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Omegaverse
Nota:
Espero que les guste, explico al final ciertas cosas.
Miraba con insistencia los papeles que ya se veían arrugados en sus manos junto la voz y la sonrisa del médico que hacían eco en su cabeza no podía creer lo que le habían dicho, ella Yuuri Katsuki una común beta japonesa de treinta años estaba embrazada, en su vientre había una diminuta vida que estaba tomando forma.
Una risa temblorosa salio de sus labios sin permiso, la felicidad burbujeaba en su interior que no podía evitar reír abiertamente en su cómodo apartamento en San Petersburgo, no cabía en su alegría, ella estaba embarazada ¡ella!. Aun cuando le dijeron con mirada llenas de desprecio que en su vientre nunca crecería vida por su egoístas actos, estaba embarazada de un omega, de su esposo Yuri Katsuki. Gotas de agua salina salían de sus ojos, aun cuando se había resignado a nunca poder darle un cachorro a la persona con la cual había decidido pelear contra el mundo, la vida le había sonreído.
—¿katsudon?— una voz masculina la llamo y su vista fue aparar en la puerta de la habitación matrimonial, hay estaba tan guapo y alto, el omega rebelde con el que se había casado cuatro años atrás —¿porque lloras— preocupado fue a parar a su lado en la cama arrodillándose y temblorosa le extendió los papeles que confirmaban su felicidad.
—¿Podrías leerlos en voz alta?— le preguntó en un ruso torpe por la sonrisa que no escapaba de su boca, el otro la miro con curiosidad hasta que leyó rápidamente con la mirada el documento que le habían dado, sus ojos verdes brillaron.
— paciente Yuuri Katsuki,
Edad: treinta años, Genero: femenino,
Clases: beta,Positivo a embarazo, Tiempo estimado de gestación: diez semanas. — recitó el ruso en japonés con emoción — ¡por la frente amplia de viktor, cerda tendremos un cachorro!— grito para casi lanzarse sobre la morena que lo recibió con los brazos abiertos — un cachorro, un mini-cerdito — mascullaba extasiado el rubio que besaba con amor las mejillas mojadas de su mujer.
—tendremos un gaticerdito —la mujer lo tomo por las mejillas recargando su frente con frente, conectando sus miradas, verde y marrón como la primera ves que se vieron — te amo Yuri — dijo con todo el amor del mundo, si los ojos de ex-Plisetsky estaban brillantes ahora se podía decir que nada podría apagarlos
— te amo Yuuri— contestó con la sonrisa que cuidaba y solo se la daba a su cerda, unas lágrimas fluyeron de sus ojos, el un omega que por nada del mundo se arrepentiría de su decisión de dar la espalda a su deber de omega.
Fin
Mmm bueno, aquí en este omegaverse el matrimonio entre un omega-beta o alfa-beta, es mal visto y mas como que su taza de fertilidad es muy baja. Los omegas (como las mujeres en algunos países ), que se casan con beta pierden su apellido, adquiriendo el de el beta sea hombre o mujer pierden su apellido.