientos a Jaejoong.
-Sé lo que está pensando en este momento- la miró hacia arriba -Que debería decírselo en vez de sufrir en silencio y tal vez así realmente estos sentimientos puedan morir- en sus ojos había dolor.
La mujer lo acarició. Incluso ella siendo la madre de Yunho. Entendía con solo ver a la pareja que formaba Jaejoong con su hijo que ellos se veían felices juntos. Lo mismo debió de haberle sucedido a Junsu. Pero ella veía en Junsu a un buen hombre, dispuesto a dar todo para la felicidad de la persona que amaba. Pues aún después de sentir amor por Jaejoong, le deseaba lo mejor.
-Está bien. No te presionaré más- sonrió la mujer.
- ¿Está segura?- se pausó -Porque si me insistía una vez más... creo que podría considerarlo- trataba de sonar divertido.
- ¿Qué clase de madre sería si apoyo a alguien a que se le confiese al novio de mi hijo?- rio.
Junsu era la clase de persona cálida que toda persona quisiera para amar. Era un joven bueno y correcto. La señora Jung, no tuvo problemas en decirle todo lo que tuvo que pasar Yunho a causa de su enfermedad. Incluso, le contó acerca de qué clase de persona era su hijo. Además de lo diferente que fue Yunho antes de conocer a Jaejoong. También de lo difícil que fue para ella. Cuando su marido falleció y los dejó solos. Yunho, en ese entonces apenas tenía cuatro años y solo tuvo un recuerdo de su padre. Del día en el cual los tres fueron a una playa. Las sonrisas, palabras y acciones de su padre. Se le quedaron grabadas en su memoria de niño. Ella no olvidaría ese día. Pues las palabras de su marido fueron como una despedida para ambos. Junsu la veía cuando le contaba todo. En aquella mujer podía ver el mismo dolor de su madre al perder a su padre. Con la sola diferencia de que su padre estuvo con ellos más tiempo del que estuvo el padre de Yunho con su familia. Ciertas dudas acerca de Yunho fueron saliendo de su mente. Era cierto. Él era un buen tipo. Es entonces que Junsu supo que debía de ser sincero con Jaejoong y con el mismo Yunho. Él debía de disculparse por tener sospechas de la clase de persona que era Yunho.
***
Mientras tanto Yunho se sintió más tranquilo al saber que su madre había salido con el doctor Kim. Él y Jaejoong habían salido a buscarlos. Los encontraron en el jardín. Es entonces que Jaejoong le sugirió que los dejará conversar a gusto. Pues ambos parecían estar divirtiéndose. Poco después, regresaron a la clínica y esperaron en la cafetería. Ahí, Yunho habló acerca de cómo se sentía con respecto a la enfermedad de su madre. Jaejoong descubrió que en realidad, Yunho solo estaba asustado de perder a su madre. Lo entendía pero aquella mujer no podía seguir sufriendo.
-Yunho, entiendo que tienes miedo de perder a tu madre pero debes tener en cuenta lo mucho que ha sufrido- lo miraba con cierta tristeza.
-La verdad es que nunca me puse a pensar en lo que quería mi madre- se pausó. -Tal vez, soy un egoísta en querer tenerla por más tiempo a pesar de su sufrimiento- agachó la mirada -pero yo realmente quiero intentar todo para que ella por lo menos lleve una más plena por un poco más de tiempo. No estoy listo para dejarla partir sin luchar- su expresión era triste.
-Deberías de escucharla, y no eres una persona egoísta. Solo eres humano- se pausó -y quieres tener a tu madre contigo- acarició la mano de Yunho.
Por su lado, Changmin estuvo toda la tarde buscando un trabajo nuevo. Él necesitaba encontrar algo pronto. De otro modo, no podría cubrir los gastos de su madre e incluso pensaba en ayudar a Yunho con sus estudios. Estuvo buscando por las calles en los puestos donde solicitaban gente nueva para trabajar. Bien podría tener dos trabajos como la última vez. Esta vez, él ayudaría a su hermano a como dé lugar. A veces era difícil sobrellevar el hecho de solo era un estudiante universitario que ganaba muy poco para solventar a su familia. Él al igual que su hermano guardaba sus sentimientos y pensamientos para que su madre no se preocupará. Es decir, ya tenían suficiente con la testarudez de su hermano como para que se preocupen por él. En la universidad le iba bien pero había algo que no estaba bien. Todos pensaban que era una persona muy callada, y cuando hablaba era demasiado directo. Era demasiado frío con todas las personas que conocía. Los pocos amigos que tenía conocían bien su carácter. Y sabían a qué atenerse. A pesar de que era un chico bastante popular con las chicas. Él nunca había tenido una relación seria. Eso era lo que estaba mal en él. Aquellas relaciones nunca lo llenaban del todo. Se podría decir que tarde o temprano las chicas se terminaban aburriendo de él. Cuando se daban cuenta de su falta de compromiso con ellas. A decir verdad, Changmin nunca antes se había enamorado realmente. Él solo aprovechó cuando las chicas le confesaban sus sentimientos, ni una sola vez las rechazó. Así que tuvo muchas relaciones pero nunca estuvo realmente interesado en ellas. Solo las dejaba pasar. Algunas personas dirían que él era demasiado frío o falto de emociones. No era algo que podría contarle a alguien como su hermano. Su hermano era diferente a él, en todo aspecto. Incluso teniendo el trabajo que tenía como Novio de Alquiler, él no mezclaba las cosas. Y cuando tenía pareja pues siempre eran personas bastante amables y cálidas. De alguna manera, se sorprendió cuando Yunho le dijo que se había enamorado de su cliente. Admiraba el coraje de su hermano de admitir cuando le interesaba alguien en serio. Bueno, Yunho siempre era serio con las personas. Él no podría ser como su hermano. Pues era enteramente heterosexual. Entendía porque su hermano no le importaba tener de pareja a un hombre o una mujer, y se debía a su trabajo. Sinceramente, él no sería capaz de hacer algo como salir con un tipo que apenas conocía. Estuvo cansado de caminar. Entonces, quiso tomar un café antes de regresar a la clínica para ver a su madre. Entró a una cafetería bastante elegante pero al ver sus precios se dio cuenta de que era accesible. El nombre era bastante raro pero no se dejó intimidar. Tenía mucha curiosidad de saber cómo era "Le Rouge Lounge". Se sentó al lado de la ventana, en el único lugar que vio libre. Tomó entre sus manos la carta. Y esperó a que alguien lo atendiera, y entonces vio que una bella joven se acercó a él. Estaba vestida de sirvienta francesa con fusión de un personaje de anime. Él no sabía que era un café cosplay. La chica lo miraba con sus bellos ojos redondos color marrón. Sus labios eran gruesos y tenía una sonrisa que podría cautivar a cualquiera. Changmin, por un momento dudo. Pero entonces ella habló e hizo una reverencia.
-Bienvenido a casa, joven amo- se levantó y lo miró - ¿qué desea que le sirva?- sonrió -Oh, por cierto mi nombre es Hayami. Disculpe si no lo atendí antes pero ahora mismo estamos bastante ocupados como usted verá- hizo un gesto con su mano.
Changmin siguió el gesto, y se percató que realmente era un sitio bastante popular.
-No te preocupes. Realmente es la primera vez que vengo a un lugar como este- sonrió algo nervioso -No tenía idea de que había un lugar así en Corea. Disculpa si te agobio con mis palabras sin sentido- se sobó la cabeza.
-Oh, no se preocupe joven amo- sostenía una libreta rosa con un lápiz del mismo color que tenía en un pompón peludo.
-Entonces, quiero una rebanada de pastel de queso y té bancha- miró a su alrededor.
Había mucha clientela masculina. Y todas las demás sirvientas eran casi tan lindas como la joven que lo estaba atendiendo. Se sentía incómodo por el tamaño tan pequeño de las faldas de las jóvenes además de ver las pantis sexys que usaban. Él no sabía cómo había llegado hasta ahí. La voz suave y algo chillona de la joven lo interrumpió.
-Me retiro, vendré con su pedido, joven amo- sonrió y le guiñó un ojo.
Era su impresión o aquella joven estaba siendo demasiado amable con él. Se podría decir que hasta estaba siendo un poco coqueta. Bueno era parte de su trabajo. Mientras estuvo esperando se distrajo con algunos afiches. Todo el lugar era bastante animado. No tenía idea pero la mayoría de la gente se sentiría atraída por aquel ambiente pero él estaba muriéndose. Solo quería salir de aquel lugar. Estaba seguro de que no volvería. De pronto, las luces bajaron y entonces un lugar se iluminó. Un pequeño estrado se iluminó. Dos sirvientas comenzaron a hablar. Todo el mundo enmudeció. Parecía un tipo de espectáculo en vivo. Las chicas estaban actuando. Bastante cariñosas. Quiso irse pero recordó que sería demasiado descortés irse habiendo pedido algo. Él no quería hacerle algo así a una chica tan linda como la que lo atendió. No pudo mantener mucho la vista sobre el escenario. Entonces leyó un folleto que estaba sobre su mesa. En el habían ciertas especificaciones. Que eran más como reglas del establecimiento. Él leyó lo siguiente:
-No saludar o despedirse de beso o abrazo con las maid.
-No tomar fotos o videos sin el consentimiento de las maid.
-No pedir datos personales o de contacto a las maid.
-No dar regalos de ningún tipo a las maid.
Era lo más resaltante. La voz suave de la joven atrajo su atención nuevamente.
-Joven amo, ¿disfruta de la obra?- sonrió.
Changmin hizo un sonido como para afirmar que lo estaba disfrutando.
-Sabe, otros días también tenemos música, danza y demás- dejó la taza de té sobre la mesa. -Usted parece ser alguien que nunca antes ha visto algo así- lo miró con una leve sonrisa. -Nunca antes ha estado en un bar travesti, ¿verdad?- se acercó para tomarlo de la barbilla con una mano.
-Yo...yo... nunca antes he estado en un bar así- estaba empezando a alterarse.
-Lo noté desde la primera vez que lo vi- sus ojos brillaron -Mi verdadero nombre es Minho, y pareces ser un despreciable chico heterosexual. Lo sé con solo verte- soltó una risita. -Si vienes a burlarte de nuestro trabajo. Será mejor que termines tu té y te vayas- clavó su mirada furiosa en los ojos del hombre frente a él.
-Yo... yo... no he venido a algo así- exhaló -Solo tuve curiosidad- estaba nervioso.
Él nunca antes había actuado así. Nunca antes se había salido de su personalidad fría e inalterable.
-Entonces, joven amo- se pausó y lo soltó -Disfrute de su visita- sonrió amablemente.
Poco después, el joven se acercó nuevamente. Le lanzó una mirada sexy y metió una de sus manos en la chaqueta de Changmin. Pensó que tal vez aquel chico lo iba a acariciar. Cerró los ojos. Luego sintió que el joven se alejó. Changmin estuvo terminando su comida en silencio. Observó como las luces se prendieron de nuevo. Los hombres alrededor, y parte de algunas mujeres comenzaron a aplaudir. Por inercia, él hizo lo mismo. Dejó lo suficiente como para pagar la cuenta además de una buena propina. Se levantó y salió del lugar. Tenía que calmarse. Él necesitaba volver a la normalidad. Nunca volvería a aquel lugar. Se percató de que ya era de noche. Entonces, metió su mano en el bolsillo de su chaqueta para sacar su celular. Pero sintió algo raro en su celular. Lo sacó. Y se dio con la sorpresa de que detrás de su celular había una pequeña nota adherida. No entendía en que momento pudo obtener algo así. Leyó la delicada letra. Era el nombre y contacto de aquel joven.
Choi Minho
505 XXX - 987 XXX
Posdata: Eres bastante lindo cuando te sonrojas. :D
No podía entender aquella nota. Acaso, ¿aquel chico estaba intentando ligar con él? No, no podría. Él mismo dijo que era un despreciable heterosexual. Por alguna razón, terminó por sonrojarse. Alzó la mano para tomar un taxi. Uno vino vacío. Y se subió de prisa. De camino a la clínica estuvo pensando mucho en aquel joven. Era extraño pero por primera vez sentía como si realmente pudiese llegar llegar tener sentimientos por alguien más. Sino era eso, entonces él solo estaba confundido.