Por fin viernes, hoy es mi día, mi primera pelea. He estado deseando que llegara este día desde que mi entrenador me lo dijo. Durante toda la semana he evitado al cavernícola y él simplemente me miraba, pero yo a él no, sé que está furioso conmigo pero me da exactamente igual.
- ¿Nerviosa?
- No. Voy a patearle el culo a ese tío y lo sabes Jules.
- Lo sé, he escogido a alguien principiante, tienes que empezar con los principiantes, no puedes ir directamente en contra de los profesionales o te machacarán y les dará igual que seas chica. -me avisa.
- Eso quiero, que no peleen como saben por el simple hecho de que soy una chica, puedo ganarles jugando al mismo nivel. -estoy harta de que a las chicas nos infravaloren.
- Ya lo sé, pero debes empezar con él, para ir subiendo poco a poco de nivel. -asiento.
Oigo la campana que indica que tengo que salir. Cuando subo al cuadrilátero, mi oponente me mira como si fuera una broma, es más alto que yo pero por su postura puedo notar que ha empezado hace poco. Miro hacia los asientos y consigo ver a Paul junto a uno de sus amigos, me sonríe dándome ánimos, le sonrío de vuelta, sigo buscando entre la gente hasta que le veo, mi mejor amigo ha venido y no está solo, están también Kyle, James, Trevor, Lidia, Eli y... el cavernícola ¿este porque ha venido? No le he invitado y no es bien recibido aquí.
Me concentro en mi oponente. Mente en blanco, Ally, solo piensa en golpearle con todas tus fuerzas y acuérdate de las tres reglas, me ordeno. Suena la campana. Que empiece la pelea.
Mioponente da un paso adelante, mal hecho principiante. Doy un paso haciadelante, le golpeo el brazo que tapa su cara haciendo que deja a la vista supecho, mi puño va directo a este haciendo que de dos pasos hacia atrás. Mecubro con los brazos esperando el golpe que llega cuando lo he calculado, me datres en los brazos, cuando va a dar el cuarto, me agacho y le golpeo en elestómago. Me pongo detrás suya, viendo cómo se agarra la tripa, he dado fuerte.Oigo gritos de diversión por parte del público y pienso "esto no ha hecho másque empezar".
El oponente se gira y antes de que quede enfrente de mí del todo, le golpeo la cara con fuerza haciendo que se desequilibre, doy un paso hacia delante y me doy cuenta tarde de que lo he hecho mal. Noto un puño impactar en mi estómago y otro en mi costado, me doblo un poco e intento taparme para parar los golpes, pero el chico consigue alcanzarme a darme un puñetazo en toda la nariz. Caigo al suelo mientras gruño de dolor, noto como un líquido me gotea y cuando miro al suelo veo gotas de sangre. Oigo gritos procedentes del público y sé quién es enseguida, Paul. Me levanto de un salto y tengo la suerte de que mi contrincante está de espaldas. Con todas mis fuerzas arremeto contra su costado, se gira sorprendido y le sonrío, antes de golpearle con todas mis fuerzas en el estómago.
- Esto es por mi nariz, bruto. -le digo, se dobla por el dolor.
Se está incorporando y aprovecho para realizar un gancho que le da de lleno en la parte baja de la barbilla, vuelvo a darle en el costado, luego en la tripa y por último en la cara. Con este último golpe cae al suelo provocando un ruido no muy agradable. El árbitro cuanta tres y el chico no se levanta, viene hacia mí, me coge del brazo y me lo levanta. He ganado y no he tardado nada. Oigo aplausos y gritos, miro a Paul, está gritando, me rio de él, está loco. Lo he conseguido, mi primera pelea y la he ganado, pero con un dolor bastante molesto en la nariz y en el costado.
Bajo del cuadrilátero encontrándome con mi entrenador que para mi sorpresa, me abraza.
- Has estado increíble. -me mira la nariz y hace una mueca de dolor, ni que le hubiesen dado a él, me entrega un sobre blanco, lo abro y... madre mía, aquí habrá cerca de trescientos pavos, miro a Jules confundida- Tú recompensa. -me explica.
Me coge del brazo y me dirige fuera del gentío, me mete en una sala que parece ser la enfermería, hay tres camillas separadas por cortinas, Jules me dice que me siente en una, lo hago y espero un rato hasta que la puerta se abre y entra una mujer con una bata blanca, la enfermera.
- Buenas noches, me llamo Tressa. -se acerca a mí, me coge la barbilla con la mano y me levanta la cabeza, me examina por encima- No está rota pero te va a dejar buena marca. -me dice, asiento sin decir nada. Se aleja de mí para irse con Jules, empieza a hablar con éste cuando la puerta se abre de golpe, son "mis amigos", Paul encabeza el grupo, viene medio corriendo a mí y me abraza con demasiada fuerza.
- No tan fuerte chaval. -me quejo.
- Buena pelea. -me felicita soltándome.
- Gracias. Oye, creo que voy a ir a celebrarlo así que llegaré tarde...
- Tranquila, yo te cubro, pásatelo bien. -me da un beso en la frente y se va.
- Dios Ally... qué mal estás. -dice una vocecilla chillona, miro a Lidia con los ojos entrecerrados.
- Es lo que tienen las peleas, Lidia. -me encojo de hombros.
- Pero así... no te ves guapa. -suelto una carcajada que estoy segura de que se oye desde fuera, todos me miran de una manera un poco rara, como si me hubiese vuelto loca o algo.
- Lidia, no me importa no estar guapa, no soy como vosotras, ya sabes, de esas chicas que se preocupan por el físico, a mí no me importa esto -me señalo la nariz- no me importa no verme guapa. -abre la boa pero la cierra en seguida, así es como se le calla a una chica.
Me pongo de pie de un salto y paso por delante de todos, voy a salir de aquí cuando alguien me agarra del brazo y me hace girar.
- Vamos a ir a casa de Logan a celebrarlo. -miro a Mason con el ceño fruncido.
- ¿Quién? -me señala al cavernícola.
- Vente. -insiste.
- Está bien, te sigo con el coche.
Salimos todos, pero yo voy la primera, me acerco a mí porsche rojo y antes de entrar, oigo como alguien silva a mis espaldas y me giro. James está totalmente hipnotizado con mi coche, es normal, es el mejor del mundo.
- Bonito buga. -dice con una sonrisa.
- Lo sé. -abro la puerta del conductor- ¿Quieres subir? -sin contestarme se mete en el asiento del copiloto.
- Eso no se pregunta. -me rio y arranco.
Conducir este coche es lo mejor que hay, de vez en cuando miro de reojo a James y le pillo agarrándose al asiento y a la puerta asustado por mi velocidad. Siempre corro demasiado con el coche, es un porsche, necesita correr y si no lo hace explota, es como comprar un perro y no sacarle, lo acabas matando, pues igual. Sigo la moto de Mason hasta que se para delante de una casa enorme. Aparco y bajo antes que James, pero él entra primero en la casa, yo solo le sigo, cuando entro me quedo asombrada, es enorme y tiene pinta de tener dos plantas, simplemente la entrada es más grande que mi propia casa, como yo suponía, el cavernícola es un pijo.
Oigo la voz de Mason en la cocina, entro y le encuentro hablando solo mientras saca una cerveza, levanta la vista, sonríe y saca otra. Me lanza la botella la cual la cojo al vuelo. No hay ninguna forma mejor de celebrar algo.
- ¿Mañana tienes...? -me empieza a preguntar.
- Sí. -le corto antes de que siga.
- No me gusta que vayas ¿lo sabes? -asiento con la cabeza.
- Y tú sabes que voy a ir ¿no? Sabes lo importante que es para mí, Mason. -suspira.
- Está bien, iré a verte. -sonrío como una niña pequeña a la que le acaban de regalar caramelos.
- Gracias.
- Ally, eres como una hermana para mí, quiero estar contigo en esas cosas aunque no me gusta nada. -me acerco a él y le abrazo.
No acostumbro a abrazar a nadie, no me gusta eso de mostrar cariño, pero con Mason y con Paul, es diferente, con ellos me sale natural. Apoya su barbilla en mi cabeza mientras la mía descansa en su pecho.
- Mason, vamos a cenar. ¿Pizza no? -pregunta una voz, nosotros no nos separamos, pero lo miramos. Mason asiente y el cavernícola desaparece por donde ha venido.
- ¿Cómo es que un pijo como él va a comprar pizza para cenar? -pregunto con un tono sarcástico.
- Fue idea mía. -me separo de él y le miro.
- ¿Idea tuya?
- Sí, cuando tumbaste a ese tío dije que había que celebrarlo, Logan dijo que podíamos venir aquí y yo dije que cenaríamos pizza, tú comida favorita. -abro los ojos.
- ¿Dijiste que la pizza era mi comida favorita? -asiente- ¡Pero como se te ocurre! Sabes que odio que la gente conozca cosas de mí, por poco importantes que sean.
- Lo sé, si quieres le digo que no llame a nadie. -se está yendo.
- ¡Ni se te ocurra Mason Lionel! -chillodetrás de él mientras él parece reírse.
Salgo detrás suya hasta el salón donde me encuentro con todos, están desperdigados por los sofás que hay, estudio un poco el salón, no tiene pinta de que vivan adultos aquí. Miro otra vez al grupo buscando un sitio, hay uno libre al lado de Trevor, miro a Mason que me mira, esa mirada significa que quiere ese sitio. Salimos corriendo hacia el sofá, cuando ya estoy delante, Mason se tira quitándome el sitio.
- Imbécil. -gruño mientras me siento en el suelo.
Durante todo el rato yo no he hablado y si lo he hecho ha sido para contestar si me preguntaban algo, pero respuestas simples como sí o no. He estado todo el rato callada y observando, me encanta hacerlo, me encanta estudiar a la gente e intentar adivinar cosas sobre ellos y hoy me he dado cuenta de que Lidia se siente atraída por Trevor. No paraba de mirarle. También me he dado cuenta de que yo no encajo aquí, no soy como ellos, soy totalmente diferente, seguro que si me llegan a conocer, cosa que nunca ocurrirá, huirían de mí, tengo un pasado no muy bueno y no soy una buena persona.
El cavernícola no paraba de mirarme, me pone nerviosa que me miren durante mucho tiempo. Yo también me he tomado la libertad de observarle. Es un chico castaño muy claro, ojos...digamos raros, sonrisa perfecta y musculoso. Es ese tipo de tíos que sonríen y ya tienen diez tías a sus pies, es decir, los peores. Es odioso y no lo digo porque me atraiga o me guste como dicen las protagonistas de los libros de niñas tontas eso de que dicen "te odio pero me muero por besarte", lo digo porque le odio de verdad, cada vez que le veo me cabreo tanto que...
- ¡Mierda! -grito frustrada. Se me ha caído la maldita botella de cristal al suelo y ¿qué ha pasado? pues que se ha roto y se ha desperdiciado una cerveza.
Me agacho para coger los cachos de cristal, cojo los más grandes primero y luego los más pequeños, cuando voy a tirarlos uno de ellos se me clava en la mano, hago una mueca y me lo quito. Se ha clavado bien y encima en una parte de la mano que sangra mucho, genial. Vuelvo a agacharme con un trapo para secar este suelo de mierda.
- ¿Qué haces? -me pregunta una voz un poco grave a mis espaldas, sé quién es simplemente por su odiosa voz.
- Contar los peldaños que hay, ¿tú qué crees? -digo con odio.
- ¿Siempre eres así de antipática? -me levanto, dejo el paño en la mesa y me acerco al cavernícola.
- ¿Y tú eres siempre tan imbécil? -contraataco.
- ¿Se puede saber que he hecho yo? -me acerco más a él.
- Nacer. -cuando paso por su lado choco aposta contra su hombro.
Me despido de todos y me largo de esta casa del demonio. No soporto a ese tío, lo juro, me dan ganas de darle la paliza del siglo. No sabe con quién está tratando y es mejor que se aleje si no quiere acabar mal.
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Logan en multimedia.