Sacrificio de Amor

By sweet_svu

267K 19.1K 5.9K

Olivia Benson regresa a su ciudad natal, New York, después de pasar los últimos 15 años de su vida lejos de a... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (+18)
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE LA FIC
Capítulo 31 (+18)
Capítulo 32 (+18)
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54 (+18)
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66 (+18)
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 80
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo 92
Capítulo 93
Capítulo 94 (+18)
Capítulo 95
Capítulo 96
Capítulo 97 (+18)
Capítulo 98
Capítulo 99
Capítulo 100
Capítulo 101
Capítulo 102
Capítulo 103
Capítulo 104
Capítulo 105
Capítulo 106
Capítulo 107
Capítulo 108
Capítulo 109
Capítulo 110
Capítulo 111
Capítulo 112
Capítulo 113 (+18)
Capítulo 114
Capítulo 115
Capítulo 116
Capítulo 117
Capítulo 118
Capítulo 119
Capítulo 120
Capítulo 121
Capítulo 122
Capítulo 123
Capítulo 124
Capítulo 125
Capítulo 126
Capítulo 127
Capítulo 128
Capítulo 129
Capítulo 130
Capítulo 131 (+18)
Capítulo 132
Capítulo 133
Capítulo 134
Capítulo 135
Capítulo 136
Capítulo 137
Capítulo 138
Capítulo 139
Capítulo 140
Epílogo

Capítulo 7

2.3K 198 59
By sweet_svu

—¿Mamá, vas a decirme qué tienes? —preguntó por tercera vez en toda la noche.

—Nada, Emma. Ya repetí mil veces que está todo bien.

—¿Te encontraste con alguien en la cafetería?

—¿Ah? —preguntó sorprendida. "¿Cómo lo hace? Sería un gran detective. Es más suspicaz que ciertos detectives." 

—¿Es por el trabajo? ¿No es lo que esperabas?

—Emm, cariño, está todo bien. Deja de hacerte películas en esa cabecita loca —sonrió—. Ahora sigue contándome lo de tus nuevas amigas.

A la joven le había ido increíble en su primer día. Ya había conseguido 2 amigas y al parecer 1 rival. A una de las chicas no le había gustado que llegara la nueva y la pusieran con las de nivel superior.

Alex llamó al departamento para preguntarles a sus chicas favoritas sobre su primer día, tanto en el trabajo como en las clases de gimnasia. Emma estuvo horas al teléfono hablando con ella, contándole con lujo de detalle lo que había pasado en las 3 horas dentro de Chelsea Piers.

—Pásame a tu madre, cariño —pidió Alex.

—Adiós tía. Te amo —se despidió la joven—. No te olvides de decirle a mi madre que no necesito niñera. Con el gps basta.

—También te amo. Yo le diré —rió.

Salió corriendo de la habitación con el teléfono en la mano, buscando a su madre por todo el departamento hasta que la encontró en su estudio. Una habitación algo más pequeña que las otras y que todavía faltaba de decorar. Apenas tenía su escritorio, un mueble detrás de eso donde estaban algunos libros y un cuadro.

—Hola Alex —saludó Olivia y echó entre risas a su hija de su estudio.

—¿Cómo terminó de ir todo?

—Quiero regresarme a Chicago —se sinceró.

—¿Tan mal estuvo?

—Él quería hablar conmigo sobre nosotros —resopló frustrada—. No hay un nosotros. No hubo, no existe y no habrá un nosotros.

—Entonces no hablaron.

—En la estación no. Intentó hablarme pasado el mediodía y le dejé claro que él es el Teniente y yo la Capitana de Víctimas Especiales, no más...

—¿En la estación no? ¿Fuera sí? —inquirió queriendo descifrar las palabras de su amiga.

—Saldré a las 2 de la tarde más o menos por esta semana. Fui a recoger a Emma para llevarla a sus clases.

—De 3 a 6 de la tarde. Sí. Tu hija me lo contó todo ya.

—Fui a una cafetería cerca de la estación y cerca de Chelsea Piers. Justo en la mitad —cerró los ojos y respiró hondo—. Llegó a la cafetería y se sentó en mi mesa. Así, sin más, sin pedir permiso. ¿De todas las cafeterías de la ciudad tenía que llegar a esa?

—El destino.

—Mi destino es un asco.

—¿Hablaron?

—Podría decirse.

Olivia le terminó de contar a su amiga su encuentro con Elliot fuera del trabajo. Estaba confundida y se lo dejó saber. Nunca creyó que se iba a sentir tan mal al tenerlo cerca. Tenía que superar a Elliot Stabler de una vez por todas. Era una idiotez no haberlo superado en 15 años.

La mañana siguiente Olivia estuvo igual de callada y pensativa. Tenía los ojos rojos y grandes ojeras por llorar toda la noche. Hace años no lo hacía pero no pudo evitarlo esa noche. Su hija la escuchó en la noche pero quiso darle su espacio.

Emma fue la primera en levantarse a preparar el desayuno. Un gran desayuno para animar a su madre.

—¿Puedo ir a Central Park hoy? —preguntó Emma cerrando los ojos esperándose un rotundo no—. Solo un par de horas. Te enviaré una foto cuando salga de aquí, cuando llegue allá, cuando camine por ahí, cuando regrese al departamento y aquí.

—Bien —sonrió.

—Eres... La... Mejor... Mamá... Del... Mundo —aseguró y en cada pausa besaba su mejilla.

—Te vas a cuidar y enviarme las fotos que dijiste.

—Lo prometo.

—Si pasa cualquier cosa vas a usar esa aplicación que me envía un mensaje si pasa algo y mantendrás el gps encendido.

—Sí y sí. No me gusta la idea de sentirme tan vigilada pero si eso hace que no te preocupes tanto pues lo haré.

—Ok. Te amo cariño. Nos vemos a las 2:30 —se despidió de su hija y salió de su departamento sonriente por sus ocurrencias.

Toda la semana fue de adaptación para las dos. Olivia en el trabajo y Emma en su nueva escuela de gimnasia.

La Capitana estaba mucho más relajada y dispuesta a socializar con su equipo. Quería conocerlos muy bien a todos. No quería mantener un ambiente hostil de trabajo, ella no era así. Le gustaba conocer a las personas con las que trabajaba y tener una relación de amistad si era posible. De todos en la estación, Fin era el más feliz por el regreso de Olivia. Varios días había salido a almorzar con él y los otros con Alex.

Olivia había intervenido en el caso que Alex les había pedido investigar nuevamente. La víctima se había retractado y la defensa tenía una grabación de eso. Hablaron con la supuesta testigo de la defensa que era una amiga de la víctima, la cual estaba siendo pagada para que declarara, y la capitana la hizo confesar que la había orillado a decir aquello.

—Bienvenida a Víctimas Especiales, Capitana Benson —dijo Alex con una gran sonrisa ingresando en la oficina de su amiga.

—¿Culpable?

—Culpable de todos los cargos. Gracias a ti que hiciste que la supuesta testigo de la defensa dijera toda la verdad y nada más que la verdad.

—No hice nada —sonrió—. El caso ya estaba ganado. Tenemos a la mejor fiscal de distrito de todas —tomó la mano de su amiga agradecida por no alejarse de la unidad. Hace 5 años la habían ascendido a fiscal de distrito, ya no solo era una asistente pero se seguía haciendo cargo de ciertos casos en la unidad. Los casos que no podía llevar por ejercer otras funciones de su cargo, los llevaba un asistente de fiscal llamado David. Ella no había podido presentárselo todavía.

—Siempre tan modesta. ¿Qué tal tu semana de adaptación? ¿Sigues queriendo regresar a Chicago?

—No o por lo menos no tanto.

—¿Hablaste con él de nuevo? —preguntó mirando hacia afuera al escritorio de Elliot.

—No tenemos nada de que hablar.

—¿Le dirás algún día? —Liv palideció—. Eso es un no.

—No voy a hablar de eso y menos aquí. Me voy —anunció tomando sus cosas—. Tengo que ir por ella.

Olivia salió de la estación para ir a recoger a Emma y llevarla a sus clases. Volvía a estar callada y pensativa. Su hija hablaba de mil cosas mientras ella estaba en su mundo. Dejó su auto en el estacionamiento de Chelsea Piers y mientras su hija estaba en clases decidió salir a caminar. Caminó un par de cuadras y sin darse cuenta llegó a la estación. Miró el edificio con melancolía. Tantas cosas habían pasado esos primeros años en esa unidad.

"Nunca le diré nada a Elliot. Él tomó su decisión y me orilló a decidir lo que decidí." Pensó y continuó caminando.

Elliot salió más temprano del trabajo. Necesitaba hablar con Alex. No podía esperar un día más. La fiscal lo había estado evitando toda la semana y él necesitaba respuestas. Fue a visitarla a su oficina llevando un par de cafés que compró en la cafetería de la esquina. 

—Adelante —escuchó él después de tocar su puerta. Era una suerte que no estuviera su secretaria porque era la que siempre le decía que la abogada no estaba.

—Hola, Alex. Espero no estés tan ocupada hoy —saludó. Le entregó su café y se sentó frente a ella.

—Elliot. No te esperaba.

—Soy insistente. ¿Qué puedo decirte? —sonrió ampliamente—. Has estado evitándome.

—He tenido trabajo que hacer.

—Ya. Mañana es sábado y no trabajas así que espero que hoy si tengas tiempo para tu amigo.

—¿Dejarás de dar rodeos y me dirás lo que quieres decirme?

—Directa como siempre. Sabes de que quiero hablarte.

—Elliot, Olivia es mi amiga y no pretendo dañar esa amistad.

—¿Estás eligiéndola?

—¿Me darás a elegir? —preguntó alzando una de sus cejas y él negó.

—Supongo que ella te pidió que no le contaras a nadie que sabías donde estaba. Tú más que nadie sabe lo que me arrepiento de haber tomado aquella decisión.

—Le rompiste el corazón, Elliot —susurró.

—Lo sé y nunca me lo perdonaré... Ella tampoco me lo perdonará.

Estuvieron hablando un par de horas sobre Olivia a pesar de la incomodidad de Alex. Elliot consiguió obtener la información que quería sobre ella. Las miradas y silencios de su amiga le decían mucho aunque esta no quisiera. La fiscal se sorprendió cuando él preguntó por la hija de su amiga. Él sabía que tenía una hija pero no sabía si ella tenía un esposo. Confirmó que no y a pesar que sentía por ratos el desprecio de Olivia tenía esperanzas. 

—¿Crees que tenga alguna posibilidad con ella? —preguntó muy serio cuando salían del edificio.

—¿Después de 15 años? ¿Hablas en serio, Elliot?

—Está soltera.

—No te dije eso —refutó poniendo los ojos en blanco.

—Tus silencios y miradas son muy obvias. Quizás y tenga una oportunidad.

—Enloqueciste.

—Desde que la volví a ver no puedo dejar de pensar en ella —confesó y tomó aire—. Desde hace más de 15 años que no puedo dejar de pensar en ella.

—Elliot, te considero mi amigo pero te juro que si vuelves a hacerle daño estarás muerto.

—Pudimos ser felices juntos. Lo sé. Podemos serlo todavía.

—Escogiste a Kathy —lanzó ella algo enojada.

—Escogí a mi hijo. A mis hijos.

Alex había quedado en ir a cenar italiano con Emma y Olivia ya que la joven no había visto a su tía en días. Liv regresó caminando a Chelsea Piers, recogió a su hija y condujo hasta el trabajo de su mejor amiga. 

En el camino Emma iba diciéndole a su madre que su profesor de gimnasia informó que se acercaba una competencia y que las mejores irían. La joven estaba emocionada. Quería participar y quería ganar.

—¿Te imaginas que gane la competencia?

—Sé que ganarías cariño —aseguró sonriendo, muy orgullosa.

—Una competencia de New York. ¡Una medalla de New York!

—Ahora si estás feliz de estar aquí.

—Nunca puse objeción. Yo era la más ansiosa en vivir en la gran manzana.

—Sí. Claro —rió.

—¿Falta mucho para llegar al trabajo de mi tía? —preguntó poniendo atención a las calles.

—Dos cuadras —contestó señalando la calle que tenían que tomar—. Tu tía ya nos debe estar esperando abajo.

—¿Otro día puedo ir a conocer su oficina?

—Tendrás que preguntarle.

—¡Ahí está! —gritó señalando a su tía—. Está con alguien eh y se ve apuesto.

Olivia no se dio cuenta de quién acompañaba a su amiga hasta que se estacionó frente a ellos. Emma se quitó el cinturón de seguridad y se cambió al asiento trasero del auto para que su tía se sentara delante.

"¡Maldición! Cenaría con ellas hoy."  Se dijo Alex y al ver la cara de pánico de Olivia se sintió peor.

—Hasta luego, Elliot —se despidió Alex rápido con un beso en la mejilla.

—Nos vemos —respondió él y se agachó un poco a la altura de la ventana del auto de Olivia—. Hola y hasta luego, Olivia.

—Adiós Elliot.

—Todos se conocen acá. ¿No me presentan? —preguntó Emma a su madre y su tía y bajó la ventana del auto—. Hola, soy Emma la hija de Olivia —saludó y le dio la mano a Elliot, sintió algo lindo al verlo sonreír, su mirada le dio tanta paz.

—Mucho gusto, soy Elliot —sonrió por la simpatía de la joven—. Trabajo con tu madre —sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al tocar su mano, una sensación extraña que nunca había sentido antes con otra persona.

—¿Eres el novio de mi tía?

—¡Emma! —gritaron Olivia y Alex a la vez y Elliot echó a reír.

—Tu tía es hermosa pero no. Somos amigos —respondió.

—Tenemos que irnos o perderemos la reservación.

—Pero mamá ¿Qué reser...?

—Adiós Elliot.

Emma se había quedado muy intrigada con aquel hombre. Sus ojos se le hacían muy familiares y había sentido una corriente que no podía explicarse al darle la mano. Además que le dio más curiosidad que ni su madre, ni su tía quisieran dar más datos de aquel hombre y que estuvieran tan calladas.

Olivia iba maldiciéndose todo el camino al restaurante por regresar a New York. Se repetía una y otra vez que no debió haber regresado.

—Mamá, ¿estás enojada por algo? —pregunto Emma después de estar varios minutos en silencio sentadas en el restaurante. No entendía la actitud de su madre.

—No estoy enojada, cariño.

—Estás triste.

—Tampoco.

—Mejor háblame de tus clases de gimnasia y de si tienes todo listo para el colegio —cambió de tema Alex intuyendo lo mal que se sentía su amiga.

La joven estuvo toda la cena hablando de la competencia de gimnasia que organizarán en unos meses y de las posibilidades que tenía de participar y ganar. Alex sonreía todo el tiempo y le hacía preguntas de todo tipo para que Emma no se fijara en la tristeza y angustia de su madre.

Salieron del restaurante a las 8 de la noche para ir a casa. Primero dejaría a la rubia en casa y luego se irían a su departamento. Habían quedado salir a correr las tres por Central Park al día siguiente a primera hora.

—Es guapo —comentó Emma una vez subió al auto.

—¿Quién? ¿El mesero que nos atendió? —preguntó Alex.

—No. Tú amigo, el amigo de mamá, Elliot.

—No es mi amigo, Emma —resopló Olivia—. ¿Puedes dejar de hablar o preguntar sobre él?


☆☆☆☆☆

Espero les guste <3 y que con el pasar de los capítulos no me odien tanto.

Sweet 



Continue Reading

You'll Also Like

180K 8.7K 146
Hace casi tres años atrás, Elliot perdió a la que había sido su amiga y compañera durante varios años. Olivia Benson había tomado una de las decision...
5.7M 600K 87
Estar solo fue su decisión, enamorarse no lo fue. 🍃Jungkook- Alfa 🍃Taehyung- Omega. Mención de parejas secundarias. 🍃Contenido homosexual. 🍃Sí la...
18.6M 1.2M 52
Encantador, galante, carismático, arrogante, simpático, irreverente, insufrible... Y violento. Sabía que un chico como Logan Lerman no me convenía. H...
Esto es amor By N

Fanfiction

137K 9K 81
Tres años después que Elliot saliera de la vida de Olivia sin ningún aviso o explicación, ella es secuestrada varios días por William Lewis. Toda la...